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jueves, 17 de octubre de 2024

Eduardo Peys, maltratado y abandonado por su madre, sin fe, sin bautizar, pidió a Dios que ayudara a su novia y Él le respondió sanando a los dos: «Dejé de odiar y todo mi pasado dejó de doler»


Eduardo Peys contando su testimonio de conversión el pasado 5 de octubre 

* «Pasamos los tres días en el Vaticano! Había una sala de adoración allí, y me arrodillé y empecé a orar por mis padres, por mi madre que me había abandonado. No sabía por qué lo hacía. Cuando escuché ‘amor’ y vi esa palabra en la pizarra, entendí que había rezado por mi madre como un gesto de amor. Y en la mesa, ante los compañeros, me puse a llorar, hiperventilando, y todos preocupados, y yo les decía: ‘No os preocupéis, que en realidad lloro de alegría’. Y en ese momento todo, absolutamente todo, dejó de doler. Ya no sentía odio ni rencor a mi madre, a mi madrastra. Sigo el camino del Señor, todo me lo sanó. Tengo una relación de confianza con Dios, ¡me ha quitado un dolor tan grande! Ahora cuando pasan cosas malas, sé que tengo a Dios conmigo, y soy más fuerte»

  

Testimonio de Eduardo Peys en la inauguración del curso pastoral de la Diócesis de Getafe 

Camino Católico.- Eduardo Peys compartió su testimonio de renovación y conversión el sábado 5 de octubre en el encuentro de inauguración del curso pastoral de la Diócesis de Getafe que tuvo lugar en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús. Un camino de fe que le llevó a recibir el Bautismo en la Vigilia Pascual de este año y a casarse hace tres meses con su novia Judith. Este chileno de 34 años lleva en España desde hace 12 años. Llegó a nuestro país para ganarse la vida trabajando en la construcción. En la actualidad, reside en la localidad de San Martín de la Vega y pertenece a la Parroquia Natividad de Nuestra Señora. En Camino Católico publicamos en octubre del año pasado su testimonio que el desgranó como ejemplo del poder del kerigma para sanar y tocar corazones en un encuentro ante responsables diocesanos de Primer Anuncio de toda España.

"Vengo de familia pobre, en Chile. Nadie era cristiano en mi casa y no me bautizaron. Sufrí maltrato por parte de mi madre, palizas. Yo sentía claramente que mi madre no me quería. Incluso me ponía a comer separado en una esquina. De niño, a menudo iba a una iglesia cercana, porque allí me trataban bien y sentía cariño", explica.

"A los 14 años descubrí que mi madre ¡no era mi madre! Era una vecina que me había alojado todo este tiempo. Supe por qué mi madre real me dejó de lado, una historia no muy agradable. Al saberlo me explotó la cabeza y estuve unos meses con depresión. Me dijeron que en España vivía mi tía por parte de mi madre real, que se ofrecía a cuidarme. Así dejé a mi familia, a mis hermanos y mi contacto con la iglesia", cuenta Eduardo.

Llegado a España, estableció las líneas que marcarían su vida. "Me dije: la vida es dura, levántate tú, nadie te levantará". En España sufrió algunas desgracias, fue víctima de estafas, tuvo problemas con papeles... "Yo le echaba las culpas a Dios y me decía: 'soy fuerte y ni la vida ni Dios ni nadie podrá conmigo'".

A partir de cierto momento, las cosas le empezaron a ir mejor, "aunque en silencio, yo lloraba, con mi mochila del pasado".

Enamorarse da fuerza... y vulnerabilidad

Conoció a Judit. "Era una chica muy buena, bondadosa, me enamoré locamente. Con su sonrisa, su mirada, me dio lo que nunca había tenido. Ella me hacía feliz y me hacía reír. A veces me contaba cosas de la Iglesia, pero yo no quería saber nada de ese tema", explica.

Cuando Judit entró a trabajar en el Ejército, ella empezó a sufrir acoso y bullying y entró en una grave depresión. "Se fue su sonrisa. Y yo, por primera vez en mi vida, ya no podía presumir de mis fuerzas autónomas. Nada ayudaba a Judit: ni psicólogos ni pastillas ni yo. Eso me puso de rodillas", cuenta Eduardo.

"Algo le había pasado en Tierra Santa"

En septiembre de 2022, los padres de Judit fueron a Tierra Santa y volvieron entusiasmados.  La madre ya era una firme cristiana, pero el padre era más tibio. "Nos invitaron a comer y por primera vez ahí escuché un testimonio de una persona impactada por Dios. Mi suegro, que había ido a regañadientes, había vuelto transformado de Tierra Santa. Le había pasado algo en Tierra Santa y se había convertido profundamente. No entendí mucho de la historia que nos contaba. ¡Pensé que le había afectado el incienso! Pero lo cierto es que sus ojos no eran los mismos, eran ojos que brillaban, y esos ojos con su brillo me tenían sorprendido".

El 8 de octubre de 2022 Judit sufrió un brote agresivo, a las 4 de la mañana. Eduardo se sentía inútil, incapaz de ayudarla. "Me fui de casa, caminando, llorando, y aparecí junto a la parroquia de San Martín de la Vega. Me senté en un banco, miré la cruz y entre lágrimas hablé a Dios y oré. Le dije: 'Nunca antes te he pedido nada en mi vida. Por favor, ayúdala a ella. No a mí, a ella'. Y me volví a casa".

Unos días después, empezaron unas catequesis en esa parroquia.  "Allí iba mi suegro entusiasta, convertido a viento y marea. Y me dijo mi suegra: 'vente tú también'. Yo le dije: '¡Pero si no estoy ni bautizado!'. Pero pensé: 'Pedí ayuda a Dios, y a lo mejor es un pago o una penitencia que he de cumplir'".

Eduardo Peys sufrió maltrato y una vida complicada, abrirse al perdón fue difícil, pero Dios le condujo hacia allí

Dios te ama y te envía señales

Con esa idea, empezó a acudir a las catequesis. "Hoy quiero a esos catequistas con locura, pero en ese momento no los quería nada. Eso sí, de nuevo, me asombraban sus ojos. Un catequista planteó: '¿qué es lo más importante?'. Yo dije: la familia. Pues no, él insistía en que sólo el amor. Yo pensé: "Este hombre no tiene ni idea. ¡Como él sí tiene su familia desde siempre, no la valora!".

Los catequistas tenían un mensaje muy directo y sencillo para dar: que Dios siempre está ahí, que te ama, que te envía señales y "has de sacarte las gafas de madera que no te dejan ver".

En las catequesis en San Martín de Valdeiglesias Eduardo fue conociendo a Jesús

Reticente y de mal humor, pero en las catequesis en San Martín de la Vega Eduardo fue conociendo a Jesús y el amor de Dios.

Esas catequesis empezaron a tocar a Eduardo. Le tocaban las canciones, los testimonios, y que Judit acudía y recobraba la alegría. Judit sonreía en esas catequesis y eso alegraba a Eduardo y le hacía perseverar en esas sesiones.

"El problema es que se hablaba mucho de perdón y amor y eso, en la historia de mi vida, no lo veía, y por eso me dolía. Perseveré porque sentía que Dios me ayudaba. Un día que se habló del perdón, empecé a llorar una vez en casa, porque me dolía el corazón. Dije: 'solo sé que me duele el corazón, necesito redimirme'". Ni siquiera estaba muy claro que entendiera a qué se refería con la palabra.

Ese sábado se quedó solo en casa. Le habían hablado de la teleserie cristiana 'The Chosen', y pensó en ponerla como ruido de fondo mientras jugaba videojuegos en la consola. Pero pronto dejó la consola y miró con atención la historia de María Magdalena, que sufría y pensaba en suicidarse. "Ella sigue a una paloma y ve a Jesús, y al aparecer Jesús, se me puso a latir fuerte el corazón, a hacer cosas raras. Y Jesús dice entonces: 'No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mía'. Y yo pensé, al escuchar eso, que estaba respondiendo a lo que yo había pedido".

En ese momento sonaron las campanas llamando a la misa de 7. "Fui corriendo a misa, y la homilía era sobre el perdón. Y le dije a Dios: no sé lo que quieres, pero confío en ti. Seguiré lo que Tú me digas".

Desde ese momento, esperaba con ganas las catequesis, y luego las Cenas Alpha, con sus vídeos y sus temas de fe. "La tercera sesión trataba sobre el perdón. Yo era incapaz de perdonar a mi madre y me sentía mal. 'Con lo que me han hecho, no puedo perdonar', decía".

Su párroco, Jesús Úbeda, actual vicario de Evangelización en la diócesis de Getafe, le dijo: "Si abres la carne y empiezas a tratar al corazón, puede ayudar; aunque es verdad que, aunque va sanando, duele".

Orar por los que os trataron mal

Eduardo y Judit fueron a Roma: era un viaje breve que habían comprado muchos meses antes, antes de tener fe. "¡Pasamos los tres días en el Vaticano! Había una sala de adoración allí, y me arrodillé y empecé a orar por mis padres, por mi madre que me había abandonado. No sabía porqué lo hacía".

Eduardo Peys dio el paso a confiar en Dios, a orar por los demás, y con ese amor el perdón acabó de sanar su vida interior

Eduardo dio el paso de confiar en Dios, orar por los demás, y con ese amor el perdón acabó de sanar su vida interior. Se preparó con alegría para recibir el bautismo y los otros sacramentos, que acogió con emoción y alegría en la pasada Vigilia de Pascua.

De vuelta a España, la siguiente sesión de Alpha trataba sobre el mal. Y su enseñanza central era: "el mal se combate con amor".

"Cuando escuché 'amor' y vi esa palabra en la pizarra, entendí que había rezado por mi madre como un gesto de amor. Y en la mesa, ante los compañeros, me puse a llorar, hiperventilando, y todos preocupados, y yo les decía: 'No os preocupéis, que en realidad lloro de alegría'. Y en ese momento todo, absolutamente todo, dejó de doler. Ya no sentía odio ni rencor a mi madre, a mi madrastra. Y a la cena siguiente todos me dijeron: 'Eduardo, te ha cambiado la mirada, estás distinto'".

"Desde entonces, sigo el camino del Señor, que todo me lo sanó", concluye su historia. "Tengo una relación de confianza con Dios, ¡me ha quitado un dolor tan grande! Ahora cuando pasan cosas malas, sé que tengo a Dios conmigo, y soy más fuerte", asegura.

jueves, 11 de abril de 2024

Bree, actriz y productora de porno: «Soy una pecadora arrepentida, me he convertido a Cristo y bautizado para vivir en obediencia a la voluntad de Dios, con virtud y humildad»

 


* «Es una experiencia humillante y sé que muchos se burlarán de ella o la cuestionarán. Estoy renunciando a todos mis ingresos y entregando mi vida a Cristo. Dejo atrás mi vida de pecado desenfrenado, vicio, orgullo, libertinaje, vanidad y mentiras… Nunca seré la misma otra vez y doy gracias a Dios por este hecho innegable. Estoy tan enamorada de ti, Jesús. No permitas nunca que me aleje un centímetro de su Sacratísimo Corazón»

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lunes, 26 de febrero de 2024

Javier era judío, empezó a acompañar a su esposa a misa, hablaba con Dios a escondidas y se ha bautizado católico: «Cristo te libera, ha venido a dar plenitud»        

 


 «El triunfo de la Resurrección de Cristo derriba barreras entre la vida y la muerte. El catolicismo es el gran consuelo frente a los grandes problemas: las cosas que haces mal y la muerte. Para mí es la respuesta a las cosas que me preocupaban desde pequeño: qué hay después de la muerte y cómo se alcanza el perdón. La Virgen, a la que en su judaísmo fue reveladora; alguien con un amor infinito con quien puedes hablar» 

Testimonio de Javier Muñoz convertido del judaísmo al catolicismo y de su esposa Cristina Villar, que explica su experiencia de crecimientos en la fe como matrimonio y familia en el programa ‘ECCLESIA’ de TRECE

Camino Católico. Javier Muñoz, de 44 años, ha sido judío durante toda su vida hasta el domingo, 21 de enero de 2024, cuando ha recibido los sacramentos de la iniciación cristiana en la parroquia de Nuestra Señora de Flor de Carmelo en el madrileño barrio del Pilar. Se ha bautizado, se ha confirmado, ha recibido el sacramento de la Eucaristía y, además, ha relatado cómo ha sido su historia de conversión en el programa ‘ECCLESIA’ de TRECE En el espacio también interviene su esposa Cristina Villar y ambos cuentan como su familia ha crecido en la con el proceso de conversión de Javier.

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martes, 30 de marzo de 2021

Li Mingming, joven china, bautizada por el cardenal Cañizares al que escribió en una carta: «Necesito que el amor de Dios llene el vacío de mi corazón y vivir según su voluntad y el Espíritu Santo me acompañe»

 


* «Mi corazón se abrió a Dios poco a poco y quería acercarme a Él cada vez más. Sin darme cuenta, el agujero de mi corazón fue llenado por Dios. Quiero que más gente conozca a Jesús, que es la única Verdad. Por supuesto, primero quiero ser una hija de Dios, y estaré cerca del Señor a través del aprendizaje continuo. Dios me dará más amor y habilidad»

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jueves, 18 de marzo de 2021

Sonia Garrido, madre e ingeniera de caminos, se bautizará en Pascua: «Creía que Dios era un invento, pero sentí la presencia de Dios, abrí mi corazón y sentí un amor tan grande que pensé que me iba a morir»

 


* «Y yo, que me consideraba una persona plenamente feliz, con una familia perfecta, salud y trabajo, me di cuenta de que por primera vez en mi vida sentía una felicidad como nunca había conocido. Desde ese día siento la presencia de Dios, y me considero muy afortunada con este regalo, pues si no, me habría perdido lo más grande de la vida. Si no hubiese sido por este acontecimiento, mi mente racional y mi soberbia nunca me hubiesen dejado ver a Dios. Tras el encuentro con el Señor, todo mi mundo cambió. Empecé a verme de forma diferente, empecé a ver mis pecados, que hasta ese momento no me habían parecido como tales. Empecé a ver mis imperfecciones, mis defectos, pero todo visto desde el amor, desde la transformación hacia el encuentro con el Señor… También al leer el Evangelio, mi mente quedaba transformada, realmente las palabras eran para mí y tenían un auténtico significado. Me aprendí el Padre Nuestro y la Salve y experimenté un efecto sanador al recitarlas. Empecé a hablar con el Señor, por primera vez en mi vida, y pude ver como él me escuchaba y me daba señales cada vez que le preguntaba»

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