* «Me rendí. Experimenté el amor de Dios, fue como si me quitaran una losa. Monté con un socio la productora Infinito+1; hicimos un documental, La última cima, sobre el sacerdote Pablo Domínguez; y gente muy dañada se acercó y montamos la fundación. Desde entonces acompaño a familias y personas con adicciones y depresiones. Así empecé a ver milagro tras milagro. Dios responde siempre. Si yo hubiera escuchado mi historia hace unos años me habría reído. Dios acude siempre y te toca, pero la gente no nos dejamos tocar porque tenemos problemas de rencor, de perdón. Has de rendirte. El corazón es una puerta que se abre desde dentro. Todos necesitamos ser amados, reconocidos, y cuando eso no se da la gente sufre una y otra vez. La experiencia de Dios es dejarse amar por Él, así de sencillo»
jueves, 5 de abril de 2018
Raúl Eguía, biólogo molecular, adicto a la pornografía desde los 5 años: «era ateo y al borde del suicidio, grité: “¡Dios, si existes, sácame de aquí ahora!” Quedé limpio de la adicción»
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