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jueves, 8 de mayo de 2014

Melissa Ohden fue abortada y sobrevivió porque una enfermera la oyó llorar en el cubo de la basura


Melissa fue adoptada, y no supo hasta los 14 años cómo había empezado su vida: «Eso cambió mi vida. Durante años me sentí increíblemente sola. Estaba llena de miedo. Luchaba contra la vergüenza, la ofuscación, incluso la culpa»

8 de mayo de 2014.- (Camino Católico) Melissa Ohden fue uno de esos casos, en modo alguno aislados, de fetos que sobreviven al aborto. Son ya hasta 44.000 en Estados Unidos las personas con ese origen, según cifras oficiales. Melissa Ohden ha contado lo que le pasó a ella en numerosos foros y en vídeo, como el que ofrecemos.

En 1977, cuando su madre estaba embarazada de siete meses, se sometió a un aborto por envenenamiento salino. El resultado fue que Melissa acabó viva en un cubo de la basura. Pero al salir, los pulmones de la niña se abrieron, y comenzó a llorar. Una enfermera la escuchó, y entonces los médicos que habían intentado matarla decidieron salvarle la vida.

Melissa fue adoptada, y no supo hasta los 14 años cómo había empezado su vida: «Eso cambió mi vida. Durante años me sentí increíblemente sola. Estaba llena de miedo. Luchaba contra la vergüenza, la ofuscación, incluso la culpa». Tras licenciarse en Trabajo Social y colaborar con grupos provida, en 2007 dio a conocer su caso para ayudar, prestando su testimonio, tanto a madres que están pensando abortar como a quienes ya lo han hecho y padecen el síndrome postaborto. Actualmente está casada y tiene dos hijos.

Ha perdonado a su madre biológica, pero también confiesa que cada mañana, cuando suena el despertador y hay que afrontar otro día, recuerda siempre que por la«decisión» [choice, en inglés, la palabra tótem de los proabortistas en Estados Unidos] de alguien, ella no debía estar viva.

Ohden ha explicado en nuemerosas ocasiones:«Fui abortada, y mi cuerpo descartado… como si no existiera. Pero una enfermera me oyó llorar, y me cuidaron lo suficiente para salvar mi vida».

Y ha asegurado en sus testimonios que «sé que hoy estoy viva por la gracia de Dios».


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