«En Finlandia hay muchos niños católicos que no reciben una formación religiosa adecuada, y aunque procuramos que asistan a los campamentos de verano de inspiración católica, no nos resulta fácil porque aquí las distancias son enormes, y al haber tantos matrimonios mixtos, la transmisión de la fe tropieza con dificultades. Nos faltan sacerdotes, nos faltan vocaciones sacerdotales, nos faltan catequistas… Pero como estamos en las manos de Dios, disponemos en abundancia de lo único realmente importante: la gracia»

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