De Mujer a Mujer / Autora: Claudia Orozco
Hola amiga
(Almas) De mujer a mujer te digo que eres maravillosa, que Dios te ama un montón porque te hizo mujer. ¿Sabes? Todas somos de alguna o de otra manera hermosas, cada una con su talento especial, con su toque femenino, con su coquetería… Quiero que te quede bien claro esto: Dios te creó de la costilla de Adán, esa que está más cerquita del corazón sólo con un propósito: de que te amen y así alcancen tu corazón.
Es gracioso que yo escriba esto, porque muchas veces pensé lo que alguna vez posiblemente tú has pensado “no soy lo suficientemente bonita”, “si tan sólo fuera más alta...”, “¿por qué mis amigas tienen novios y yo no?”, “no me gusta cómo me veo y/o soy”… ¡En fin! Pero no quiero hablar mucho sobre el tema de autoestima porque ya habrá oportunidad de ello. A lo que voy: Hasta que tú no te quieras mucho, te valores, y te respetes, no podrás querer, valorar y respetar a alguien más. Cruel, pero cierto: Nadie da lo que no tiene / conoce.
Si nosotras conociéramos de lo que somos capaces, si domináramos el “pie del que cojeamos”, si fuéramos conscientes de lo que valemos, si conociéramos el amor con el que Dios nos ha creado y nos procura… ¡Si tan sólo conociéramos el Amor que Él nos tiene! No andaríamos “mendigando” cualquier amor.
Que quede bien claro. Seguramente también hay hombres leyendo este artículo, y no quiero parecer a través de estas letras una feminista, radical, traumada. Jaja ¡Para nada! Al contrario. Quiero que tanto hombres como mujeres se reconozcan igual de dignos, por la simple y sencilla razón de que todos somos hijos de Dios. Insisto, si ambos (hombres y mujeres) supiéramos del amor que Él nos profesa, no nos conformaríamos con “dar y recibir” cacahuates…
En este artículo quiero hablarte de los niveles del amor. Esta Semana Santa llegó a mis manos, a través de una querida amiga, un folleto titulado “Carta a los Jóvenes sobre el Noviazgo” del Padre Rafael Solana. Me gustó mucho y quiero compartirlo con ustedes, mis queridos lectores y lectoras de Hosanna.
Hay cuatro niveles del amor que se pueden describir de la siguiente forma:
1) Atracción física: “¡¡¡mmmhhh!!! Me gustas”, “ Tú también me gustas”. ¡Ok! Sabemos a qué se refiere el primer nivel, debe de haber esa atracción (química, conecte o como le quieras llamar) para que brote una chispita en los corazones de los enamorados.
2) Simpatía: “¡Qué bueno es pasar el tiempo contigo!”, “me caes re bien”, “la paso muy bien a tu lado”. De acuerdo, segundo peldaño subido. Se trata de que tu pareja no sólo “se siente y se vea bonito”, sino que aparte pasen tiempo de calidad juntos.
3) Compatibilidad: ¿Recuerdan una canción de Arjona que dice: “no te enamoraste de mí, sino de ti cuando estás conmigo”? Independientemente de que si el cantante es bueno o no (si quieren discutir conmigo acerca de ello, mándenme un email), la letra es interesante. Muchas veces nos enamoramos de la persona que logramos ser en compañía del otro. Pero… ¡aguas! Eso tampoco es verdadero amor, y mucho menos amerita un “te amo”.
4) Aceptación total: Uno de mis maestros comentó alguna vez el caso de una pareja de novios que estaban a punto de casarse y entonces él tuvo un accidente horrible en su trabajo. Quedó deforme del rostro. La novia, en acto de entrega y total amor, lo aceptó así, como había quedado, porque su amor no era sólo físico (primer nivel), sino que ya se habían dado GRAN oportunidad de “caerse bien” (segundo nivel) y compartir ideas, creencias, fe, mentalidades (tercer nivel). Ellos dos se aceptaban así como eran, pero no sólo eso, sino que aceptaban el pasado de la persona amada (como parte constitutiva de su presente) Y, además, su futuro juntos: “TE ACEPTO A TI, AHORA Y SIEMPRE, COMO ERES Y COMO SERÁS”
Mis queridas chicas, ¡no corramos! No es prudente subir atrabancadamente estos escalones porque “queremos amar y ser amadas”, “no queremos estar solas”, “estamos enamoradas del amor”… Prudencia, paciencia, esperanza, fe, AMOR…
Un último consejo que quiero compartir contigo antes de terminar este artículo. Recuerdo: es consejo, tómalo o déjalo, tú decides. Te recomiendo que lo tomes, a mí me ha servido. Después de platicar con un buen amigo sobre este tema de noviazgo, fue curioso el saber “qué opinan ellos sobre el tema”… Digo que fue “curioso” porque básicamente buscamos lo mismo: AMAR VERDADERAMENTE Y SER AMADOS CON TODA INTENSIDAD.
Aquí te va el consejo: “El que quiera azul celeste… ¡que le cueste!” ¿Has escuchado la canción de “Dime que no” de Arjona? Jeje ¡Dime por favor que sí o me sentiré muy vieja! Si no, pues dale en algún buscador de internet y bájala, vale la pena.
Chicas: dense a desear, sean coquetas, femeninas, discretas, siempre alegres, todas unas damas.
Chicos: ¡sean caballerosos por el amor de Dios! ¡Regalen rosas, lleven serenatas, escriban cartas y poemas de amor!
¡¡¡No tengas miedo del amor, que es lo mejor que nos puede pasar en este mundo!!!
Sonríe, Cristo NOS ama.
lunes, 22 de junio de 2009
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