* «Cuando reflexionamos sobre las futuras bodas de nuestros hijos, entendemos que existe una remota posibilidad de que sea posible que tengamos que compartir el ‘banco de padres’ con sus padres biológicos… Recordamos que estas cuatro pequeñas bendiciones solo nos fueron dadas para ‘tomar prestadas’ por un corto período de tiempo, pero no nos pertenecen a nosotros ni a sus padres biológicos. Pertenecen a Dios»
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