Camino Católico.- El día que Gonzalo Rafael Barradas dejó entrar a Jesús en su corazón, su vida cambió para siempre. Aquel fin de semana, a petición de su esposa, aceptó participar en un encuentro organizado por el movimiento católico Barrios Unidos en Cristo, que ayuda a hombres y mujeres de colonias conflictivas a superar el alcoholismo y la drogadicción. Tenía años drogándose y en varias ocasiones había intentado, sin éxito, dejar de consumir.
Gonzalo creció en un barrio conflictivo en el Sector Libertad de la ciudad de Guadalajara, México, donde pandillas defendían su territorio –de unas cuantas cuadras- con puños y dientes, y cruzar al otro lado de la banqueta podía acarrearte una golpiza.
De adolescente aprendió a robar, primero algunas prendas de vestir en tiendas de autoservicio y, más tarde, bolsas y carteras a los peatones, armado con una navaja.
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