“Ese sacerdote me introdujo en el Amor Jesús; no un Jesús de la venganza y la flagelación. Perdonarme a mí mismo no era fácil y en la misión descubrí que si no podía amarme a mí mismo no podría amar a los demás. Si Dios no me ha juzgado, ¿quién soy yo para juzgar? Esto no significa que me olvido de mi pasado”

No hay comentarios:
Publicar un comentario