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lunes, 23 de septiembre de 2024

Palabra de Vida 23/9/2024: «La lámpara se pone en el candelero para que los que entren vean la luz» / Por P. Jesús Higueras


Camino Católico
.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 23 de septiembre de 2024, lunes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario, San Pío de Pietrelcina, presbítero, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Lucas 8, 16-18:

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama, sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.

Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.

Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 23-9-2024


23 de septiembre de 2024.- (
Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Dentro de nosotros llevamos el reino de Dios y hay que dedicarle tiempo: Ora, adora, reza y confía / Por P. Carlos García Malo

 


domingo, 22 de septiembre de 2024

Papa Francisco en el Ángelus, 22-9-2024: «Jesús nos enseña que el verdadero poder no está en el dominio de los más fuertes, sino en el cuidado de los más débiles»

* «¡Cuántas personas, cuántas, sufren y mueren por las luchas de poder! Son vidas que el mundo rechaza, como rechazó a Jesús, los que son excluidos y mueren… Cuando fue entregado en manos de los hombres, Él no encontró un abrazo, sino una cruz. Sin embargo, el Evangelio sigue siendo palabra viva y llena de esperanza: Aquel que fue rechazado resucitó, ¡es el Señor!»

 

    

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Me he enterado con dolor de que en Honduras ha sido asesinado Juan Antonio López, delegado de la Palabra de Dios, coordinador de la pastoral social de la Diócesis de Trujillo y miembro fundador de la pastoral de ecología integral de Honduras. Me uno al luto de esa Iglesia y a la condena de toda forma de violencia. Estoy cerca de quienes ven pisoteados sus derechos elementales y de quienes trabajan por el bien común en respuesta al grito de los pobres y de la tierra» 

22 de septiembre de 2024.- (Camino Católico)  Librarnos del orgullo y de la vanagloria que cierran el corazón y aprender a reconocer el rostro de Jesús en los más débiles, sirviendo con generosidad. Ésta fue, en síntesis, la exhortación del Papa Francisco en su alocución previa a la oración mariana del Ángelus de este domingo 22 de septiembre, XXV del tiempo ordinario. “Jesús nos enseña que el verdadero poder no está en el dominio de los más fuertes, sino en el cuidado de los más débiles”, ha dicho el Santo Padre.

Asomado desde la ventana del Palacio Apostólico, ante los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro para escuchar su catequesis y rezar junto a él la oración a la Madre de Dios, el Obispo de Roma reflexionó sobre el Evangelio de la liturgia (Mc 9,30-37) en el que Jesús anuncia lo que ocurrirá al final de su vida: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará”.

Tras rezar el Ángelus, Francisco ha recordado con dolor el asesinato de Juan Antonio López, 'delegado de la Palabra de Dios, coordinador de la pastoral social en la diócesis de Trujillo y miembro fundador de la pastoral de ecología integral'. El crimen se produjo el 14 de septiembre, cuando el hombre de 46 años salía de misa. El Pontífice manifiesta su cercanía a «quienes ven pisoteados sus derechos elementales». En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

PAPA FRANCISCO


ÁNGELUS


Plaza de San Pedro


Domingo, 22 de septiembre de 2024


Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!


Hoy el Evangelio de la liturgia (Mc 9,30-37) nos habla de Jesús, que anuncia lo que ocurrirá al final de su vida: «El Hijo del hombre – dice Jesús – va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará» (v. 31). Pero los discípulos, mientras siguen al Maestro, tienen otra cosa en la cabeza y también en los labios. Cuando Jesús les pregunta de qué estaban hablando, no responden.


Prestemos atención a este silencio: los discípulos callan porque discutían sobre quién era el más grande (cf. v. 34). Callan por vergüenza. ¡Qué contraste con las palabras del Señor! Mientras Jesús les confiaba a ellos el sentido de su vida, estos hablaban de poder. Y así ahora la vergüenza les cierra la boca, como antes el orgullo había cerrado su corazón. Y, sin embargo, Jesús responde abiertamente a sus discursos susurrados a lo largo del camino: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos» (cf. v. 35). ¿Quieres ser grande? Hazte pequeño, ponte al servicio de todos.


Con una palabra tan sencilla como decisiva, Jesús renueva nuestro modo de vivir. Nos enseña que el verdadero poder no está en el dominio de los más fuertes, sino en el cuidado de los más débiles. El verdadero poder es cuidar a los más débiles, ¡esto te hace grande!


He aquí por qué el Maestro llama a un niño, lo coloca entre los discípulos y lo abraza diciendo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí» (v. 37). El niño no tiene poder: el niño tiene necesidad. Cuando cuidamos al hombre, reconocemos que el hombre siempre necesita vida.


Nosotros, todos nosotros, estamos vivos porque hemos sido acogidos, pero el poder nos hace olvidar esta verdad. ¡Tú estás vivo porque has sido acogido! Entonces nos convertimos en dominadores, no servidores, y los primeros que sufren son precisamente los últimos: los pequeños, los débiles, los pobres.


Hermanos y hermanas, ¡cuántas personas, cuántas, sufren y mueren por las luchas de poder! Son vidas que el mundo rechaza, como rechazó a Jesús, los que son excluidos y mueren… Cuando fue entregado en manos de los hombres, Él no encontró un abrazo, sino una cruz. Sin embargo, el Evangelio sigue siendo palabra viva y llena de esperanza: Aquel que fue rechazado resucitó, ¡es el Señor!


Ahora, en este hermoso domingo, podemos preguntarnos: ¿Sé reconocer el rostro de Jesús en los más pequeños? ¿Cuido del prójimo, sirviendo con generosidad? ¿Y agradezco a los que cuidan de mí?


Recemos juntos a María, para estar como ella libres de la vanagloria y preparados para servir.



Oración del Ángelus:                         


Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:


Me he enterado con dolor de que en Honduras ha sido asesinado Juan Antonio López, delegado de la Palabra de Dios, coordinador de la pastoral social de la Diócesis de Trujillo y miembro fundador de la pastoral de ecología integral de Honduras. Me uno al luto de esa Iglesia y a la condena de toda forma de violencia. Estoy cerca de quienes ven pisoteados sus derechos elementales y de quienes trabajan por el bien común en respuesta al grito de los pobres y de la tierra.


Os saludo a todos vosotros, fieles de Roma y peregrinos de Italia y de tantos países. En particular, saludo a los ecuatorianos residentes en Roma que celebran Nuestra Señora del Cisne. Saludo a la Coral “Teresa Enríquez de Torrijos” de Toledo, al grupo de familias y niños de Eslovaquia, y a los fieles mexicanos.


Saludo a los participantes de la marcha de sensibilización sobre las condiciones de los detenidos. Debemos trabajar para que los detenidos estén en condiciones dignas. Todo el mundo puede cometer errores. Estar detenido es para retomar una vida honesta después. Saludo a la delegación que ha venido con ocasión del Día de los enfermos de ataxia, y a la Asociación “La Palma” de Castagnola di Massa.


Hermanos y hermanas, sigamos rezando por la paz. Lamentablemente en los frentes de guerra la tensión es muy elevada. Que se escuche la voz de los pueblos, que piden paz. No olvidemos a la martirizada Ucrania, a Palestina, Israel, Myanmar, tantos países que están en guerra. Recemos por la paz.


Os deseo a todos un feliz domingo. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!


Francisco


Fotos: Vatican Media, 22-9-2024


Homilía de Mons. Francisco Cerro, Arzobispo de Toledo, y lecturas, domingo, Apertura del Año Jubilar de la Basílica del Santísimo Cristo de Urda, 22-9-2024

22 de septiembre de 2024.-  (Camino Católico) Homilía de Mons. Francisco Cerro, Arzobispo de Toledo, y lecturas de la Misa de hoy, domingo, Apertura del Año Jubilar de la Basílica del Santísimo Cristo de Urda, emitida por 13 TV desde la Basílica del Santísimo Cristo de Urda, Toledo.

Santa Misa de hoy, domingo, Apertura del Año Jubilar de la Basílica del Santísimo Cristo de Urda, 22-9-2024

22 de septiembre de 2024.-  (Camino Católico)  Celebración de la Santa Misa de hoy, domingo, Apertura del Año Jubilar de la Basílica del Santísimo Cristo de Urda, presidida por Mons. Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo, emitida por 13 TV desde la Basílica del Santísimo Cristo de Urda, Toledo.

Palabra de Vida 22/9/2024: «Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos» / Por P. Jesús Higueras


Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 22 de septiembre de 2024, domingo de la 25ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Marcos 9, 30-37:

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía:

«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».

Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:

«¿De qué discutíais por el camino?».

Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Homilía del Evangelio del Domingo: Cómo ser el primero en la «nueva carrera» inventada por Cristo / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

 


* «‘Si uno quiere ser el primero…’: por lo tanto, es posible querer ser el primero, no está prohibido, no es pecado. No sólo Jesús no prohíbe, con estas palabras, el deseo de querer ser el primero, sino que lo alienta. Sólo que revela una vía nueva y diferente para realizarlo: no a costa de los demás, sino a favor de los demás. Añade, de hecho: ‘…sea el último de todos y el servidor de todos’... La voluntad de poder conduce a una situación en la que uno se impone y los demás sirven; uno es «feliz» (si puede haber felicidad en ello), los demás infelices; sólo uno sale vencedor, todos los demás derrotados; uno domina, los demás son dominados. En el servicio, en cambio, todos se benefician de la grandeza de uno. Quien es grande en el servicio, es grande él y hace grandes a los demás; más que elevarse por encima de los demás, eleva a los demás consigo»

     Si uno quiere ser el primero...: Domingo XXV del tiempo ordinario – B:


Sabiduría 2, 12.17-20 / Salmo 53 / Santiago 3, 16–4,3 / Marcos 9, 30-37

Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap. / Camino Católico.-  «Entonces se sentó, llamó a los Doce y les dijo: “Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos”». ¿Es que Jesús condena, con estas palabras, el deseo de sobresalir, de hacer grandes cosas en la vida, de dar lo mejor de uno, y privilegia en cambio la dejadez, el espíritu abandonista, a los negligentes? 

Así lo pensaba el filósofo Nietzsche, quien se sintió en el deber de combatir ferozmente el cristianismo, reo, en su opinión, de haber introducido en el mundo el «cáncer» de la humildad y de la renuncia. En su obra Así hablaba Zaratustra él opone a este valor evangélico el de la «voluntad de poder», encarnado por el superhombre, el hombre de la «gran salud», que quiere alzarse, no abajarse.

Puede ser que los cristianos a veces hayan interpretado mal el pensamiento de Jesús y hayan dado ocasión a este malentendido. Pero no es ciertamente esto lo que quiere decirnos el Evangelio. «Si uno quiere ser el primero...»: por lo tanto, es posible querer ser el primero, no está prohibido, no es pecado. No sólo Jesús no prohíbe, con estas palabras, el deseo de querer ser el primero, sino que lo alienta. Sólo que revela una vía nueva y diferente para realizarlo: no a costa de los demás, sino a favor de los demás. Añade, de hecho: «...sea el último de todos y el servidor de todos».

¿Pero cuáles son los frutos de una u otra forma de sobresalir? La voluntad de poder conduce a una situación en la que uno se impone y los demás sirven; uno es «feliz» (si puede haber felicidad en ello), los demás infelices; sólo uno sale vencedor, todos los demás derrotados; uno domina, los demás son dominados.

Sabemos con qué resultados se puso por obra el ideal del superhombre por Hitler. Pero no se trata sólo del nazismo; casi todos los males de la humanidad provienen de esta raíz. En la segunda lectura de este domingo Santiago se plantea la angustiosa y perenne pregunta: «¿De dónde proceden las guerras?». Jesús, en el Evangelio, nos da la respuesta: ¡del deseo de predominio! Predominio de un pueblo sobre otro, de una raza sobre otra, de un partido sobre los demás, de un sexo sobre el otro, de una religión sobre otra...

En el servicio, en cambio, todos se benefician de la grandeza de uno. Quien es grande en el servicio, es grande él y hace grandes a los demás; más que elevarse por encima de los demás, eleva a los demás consigo. Alessandro Manzoni concluye su evocación poética de las empresas de Napoleón con la pregunta: «¿Fue verdadera gloria? En la posteridad la ardua sentencia». Esta duda, acerca de si se trató de verdadera gloria, no se plantea para la Madre Teresa de Calcuta, Raoul Follereau y todos los que diariamente sirven a la causa de los pobres y de los heridos de las guerras, frecuentemente con riesgo para su propia vida.

Queda sólo una duda. ¿Qué pensar del antagonismo en el deporte y de la competencia en el comercio? ¿También estas cosas están condenadas por la palabra de Cristo? No; cuando están contenidas dentro de límites de corrección deportiva y comercial, estas cosas son buenas, sirven para aumentar el nivel de las prestaciones físicas y... para bajar los precios en el comercio. Indirectamente sirven al bien común. ¡La invitación de Jesús a ser el último no se aplica, ciertamente, a las carreras ciclistas o a las de Fórmula 1!

Pero precisamente el deporte sirve para aclarar el límite de esta grandeza respecto a la del servicio. «En las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio», dice San 

Pablo (1 Co 9,24). Basta con recordar lo que ocurre al término de una final de 100 metros lisos: el vencedor exulta, es rodeado de fotógrafos y llevado triunfalmente en volandas; todos los demás se alejan tristes y humillados. «Todos corren, mas uno solo recibe el premio».

San Pablo extrae, sin embargo, de las competiciones atléticas, también una enseñanza positiva: «Los atletas -dice- se privan de todo; y eso ¡por una corona corruptible!; nosotros en cambio [para recibir de Dios la] corona incorruptible [de la vida eterna]». Luz verde, por lo tanto, a la nueva carrera inventada por Cristo en la que el primero es quien se hace último de todos y siervo de todos.

Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.


 Evangelio

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos pasaban por Galilea, pero Él no quería que se supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía:

«El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará».

Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba:

«¿De qué discutíais por el camino?».

Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:

«Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo:

«El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado».

Marcos 9, 30-37

Homilía del Evangelio del Domingo: Sólo puede convertirse en el servidor de todos el que sabe que recibirá por ello «el ciento por uno» / Por P. José María Prats

 


* «Seguimos a Jesús porque nos ha deslumbrado la belleza de su persona y de su mensaje, porque creemos que, verdaderamente, Él es el Camino, la Verdad y la Vida, porque sabemos que sólo Él tiene palabras de vida eterna. Pero este seguimiento a menudo implica cosas que no queremos oír porque contradicen pasiones muy arraigadas, y entonces preferimos no preguntar y seguir a Jesús a la vez que rivalizamos con nuestros hermanos por el poder o incumplimos cualquier otro de sus mandamientos. Nos lo ha dicho la Carta de Santiago: «¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros?»

Domingo XXV del tiempo ordinario – B:


Sabiduría 2, 12.17-20 / Salmo 53 / Santiago 3, 16–4,3 / Marcos 9, 30-37


P. José María Prats / Camino Católico.-  El Evangelio de hoy nos muestra a Jesús dirigiéndose a Jerusalén donde va a vivir su pasión, muerte y resurrección. Él se lo dice muy claro a sus discípulos: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Sin embargo, ellos «no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle». De hecho, lo que les daba más miedo era “entender”. Preferían poner esas palabras difíciles de Jesús entre paréntesis y dedicarse a sus asuntos: a discutir «quién era el más importante» de ellos.

Esta escena nos ha de hacer reflexionar, porque todos compartimos en mayor o menor medida esta incoherencia de los discípulos. Seguimos a Jesús porque nos ha deslumbrado la belleza de su persona y de su mensaje, porque creemos que, verdaderamente, Él es el Camino, la Verdad y la Vida, porque sabemos que sólo Él tiene palabras de vida eterna. Pero este seguimiento a menudo implica cosas que no queremos oír porque contradicen pasiones muy arraigadas, y entonces preferimos no preguntar y seguir a Jesús a la vez que rivalizamos con nuestros hermanos por el poder o incumplimos cualquier otro de sus mandamientos. Nos lo ha dicho la Carta de Santiago: «¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros?».

Asumir plenamente el mensaje de Jesús no es nada fácil. Supone, como se nos decía el domingo pasado, negarse a uno mismo y compartir la cruz del Señor o, como se nos dice hoy, convertirse en «el último de todos y el servidor de todos». No es fácil dar este salto porque instintivamente buscamos acceder a la gloria sin pasar por la cruz.

Sólo la fe es capaz de dar este salto: sólo se atreve a morir el que está seguro de que tras la muerte le espera la resurrección; sólo puede negarse a sí mismo y convertirse en el servidor de todos el que sabe que recibirá por ello «el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna» (Mc 10,30).

Seamos astutos y aspiremos con audacia a la gloria para la que fuimos creados. Dejemos aparte por un momento nuestros afanes y pasiones y escuchemos con atención todo lo que el Señor tiene que decirnos. Y si no entendemos algo, preguntémosle sin miedo: Él nos dará su Espíritu para que podamos entender su palabra y someter a ella nuestra vida.

P. José María Prats



Evangelio

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos pasaban por Galilea, pero Él no quería que se supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía:

«El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará».

Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba:

«¿De qué discutíais por el camino?».

Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:

«Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo:

«El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado».

Marcos 9, 30-37