* «El diablo quiere que cada uno de nosotros no viva para dar vida, tanto física como espiritual, a los demás. Que viva para sí mismo: el egoísmo, la soberbia, la vanidad. Engordar el alma sin vivir para los demás. El diablo es el que hace crecer la cizaña del egoísmo y no nos hace fecundos ¿Cómo es mi corazón? ¿Está vacío – siempre vacío – pero abierto para recibir continuamente la vida y dar la vida? ¿Para recibir y ser fecundo? ¿O será un corazón conservado como un objeto de museo que jamás ha sido abierto a la vida ni a dar la vida? Ven Señor, llena la cuna, llena mi corazón e impúlsame a dar la vida, a ser fecundo»
* «El diablo quiere que cada uno de nosotros no viva para dar vida, tanto física como espiritual, a los demás. Que viva para sí mismo: el egoísmo, la soberbia, la vanidad. Engordar el alma sin vivir para los demás. El diablo es el que hace crecer la cizaña del egoísmo y no nos hace fecundos ¿Cómo es mi corazón? ¿Está vacío – siempre vacío – pero abierto para recibir continuamente la vida y dar la vida? ¿Para recibir y ser fecundo? ¿O será un corazón conservado como un objeto de museo que jamás ha sido abierto a la vida ni a dar la vida? Ven Señor, llena la cuna, llena mi corazón e impúlsame a dar la vida, a ser fecundo»
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