* «Durante un instante me sentí más poderoso que Nietzsche y que todos esos filósofos que anunciaron que Dios había muerto. Pero, de repente, todo eso cambió. No vi nada, no oí nada, no toqué nada, pero percibí una sensación de amor increíble y una certeza de alegría y eternidad. Como si un sol extraordinario se hubiera puesto a brillar en plena noche»

No hay comentarios:
Publicar un comentario