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viernes, 23 de mayo de 2025

Fabrice Amedeo era agnóstico y navegando con su velero encontró la fe: «Cruzaba olas de seis metros de altura, recé ante la Virgen Negra y me sentí envuelto en un inmenso amor y protegido como nunca»


Fabrice Amedeo un agnóstico lobo de mar que abandonó la fe y su experiencia navegando 45.000 kilómetros le ha llevado a encontrarse con Dios por la mediación de la Virgen angustiado por tempestades y contrariedades

* «La noche del 1 de enero, estaba en mi camarote empezando a rezar cuando oí el aleteo de una vela. Subí a cubierta para trimarla. De pronto, al mirar hacia arriba, vi un gran círculo verde sobre mi cabeza, como una pupila. Sonrío, pensando que, si fuera un poco megalómano, ¡sería suficiente para creerme el elegido! Bajé a terminar mi oración. Cuando vuelvo a subir, el círculo verde sigue ahí, pero de él desciende una magnífica aurora austral. Al principio me conmueve la belleza de este cielo veteado de verde y púrpura, luego me siento envuelto en un inmenso amor. La ansiedad que me atenazaba el estómago desde que entré en los mares del Sur se calmó…  Contacto con el padre Florent Millet me responde: ‘Querido Fabrice, veo en esto la señal del manto de María que desciende para protegerte’. Las palabras suenan verdaderas y me conmueven. Sigo rezando, pero este encuentro ya no es supersticioso, se ha convertido en una verdadera oración de apoyo. Me prometo a mí mismo que seré un hombre mejor cuando vuelva a la tierra. Antes de cruzar la línea de meta, tras 114 días en el mar, bajo por última vez a rezar a la Virgen Negra, para darle las gracias. Por otra parte, no he faltado a misa desde que llegué. Soy muy bien acogido en mi parroquia y voy solo»  

Camino Católico.- La Vendée Globe es una legendaria regata de vela alrededor del mundo, en solitario, sin escalas y sin asistencia, que se celebra cada cuatro años. Se disputa en veleros monocascos IMOCA, cuyos 18 metros de eslora permiten la navegación oceánica extrema. Los patrones parten de Les Sables-d'Olonne, en Vendée (Francia), y navegan alrededor de 45.000 kilómetros alrededor del mundo, rodeando los tres cabos legendarios (Buena Esperanza, Leeuwin y finalmente el Cabo de Hornos) antes de regresar a Les Sables d'Olonne. 

Más allá de la competencia, es sobre todo una increíble aventura humana. Y en el caso de Fabrice Amedeo, un viejo lobo de mar, agnóstico, de 47 años, la Vendée Globe de 2024 lo llevaría a un inesperado encuentro con Dios, mediado por la presencia de una estatuilla de la Virgen Negra que por cortesía había aceptado recibir en su camarote. 

Esta es el testimonio de una conversión nacida en medio de los tempestuosos mares del Cabo de Hornos, al fin del mundo y narrada en primera persona por el hoy converso Fabrice Amadeo a La Vie:

Fabrice Amedeo en su velero en el que ha vivido su experiencia de conversión

Vendée Globe: Cómo Fabrice Amedeo encontró la fe en el fin del mundo

Estar en el agua es responder a la llamada del mar abierto, de su horizonte y, finalmente, cultivar un vínculo metafísico con el océano. Cuando estás solo en un Imoca, un barco de 18 metros de eslora, realizas el trabajo de cuatro marineros en ciertas maniobras. El reto es físico, la experiencia estimulante y este manejo del barco, y de uno mismo, requiere mucha humildad y atención. Esto provoca estados de fatiga que te hacen ser muy receptivo a un amanecer o a un cielo estrellado... Frente a la belleza del cosmos, las emociones se multiplican por diez.

Cuando era niño y salía a navegar con mis padres a Bretaña, me sentaba en el camarote para diseñar el barco con el que navegaría alrededor del mundo. Ya soñaba con cruzar los océanos y, sin embargo, no aspiraba inmediatamente a convertirme en regatista oceánico.

Fabrice Amedeo navegando con su velero

La llamada del mar y la carrera

Es cierto que acompañé a mi padre en sus regatas y siempre he navegado en paralelo con mis estudios de filosofía en Nantes, luego en Sciences Po en París. Al final de mis estudios, quise hacer investigación en ciencias sociales... Pero finalmente me convertí en periodista en Le Figaro. Economía, náutica, redactor jefe adjunto de digital... Doce años de periodismo, durante los cuales empecé a montar mis propios proyectos de regata: Route du Rhum, Transat Jacques-Vabre...

Al comienzo de esta Vendée Globe 2024, fui probado por los fracasos y por la muerte de mi madre, que se había ido un año antes.

En mi barco, que tiene todos los hándicaps de un viejo barco reformado, y cuyos fallos no hemos tenido tiempo de probar, solo tengo un objetivo: tomar la salida y cruzar la línea de meta. Aunque solo fuera para cerrar el círculo de las dificultades pasadas, para proporcionar datos a los científicos para los que había colocado sensores oceanográficos en mi barco y para redescubrir el placer, un poco perdido, de estar en el mar.

Un dios inmanente


Fabrice Amedeo, antes de iniciar la Vendée Globe 2024 aceptó la bendición de su barco y la imagen de la Virgen Negra de Rocamadour que le ofreció el rector del santuario de Rocamadour, Florent Millet,

En el pontón de salida, el rector del santuario de Rocamadour, Florent Millet, se ofreció a bendecir los barcos. Le seguí el juego, acepté la bendición y pedí a mi equipo que colocara en mi camarote la estatuilla de la Virgen Negra de Rocamadour que me había ofrecido. En ese momento, hice la apuesta de Pascal: en el peor de los casos, no podía hacerme ningún daño, en el mejor... ¿Por qué no?

Hay que decir que el catolicismo es la religión de mi infancia. Seguí un curso de catecismo hasta mi confirmación y, como muchos, me aparté de él en la adolescencia. Pero mis preguntas metafísicas no se agotaron: me llevaron a estudiar filosofía, que a su vez me llevó a abrazar un sistema filosófico que desafía a las religiones de Libro.

En aquel momento, me identificaba como un espinozista, conceptualizando a Dios como la totalidad de lo vivo, de la naturaleza. En 2013, durante la Transat Jacques-Vabre, tuve una experiencia con la que confirmé este punto de vista. Me encontraba frente a la costa de Brasil contemplando una magnífica puesta de sol. El tiempo parecía haberse detenido... Llamé a ese momento «mi crepúsculo eterno».

Una vez colocada la estatua de la Virgen Negra en mi camarote, me puse en marcha. La carrera pronto se complicó. Mientras navegaba por el Atlántico, me encontré con numerosos problemas eléctricos, electrónicos e hidráulicos... No había navegado ni el 10% del trayecto y ya navegaba con mi sistema de reserva.

Al entrar en el Cabo de Hornos, cuyos mares son particularmente complicados, mi confianza está por los suelos. Me encontré con una tempestad cada 48 horas, cruzaba olas de seis metros de altura... Así que empecé a rezar. Delante de la estatuilla, ritualicé una oración supersticiosa que, sin embargo, me ofreció un momento de interioridad, me abrió a una forma de espiritualidad y me tranquilizó.

Fabrice Amedeo actualmente asiste a Misa cada día después de su experiencia de conversión en medio de las tempestades del mar

Un guiño mariano

Llegando al Pacífico, las condiciones anticiclónicas eran increíbles. La tierra a la vista era magnífica. Aun así, seguí rezando para que este océano «pacífico» siguiera siéndolo. La noche del 1 de enero, estaba en mi camarote empezando a rezar cuando oí el aleteo de una vela. Subí a cubierta para trimarla. De pronto, al mirar hacia arriba, vi un gran círculo verde sobre mi cabeza, como una pupila. Sonrío, pensando que, si fuera un poco megalómano, ¡sería suficiente para creerme el elegido!

Bajé a terminar mi oración. Cuando vuelvo a subir, el círculo verde sigue ahí, pero de él desciende una magnífica aurora austral. Al principio me conmueve la belleza de este cielo veteado de verde y púrpura, luego me siento envuelto en un inmenso amor. La ansiedad que me atenazaba el estómago desde que entré en los mares del Sur se calmó y me sentí protegido como nunca.

Cogí el teléfono y escribí a un antiguo competidor, Sébastien Destremau, que sé que es creyente, pidiéndole que me diera los datos de Florent Millet. Estoy en el antimeridiano, al otro lado del globo. Es de día en Francia, así que, en plena noche, el padre Florent me responde: «Querido Fabrice, veo en esto la señal del manto de María que desciende para protegerte». Las palabras suenan verdaderas y me conmueven.

La Vendée Globe continúa, el confín del Pacífico es difícil, la remontada del Atlántico es interminable, y llevo tres semanas por encima de las provisiones que había previsto. A pesar de todo, me invade una serenidad y una paciencia que ni yo mismo conozco. Sigo hablando con Florent Millet, sigo rezando, pero este encuentro ya no es supersticioso, se ha convertido en una verdadera oración de apoyo. Me prometo a mí mismo que seré un hombre mejor cuando vuelva a la tierra. Antes de cruzar la línea de meta, tras 114 días en el mar, bajo por última vez a rezar a la Virgen Negra, para darle las gracias.

Hice la transición del mar a tierra muy fácilmente, tanto física como psicológicamente. Tres días después de mi llegada, estaba de vuelta al trabajo con mi equipo, listo para construir nuevos proyectos. Por otra parte, no he faltado a misa desde que llegué. Soy muy bien acogido en mi parroquia y voy solo.

También tuve la oportunidad de compartir mi testimonio con los seminaristas de la comunidad de Saint-Martin. Este encuentro, lleno de emoción y alegría, hizo añicos la imagen severa que aún tenía de la Iglesia. Es increíble la alegría que dan la espiritualidad y la oración. Espero tener muchos más encuentros espirituales maravillosos, tanto en tierra como en el mar.

Fabrice Amedeo

viernes, 20 de septiembre de 2024

Mauricio Grisales, abusado en la infancia, adicto a las drogas, las fiestas y las mujeres, fue a un retiro por una chica y «experimenté el amor de Dios: Me hizo una criatura nueva»

 

Mauricio Grisales explicando su camino de conversión

* «En una adoración al Santísimo, cuando miraba al Sagrario, siempre había una chica que me cautivó por su recogimiento y piedad. Nos conocimos, compartimos el apostolado y la invité a salir. Ella estaba preparándose para ser carmelita descalza, pero antes de declararnos le preguntamos a Dios y el sentimiento permaneció. Tras tres años de noviazgo en castidad, basado en las virtudes, la oración y el apostolado, nos casamos. Dios fue el centro»

Vídeo de H.M. Televisión en el que Mauricio Grisales cuenta su testimonio

Camino Católico.- Un suceso traumático marcó la infancia de Mauricio Grisales, cuando sufrió abusos sexuales. Las heridas producidas en él le facilitarán la caída en pecados del ámbito sexual. Influenciado por una profesora, comenzó a moverse en el mundo del ateísmo, cada vez más lejos de Dios. Las mujeres y las drogas no le permitieron tener nunca una relación estable, hasta que conoció a una chica gracias a la cual conoció a Dios. Mauricio cuenta su testimonio de conversión,  desde Valencia,  en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. Televisión.

Mauricio Grisales nació en una familia católica, pero sin apenas práctica religiosa por lo que no recuerda figuras en su familia que fuesen un referente de fe. Pese a eso, en su infancia, hasta que cumplió seis años,  coleccionaba estampas de santos y pedía a su madre, que de vez en cuando rezaba el rosario, que le comprase nuevas estampas para hacer un pequeño altar en su cuarto.

Pero luego, "ahí se quedó todo", asegura, porque vivió un "doloroso acontecimiento", cuando sufrió abusos sexuales: "Abrieron unas brechas muy grandes en mi vida sexual y camino a una serie de adicciones" que le determinarían su vida durante décadas.


Mauricio Grisales en su infancia

"Dar muerte a Dios", las fiestas electrónica y las adicciones

Durante  su adolescencia, en un momento dado, su profesora de filosofía alentó a los alumnos a "dar muerte a Dios" para alcanzar "la libertad del hombre", Mauricio no tenía argumentos para defenderse. Su introducción al  ateísmo empezó como "una atractiva provocación" en su vida pero  lo llevó a la lectura de grandes referentes ateos como Marx o Nietzsche.  “Entre los 12 y los 22 años hubo un vacío existencial muy fuerte en mi vida, prácticamente era indiferente y simpaticé mucho con el agnosticismo”.

Mauricio empezó a asistir a fiestas electrónicas de días de duración, donde probó entre otras drogas el éxtasis, el alcohol y comenzó a tener "una vida muy desenfrenada con mujeres". Sin embargo, "un vacío continuo" llamaba a su puerta cada noche al regresar a casa, rompiendo a llorar sin saber por qué.

Reconoce que la raíz de su vacío  "era la ausencia de Dios. Anhelaba con todo mi corazón que existiera y había algo que no me dejaba sucumbir del todo. Me sentía amado por un padre sacrificado que tanto trabajaba, una madre desvivida por sus hijos… algo tenía que haber si recibía amor por todos lados incluso sin buscarlo. Eso era lo que me mantenía".

Que Dios existiese llegó a ser para él "una necesidad". Así, empezó a buscarle, "sin saber dónde ni cómo", hasta que llegó "el momento crucial".


Dos imágenes de Mauricio Grisales antes de su conversión, cuando vivía adicto y en continuas fiestas

El crucial retiro al que fue por una chica

A sus 22 años, después de mucho tiempo de  relaciones tóxicas e inestables, "estaba cansado y quería a alguien con quien compartir" un proyecto de vida. Y esa chica llegó, pero no fue como esperaba: poco después, la relación terminó y ella se fue a un retiro espiritual. La joven se quedó con la cámara de fotos de Mauricio, y esta era la única excusa para que el joven hablase con ella.

"Cuando llegó del retiro, la llamé para pedirle la cámara y me dijo que había encontrado lo que llevaba buscando toda su vida: a Dios. Pensé que le habían comido la cabeza, pero acabé yendo a un retiro. No para buscar a Dios, sino para recuperarla.  En el retiro fui consciente de que había vivido sin tener noción de cómo el pecado me esclavizaba, de lo mal que había vivido los noviazgos y experimenté el amor de Dios", relata.

"Me daba cuenta de que también deseaba que Dios no existiese para poder hacer lo que me diese la gana", pero entonces recordó una "experiencia mariana impresionante" del retiro: "experimenté que tenía una madre que me amaba de una manera perfecta, que era un reflejo visible de Dios. Intelectualmente el Señor me sacudió, pero también penetró en mi corazón".

Desde entonces, tuvo un rechazo absoluto por todos los vicios de su antigua vida: el alcohol, la fiesta, las relaciones… "Todo sucumbió ese fin de semana y realidades que me acompañaron más de diez años de mi vida se destruyeron en un momento”.

Mauricio percibió que Dios le había socorrido en el apego que tenía "al mundo", pero quedaba un obstáculo que superar para su conversión definitiva: "Tuve una crisis muy fuerte por todo lo que había leído en la juventud, aquellas doctrinas aparecieron nuevamente y tuve que buscar razones para demostrarme la existencia de Dios. Profundizar en la fe me ayudó mucho en la lucha racional que tenía. Dios había vencido al mundo en mí y en esa lucha contra mí mismo, empezó a ayudarme con lecturas y formación", recuerda.

La larga confesión que le provocó "hambre de Dios" y la adoración en la conoció a su esposa

Se confesó largamente y acabó besando los pies al sacerdote. Tras la confesión, Mauricio desarrolló un "hambre voraz" de Dios, adquirió multitud de libros de oración y comenzó a incluir la Misa y la oración en su día a día, pese a las fuertes "persecuciones" a las que le sometía su familia, que buscaba que desistiera de su nuevo camino.



Mauricio Grisales con su esposa el día de su boda. Se conocieron en una adoración al Santísimo

Mauricio conoció así a la que sería su esposa: "En una adoración al Santísimo, cuando miraba al Sagrario, siempre había una chica que me cautivó por su recogimiento y piedad. Nos conocimos, compartimos apostolado y la invité a salir. Ella estaba preparándose para ser carmelita descalza, pero antes de declararnos le preguntamos a Dios y el sentimiento permaneció. Tras tres años de noviazgo en castidad, basado en las virtudes, la oración y el apostolado, nos casamos. Dios fue el centro".

Mauricio agradece como “Dios rompió una atadura fortísima en su vida" que él no pudo cortar: "Estuve muy  metido en el mundo.  Cuando puse en la balanza lo que Dios me estaba regalando y lo que el mundo me ofrecía,  lo que el mundo me daba era simplemente una máscara, un barniz de felicidad. La verdadera paz me la daba Dios. Él me hizo una criatura nueva".


lunes, 5 de junio de 2023

Chad Torgerson, educado como luterano, se volvió agnóstico y cínico, una amiga cristiana lo retó a leer la Biblia y se convirtió al catolicismo: «Me dejé guiar por el Espíritu Santo»


* «Le debía a Dios y a mí mismo escuchar lo que Él me estaba diciendo a través del Espíritu Santo. Mi relación con Cristo nunca ha sido más fuerte. Con todo el conocimiento que obtuve me di cuenta de que hay otras personas como yo en el mundo. Hay un número de personas que buscan la verdad, buscan comunidad y tienen hambre de Dios. Dios nos llama a cada uno de nosotros a difundir Su Palabra, y decidí compartir lo que aprendí con esas personas»

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lunes, 26 de septiembre de 2022

Morgan Holliger era agnóstica; la belleza de una misa la llevó a la fe, y la Teología del Cuerpo la enamoró del todo: «Me sentí guiada por Juan Pablo II para conocer quién es Cristo»

 


* «Era muy ajeno a mí concebir que yo no era el árbitro de la verdad, que la Iglesia tenía autoridad. Cuando decidí ser católica pensé: podría ser católica de cafetería, elegir lo que creo y lo que no, pero Cristo estableció una Iglesia y le dio autoridad, la Iglesia es su voz, y eso tiene sentido»

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sábado, 20 de agosto de 2022

Youssif dejó de ser agnóstico cuando en la oración de unos cristianos «descubrí un Dios que está cerca de nosotros. Eso me transformó y salí con la certeza de que Dios me amaba»

 


* «Lo primero que cambió en mi vida fue la libertad. Me sentí libre de pensar de forma diferente a los demás, y con una relación con Jesús que hoy es bastante sencilla. Jesús es Aquel a quien puedo decir: ‘Amigo, en serio, no puedo más, mi vida no va bien, tienes que intervenir, tienes que hacer algo’. Y sé con certeza que me escucha y que encontrará una solución. La encontramos juntos, porque Dios respeta nuestra libertad. Pero cuando las cosas no van bien, en cualquier caso voy a la Adoración, tomo la Biblia, le digo ‘Ayúdame’ y cuando la abro estoy seguro de que Dios me responde»

El vídeo puede verse con los subtítulos en español entrando en la ruedecita de la derecha de configuración, luego en subtítulos, después en traducir automáticamente y eligiendo el español

Camino Católico.-  Youssif es de origen musulmán. Sus padres le enseñaron «los rudimentos de la religión: a rezar, a ayunar, a temer a Dios… Pero nunca lo encontré suficiente, siempre tuve necesidad de ir más allá en la espiritualidad, de comprender a Dios. Y nunca me hablaron de Dios».

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viernes, 3 de junio de 2022

viernes, 30 de julio de 2021

Roy Oliveira, 17 años: «Era agnóstico, investigué las religiones, leyendo la Biblia vi que era muy coherente y decidí seguir las palabras de Cristo y bautizarme»

 


* «El sacerdote me prestó un Catecismo de la Iglesia Católica que devoré en unas semanas. Al principio estaba perdidísimo, tenía todos los prejuicios típicos, pero he de decir que, a pesar de todo, fui confirmando mi fe de manera muy fluida. Gracias al Catecismo comprendí mucho más la Iglesia y la doctrina y todo iba encajando»

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sábado, 12 de junio de 2021

Jonathan Smith quería ser «esposo y padre», fue a la capilla porque daban comida gratis, una Adoración le dejó «boquiabierto», Cristo lo llamó y es sacerdote

 


* «Al darme cuenta de que Jesucristo no sólo está ahí afuera, sino que desea tener una relación conmigo, sentí una alegría en mi corazón que nunca antes había experimentado. Él realmente me confirmó y me dio paz al abandonar mis propios planes para mi vida y ofrecérsela, total y completamente»

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lunes, 7 de junio de 2021

Eric Roush era agnóstico, casi ateo, estudiaba Historia, sabía de mitología, leyó la Biblia por honrar a su difunta abuela, el Evangelio le asombró y ahora es sacerdote


* «Es difícil de contar esta experiencia, pero se parece a un salto de trampolín en la natación, tirarte y confiar en que no te vas a matar, saltar más allá de todo lo que conocías y lanzarte ante lo que podría ser una nada, que Dios no exista, que caigas indefinidamente… pero me dejé caer y tras un instante sentí una sensación abrumadora de paz, una Presencia que nunca antes sentí. Me convenció. Yo no lo generaba, no me lo inventé, no intentaba fingir ni hacerme sentir un consuelo. Me dejé llevar, salté y me abrazó el Señor. Desde ese momento, nunca he vuelto a dudar de que Dios existe y es real, está presente, es personal»

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viernes, 21 de julio de 2017

Robert Krishna era ateo, después agnóstico y descubrió a Dios en una depresión: el catolicismo le fascinó y ya es sacerdote

* «Me convertí a través del ejemplo de jóvenes católicos y sus conversaciones, más que a través de sus argumentos… Consciente de lo que Dios ha hecho con mi propia vida, me siento llamado a acercar a Dios a las personas, particularmente cuando se revela en los sacramentos, las Escrituras, la historia y la vida de la Iglesia»

sábado, 28 de mayo de 2016

Randy Hain era agnóstico, con 40 años decidió ir a misa... Dios le tocó y es hoy un evangelizador entusiasta

“Recuerdo que pensé, por primera vez en mi vida: ‘Jesús, ya no sé qué hacer y necesito tu ayuda. Me rindo. Por favor, condúceme y te seguiré’….  Experimenté un morir a mí mismo en el mismo momento en que reconocí que yo ya no estaba al mando de mi vida; me asombra que nunca me sentí más fuerte y vivo que en ese momento en que escogí confiarme y entregarme a Su voluntad”

viernes, 27 de marzo de 2015

Véronique Lévy, hermana del escritor judío Bernard-Henri Lévy, narra su conversión a la fe católica: «Ha habido una lucha cuerpo a cuerpo con el mal»


«La Iglesia es el hospital de las almas heridas, esas que la psiquiatría y la psicología no han podido consolar. Ella propone lo que el mundo laico ha olvidado, el perdón, la redención. Ella abre un camino de libertad, deshace los nudos. Lo Eterno no divide; unifica, nombra, ordena. Y este orden es bondad»


viernes, 13 de marzo de 2015

David Henrie, actor de «Los magos de Waverly Place», vuelve a la fe rodando la última película de Verástegui


"Los productores de Little Boy cambiaron mi vida, ayudándome a encontrar un bien mayor y a despertar al niño que hay en mi corazón, haciéndome volver a mi fe, devolviéndome mis creencias... Eso ha cambiado completamente mi vida"

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Whitney Belprez era agnóstica de origen protestante, pero algo en la Iglesia le llamaba y redescubrió su fertilidad: «Dios ofrece la auténtica felicidad si escuchamos su sabiduría»

«En mi viaje personal, hay dos lecciones que Él continuamente me enseña a través de su Iglesia: confía y obedece, porque Él es Dios, no tú… Seguir el camino de la Cruz no es fácil ni cómodo, pero el Creador Eterno siempre sabe lo que es mejor para nosotros: amor radical, confianza, obediencia la Dios Viviente que es Uno”

miércoles, 30 de julio de 2014

Vincent, adolescente agnóstico, coleccionaba imágenes religiosas, su novia se convirtió a Cristo y a los 32 años, se ha bautizado


«Pienso mucho en la cruz. No me he quitado nunca el crucifijo que me regalaron el día de mi bautizo [...] Cuando voy por la calle y paso por delante de una Iglesia, si tengo tiempo, entro para hablar un rato con Dios. Le pido que me conceda el discernimiento necesario para tomar siempre las decisiones más acertadas»

jueves, 19 de diciembre de 2013

Michael J. Lichens, agnóstico y deprimido, se convirtió a Cristo un Viernes Santo adorando la cruz, se confesó y le impactó la Encarnación

* “Cuando la Cruz fue adorada descubrí lo que yo había sido, cuando descubrí que Dios sabía lo que yo había sido, cuando descubrí que yo sabía que Él lo sabía. Me sentí como alguien que ha ofendido a un buen amigo y quiere arreglarlo"
* “Esto fue lo que me hizo querer ser católico y lo que me mantiene en la Iglesia: saber que Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros, que su amor es tan poderoso que asumió nuestra naturaleza para redimirnos"

viernes, 11 de octubre de 2013

Luc Montagnier, Nobel en Medicina y agnóstico: «En cuanto a los milagros de Lourdes que estudié, creo en realidad que es algo inexplicable»

* “No me explico estos milagros pero reconozco que hay curaciones que no están incluidas en el estado actual de la ciencia”
* “Cuando un fenómeno es inexplicable, si realmente existe, no hay necesidad de negar nada. Muchos científicos cometen el error de rechazar lo que no entienden. No me gusta esta actitud. A menudo cito esta frase del astrofísico Carl Sagan: ´la ausencia de prueba, no es prueba de ausencia´”

lunes, 30 de septiembre de 2013

Manuel Pizarro, profesor: “Era un ateo sediento de fe. La luz vino a mí durante la Eucaristía; cuando el sacerdote alzó la Biblia mi mente se abrió”


“No sé cómo, pero comprendí todo el mensaje que había detrás de este gesto y se juntaron todas las piezas de mi puzle. Sentí también el fraterno amor de mis hermanos. En la noche cuando me fui a acostar en la habitación que dormía, estuve espiritualmente en el cielo, ¡me sentía en otro mundo!”

viernes, 22 de marzo de 2013

Becky Bowers-Greene era pro-aborto, agnóstica, y decía que Cristo es un mito... hoy es católica y pro-vida

"Hoy sé lo que es el verdadero feminismo: asumir la feminidad y el designio con que Dios me creó. Es estar casada con alguien que lo honra y respeta, educar niños para que entiendan la dignidad de la persona… Hablamos a novios y matrimonios sobre la Teología del Cuerpo, la enseñanza de la Iglesia sobre la vida, la familia, la vida y la fertilidad”
22 de marzo de 2013.- (Pablo J. Ginés / Religión en Libertad/ Camino Católico) Becky Bowers-Greene es en la actualidad una importante activista provida, católica convencida, promotora de la regulación natural de la fertilidad, de la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II y de un feminismo que proteja la vida, la familia y la complementariedad del hombre y la mujer. Su blog www.reclaimingthewomb.com desarrolla todos esos temas. Pero no siempre fue así. Se bautizó en 2001 en Phoenix, EEUU. Antes era feminista, pro-aborto, daba la anticoncepción por supuesta y el matrimonio del mismo sexo le parecía perfectamente correcto. Su viaje espiritual y vivencial ha sido intenso.
"No me educaron en ninguna religión, y aunque nunca se me animó a ser antirreligiosa di por hecho que al no practicar ninguna fe debía ser hostil a la religión en general",explica Becky sobre su infancia y juventud. Leer más...