*“Las cartas de san Pablo son los mejores reportajes”
*"La fe aporta al mundo las más grandes historias"
27 de junio de 2009.- Camina con paso firme por la senda que trazó Vittorio Messori: la del periodista que indaga en los misterios de la fe. Ahí están sus incontables reportajes en ALBA y su primer libro, Medjugorje (Ed. Libros Libres), en el que da las claves de por qué desde 1981 más de 30 millones de personas han ido en peregrinación a ese pueblito perdido de Bosnia-Herzegovina.
(Gonzalo Altozano / Alba) -¿Se define como periodista católico?
-Digamos que soy un católico metido a periodista.
-Pero ¿es eso posible?
-¡Claro! La existencia de la Iglesia es un acontecimiento universal que parte de una noticia concreta. Y la proclamación de esa noticia es el más grande de los periodismos.
-O sea, que con las cosas de Dios pueden hacerse buenos reportajes.
-¿Buenos? ¡Los mejores!
-¿Por ejemplo?
-Las cartas de san Pablo. Son crónicas que, además de carga argumental, están llenas de viajes, de anécdotas, de aventuras…
-Y de contratiempos…
-A pesar de los cuales el periodista, en este caso san Pablo, con tal de proclamar la verdad, no se viene abajo.
-Habla de aventuras. ¿Es de los que piensa que no la hay más apasionante que la de la fe?
-Absolutamente. El de la fe siempre es un camino hacia lo desconocido (con certezas, sí, pero intangibles). Por eso la fe ha aportado -y sigue aportando- al mundo las más grandes historias; historias que, además, son verdaderas, no fabuladas.
-Incluye, supongo, las de conversión. ¿Por qué a unos les suceden y a otros no?
-La llamada a la conversión es universal. Pero hay personas que se cierran tanto que Dios tiene que buscarles un camino específico.
-Específico y, a veces, increíbles. ¿Cómo dar por verdadera una historia así?
-Juzgando por los frutos. Conocí a un tipo que de los dieciocho a los veinticinco fue el rey del narcotráfico en Frankfurt. Hoy, quince años después, y tras una serie de avatares, es sacerdote católico y utiliza su experiencia de dolor y de cruz para sacar a gente del pozo de la droga.
-Otro testimonio.
-El del hombre que tenía planeado viajar a Cuba, en plan turista sexual. Al llegar a Barajas, se dio cuenta de que la agencia de viajes le había engañado. La compañía aérea, para solucionarlo, le metió en un avión rumbo a los Balcanes.
-¿Y?
-Acabó en Medjugorje, una pequeña aldea católica rodeada de musulmanes, al sur de Bosnia-Herzegovina. Allí se convirtió al catolicismo.
-En Medjugorje, dicen, se aparece la Virgen desde 1981. La Iglesia estudia el caso. Hacer eso en el siglo XXI, ¿no es dar argumentos a los que tratan de ridiculizar a los católicos?
-Las apariciones marianas no son invento de la Iglesia, sino intervenciones de Dios. Cuando la Iglesia estudia una no es ella la que queda a los pies de los caballos, sino sus enemigos.
-¿Por qué?
-Porque ¿y si la ciencia se agota sin explicar el fenómeno? ¿Qué harán los que ridiculizan a la Iglesia? ¿Plegar velas? ¿Convertirse?
-Fátima, Lourdes, Banneux… ¿No le llama la atención que María elija para aparecerse destinos tan poco turísticos?
-Cuando se quiere dar difusión a algo, lo normal es ir a las televisiones, dar una rueda de prensa en Naciones Unidas, montar un numerito en Las Vegas. ..
-¿Qué quiere decir?
-Que para hacerse hombre, Dios eligió el último pueblo de la última provincia romana: Belén. ¡Y en un tiempo en que no existía Google Maps!
-O sea que…
-Es la forma que Dios tiene de actuar. Cuando el Señor irrumpe en la Historia, quiere dejar claro que es Él quien lo hace, no los hombres los que le obligan.
-Y para tener un encuentro personal con Cristo, ¿es necesario peregrinar?
-¡En absoluto! A Cristo lo puedes encontrar en una persona, en un movimiento de la Iglesia, en una situación trágica, en un momento dulce… Él está detrás de todas las esquinas de la vida.
-Hablamos de peregrinación. Defínala.
-Ejercicio espiritual y físico que conlleva disposiciones interiores y exteriores.
-O sea, que no es un viaje.
-Sí, pero no uno cualquiera. El destino final está más dentro que fuera. El peregrino se pone en camino para detenerse en lo importante de sí mismo.
-¿Algún consejo?
-No buscar satisfacer tus anhelos materiales ni tu ego, tener la mente abierta, abandonarte en manos de Dios, dejarle hacer… Sólo así actuará en nosotros; si no, seremos turistas, no peregrinos.
-Conclusión.
-Peregrinar es darle la oportunidad a Dios de demostrarte en pocos días lo que puede hacer por ti en toda tu vida.
27 de junio de 2009.- Camina con paso firme por la senda que trazó Vittorio Messori: la del periodista que indaga en los misterios de la fe. Ahí están sus incontables reportajes en ALBA y su primer libro, Medjugorje (Ed. Libros Libres), en el que da las claves de por qué desde 1981 más de 30 millones de personas han ido en peregrinación a ese pueblito perdido de Bosnia-Herzegovina.
(Gonzalo Altozano / Alba) -¿Se define como periodista católico?
-Digamos que soy un católico metido a periodista.
-Pero ¿es eso posible?
-¡Claro! La existencia de la Iglesia es un acontecimiento universal que parte de una noticia concreta. Y la proclamación de esa noticia es el más grande de los periodismos.
-O sea, que con las cosas de Dios pueden hacerse buenos reportajes.
-¿Buenos? ¡Los mejores!
-¿Por ejemplo?
-Las cartas de san Pablo. Son crónicas que, además de carga argumental, están llenas de viajes, de anécdotas, de aventuras…
-Y de contratiempos…
-A pesar de los cuales el periodista, en este caso san Pablo, con tal de proclamar la verdad, no se viene abajo.
-Habla de aventuras. ¿Es de los que piensa que no la hay más apasionante que la de la fe?
-Absolutamente. El de la fe siempre es un camino hacia lo desconocido (con certezas, sí, pero intangibles). Por eso la fe ha aportado -y sigue aportando- al mundo las más grandes historias; historias que, además, son verdaderas, no fabuladas.
-Incluye, supongo, las de conversión. ¿Por qué a unos les suceden y a otros no?
-La llamada a la conversión es universal. Pero hay personas que se cierran tanto que Dios tiene que buscarles un camino específico.
-Específico y, a veces, increíbles. ¿Cómo dar por verdadera una historia así?
-Juzgando por los frutos. Conocí a un tipo que de los dieciocho a los veinticinco fue el rey del narcotráfico en Frankfurt. Hoy, quince años después, y tras una serie de avatares, es sacerdote católico y utiliza su experiencia de dolor y de cruz para sacar a gente del pozo de la droga.
-Otro testimonio.
-El del hombre que tenía planeado viajar a Cuba, en plan turista sexual. Al llegar a Barajas, se dio cuenta de que la agencia de viajes le había engañado. La compañía aérea, para solucionarlo, le metió en un avión rumbo a los Balcanes.
-¿Y?
-Acabó en Medjugorje, una pequeña aldea católica rodeada de musulmanes, al sur de Bosnia-Herzegovina. Allí se convirtió al catolicismo.
-En Medjugorje, dicen, se aparece la Virgen desde 1981. La Iglesia estudia el caso. Hacer eso en el siglo XXI, ¿no es dar argumentos a los que tratan de ridiculizar a los católicos?
-Las apariciones marianas no son invento de la Iglesia, sino intervenciones de Dios. Cuando la Iglesia estudia una no es ella la que queda a los pies de los caballos, sino sus enemigos.
-¿Por qué?
-Porque ¿y si la ciencia se agota sin explicar el fenómeno? ¿Qué harán los que ridiculizan a la Iglesia? ¿Plegar velas? ¿Convertirse?
-Fátima, Lourdes, Banneux… ¿No le llama la atención que María elija para aparecerse destinos tan poco turísticos?
-Cuando se quiere dar difusión a algo, lo normal es ir a las televisiones, dar una rueda de prensa en Naciones Unidas, montar un numerito en Las Vegas. ..
-¿Qué quiere decir?
-Que para hacerse hombre, Dios eligió el último pueblo de la última provincia romana: Belén. ¡Y en un tiempo en que no existía Google Maps!
-O sea que…
-Es la forma que Dios tiene de actuar. Cuando el Señor irrumpe en la Historia, quiere dejar claro que es Él quien lo hace, no los hombres los que le obligan.
-Y para tener un encuentro personal con Cristo, ¿es necesario peregrinar?
-¡En absoluto! A Cristo lo puedes encontrar en una persona, en un movimiento de la Iglesia, en una situación trágica, en un momento dulce… Él está detrás de todas las esquinas de la vida.
-Hablamos de peregrinación. Defínala.
-Ejercicio espiritual y físico que conlleva disposiciones interiores y exteriores.
-O sea, que no es un viaje.
-Sí, pero no uno cualquiera. El destino final está más dentro que fuera. El peregrino se pone en camino para detenerse en lo importante de sí mismo.
-¿Algún consejo?
-No buscar satisfacer tus anhelos materiales ni tu ego, tener la mente abierta, abandonarte en manos de Dios, dejarle hacer… Sólo así actuará en nosotros; si no, seremos turistas, no peregrinos.
-Conclusión.
-Peregrinar es darle la oportunidad a Dios de demostrarte en pocos días lo que puede hacer por ti en toda tu vida.
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