* «La medida del amor es amar sin medidas. Nosotros mismos —dijo el Papa Luciani— «somos objeto, por parte de Dios, de un amor que nunca decae» (Ángelus, 10 septiembre 1978). Que nunca decae, es decir, que no se eclipsa nunca en nuestra vida, que resplandece sobre nosotros y que ilumina también las noches más oscuras. Y entonces, mirando al Crucificado, estamos llamados a la altura de ese amor: a purificarnos de nuestras ideas distorsionadas sobre Dios y de nuestras cerrazones, a amarlo a Él y a los demás, en la Iglesia y en la sociedad, también a aquellos que no piensan como nosotros, e incluso a los enemigos»
Video completo de la transmisión en directo de 13 TV con la homilía del Papa traducida al español
* «Amar; aunque cueste la cruz del sacrificio, del silencio, de la incomprensión y de la soledad, aunque nos pongan trabas y seamos perseguidos; amar así, incluso a este precio. Porque —como dijo también el Beato Juan Pablo I— si quieres besar a Jesús crucificado «no puedes por menos de inclinarte hacia la cruz y dejar que te puncen algunas espinas de la corona, que tiene la cabeza del Señor» (Audiencia General, 27 septiembre 1978). El amor hasta el extremo, con todas sus espinas; no las cosas hechas a medias, las componendas o la vida tranquila»