* «La redención, la revelación, la presencia de Dios en el mundo comienza de esta manera y siempre es así. La revelación de Dios se hace en la pequeñez. Pequeñez, ya sea humildad, o muchas cosas, pero en la pequeñez. Los grandes se presentan poderosos, pensemos en la tentación de Jesús en el desierto, en que Satanás se presenta poderoso, dueño de todo el mundo: “Yo te lo doy todo, si tú….”. En cambio, las cosas de Dios comienzan brotando a partir de una semilla, pequeñas cosas. Y Jesús habla de esta pequeñez en el Evangelio»
3 de diciembre de 2019.- (Camino Católico) Sólo en un corazón humilde puede brotar el Espíritu de Dios. Lo ha afirmado el Papa Francisco en su homilía de la Misa de la mañana en la Casa de Santa Marta. Y ha añadido que la revelación de Dios siempre comienza en la pequeñez, lo que no significa cerrazón en sí mismos, sino más bien confianza en Dios y, por lo tanto, capacidad de correr riesgos.