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viernes, 20 de septiembre de 2024

Mauricio Grisales, abusado en la infancia, adicto a las drogas, las fiestas y las mujeres, fue a un retiro por una chica y «experimenté el amor de Dios: Me hizo una criatura nueva»

 

Mauricio Grisales explicando su camino de conversión

* «En una adoración al Santísimo, cuando miraba al Sagrario, siempre había una chica que me cautivó por su recogimiento y piedad. Nos conocimos, compartimos el apostolado y la invité a salir. Ella estaba preparándose para ser carmelita descalza, pero antes de declararnos le preguntamos a Dios y el sentimiento permaneció. Tras tres años de noviazgo en castidad, basado en las virtudes, la oración y el apostolado, nos casamos. Dios fue el centro»

Vídeo de H.M. Televisión en el que Mauricio Grisales cuenta su testimonio

Camino Católico.- Un suceso traumático marcó la infancia de Mauricio Grisales, cuando sufrió abusos sexuales. Las heridas producidas en él le facilitarán la caída en pecados del ámbito sexual. Influenciado por una profesora, comenzó a moverse en el mundo del ateísmo, cada vez más lejos de Dios. Las mujeres y las drogas no le permitieron tener nunca una relación estable, hasta que conoció a una chica gracias a la cual conoció a Dios. Mauricio cuenta su testimonio de conversión,  desde Valencia,  en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. Televisión.

Mauricio Grisales nació en una familia católica, pero sin apenas práctica religiosa por lo que no recuerda figuras en su familia que fuesen un referente de fe. Pese a eso, en su infancia, hasta que cumplió seis años,  coleccionaba estampas de santos y pedía a su madre, que de vez en cuando rezaba el rosario, que le comprase nuevas estampas para hacer un pequeño altar en su cuarto.

Pero luego, "ahí se quedó todo", asegura, porque vivió un "doloroso acontecimiento", cuando sufrió abusos sexuales: "Abrieron unas brechas muy grandes en mi vida sexual y camino a una serie de adicciones" que le determinarían su vida durante décadas.


Mauricio Grisales en su infancia

"Dar muerte a Dios", las fiestas electrónica y las adicciones

Durante  su adolescencia, en un momento dado, su profesora de filosofía alentó a los alumnos a "dar muerte a Dios" para alcanzar "la libertad del hombre", Mauricio no tenía argumentos para defenderse. Su introducción al  ateísmo empezó como "una atractiva provocación" en su vida pero  lo llevó a la lectura de grandes referentes ateos como Marx o Nietzsche.  “Entre los 12 y los 22 años hubo un vacío existencial muy fuerte en mi vida, prácticamente era indiferente y simpaticé mucho con el agnosticismo”.

Mauricio empezó a asistir a fiestas electrónicas de días de duración, donde probó entre otras drogas el éxtasis, el alcohol y comenzó a tener "una vida muy desenfrenada con mujeres". Sin embargo, "un vacío continuo" llamaba a su puerta cada noche al regresar a casa, rompiendo a llorar sin saber por qué.

Reconoce que la raíz de su vacío  "era la ausencia de Dios. Anhelaba con todo mi corazón que existiera y había algo que no me dejaba sucumbir del todo. Me sentía amado por un padre sacrificado que tanto trabajaba, una madre desvivida por sus hijos… algo tenía que haber si recibía amor por todos lados incluso sin buscarlo. Eso era lo que me mantenía".

Que Dios existiese llegó a ser para él "una necesidad". Así, empezó a buscarle, "sin saber dónde ni cómo", hasta que llegó "el momento crucial".


Dos imágenes de Mauricio Grisales antes de su conversión, cuando vivía adicto y en continuas fiestas

El crucial retiro al que fue por una chica

A sus 22 años, después de mucho tiempo de  relaciones tóxicas e inestables, "estaba cansado y quería a alguien con quien compartir" un proyecto de vida. Y esa chica llegó, pero no fue como esperaba: poco después, la relación terminó y ella se fue a un retiro espiritual. La joven se quedó con la cámara de fotos de Mauricio, y esta era la única excusa para que el joven hablase con ella.

"Cuando llegó del retiro, la llamé para pedirle la cámara y me dijo que había encontrado lo que llevaba buscando toda su vida: a Dios. Pensé que le habían comido la cabeza, pero acabé yendo a un retiro. No para buscar a Dios, sino para recuperarla.  En el retiro fui consciente de que había vivido sin tener noción de cómo el pecado me esclavizaba, de lo mal que había vivido los noviazgos y experimenté el amor de Dios", relata.

"Me daba cuenta de que también deseaba que Dios no existiese para poder hacer lo que me diese la gana", pero entonces recordó una "experiencia mariana impresionante" del retiro: "experimenté que tenía una madre que me amaba de una manera perfecta, que era un reflejo visible de Dios. Intelectualmente el Señor me sacudió, pero también penetró en mi corazón".

Desde entonces, tuvo un rechazo absoluto por todos los vicios de su antigua vida: el alcohol, la fiesta, las relaciones… "Todo sucumbió ese fin de semana y realidades que me acompañaron más de diez años de mi vida se destruyeron en un momento”.

Mauricio percibió que Dios le había socorrido en el apego que tenía "al mundo", pero quedaba un obstáculo que superar para su conversión definitiva: "Tuve una crisis muy fuerte por todo lo que había leído en la juventud, aquellas doctrinas aparecieron nuevamente y tuve que buscar razones para demostrarme la existencia de Dios. Profundizar en la fe me ayudó mucho en la lucha racional que tenía. Dios había vencido al mundo en mí y en esa lucha contra mí mismo, empezó a ayudarme con lecturas y formación", recuerda.

La larga confesión que le provocó "hambre de Dios" y la adoración en la conoció a su esposa

Se confesó largamente y acabó besando los pies al sacerdote. Tras la confesión, Mauricio desarrolló un "hambre voraz" de Dios, adquirió multitud de libros de oración y comenzó a incluir la Misa y la oración en su día a día, pese a las fuertes "persecuciones" a las que le sometía su familia, que buscaba que desistiera de su nuevo camino.



Mauricio Grisales con su esposa el día de su boda. Se conocieron en una adoración al Santísimo

Mauricio conoció así a la que sería su esposa: "En una adoración al Santísimo, cuando miraba al Sagrario, siempre había una chica que me cautivó por su recogimiento y piedad. Nos conocimos, compartimos apostolado y la invité a salir. Ella estaba preparándose para ser carmelita descalza, pero antes de declararnos le preguntamos a Dios y el sentimiento permaneció. Tras tres años de noviazgo en castidad, basado en las virtudes, la oración y el apostolado, nos casamos. Dios fue el centro".

Mauricio agradece como “Dios rompió una atadura fortísima en su vida" que él no pudo cortar: "Estuve muy  metido en el mundo.  Cuando puse en la balanza lo que Dios me estaba regalando y lo que el mundo me ofrecía,  lo que el mundo me daba era simplemente una máscara, un barniz de felicidad. La verdadera paz me la daba Dios. Él me hizo una criatura nueva".


domingo, 15 de septiembre de 2024

Alondra Molina iba de fiestas, se drogaba y «negaba a Dios porque para mí era basura. Ante el Santísimo caí de rodillas. Me sentí amada con el amor de Dios, que no te juzga»

 


Alondra Molina

* «Era como si ya no hubiese `algo´ sino `alguien´ que me decía que no importaba lo que hubiese hecho. Dios existía. Mi vida ha cambiado en todo, ha dado una vuelta. El amor existe, también dentro de mi, valoro más a la familia a la que tanto daño le hice y me quiero y me acepto. Soy creación del Señor y si le amo, tengo que aprender a amarme a mí. Con dificultad, pero lo he ido logrando»

Camino Católico.-  Alondra Molina es una chica que creció con fe en Chile, pero debido a que no se aceptaba físicamente y a que comenzó a meterse en tribus urbanas, comenzó a alejarse de Dios e incluso a despreciarlo e insultarlo hasta llegar a experimentar el odio porque «para mí era basura y me burlaba». Se adentró en el mundo de la música electrónica, del alcohol, los chicos y la droga para intentar ser feliz y llenar el vacío que sentía. Acabó cayendo muy bajo en su vida, hasta tal punto que no pudo más y volvió a casa como el hijo pródigo. Estando en casa su madre le invitó a una Misa y ella fue. Allí el obispo le propuso colaborar con una hora de turnos de adoración, y esa hora cambiará su vida. Cuenta su testimonio de conversión en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. Televisión.

Esta muchacha se crió en una familia numerosa, católica y misionera, para la que la Santa Misa y el Rosario eran sagrados. Alondra admite que lejos de aprovechar esa educación en la fe, nunca profundizó en ella. Fue a los 12 años, a raíz de un problema hormonal cuando empezó a autodestruirse: «Comencé a no aceptarme como persona y físicamente. Conocí modas, tribus urbanas y comencé a perderme y refugiarme del dolor y la frustración en el alcohol».

En un par de ocasiones rezó por aceptarse: «Según yo, no obtenía respuestas, no fui perseverante y encontré otros métodos del mundo más fáciles que hacían que me sintiese bien, donde pude refugiarme. Al cogerle el gusto al mundo, comenzó un engaño».

Fiesta, drogas y alcohol

Durante diez años «iba de fiesta todo el tiempo, engañaba a mis padres para poder estar tres días seguidos de fiesta y mis padres me aconsejaban mucho, pero no les escuchaba. No quise escuchar».

Empezó a trabajar nada más salir de la escuela, a los 15 años: «Me hizo mucho mal. Trabajaba en la calle fiscalizando el transporte público de Santiago de Chille. Ahí comencé a ver cosas que me impactaron: prostitución, drogadicción, la muerte frente a mí… incluso me amenazaron de muerte y mientras me involucré en las drogas de LSD y el alcohol».


Alondra Molina , antes de su conversión, cuando sus actos la autodestruían

Cambió de trabajo, la empresa quebró y de pronto se vio sin recursos ni capacidad de poder costearse los estudios ni su ritmo de vida. Sus padres se mudaron al sur del país y  solo la acogió su hermana mayor, pero la misma Alondra hizo que la convivencia fuese insoportable para las hermanas hasta que abandonó su casa. «Se me cayó el mundo», relata. En ese momento, Alondra caía en picado y no podía plantearse una vida en la que no pudiese estudiar ni costearse sus fiestas.

Alondra «quería desaparecer» y deambulando por las calles acabó en un concierto de música psicodélica donde le invitaron a probar una potente droga similar al LSD. «Estarás bien, te producirá felicidad», le dijeron. La joven perdió la noción del tiempo, tuvo visiones y pasadas nueve horas el ácido que consumió le hizo sentirse totalmente abrasada por dentro.

De pensar en suicidarse y negar a Dios a orar para desafiarlo para ver si existía

«¿Por qué te estás haciendo daño? ¿Qué estás haciendo?», se preguntó. En alguna ocasión, había pensado «quitarse de en medio«, pero aquella experiencia le hizo saber que, sin quererlo, había estado cerca de lograrlo. Asustada, sin amigos en quien confiar y sola, la idea de Dios se le pasó por la cabeza no sin dificultad, pues recuerda con dolor como solía «negar a ese Dios que supuestamente existía» en muchas ocasiones: «Para mí era basura y me burlaba». No le quedaba nada, salvo un antiguo rosario que le regalaron sus padres y que conservaba «por cariño». «¿Si existes, donde estás? Porque no creo en ti«, pensó.

Lo «intentó» para ver si existía y decidió «desafiar a Dios» rezando la Coronilla de la Divina Misericordia. «Al día siguiente, sentí la necesidad de volver a rezarla porque me sentí bien, solo lo hacía por eso», asegura.

Tras sufrir un reiterado acoso sexual por parte de una compañera lesbiana de su trabajo, Alondra decidió negociar su despido y viajar, sin contárselo a nadie, a Villarica, la localidad al sur del país donde se encontraba su familia. Aquel día era la Navidad del año 2014.

Alondra Molina tenía llena de fiestas su vida, pero vivía en un vacío existencial y burlándose de Dios, que le hizo pensar en quitarse la vida

Ante una Custodia con el Santísimo experimenta que Dios existe

«Cuando llegué, mis padres me recibieron y a mi padre se le cayeron las lágrimas. Estuve dos meses sin salir de casa, no quería conocer nada ni a nadie hasta que en febrero de 2015 me invitaron a una Misa en la catedral«, recuerda. En la homilía, el obispo anunció unos turnos de Adoración al Santísimo e invitó a los presentes a participar. «Por lo menos puedes ayudar», pensó Alondra, en pleno proceso de búsqueda de «este supuesto Dios».

Al ver la custodia frente a ella. «Caí de rodillas. Me sentí amada, pero con el amor de Dios, que no te juzga, como si ya no hubiese `algo´ sino `alguien´ que me decía que no importaba lo que hubiese hecho», rememora. La joven pasó cinco horas llorando y rezando, sin ser consciente del tiempo al darse cuenta de que tenía una prueba palpable de lo que llevaba tiempo  pidiendo: «Dios existía«.

Desde entonces asistió sin faltar un solo día a la Adoración, hasta que en marzo de 2015 acudió al obispado pidiendo un director espiritual. Como el hijo pródigo, Alondra regresó a la fe. Enamorada de la Adoración, se sintió llamada a comenzar un apostolado inexistente en su diócesis y pidió permiso al obispo para llevar a Villarica la Adoración Nocturna.

«Mi vida ha cambiado en todo, ha dado una vuelta. El amor existe, también dentro de mi, valoro más a la familia a la que tanto daño le hice y me quiero y me acepto. Soy creación del Señor y si le amo, tengo que aprender a amarme a mí. Con dificultad, pero lo he ido logrando», valora para concluir.

miércoles, 22 de mayo de 2024

Siobhan Mhic Craith: «Fui a Medjugorje a tomar el sol, estuvimos de copas, vi el rostro del diablo, recé el rosario, me confesé y  supe: `Eso es Jesús´. Me vino el don de la fe»


 * «Solo sabía que Jesús estaba presente, era una certeza, y así comenzó mi fe. Busqué un grupo de oración y poco después acabé dirigiendo uno, pero necesitaba algo más, y me fui a formar parte de una comunidad de jóvenes de Escocia durante un año. Tuve muchas consolaciones aquellos primeros años, volví varias veces a Medjugorje y empecé a rezar el rosario leyendo los mensajes de Nuestra Señora. Estaba completamente enamorada de Dios y hasta hoy no he vuelto a tener miedo»

Camino Católico.- Siobhan Mhic Craith nace en un ambiente de fiestas debido a que su padre Liam Clancy fue el miembro más joven y líder del grupo de folk The Clancy Brothers, la primera agrupación estrella del pop en Irlanda. Va a un colegio católico solo porque es bueno y seguro, pero en su familia no practican la fe. Su madre va a Medjugorje y allí se convierte. Vuelve a casa hablando de la Virgen, de sus mensajes y de que tienen que rezar el rosario e ir a Misa.

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domingo, 7 de abril de 2024

Miguel Ángel Sanchíz se alejó de Dios, «fumaba porros, iba de fiesta y cogía lo que necesitaba. Me encontré con Cristo crucificado muriendo por mí al mirar la cruz y soy cura»


* «Viendo lo que yo era, después de escuchar el relato de la Pasión y escuchando el canto de adoración eucarística Oh Jesús, amor mío, que dice: “Tú has recibido los insultos y los desprecios de mí, para que yo reciba la bendición de ti”. Yo le daba al Señor mi lujuria, mi soberbia, mis mentiras… En mi casa mentía constantemente, en la comunidad mentía constantemente, a los profesores les mentía constantemente y le mentía a Dios. Y veía cómo el Señor me respondía con amor, bendición y cariño; muriendo por mí. Eso fue lo que, mirando la cruz, me cambió. En definitiva, sentí un amor que nunca había sentido. Sé que el Señor me llama así, en mi debilidad»

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martes, 16 de enero de 2024

Caroline Molan se alejó de Dios hasta que leyó una experiencia del “más allá”, acudió al rosario en su embarazo, se confesó y comulgó: «Jesús se hizo vivo en mi corazón»

 


*  «Después de un año viviendo con una amiga, le hicimos una fiesta de despedida antes de que se marchase. Allí conocí a Tom. Siempre vi algo sólido en él, y encajamos enseguida… No fuimos castos antes del matrimonio. Tras tener mi primer hijo por cesárea, me quedé embarazada de nuevo, y no quería tener otra cesárea. En medio de la angustia, empecé a rezar el rosario, que fue como una solución fácil. A través de Tom, volví a misa tras años sin ir, y sentía de nuevo que el corazón me quemaba»

Caroline Molan explica su conversión en una entrevista en el programa Cambio de Agujas de H.M. Televisión,

*  «Cuando Nora, mi segunda hija, tenía 5 meses, rezamos la novena del Perpetuo Socorro, muy famosa en Irlanda. Allí leí la experiencia cercana a la muerte de Gloria Polo y se lo conté a mi madre. Como sabía que me interesaba ese tema, me dio un libro con experiencias cercanas a la muerte, `Quiero ir al cielo cuando muera´. Aquel libro fue un punto de inflexión. Dio respuestas a todas mis preguntas. Fue como si estuviese abrazando a Jesús y le pidiese perdón. Al día siguiente me fui al confesionario. No tenía ni idea. Le dije al sacerdote que habían pasado 15 años desde mi última confesión, y le conté todos mis pecados. Era encantador, y aquel día, pude confesarme y recibir la Eucaristía»

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viernes, 25 de junio de 2021

Claire se alejó de Dios, iba de fiestas, bebía y una «relación amorosa me destruyó. Fui a un grupo cristiano y me confesé. Dios esperó que diese un paso hacia Él»

 


* «Descubrí que realmente Dios siempre había estado a mi lado, incluso cuando atravesaba dificultades y me sentía muy sola. No era Dios quien se había alejado de mí, era yo quien había decidido vivir lejos de Él. Comprendí hasta qué punto Dios había respetado mi libertad durante los años anteriores»

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viernes, 21 de julio de 2017

Miguel Ángel Valdivia encontró a Dios, dejó sus adicciones, se rehabilitó y hoy dedica su vida a combatir las drogas

* «No creía en Dios, hasta que un día, en agosto del 2000, me invitaron a un retiro de conversión en Cartagena y todo cambió… Sentí miedo, y el padre me dijo que era porque se me presentó el Espíritu Santo. Era todo un misterio para mí. Ahí prometí dejar los vicios»


viernes, 31 de marzo de 2017

Thomas Clements tomaba alcohol y drogas, montaba fiestas, lo que veía en MTV, nada le hacía feliz: un día fue a misa y se convirtió

El 24 de abril de 2007, “con la ayuda del Espíritu Santo, finalmente renuncié a mi mortífero círculo vicioso, dejé de beber y drogarme. Pensé que tenía todo en la playa, pero en realidad no tenía nada. Al renunciar a lo que yo pensaba que era todo, realmente gané todo. Todavía vuelvo a la playa de Destin de vacaciones, pero nunca volveré a una vida sin Jesús. Nada podría ser peor que una vida sin Jesús. Lo sé por experiencia”

domingo, 12 de agosto de 2012

Manuel Viego es hoy sacerdote tras encontrarse con Dios y dejar fiestas, sexo, y drogas

«Sentí que Dios estaba a mi lado y que me decía levántate y anda!»
12 de agosto de 2012.- (13 TV / Camino Católico) Cuando fue ordenado sacerdote el 3 de abril de 2005, Manuel Viego supo que había llegado una etapa de plenitud en su vida, una etapa orientada al servicio. Durante un tiempo fue el pastor de 14 parroquias de la montaña asturiana. Su casa, que es grande, siempre está llena de gente y siente la llamada de decir a los jóvenes que"se acaba antes el picador que la mina", es decir, que los goces no llenan, que sólo Dios llena al hombre.
Este asturiano vivió lo que el dinero, el sexo y la droga tenían para ofrecerle. Hasta que se encontró con Dios. Dejó las drogas refugiándose en la fe. No sabía ni el Padre Nuestro, pero optó por orar a la Virgen. Fue en la Semana Santa de 1992 que se fue de juerga a Tenerife, donde “casi muero de sobredosis, pensé en mi madre, me encomendé a Dios y sobreviví”asegura Manuel Viego. Su conversión fue un proceso vital lento. Un cursillo de cristiandad lo hizo crecer en la fe y lo transformó definitivamente. En el vídeo que publicamos puede verse el testimonio de Manuel Viego en el programa “Cuéntame tu historia" de 13 TV. Además, reproducimos la entrevista en el diario La Razón de Pablo J. GinésLeer más...