“Nunca había experimentado nada así. ¡Cuánto decía la misa de la naturaleza tremenda del Cielo y de Dios! Cuando al final de la vigilia vi a unas cuantas personas que recibían sus primeros sacramentos, supe que Dios me llamaba a hacer lo mismo. No podía resistirme al amor de la Madre Iglesia. Miembros de mi familia me rechazarían, mis profesores lo lamentarían… mi futuro sería incierto, y mis amigos se reirían, pero ya no me importaba. La siguiente Pascua, recibí a mi Jesús, que tanto había esperado, en la Santa Comunión, como católica, y mi alma por fin descansó. Había llegado a casa”
viernes, 6 de enero de 2017
Amanda Evinger era protestante devota y entró en una parroquia pensando que la Vigilia de Pascua duraba 20 minutos y salió católica
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