* «La gente de la calle tenía sus sufrimientos y nosotros los nuestros; ¡todos estábamos en el mismo barco! Y sobre todo, se atrevieron a hacernos preguntas que otros no se atrevían a hacernos, con sencillez y sin segundas intenciones: ‘¿No tienes hijos? ¿Por qué? ¡Iré a rezar a Santa Rita por ti!’. Esta espontaneidad en las relaciones fue liberadora… ¡Fue una gran sorpresa, un regalo increíble! Nunca sabremos las razones exactas que hicieron posible este embarazo, pero pensamos que al decir sí a Hogares Lázaro, probablemente dejamos pasar muchas cosas. Teresa nació en febrero, y su llegada fue la confirmación de que estábamos en el lugar correcto. Algunas personas nos preguntan si, a pesar del nacimiento, queremos quedarnos en Lázaro, pero para nosotros es obvio que sí»