Ha sido una de las decisiones del Congreso organizado por la UISG y la OIM, que se ha celebrado en Roma
20 de junio de 2009.- El Congreso Religiosas en red contra el tráfico de personas, que el pasado jueves concluyó en Roma, ha creado "Talita Kum", la red internacional de la Vida Consagrada contra el tráfico de personas. La propuesta, aprobada por unanimidad, también cuenta con el apoyo e impulso de la Congregación Vaticana para la vida religiosa, expresado por la subsecretaria de este dicasterio, sor Enrica Rosanna, que ha participado en el congreso.
(IVICON / Zenit) "Cada vez son más las religiosas que trabajan en la asistencia psicológica, espiritual y material de las mujeres que se encuentran en los centros de acogida. Es un panorama rico, testimonio de la caridad profética; un panorama que anima a reforzar cada vez más la red de buenas energías de la Vida Consagrada para un futuro lleno de frutos a fin de rescatar la dignidad humana".
El Congreso, convocado por la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), que agrupa a 1900 congregaciones, y la Organización Internacional de Migraciones (OIM), a la que están adheridos 125 países, ha creado un grupo de trabajo para dar los primeros pasos hacia una red internacional capaz de influir en la sociedad civil y en los gobiernos.
Esta iniciativa, ha señalado Peter Scharzer, director de la OIM en Italia, que supone intensificar la colaboración UISG-OIM, "es el primer ejemplo de cooperación entre una institución eclesial y una laica a nivel global, a través de la modalidad de red, para ayudar a las congregaciones religiosas a interactuar a nivel mundial y regional con los gobiernos y los organismos internacionales".
Otras iniciativas a probadas en este Congreso han sido la creación de una página web dedicada a este tema; el apoyo a las iniciativas contra la trata de mujeres que llevan adelante las religiosas de Sudáfrica, con motivo del mundial de fútbol, y las de Canadá, ante los juegos olímpicos de invierno que se realizarán en Vancouver; y la petición de crear una jornada mundial de sensibilización contra la trata de personas.
Comprometerse en la lucha contra la trata de personas es "un nuevo apostolado que avanza" y un "cambio de perspectiva" respecto a las más tradicionales actividades en las parroquias y las escuelas por parte de las congregaciones religiosas femeninas. En el congreso "Religiosas en red contra la trata de personas", el intercambio de experiencias entre las 50 participantes ha puesto en evidencia aspectos comunes de la trata y del trabajo que las religiosas desarrollan. La red de lucha puesta en marcha en 36 países implica a 574 religiosas y 252 congregaciones femeninas.
Sor Cecilia Nkane, de las religiosas de Santa Brígida, que trabaja en Sudáfrica, destacó que las congregaciones femeninas han contribuido a la nueva ley que introducirá el delito de explotación de personas.
Con vistas a los Campeonatos del Mundo de Fútbol de 2010 en Sudáfrica y de los Campeonatos del Mundo de Esquí Invernales en Vancouver, Canadá, las congregaciones religiosas de los respectivos países están preparando volantes, adhesivos, congresos, manifiestos e incitiavas específicas para denunciar el tráfico de personas y sensibilizar a las poblaciones y autoridades.
"Los traficantes están organizados a nivel transnacional y nosotros debemos ponernos al mismo nivel para contrarrestarlos", explicó sor Eugenia Bonetti, misionera de la Consolata, animadora del compromiso de las religiosas en Italia.
En Italia son 250 las religiosas que trabajan en el frente de la trata, en 110 proyectos de asistencia y recuperación.
Desde Filipinas, sor Veronica Endah, misionera de la Caridad, explicó que "informaciones, terapia psicológica, asistencia legal, coordinación con otros grupos religiosos", son los puntos de fuerza del empeño de las religiosas.
Los procedimientos para hacer salir a las mujeres de la trata están articulados. El primer contacto con las religiosas se produce de noche, en la calle, donde con valor decenas de religiosas están presentes sin clamor y con gran eficacia.
Luego las mujeres entran en un primer centro que se ocupa de la protección inmediata; después son introducidas en familias que las acogen o en centros seguros para la asistencia psicológica. La fase sucesiva prevé la asistencia para tramitar los documentos y la colaboración con las embajadas de los países de origen.
Del año 2000 a hoy, sólo en Italia, se ha actuado en este sentido con 3.500 mujeres nigerianas. Sigue la preparación profesional y la asistencia psicológica y espiritual antes de poder poner a punto un plan de regreso al país de origen.
"En muchísimos casos -señala sor Eugenia Bonetti- han sido los niños los que han salvado a las mamás, dándoles la fuerza de salir del círculo vicioso de esta moderna, innoble y escondida forma de esclavitud".
Comprometerse en la lucha contra la trata de personas es "un nuevo apostolado que avanza" y un "cambio de perspectiva" respecto a las más tradicionales actividades en las parroquias y las escuelas por parte de las congregaciones religiosas femeninas. En el congreso "Religiosas en red contra la trata de personas", el intercambio de experiencias entre las 50 participantes ha puesto en evidencia aspectos comunes de la trata y del trabajo que las religiosas desarrollan. La red de lucha puesta en marcha en 36 países implica a 574 religiosas y 252 congregaciones femeninas.
Sor Cecilia Nkane, de las religiosas de Santa Brígida, que trabaja en Sudáfrica, destacó que las congregaciones femeninas han contribuido a la nueva ley que introducirá el delito de explotación de personas.
Con vistas a los Campeonatos del Mundo de Fútbol de 2010 en Sudáfrica y de los Campeonatos del Mundo de Esquí Invernales en Vancouver, Canadá, las congregaciones religiosas de los respectivos países están preparando volantes, adhesivos, congresos, manifiestos e incitiavas específicas para denunciar el tráfico de personas y sensibilizar a las poblaciones y autoridades.
"Los traficantes están organizados a nivel transnacional y nosotros debemos ponernos al mismo nivel para contrarrestarlos", explicó sor Eugenia Bonetti, misionera de la Consolata, animadora del compromiso de las religiosas en Italia.
En Italia son 250 las religiosas que trabajan en el frente de la trata, en 110 proyectos de asistencia y recuperación.
Desde Filipinas, sor Veronica Endah, misionera de la Caridad, explicó que "informaciones, terapia psicológica, asistencia legal, coordinación con otros grupos religiosos", son los puntos de fuerza del empeño de las religiosas.
Los procedimientos para hacer salir a las mujeres de la trata están articulados. El primer contacto con las religiosas se produce de noche, en la calle, donde con valor decenas de religiosas están presentes sin clamor y con gran eficacia.
Luego las mujeres entran en un primer centro que se ocupa de la protección inmediata; después son introducidas en familias que las acogen o en centros seguros para la asistencia psicológica. La fase sucesiva prevé la asistencia para tramitar los documentos y la colaboración con las embajadas de los países de origen.
Del año 2000 a hoy, sólo en Italia, se ha actuado en este sentido con 3.500 mujeres nigerianas. Sigue la preparación profesional y la asistencia psicológica y espiritual antes de poder poner a punto un plan de regreso al país de origen.
"En muchísimos casos -señala sor Eugenia Bonetti- han sido los niños los que han salvado a las mamás, dándoles la fuerza de salir del círculo vicioso de esta moderna, innoble y escondida forma de esclavitud".
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