«Al cerrar mis ojos tengo ese primer encuentro con Cristo Nuestro Señor. Un Cristo que se me revela con mis ojos cerrados. Un Cristo que está ensangrentado, con un rostro que estaba sufriendo, con corona de espinas. Y empecé a llorar fuerte y a suplicar: “¿Por qué te manifiestas así Señor?” Y Cristo me respondió: “Es que este rostro es el tuyo. Este rostro es el rostro de tu familia. Este es el rostro del sufrimiento. Y si yo sufrí Martín es porque te amo”»
«Yo luché contra buenos luchadores con mi máscara, con máscara y nunca la perdí. Pero cuando yo me arrodillé ante Jesús perdí la máscara ante el campeón de campeones, el Rey de Reyes. Cristo sí que me que quitó la máscara de destrucción de la soberbia, del orgullo, del odio. Él me desenmascaró y me dio el verdadero rostro de Martín para el mundo, para mis hijos»
jueves, 22 de agosto de 2019
Martín Villarreal, ex luchador, “el criminal”: A los 9 años ya se drogaba, fue maltratado en la infancia y se llenó de odio y venganza hasta que encontró a Cristo en una experiencia mística
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