“Todo niño no nacido, pero condenado injustamente a ser abortado, tiene el rostro de Jesucristo, tiene el rostro del Señor, que antes incluso de nacer y luego apenas nacido ha experimentado el rechazo del mundo. Y todo anciano incluso si está enfermo o al final de sus días, porta en sí el rostro de Cristo. ¡No se pueden descartar, como nos propone la ‘cultura del descarte’! ¡No se pueden descartar!”
“Queridos amigos médicos, ustedes son llamados a ocuparse de la vida humana en su fase inicial, recuerden a todos, con hechos y palabras, que esta es siempre, en todas sus fases y todas las edades, sagrada y siempre de calidad. ¡Y no por un discurso de fe –no, no– sino de razón, de ciencia! No existe una vida humana más sagrada que otra, como no existe una vida humana cualitativamente más significativa que otra. La credibilidad de un sistema sanitario no es medida solo para la eficiencia, sino sobre todo para la atención y el amor hacia las personas, cuya vida siempre es sagrada e inviolable”
viernes, 20 de septiembre de 2013
Papa Francisco a los ginecólogos católicos: “Un sí decidido y sin vacilaciones a la vida. El primer derecho de una persona humana es su vida”
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