* «Parece que nuestro Dios quiere cantarnos la canción de cuna. Nuestro Dios es capaz de esto. Su ternura es así: es padre y madre. Tantas veces ha dicho: “Pero si una mamá se olvidara de su hijo, Yo no te olvidaré. Nos lleva en sus propias entrañas. Es el Dios que con este diálogo se hace pequeño para hacernos comprender, para hacer que nosotros tengamos confianza en Él y podamos decirle con la audacia de Pablo que cambia la palabra y dice: “Papá, Abba”. Papá… Es la ternura de Dios»

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