* «En ese momento empecé a sentir calor por todo mi cuerpo, a llorar, a gritar y sentí como la droga comenzó a salir por mis poros, porque mi lengua siempre estaba adolorida y mi nariz sangraba por tanta droga. Todo mi cuerpo tenía dolor cuando no me drogaba, pero después de la oración me sentí como un bebé, me sentí nuevo y le dije a mi papá que tenía mucha hambre. Yo no comía nada y cuando empezaba a sentir taquicardia me tomaba un vaso de leche para cortar la sustancia. Ahí comenzó un cambio enorme. Estaba ansioso por llegar a la casa para fumar, pero en cuanto llegué y lo tomé una voz interior que me dijo: ‘¡No, no lo fumes!’ Y no lo hice. Esto fue un 17 de junio del 2006 y ese día lo tengo guardado en mi corazón porque fue el día que el Señor me tocó, me llamó. Sentí un llamado muy personal, sentí que el Señor me decía: ‘Joel, así como tú has arruinado la vida a muchos jóvenes y muchas familias, ahora tienes que ir con muchos jóvenes y muchas familias a llevarles mi mensaje de amor’. Desde entonces comenzó el proceso de conversión»
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domingo, 19 de junio de 2022
Joel De Loera: «Víctima de acoso escolar, jugaba con la ouija, el vudú, era adicto a las drogas y al sexo hasta que dije: ‘Jesús, si tú realmente existes, ayúdame, cámbiame’»
Joel De Loera,
con su esposa y sus hijos / Foto: @amorycafe2018
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jueves, 14 de enero de 2021
Nicolás Gil, futbolista colombiano, que vive consagrado a María: «Era mujeriego, experimentaba el vacío, me sentía sucio y empecé a buscar a Dios. Mi meta es ser santo»
* «Mis amigos se escandalizan con muchas cosas de la castidad, se escandalizan de llevar una vida en castidad, en pureza; ¡pero somos templos del Espíritu Santo! y tenemos que respetarnos a nosotros mismos, a las demás personas, en este caso a las mujeres… Hay que cuidar mucho el corazón y he aprendido mucho eso… Dios siempre está tocando el corazón de todos y uno es el que no accede a ese amor, a esa misericordia infinita que el día a día nos brinda. En el placer de la carne, de la concupiscencia, en el placer desordenado de la lujuria, de la fornicación pues no vamos a encontrar la felicidad y la plenitud que uno como hombre busca. Como jóvenes los invito a que también vivan un retiro espiritual que sea en una comunidad católica donde puedan experimentar el amor de Dios»
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