“Pensaba que Dios se había olvidado de mí, que se había enojado conmigo, que no me quería, y a veces le pedía que tuviera misericordia, pero, sencillamente en algún momento pensé que tenía que irme de este mundo. Me molestaba todo, hasta mi propio dolor. ¡Tenía que escapar de esto! Y fue entonces que comencé a orar desgarrada suplicando… «¡Dios mío, tu eres el arquitecto de mi alma, eres el único que puede ayudarme!», le repetía”
domingo, 1 de junio de 2014
María Loreto Parra fue agredida por su esposo: “Dios me sanó de la depresión en una misa. La Eucaristía es alimento, pasar con Cristo de la muerte a la resurrección”
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