«Me siento muy agradecida. Lo siento como algo especial. Es un año con mucha incertidumbre para nosotros. Me hacía falta sentir que la Virgen y Dios existen, necesitaba sentir su cariño, y la desaparición de la psoriasis lo sentí como si me dijeran: “tranquila, existo y estoy aquí contigo”»
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