* «Descubrí que el bautismo era la Trinidad que vivía en mí y me inundaba. Descubrí que el Padre vivía en mí, que era mi Padre como lo era de Cristo, qué gran descubrimiento. Descubrí que Jesús, día tras día, brotaba de mí, por cortesía de Dios Padre. Y el siguiente gran descubrimiento: que Jesús, Rey de Reyes, vive dentro de mí, toda mi vida. Me pregunté: ¿y qué hace en mi interior? Y me llegó rápido la respuesta: ‘me he casado contigo, soy el novio, tú eres la novia’. El Cantar de los Cantares. El Espíritu Santo me hace creativo, como Él, está vivo en mí, siempre ha estado; esto me da un volcán de gratitud»

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