* Sintió que en lo profundo de su ser Dios mismo le decía… «Te hice partícipe de mi dolor, de mi sufrimiento, para que repares mi corazón, seas testimonio y logres encaminarte»”
* “Apelé a su misericordia adorándolo allí en la Eucaristía expuesta en el Santísimo. Concluí «estás ahí…. ¿Quiénes soy para odiar, si tú me has perdonado?»”
miércoles, 29 de enero de 2014
Adriana Aristizábal: "En cada misa estiro mis manos para rezar el Padre Nuestro y pido por los asesinos de mi papá"
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