* «Si no pones en tu vida a Dios, hay poco que hacer. El mundo ahora tira mucho y el ambiente es muy propicio para alejarte de Dios. Te invita a triunfar, a sentirte el centro de mundo. Nosotros procuramos enseñarles a nuestros hijos a mantenerse cerca de Dios pero ellos han de vivir sus propias vidas. Hemos aprendido a querer a cada hijo tal y como es, como Dios hace con nosotros. Hay también mucho sufrimiento. Si alguien piensa que esto es idílico… No, ha de haber cruz, en nuestra familia hay cruz pero la cruz es gloriosa. Detrás de la muerte viene la resurrección. Y esto lo vivimos cada día»

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