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sábado, 21 de junio de 2025

¡Bendito sea el Santísimo Sacramento del altar! / Por P. Carlos García Malo

 


José Eduardo, guerrillero ateo converso en el Camino Neocatecumenal: «Iba a misa con pistola, granadas y la Biblia; vi el amor de mis hermanos de comunidad, pero ese día escuché que Dios me quería como era»


Con solo 14 años, José Eduardo pasó a integrar las filas del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en la guerrilla de El Salvador, pero Dios le salvó la vida y le llevó a encontrar su lugar en el Camino Neocatecumenal

* «El milagro moral es que ahí había una comunidad queriéndote permanentemente, y tú a ellos. No me sentí juzgado y todos sabían dónde estaba. Ahí empezó otra etapa. El Señor me había acogido. Para mí, todo ha sido un regalo y una bendición. Mis hijos, mi matrimonio, mi comunidad, estar en la Iglesia… Sin la Iglesia no estaría vivo y sin ella no puedo vivir.  Si soy feliz, no es por haber pasado del tercer al primer mundo o por estar ahora relativamente bien, sino porque me he encontrado con Jesucristo»

Vídeo de  Gospa Arts en el que José Eduardo cuenta su testimonio

Camino Católico.- José Eduardo, salvadoreño de 60 años, está casado desde hace 31, tiene dos hijos y desde que tiene 14 pertenece al Camino Neocatecumenal. Pero su involucración en el movimiento no fue nada convencional. Como ha relatado recientemente en el podcast No tengo ni idea, del canal Gospa Arts, los únicos recuerdos que tiene de su infancia y primera adolescencia son los más crudos de una Guerra Fría que, en cierta forma, protagonizó como guerrillero revolucionario. La Iglesia y la comunidad, dice, "me salvaron la vida".

La guerra, que dejó como cómputo unos 75.000 muertos entre 1979 y 1991 estaba cerca de estallar cuando José Eduardo, con solo 13 años, asistió a los primeros conatos del conflicto. Como hijo de un acérrimo militante comunista, acostumbraba a acompañar a su padre a las reuniones del partido. No tardó en quedar fascinado por los llamados "campamentos de concienciación", donde miles de jóvenes empezaban a recibir el adiestramiento doctrinal, físico y militar para la revolución.

En la revolución: "Creía que estaba haciendo justicia"

Testigo de la pobreza generalizada y tras haber visto morir a niños y vecinos por la escasez, admite que nadie tenía que convencerle de nada. Inscrito en los "campamentos", fue formado para integrar la guerrilla contra el gobierno y pronto comenzó a participar en escaramuzas y sabotajes, o como lo llamaban, "los preparativos para la guerra popular". "Estaba convencido de estar haciendo justicia", remarca. 

Tendría 14 años cuando recibió su primera herida de guerra, cuando vio morir a su novia de un tiro en sus brazos y cuando, al fin, participó en la guerra contra el gobierno, muy diferente a las escaramuzas que conocía.

"Recuerdo el miedo, toda la noche cayendo las ramas por donde pasaban las balas como luces, pasar toda una noche bajo la raíz de un árbol y las balas y los tiros por todos lados", relata. En los campamentos había recibido instrucción para controlar el pánico, pero mirar la muerte a la cara era diferente.

Finalmente, la ayuda militar proveniente de Estados Unidos llevó al ejército gubernamental a imponerse sobre los primeros sofocos. El campamento del joven salvadoreño quedó destruido, los guerrilleros quedaron dispersos y sin darse cuenta, cruzó la frontera a Honduras huyendo de la muerte.


Milicias del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, a las que pertenecía José Eduardo con solo 14 años 

"Totalmente ateo", salvado por un sacerdote

"Llegamos a una parroquia y el cura nos acogió. Nos metió en unos camiones y gracias a él volvimos a San Salvador. Lo primero que hice fue ponerme en contacto con el Partido y me mandaron con una familia, cerca de la parroquia salesiana María Auxiliadora, sin poder salir de la casa", relata.

Pasaban los días y José Eduardo y sus dos compañeros tan solo salían a hacer algo de gimnasia de madrugada, cuando nadie podía preguntarse quienes eran. Su tiempo de ejercicio terminaba con el comienzo de las clases en el colegio más cercano, pero también con la primera misa de la parroquia, que captó su atención.

Criado sin más formación religiosa que la impartida por su abuela a cambio de alguna paga, admite que "no tenía ningún deseo de trascendencia" y que era "totalmente ateo". Pero el tedio de las largas horas encerrados en el "piso franco" del partido acabó pesando más y preguntó a Antonio, el hombre del Partido que custodiaba la casa, si podían aceptar la invitación del párroco e ir a misa como lectores.

En misa con la "uzi", granadas y pistolas

"Haced lo que queráis, pero id armados", les dijo. La orden del Partido era "morir matando", y debían estar preparados para cualquier cosa. Así que el guerrillero empezó a ir a misa cada domingo, acompañado siempre de una mochila con una magnum, un par de granadas, cargadores y el icónico subfusil uzi.

A las misas pronto se sumó su asistencia a catequesis, justo en el momento en que se fundaba precisamente en su parroquia la primera comunidad del Camino Neocatecumenal. "Id donde queráis siempre que vayáis armados y no salgáis de la zona", le respondieron de nuevo. Lo mismo ocurrió con la primera convivencia a la que le invitaron, de tres días de duración.

El guerrillero fue testigo directo de un suceso que marcó la historia del país. Quedaba solo un día para concluir la catequesis y dar paso a la "entrega de la Palabra", una ceremonia en la que el obispo de la diócesis entrega una Biblia a los catecúmenos. Era un 24 de marzo de 1980, y estaba previsto que presidiese la ceremonia el obispo Óscar Arnulfo Romero, cuando llegó el sacristán entre lágrimas. "Lo han matado", anunció.

Aquel día es por muchos considerado como el inicio formal de la guerra civil en El Salvador.

Conociendo el Camino: "El amor fue lo que me atrajo"

Rememorando su primera convivencia en el Camino, recuerda que, como en misa, también llevó todo su arsenal. Tenía 15 años y seguía "sin creer en nada" pero, sin darse cuenta, empezaba a ser considerado un miembro de pleno derecho en la comunidad cristiana.

"Algo empezó a entrar en mi corazón, sin darme cuenta. Fue el amor entre los hermanos. No tenía amigos, mi familia era muy desestructurada y no tenía una figura materna, solo a los compañeros de la guerrilla. Por eso, al no conocer el calor de la familia o de la madre, ahí sentí un cariño especial", relata.

Recuerda una imagen, cuando en plena misa se le cayó la pistola, como ejemplo del "milagro moral" que protagonizó. "Mis hermanos lo veían y no me decían nada. Me querían tal y como era. El amor fue lo que me atrajo. El milagro moral es que ahí había una comunidad queriéndote permanentemente, y tú a ellos. No me sentí juzgado y todos sabían donde estaba. Ahí empezó otra etapa. El Señor me había acogido", comenta.

Tras un complejo proceso de "desintoxicación" ideológica, el guerrillero volvió a ser llamado al combate. Recuerda un profundo conflicto interior, "no porque me hubiese convertido, sino por el sentimiento, por haber tenido una relación con ellos, un cariño especial".

Pero volvió a la guerra, y en esta ocasión fue más cruda que nunca. Ahora los guerrilleros tenían nuevos y mejores armamentos, la M16 o tanques entre otros, pero el gobierno también contaba con ayuda.

"Una bestia" rescatada: entre balazos, cadáveres y tripas

Recuerda aquella nueva guerra como el momento que más miedo pasó. Ahora el conflicto era "una guerra convencional", viendo caer a guerrilleros a su lado o a los enemigos a los que disparaba, empezando a ser consciente de "hasta qué punto se pierde el concepto de persona" en la guerra.

"Ya no tienes ni miedo, y mucho menos escrúpulos. Te daba igual. Perdía hasta los sentimientos al recoger a mis compañeros, a veces las tripas o trozos colgando de las bombas. Si sales de ahí sin nada que te ablande, eres una bestia", explica.

Pero a él le esperaban. Gracias a Dios, dice, "el Señor me rescató y ablandó el corazón". Tras cuatro meses en la guerrilla, derrotados pero vivo de nuevo, José Eduardo volvió a su comunidad. Sintiéndose parte de ella, recuerda que continuaba sin creer tras su regreso. Hasta que un día, en una catequesis, y aún sin poder explicarlo por completo, experimentó un torrente de fe que compara al fluir del agua en una presa totalmente abierta.

"Sin la Iglesia no estaría vivo"

"Entendí sin entender. Se me abrió un panorama en el que no podía unir el puzle, pero lo entendí. Experimenté la conversión a través de una palabra. Había visto los signos, el amor entre hermanos, la forma en que me acogió la Iglesia, pero ese día fue mi conversión. Escuché que Dios me quería como era", explica.

El momento decisivo fue la primera confesión en su vida, sin saber acusarse de mucho más que de haber acudido a la guerra de forma voluntaria o haberse dejado llevar por el "odio y ansia de matar". Aún recuerda entre lágrimas la respuesta del sacerdote: "Tú no tienes ningún pecado, porque eras un niño. Has sido víctima de la historia y tú eres de los inocentes. No ha sido tu culpa".

Aquella confesión sería el cambio definitivo en una vida que continuó primero en el exilio en Panamá y después al casarse, hace ya 31 años, y tener sus dos hijos.

"Para mí, todo ha sido un regalo y una bendición. Mis hijos, mi matrimonio, mi comunidad, estar en la Iglesia… Sin la Iglesia no estaría vivo y sin ella no puedo vivir.  Si soy feliz, no es por haber pasado del tercer al primer mundo o por estar ahora relativamente bien, sino porque me he encontrado con Jesucristo", concluye.

Patty Santa Cruz: «Por intercesión del venerable doctor Ernesto Cofiño fui sanada de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y mi hija de una hemorragia cerebral»


Patty Santa Cruz y su hija, ambas sanadas por intercesión del venerable doctor Ernesto Cofiño

Camino Católico.- Un 5 de junio nació el venerable Ernesto Cofiño, médico y siervo de Dios cuya vida estuvo marcada por el servicio a los más necesitados. Fue declarado Venerable por el Papa Francisco el 14 de diciembre de 2023 y está en proceso de beatificación. En un vídeo del Opus Dei, Patty Santa Cruz, una madre de familia guatemalteca que experimentó dos curaciones extraordinarias atribuidas a la intercesión del doctor Cofiño, cuenta cómo ella fue sanada de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), y su hija de una hemorragia cerebral.

Vídeo del Opus Dei en el que Patty Santa Cruz cuenta su testimonio

Patty Santa Cruz es madre de familia, tiene 57 años y tres hijos. Durante 30 años trabajó en Junkabal, un centro de formación y desarrollo de jóvenes y mujeres en Guatemala que fue impulsado por el doctor Ernesto Cofiño y su amigo Samuel Camhi, quien donó el terreno donde se construyó. 

En Junkabal, Patty había escuchado hablar del doctor Cofiño, especialmente sobre su proceso de beatificación, pero la verdad no le ponía mucha atención… hasta que la vida la llevó a experimentar su cercanía de una forma muy personal.

Por cierto, Junkabal es una palabra cakchikel, acomodada a la escritura y lengua española quiere decir «Calor de Hogar». 

El primer favor durante la Navidad

“En el año 2007, mi hija tenía 15 años cuando comenzó a sufrir unos dolores de cabeza muy fuertes. Luego vinieron las convulsiones. La llevamos de emergencia al hospital y el diagnóstico fue devastador: tenía una hemorragia cerebral causada por un hemangioma cavernoso en el parietal derecho. La cirugía era urgente y muy delicada, explicaron los médicos. En un hospital privado era demasiado costoso y solo un hospital público tenía la capacidad para realizarla.

En busca de una segunda opinión, le hicimos otra resonancia y la llevamos a otro médico. Cuando vio las imágenes, nos dijo algo que nos dejó sin palabras: 

—Ella ya está operada.

—Y preguntó sorprendido: «¿Cuándo fue esto?».

Le contamos que todo ocurrió el 24 de diciembre. El médico insistía en que, según la resonancia, ya había pasado por una cirugía, pero eso nunca ocurrió”.

Patty Santa Cruz y su hija, en 2007 cuando tuvieron que afrontar la hemorragia cerebral

Desde diciembre hasta febrero, Patty y su familia hicieron muchas novenas al doctor Cofiño pidiendo que todo saliera bien. Y no solo salió bien, sino que la operación ya no fue necesaria. Él se adelantó, dice Patty.

Cinco años después, en 2022, el neurocirujano pidió una resonancia de seguimiento. El técnico que la atendió, al ver las imágenes, le preguntó:

—¿A usted por qué le están haciendo una resonancia? Aquí no hay señales de que le haya pasado nada.

Fue como si nada hubiera sucedido.

Una batalla personal

En 2017, Patty empezó a sufrir crisis de asma cada vez más frecuentes. Consultó a un colega médico, y él, al ver su estado, le dijo:

—Esto no es solo asma. Algo anda mal.

“Me mandó a hacer una radiografía, y el resultado era sobrecogedor: había perdido un pulmón entero. El diagnóstico fue EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), una afección considerada irreversible. Los médicos le dijeron que, con cuidados estrictos, tal vez viviría entre cinco y diez años”.

«Me puse en manos de Dios», relata Patty. Una amiga suya se negó a aceptar ese destino y comenzó a rezarle al doctor Cofiño y animó a mucha gente a hacer lo mismo. Mientras tanto, la salud de Patty se deterioraba: dejó de caminar y la gente le decía que su piel se volvía azulado por la falta de oxígeno.

“Pero algo cambió. Poco a poco empecé a sentirme mejor. Me animé a ir con un neumólogo para que me ayudara a iniciar el tratamiento. Llevé la radiografía y, cuando el médico la vio, me dijo: 

—¿Por qué me trae una radiografía de unos pulmones sanos?

— «Yo pensé que era un error de la máquina».

Volví donde mi colega con la radiografía, la revisó y me preguntó si me había hecho otra. Le dije que no, que era la misma. Me miró y dijo: 

— «¿Y cómo es que tus pulmones están bien?» Y aunque él no es creyente, me dijo: «Esto es un milagro».

Un propósito más grande

Ya pasaron esos cinco años en los que, según los pronósticos, Patty no estaría contando esta historia. Y justo cuando se cumplía ese tiempo, su mamá sufrió un derrame cerebral. 

«Si yo no hubiera estado viva y bien, no la habría podido cuidar. Ahora entiendo que todo tenía un propósito. Estoy profundamente agradecida al doctor Cofiño. Para mí, es mi médico de cabecera. Cada vez que me duele algo, no dudo en hablarle con confianza, porque sé que intercede por nosotros. Este es mi testimonio, y lo comparto con el corazón lleno de gratitud».

 Conoce más de la vida del Venerable doctor Ernesto Cofiño en este vídeo

Marija Sedej, esposa, madre y cantante católica: «En familia leemos y aprendemos juntos sobre la Biblia, porque quiero que los niños amen de verdad a Dios y construyan una relación con Él que sea el fundamento de sus vidas»


Marija Sedej con dos de sus hijos y embarazada del tercero / Foto: Iven Mastin

* «A veces hablo con Dios mientras doy un paseo, y puede que alguien me mire un poco extrañado. Para mí es importante saber que el Señor está aquí y conmigo todos los días. Quiero que mis hijos sientan a Dios como su Padre bueno, que los protege, que nunca les dará nada malo y que estará con ellos incluso en los momentos difíciles. Intento mostrarles cómo hablar con Dios, cómo glorificarlo, cómo ser buenos con los demás y también mostrar a los demás este camino, que es el único verdadero, porque lleva a la verdad y a la vida. Es importante que haga todo esto de una manera suave y sobre todo con mi ejemplo, porque no quiero que sientan ningún tipo de coacción» 

Camino Católico.- Marija Sedej es la esposa de Gašper, madre de tres hijos -Vita, Adam y Zarja- y músico profesional. Es de Velika Gorica, cerca de Zagreb, y vino a Eslovenia por Gašper. Estudió piano en la Academia de Música de Croacia y es profesora de piano en la Escuela de Música y Ballet Anton Martin Slomšek de Maribor, donde actualmente está de baja por maternidad.

Su actividad musical está estrechamente ligada a la celebración. En Croacia formó parte activa del grupo de celebración Emanuel, en Eslovenia dirige el grupo Karizma desde hace más de 11 años, y durante algún tiempo también fue miembro del grupo Svetnik. Hace unos años, junto con sus amigas Irena y Andrea, fundó el grupo vocal I AM!, que canta a la gloria de Dios, y este año volverán a participar en el festival Rhythm of the Heart, donde presentarán su canción Gledam te.

Como dice Marija, lo que más define y marca su vida es que es hija de Dios e intenta vivir de acuerdo con ello. Cuenta su testimonio de vida a Katarina Berden en Aleteia.

El viaje de su vida

Marija Sedej además de cantante toca el piano y es profesora de ese instrumento / Foto: Denis Horvat

- El viaje de tu vida te ha traído a Eslovenia por amor. ¿Qué fue lo que más le costó acostumbrarse? ¿Qué le gusta de los eslovenos y de Eslovenia?

- Me siento muy guapa y en casa en Eslovenia. Croacia es mi patria y Eslovenia es mi hogar. Hicimos nuestra casa familiar en Pesnica, cerca de Maribor, y estoy muy contenta. Me acostumbré muy rápido a vivir en Eslovenia y no tuve muchos problemas con el idioma. No creo que haya tanta diferencia en la mentalidad de la gente de Zagreb y Maribor.

Pero lo que me llamó la atención al principio, por ejemplo, fue cuánta música croata está presente en nuestras emisoras de radio y cuánto nos gusta. Me gusta que los eslovenos sean muy activos físicamente, creo que más que los croatas, y aquí son un gran ejemplo para mí.

También me gusta que os guste explorar todos los lugares que visitan. Esto es especialmente evidente en el mar. Un croata típico estará tumbado en la playa o sentado tomando algo todo el tiempo, mientras que un esloveno típico estará explorando todos los rincones posibles del lugar. También me llama la atención que los eslovenos no se metan tanto en la vida de los demás, pero siempre están dispuestos a ayudar.

- ¿Cómo compagina todos sus papeles (esposa, madre, trabajo, músico, celebridad...)?

- En este momento es más fácil compaginarlo todo porque estoy de baja por maternidad y mi papel principal es ser esposa y madre. De lo contrario, debido a la naturaleza de mi trabajo, es muy difícil porque es un trabajo de tarde.

El papel de madre es, por supuesto, el más importante, pero también es muy importante para mí poder crear porque siento una fuerte necesidad interior de hacerlo. Si no creo, poco a poco pierdo la fuerza para todo lo demás. Como dedico mi música al Señor, crear me alimenta espiritualmente en cierto modo y da descanso a mi alma. Diría que es una de mis necesidades básicas.

Marija Sedej cantando con el grupo Emanuel / Foto: Rok Mihevc

- ¿Cómo es tu relación con Dios en tu vida diaria?

- A veces me da un poco de pena que mi relación con Dios no sea tan rica como antes. Ahora mis oraciones son más «sobre la marcha». Pero es bonito porque siempre rezamos juntos en familia, normalmente por la noche antes de acostarnos, a veces por la mañana.

Algunos días es lo único que consigo hacer por mi relación con Dios, porque los días son muy variados, pero al mismo tiempo me doy cuenta de que todo lo que hago es también una celebración. Puedo cocinar con Dios, doblar la ropa. Por ejemplo, cuando doblo la ropa de mi hija, la bendigo mentalmente. A veces canto mientras trabajo, duermo a mi bebé escuchando música de alabanza…

La espiritualidad

Desde hace muchos años tenemos la costumbre de leer las lecturas diarias y el Evangelio por la noche en lugar de los cuentos. Me parece muy importante que los niños conozcan la Biblia. Nuestro hijo mayor es un verdadero experto en la Biblia.

¡También fortalezco mi relación con Dios en mis relaciones con mis hermanos y hermanas, por ejemplo con las chicas de I AM! tenemos un grupo en Messenger donde hablamos mucho, y Gašper y yo participamos activamente en un grupo matrimonial.

A veces hablo con Dios mientras doy un paseo, y puede que alguien me mire un poco extrañado. Para mí es importante saber que el Señor está aquí y conmigo todos los días.

Marija Sedej con las componentes del grupo Emanuel / Foto: Matjaž Vertuš

- ¿Qué quieres que tus hijos aprendan de tu ejemplo de fe y relación con Dios?

- Quiero y rezo para que lleguen a conocerle y desarrollen una relación personal con Él, y que Él les atraiga hacia Sí de tal manera que dure toda la vida. Por eso creo que es importante que leamos y aprendamos juntos sobre la Biblia, porque quiero que los niños amen de verdad a Dios y construyan una relación con Él que sea el fundamento de sus vidas.

Y que lo sientan como su Padre bueno, que los protege, que nunca les dará nada malo y que estará con ellos incluso en los momentos difíciles. Intento mostrarles cómo hablar con Dios, cómo glorificarlo, cómo ser buenos con los demás y también mostrar a los demás este camino, que es el único verdadero, porque lleva a la verdad y a la vida.

Es importante que haga todo esto de una manera suave y sobre todo con mi ejemplo, porque no quiero que sientan ningún tipo de coacción.

Homilía del P. José Aurelio Martín y lecturas de la Misa de hoy, sábado, San Luis Gonzaga, 21-6-2025

21 de junio de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. José Aurelio Martín Jiménez y lecturas de la Santa Misa de hoy, sábado de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, San Luis Gonzaga, religioso, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, sábado, San Luis Gonzaga, 21-6-2025

21 de junio de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, sábado de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, San Luis Gonzaga, religioso, presidida por el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gozosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 21-6-2025

21 de junio de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, sábado, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero. 

Palabra de Vida 21/6/2025: «No os agobiéis por el mañana» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 21 de junio de 2025, sábado de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 6, 24-34:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

Por eso os digo: No estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?

¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?

¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.

Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».