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viernes, 19 de junio de 2009

Muere Vicente Ferrer, el hombre que llevó la esperanza a la India
Con 89 años, llevaba desde 1952 en el país donde empezó a trabajar como misionero Jesuita
19 de Junio de 2009.- Vicente Ferrer falleció ayer en la localidad india de Anantapur como consecuencia de problemas respiratorios, rodeado de su mujer y sus tres hijos. Considerado una institución en la India, dedicó su vida a luchar contra el sufrimiento de los más desfavorecidos en uno de los países más pobres del mundo.

(Jaime León /ABC) Vicente Ferrer ha dejado 135.000 huérfanos, exactamente el número de niños apadrinados en la actualidad por la Fundación que lleva su nombre. Seguramente muchos más sentirán la pérdida de un padre. En los últimos 55 años, este hombre, que «soñó con ayudar a los demás», trabajó con ahínco para mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos de la India.

Ferrer (Barcelona, 1920) falleció ayer rodeado de su mujer y tres hijos en la localidad india de Anantapur, tras agravarse su estado de salud por los problemas respiratorios que padecía desde hace tiempo. El cooperante, de 89 años, ingresó el 19 de marzo en el hospital de Anantapur por un accidente vascular cerebral y, tras ser trasladado a Vellore, fue dado de alta el 25 de abril para seguir la recuperación en su domicilio, donde sin embargo en los últimos días su estado de salud había empeorado.

A sus 89 años, Ferrer era una institución en la India, país al que llegó en 1952 como misionero jesuita. Desde entonces dedicó su vida a erradicar el sufrimiento de los más desfavorecidos en unos de los Estados más pobres del mundo. En principio su objetivo era completar su formación, pero la pobreza le llevó por otro camino: dar solución a los problemas de los necesitados.

Iniciativas inteligentes

De esta forma puso en marcha iniciativas como «El milagro de dar», que consistía en una pequeña ayuda económica y asesoramiento técnico para obtener agua para los cultivos. Si cada campesino devolvía el préstamo —sin intereses—, el milagro se extendía por toda la comunidad.

Su lucha junto a los pobres despertó la suspicacia de las clases dirigentes y fue expulsado de la India en 1968, tras la publicación de un artículo titulado «La revolución silenciosa» en el semanario de mayor tirada. Sin embargo, 30.000 personas se movilizaron y recorrieron los 250 kilómetros que separan Manmad y Bombay para pedir su regreso. Ferrer se despidió de sus seguidores con la frase: «Ya vuelvo, esperadme».

Y no hablaba en vano. En 1969 regresó con el apoyo de la entonces primera ministra, Indira Ghandi, y se instaló en uno de los distritos más pobres del país, Anantapur. Tras abandonar la Compañía de Jesús —no quiso regresar a Europa, tal y como le fue ordenado—, creó la Fundación Vicente Ferrer junto a la que será su mujer, la periodista inglesa Anne Perry. Desde entonces trabajó para mejorar las condiciones de vida de las comunidades más desfavorecidas de la sociedad hindú, regida por el sistema de castas. Así, los intocables, los grupos tribales y las mujeres centraron su trabajo humanitario.

Los inicios

La Fundación Vicente Ferrer dio sus primeros pasos con sólo seis voluntarios. Hoy son 1.800 trabajadores, el 99% de ellos de Anantapur. Además fue recibido por los políticos radicales con virulencia: «Ferrer vuelve a casa», decían pintadas en las paredes. Hoy le colman de reconocimientos.

Hoy día su Fundación apadrina a 135.000 niños, tiene presencia en 2.000 pueblos y de los cuatro millones de residentes de Anantapur dos y medio se benefician de su trabajo. En 1996 se estableció en España la Fundación Vicente Ferrer para asegurar la viabilidad económica del proyecto: 150.000 españoles colaboran en su misión. Sólo en 2007, recaudó de forma privada 40 millones de euros.

jueves, 18 de junio de 2009

La confianza en Dios, auténtica fuerza en las tempestades / Autor: Raniero Cantalamessa, ofmcap.
XII Domingo del Tiempo Ordinario
Job 38, 8-11; 2 Corintios 5, 14-17; Marcos 4, 35-41


Se levantó una gran tempestad

El Evangelio de este Domingo es el de la tempestad calmada. Al atardecer, después de una jornada de intenso trabajo, Jesús sube a una barca y les dice a los apóstoles que vayan a la otra orilla. Agotado por el cansancio, se duerme en popa. Mientras tanto se levanta una gran tempestad que anega la barca. Asustados, los apóstoles, despiertan a Jesús, gritándole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Tras levantarse, Jesús ordena al mar que se calme: «¡Calla, enmudece». El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Después, les dijo: « ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?».

Vamos a tratar de comprender el mensaje que nos dirige hoy esta página del Evangelio. La travesía del mar de Galilea indica la travesía de la vida. El mar es mi familia, mi comunidad, mi corazón mismo. Pequeños mares, en los que se pueden desencadenar, como sabemos, tempestades grandes e imprevistas. ¿Quién no ha conocido algunas de estas tempestades, cuando todo se oscurece y la barquita de nuestra vida comienza a hacer agua por todas las partes, mientras Dios parece que está ausente o duerme? Un diagnóstico alarmante del médico, y nos encontramos de repente en plena tempestad. Un hijo que emprende un mal camino dando de qué hablar y ya tenemos a los padres en plena tempestad. Un revés financiero, la pérdida del trabajo, el amor de novio, del cónyuge, y nos encontramos en plena tempestad. ¿Qué hacer? ¿A qué podemos agarrarnos y hacia qué lado podemos tirar el ancla? Jesús no nos da la receta mágica para escapar de todas las tempestades. No nos ha prometido que evitaremos todas las dificultades; nos ha prometido, sin embargo, la fuerza para superarlas, si se lo pedimos.

San Pablo nos habla de un problema serio que tuvo que afrontar en su vida y que llama «un aguijón en mi carne». «Tres veces» (es decir, infinitas veces), dice, rogó al Señor que le liberarse de él y ¿que le respondió? Leámoslo juntos: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza». Desde aquel día, nos dice, comenzó incluso a gloriarse de sus debilidades, persecuciones y angustias, hasta el punto de poder decir: «cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte» (2 Corintios 12, 7-10).

La confianza en Dios: este es el mensaje del Evangelio. En aquel día, lo que les salvó a los discípulos del naufragio fue el hecho de llevar a Jesús en la barca, antes de comenzar la travesía. Esta es también para nosotros la mejor garantía contra las tempestades de la vida. Llevar con nosotros a Jesús. El medio para llevar a Jesús en la barca de la propia vida y de la propia familia es la fe, la oración y la observancia de los mandamientos.

Cuando se desencadena en el mar la tempestad, al menos en el pasado, los marinos solían echar aceite sobre las olas para calmarlas. Nosotros echamos sobre las olas del miedo y de la angustia la confianza en Dios. San Pedro exhortaba a los primeros cristianos a tener confianza en Dios en las persecuciones, diciendo: «confiadle todas vuestras preocupaciones, pues Él cuida de vosotros» (1 Pedro 5, 7). La falta de fe que reprochó Jesús en esa ocasión a los discípulos se debe al hecho de poner en duda el que le «importe» su vida e incolumidad: «¿no te importa que perezcamos?».

Dios nos cuida, le importa nuestra vida, ¡y de qué manera! Una anécdota citada con frecuencia habla de un hombre que tuvo un sueño. Veía dos pares de huellas que se habían quedado grabadas en la arena del desierto y comprendía que una par de huellas eran las de sus pies y el otro par las de los pies de Jesús, que caminaba a su lado. En un cierto momento, un par de huellas desaparece, y comprende que esto sucedió precisamente en un momento difícil de su vida. Entonces se lamenta con Cristo, que le dejó sólo en el momento de la prueba. «Pero, ¡yo estaba contigo!», responde Jesús. «Cómo es posible que estuvieras conmigo, si en la arena sólo se ven las huellas de dos pies?». «Eran las mías --responde Jesús--. En esos momentos, te había cargado a hombros».

Recordémoslo cuando también nosotros sintamos la tentación de quejarnos con el Señor porque nos deja solos.


El Evangelio para niños:
¿Por qúe temes?
¡Jesús jamás te abandona!
Ricardo Dávila, 40 años como misionero: “Con 30 euros se alimenta a un niño africano durante un mes”
El sacerdote madrileño atiende una parroquia de 2.000 fieles y un hogar de niños discapacitados físicos y psíquicos
18 de junio de 2009.- Con motivo del V Centenario de la Bendición de la Iglesia San Sebastián Mártir del ayuntamiento madrileño de San Sebastián de los Reyes, la comunidad parroquial, con la colaboración municipal y de Cáritas Madrid, se ha embarcado en un Proyecto Misionero y Social en Bulawayo (Zimbawe), realizando un hermanamiento con un misionero madrileño que desarrolla su labor en esa ciudad necesitada. Se ha elegido la solicitud de ayuda económica para un hogar de niños discapacitados físicos y psíquicos y de un hospital Psiquiátrico, que presentó el misionero Ricardo Dávila.

(Raquel González de Córdova / Alba) -¿Cómo funciona ese hogar?

-El centro atiende niños discapacitados profundos, físicos y mentales. La capacidad del centro es de 80 niños, pero en este momento atiende sólo a 42, porque no tienen medios para alimentarlos.

-¿Cómo es un día normal en el hogar de Bulawayo?

-Por la mañana levantan a los niños. Hay un grupo de voluntarios de la parroquia que van para lavar y vestir a los niños. Normalmente, tienen diversas enfermedades: tuberculosis, anginas, cogen gripes muy fácilmente… por lo que hay un médico que va a verles todos los días. Tienen una hora de visitas de las familias antes de la comida y luego lo que surja cada día. No son niños con los que se pueda jugar, así que están ahí. Para las personas que no son un poco fuertes de espíritu aquello es muy duro.

-¿Cómo acepta la sociedad de ese país a personas con problemas físicos y mentales?

-La enfermedad mental y la enfermedad física, la discapacidad, es un tabú en África. Muchas familias quieren quitárselos de en medio. Es muy difícil que los vuelvan a aceptar y lo justifican diciendo que no tienen medios. Tienen muchos tabúes, miedo a los espíritus, creencias en cuestiones ancestrales…Y piensan que todo esto tienen mucha influencia en la discapacidad.

-Este tipo de centros en Zimbawe, ¿reciben alguna ayuda de la administración local, cómo se financian?

-Son instituciones que dependen del Gobierno, pero no los atiende en absoluto; por lo que la atención depende mucho de la ayuda que se les dé desde fuera. Por eso presenté el proyecto a Cáritas. Desde siempre me he sentido muy bien acogido, empezando por el cardenal que es el que me dirigió a Cáritas Diocesana, y me dijo “vosotros los sacerdotes de Madrid sois los primeros que debéis beneficiaros de la ayuda de Cáritas”. Y realmente estoy apabullado por el cariño e ilusión con que han apoyado el proyecto.

-Bulawayo es la ciudad donde resides y en la que se desarrolla este proyecto. Cuéntenos algo de ella.

-Es la segunda ciudad del país y está hacia el Suroeste; la capital es Harare, que está al Noreste del país. Bulawayo es más bien la parte de minoría étnica, que son la tribu Ndebele. Tiene una población de un millón y medio de habitantes. Era la ciudad industrial por excelencia del país, pero hoy día las industrias están hundidas. La mayoría de la gente preparada se ha marchado del país. Aquí hemos vivido en una situación de un Gobierno autocrático, de dictadura y opresión, en la que la oposición no tenía nada que hacer. En el año 2005 el partido de Robert Mugabe perdió las elecciones, pero el presidente no lo aceptó y ha seguido gobernando por su cuenta sin aceptar a la oposición. Últimamente los países de alrededor, por encargo de la ONU, han intentado que acepte la colaboración de la oposición, y después de muchas reuniones e intentos han hecho un Gobierno de coalición en el que las cosas no pueden funcionar.

-En Occidente el materialismo está a la orden del día. Por hacernos una idea, ¿qué se puede hacer con allí con 30 euros?

-Se pueden hacer maravillas. A un niño de estos del centro se le puede alimentar, a lo mejor, durante un mes.

-Háblenos de sus cristianos, de su parroquia de San Antonio ¿Cómo se organizan?

-A mí se me cae la baba cuando hablo de eso, porque tengo una parroquia que depende fundamentalmente de ellos, yo soy uno más trabajando a su lado. Hoy por ejemplo, aunque no estoy, sé que mis cristianos están en la parroquia. Dentro del Comité Parroquial hay pequeños comités que se encargan de diferentes aspectos: el financiero, el apostolado familiar, la salud, la caridad… ¿Y el cura qué hace? Animar todo eso.

-¿A cuántos feligreses atiende?

-Yo puedo tener 2.000 católicos que, además, están muy diseminados. Pero estoy contento, porque la parroquia está viva. El africano tiene un sentido de comunidad muy fuerte, y eso es uno de los aspectos fundamentales para la labor de Iglesia. Y son muy solidarios. Por ejemplo, si hay un enfermo o una necesidad, se vuelcan; si hay una fiesta, como el día 13 de junio que es San Antonio, lo van preparando con tiempo, y ese día, aunque no tenemos dinero, ellos lo buscan y dan una comida a todos los necesitados. Pero para un cura solo es mucho tomate. Necesitamos que nos manden a alguien más joven que yo. El año pasado tuve uno, un joven local, pero se lo llevaron a otro lugar y me dejaron solo. Así llevo 10 años.

*Para colaborar en el proyecto: Nº de cuenta:0075 0001 86 0606949353 (Concepto: Hogar St. Francis). Contacto: hogarstfrancis@gmail.com

miércoles, 17 de junio de 2009

'L'Osservatore Romano', el diario oficioso del Vaticano, propone que se «vuelva a llamar niño al feto»
Firma el artículo el neonatólogo italiano Carlo Bellieni, quien considera que la utilización generalizada de la palabra feto es "estigmatizante" y sirve para hablar del mismo niño como si fuera "dos entidades distintas" en función del momento en que se encuentra, antes y después del parto
17 de junio de 2009.- 'L'Osservatore Romano', el diario oficioso del Vaticano, publicó ayer un artículo en el que propone denominar con la palabra niño al feto, ya que "en el nombre que damos está el juicio que tenemos" de las cosas, asegura.

El artículo, que está firmado por el neonatólogo italiano Carlo Bellieni, considera que "no se trata de revolucionar el vocabulario, sino de volver a llamar a las cosas por su nombre" y, por tanto, de "llamar 'niño' a un niño, aunque todavía no haya nacido". Bellieni sostiene que la distinción "neta" entre las palabras niño, que normalmente sólo se utiliza para denominar al hijo nacido, y feto, que se restringe a la fase anterior al parto, es reciente. El experto explica que, en realidad, con el nacimiento, lo que cambia es "bien poco". "Entra aire en los pulmones, se cierran los pequeños circuitos en el corazón, se separa la placenta", especifica. Sin embargo, "la luz ya se filtraba en parte a través del útero estirado, el niño, dentro del útero, ya oía sonidos, ya se chupaba el pulgar, ya tenía hipo, ya tenía un corazón que funcionaba a la perfección, un cerebro que elaboraba sensaciones e incluso soñaba y sentía el dolor", detalla.

Según Bellieni, la utilización generalizada de la palabra feto es "estigmatizante" y sirve para hablar del mismo niño como si fuera "dos entidades distintas" en función del momento en que se encuentra, antes y después del parto. Para dar más fuerza a su teoría, el experto se remonta a los escritos del artista Leonardo Da Vinci, que estudió en profundidad la anatomía del ser humano en todas sus fases, incluida la de la gestación. "Una misma alma gobierna estos dos cuerpos, y los deseos y los miedos y los dolores son comunes sea a esta criatura como a todos los demás miembros animados", anotó Leonardo da Vinci al margen de uno de sus bocetos. Según Bellieni, lo que impresiona de estas notas es que "nunca aparece la palabra 'feto'" sino que Leonardo se refiere a esta criatura con la palabra hijito o amorcillo ('putto' en italiano), término con el que las artes plásticas se refieren al niño alado que representa a Cupido.
Testimonios de personas que ofrecen una hora al día de su vida en oración y pertenecen a La Guardia de Honor del Corazón de Jesús
17 de junio de 2009.-La Guardia de Honor es, hoy, una asociación Eucarística donde sus miembros se inscriben, eligiendo una hora del día en la que ofrecerán su trabajo, su diversión o aquello que estén haciendo en ese momento, al Corazón de Jesús, por la salvación del mundo y por las necesidades de la Iglesia. A la Guardia de Honor puede pertenecer cualquier persona, de cualquier edad y estado, como lo demuestran estas personas que han testimoniado de la práctica fiel de su compromiso.

(Anabel Llamas / Alfa y Omega)

Nuria Rodriguez, joven: "Lo que más me atrae... ofrecer mi vida"
Me llamo Nuria Rodríguez Mayoral. Me hice Guardia de Honor hace 4 años. Lo que más me atrae de esta devoción es el poder ofrecer mi vida en reparación al Sagrado Corazón por los pecados del mundo. Y no sólo en mi hora elegida, sino también a lo largo de mi jornada, mientras estoy en la escuela con los niños, en casa con mi familia, haciendo deporte, de peregrinación...

Esta devoción me ha ayudado a ofrecerme, ya no sólo en consolación al Sagrado Corazón, sino también mis quehaceres de cada día por quienes llevo en mi corazón, por los que más quiero, mi familia, amigos, sacerdotes y religiosas, necesidades de la Iglesia, del mundo entero.
Particularmente, creo ser testigo de dos gracias en concreto, y una de ellas a nivel particular: el Señor ha puesto en mí el deseo de pedir que me conceda estar en situaciones de ofensa a la Iglesia, sea del tipo que sea, con el fin de reparar justo en ese momento su Sagrado Corazón. Ni mucho menos deseo que se blasmefe de Dios, ni se ofenda a la Iglesia, aunque, desgraciadamente, por la sociedad en la que vivimos es el pan nuestro de cada día, y es por eso por lo que quiero estar en estos momentos, especialmente para aliviar al Señor con mi pobre oración y, cómo no, interceder por supuesto por quienes hacen este tipo de ofensas, por su conversión y la de sus familias, para que el Señor ponga en sus caminos instrumentos que los conduzcan a Él. Otra de las gracias ha sido ver cómo la pertenencia a la Guardia de Honor de un grupo de mi parroquia les ha cambiado la vida, entrando en una relación con el Señor más viva y entregada en sus quehaceres, enriqueciéndose también su fraternidad parroquial, así como su vida espiritual.

Begoña Pérez Delgado, madre de familia: "Mi hora de presencia es cuando voy a recoger a los niños al colegio"

Mi nombre es Begoña Pérez Delgado, estudié Historia, pero me dedico a cuidar de mi numerosa familia. Dios nos ha bendecido a mi marido y a mí con cuatro maravillosos hijos. La devoción al Sagrado Corazón la he vivido desde muy pequeña, delante de una preciosa imagen que mi madre tiene aún en su casa. Todos los meses de junio nos acercábamos al Cerro de los Ángeles a venerarle. Ya de casada y con niños, seguí rezando al Corazón divino, pero fue un día, en el Pequealfa, donde descubrimos mi hija mayor y yo a la Guardia de Honor. Mi hora de presencia es de cuatro de la tarde a cinco, momento que voy a recoger a mis hijos al colegio. Me parece un sistema muy eficaz para estar en continuo diálogo con el Señor y hacer de las cosas rutinarias verdaderas ofrendas hacia Dios. He descubierto que, si Él nos ama tan dulcemente desde su Corazón y es tan Misericordioso, también yo debo serlo con los demás, empezando con los más cercanos a mí. La paciencia, tan escasa en mi persona, creo que va creciendo poco a poco, aunque con tropiezos. Gracias a esta devoción tan hermosa el corazón también se dilata hacia los demás, por eso escogí a varias personas para dedicarles la llamada Hora de Misericordia. De esta manera, me acuerdo todos los días de ellas y, en mi interior, sé, con la certeza que te proporciona la fe, que volverán a ser buenos cristianos.

Rubén Zamora Nava, joven sacerdote: "Creer en el Corazón de Cristo supone un cambio de mente y corazón, un estilo nuevo de vivir en la total confianza y abandono en Dios"
"He visto conversiones de algunas personas que vivían en situaciones irregulares, de enfermos que se resistían a recibir los Sacramentos y a jóvenes transformar su vidas gracias a las oraciones y sacrificios de los Guardias de Honor"
Soy Rubén Zamora Nava, sacerdote diocesano de Toledo desde el año 2002.
Conocí la devoción al Sagrado Corazón a muy temprana edad; recuerdo cómo se vivía en mi parroquia con especial intensidad el mes de junio, aunque no fui muy consciente de ella hasta que, en el Seminario Mayor, algunos formadores y amigos sacerdotes me hicieron descubrir la grandeza de esta espiritualidad. Me consagré en la Guardia de Honor siendo sacerdote, el 13 de mayo de 2005, delante de la Virgen en Fátima, con otro compañero sacerdote, y elegí la hora de 12 a 13 horas, por ser Nuestra Señora del Sagrado Corazón la Patrona de esa hora. La devoción al Sagrado Corazón ha marcado no sólo mi proceso vocacional, sino todo mi sacerdocio. Creer en el Corazón de Cristo supone un cambio de mente y corazón, un estilo nuevo de vivir en la total confianza y abandono en Dios. Y la respuesta que lo condensa todo es la reparación. En todos mis destinos, he propagado la Guardia de Honor, porque he sido testigo de cómo ayuda a niños, jóvenes y adultos a enfocar lo ordinario, que a veces es lo más costoso, con un corazón corredentor. He visto conversiones de algunas personas que vivían en situaciones irregulares, de enfermos que se resistían a recibir los Sacramentos y a jóvenes transformar su vidas gracias a las oraciones y sacrificios de los Guardias
Un día con los sacerdotes rockeros y evangelizadores de La Voz del Desierto
El 13 de junio de 2009 se grabó este vídeo en el cual podemos ver como es una jornada de trabajo, en los días que tienen concierto, de los miembros del grupo musical La Voz del Desierto, del cual forman parte varios sacerdotes: Veamos pues la partida, el viaje, el montaje, el ensayo, el concierto y el final inesperado cuando les pieden a los componentes de la banda rockera evangelizadora que voten.

martes, 16 de junio de 2009

Católico perdona en Nepal a autora de atentado que mató a su esposa e hija; y reza por su conversión
16 de junio de 2009.- Balan Joseph Palamoottil, laico católico de origen indio, herido en el atentado a la Catedral de la Asunción en Katmandú el pasado 23 de mayo, perdonó, en el nombre de Jesucristo, a la mujer autora de tan terrible acción, Sita Thapa Shrestha (en la fotografia de la derecha), encontrándose con ella en la estación de policía donde estaba detenida, cerca al lugar de la matanza. Para Balan la vida cambió después del trágico atentado. La bomba mato a su mujer y a su hija. Pero el hombre ha tenido la fuerza de perdonar.

(Fides) “Cuando vi a Sita, me acorde de la historia de San Pablo, que perseguía a los cristianos, y pensé que Sita podía tener la misma experiencia de conversión. Por lo tanto le anuncié el mensaje de amor y perdón de Jesucristo” afirmó Balan, indio originario de Kerala.

Balan dio su testimonio público durante una celebración realizada recientemente en la misma Iglesia de la Asunción, antes numerosos fieles, que rezaron por las víctimas y por la paz en Nepal.

El hombre contó su historia también a los fieles cristianos de otras confesiones, anunciando su decisión de permanecer en Nepal – país donde llegó como migrante hace 20 años – trabajando por la paz y la reconciliación.

Balan declaró que va a continuar dedicando su vida a sus otros dos hijos, llevando a su familia y a todos con los que se encontrará su testimonio de vida cristiana, con el espíritu evangélico del seguimiento de Cristo en la vida laical.
Pepe Herrero, de Gran Hermano, se manifiesta en contra del aborto y Carlos Sobera defiende la vida del no nacido discapacitado
16 de junio de 2009.- Mientras el Gobierno se empeña en sacar adelante una ley del aborto que contemplará, entre otras cosas, la posibilidad de abortar a niños con “graves anomalías”, organizaciones como la Fundación Numen -que trabaja con paralíticos cerebrales- se dejan la piel para brindar a esos niños ‘diferentes’ una vida mejor.

(Rosa Cuervas-Mons / Alba)Y para eso, nada más importante que contar con muchos recursos. De los humanos van sobrados; de eso se encargan los padres de los niños afectados, también fundadores de la asociación. De los materiales siempre se anda justo; así que, con la ayuda de Además Proyectos Solidarios, Numen ha celebrado por cuarto año consecutivo el Campeonato de Mus por la Concordia. La cita fue el pasado lunes en el hotel Mirasierra Suites de Madrid. Muchas caras conocidas que, con su presencia, apoyaron esta buena causa entre órdagos y envites.

Carlos Sobera y Pepe Herrero, dos famosos solidarios.


Abordamos al presentador Carlos Sobera mientras esperaba a su pareja de mus y charlaba con sus contrincantes, el ganador de Gran Hermano 7, Pepe Herrero, y el futbolista y participante en el concurso Supervivientes, José Luis Luna. “Cualquier ONG que tenga como objetivo fundamental ayudar a los chavales me parece que es para ponerles un monumento”, reconoce Sobera, que asegura que “después de haber conocido como trabajan, en qué condiciones, con tan pocos medios, el tiempo que le dedican, la ilusión que le ponen… creo que habría que librarles de pagar IRPF y, si pagan sociedades, también; mensaje para Zapatero: que les quiten el Impuesto de Sociedades”.

Una vida igual de digna

Carlos, usted que ha visto de cerca el trabajo que se hace con estos niños ¿cree que su vida merece la pena, que es igual de digna que la de los demás?. “¡Hombre, por supuesto! creo que el hecho de no tener una vida plenamente normal, como la tenemos afortunadamente la mayoría de las personas, no significa tener menos vida. Afecta a su calidad de vida, sí, pero eso no quiere decir que en su modo de vida desmerezcan lo más mínimo; todo lo contrario. Hay que echarles una mano y conseguir las mejores condiciones para ellos. Precisamente, hay que acabar con la mirada sesgada que la sociedad tiene para todos estos colectivos. Su vida es maravillosa y dentro de sus posibilidades viven plenamente, y eso merece un respeto absoluto“.

Preguntamos entonces por la reforma del aborto, y ese supuesto que permite abortar a un niño que venga con ‘anomalías’. Sobera resopla…: “no conozco la ley del aborto, y sé que se plantean algunos supuestos que van en función del lapso de tiempo, y el tiempo nunca me ha parecido una cuestión importante en esta materia“.

“Creo que éste es un debate ético, moral y científico, y creo también que en cada caso concreto los padres -que son los que tienen que asumir la responsabilidad de tener un hijo con graves deficiencias- son los que tienen que tomar la decisión, pero tienen que tomarla pensando también que no solamente cuenta su vida o lo cómoda que pueda ser, sino que también cuenta la vida del ser humano que han concebido. Es un debate muy complejo”,
dice Sobera, que añade: “Lo que sí sé, lo único que sí sé, es que la cuestión tiempo es precisamente el único factor que no debería contar porque, si hay vida, probablemente la hay desde el momento uno“.

Turno de Pepe, ganador de Gran Hermano 7, que está encantado de poder aportar su granito de arena en causas como ésta. Sobre el aborto asegura que “personalmente”, se manifiesta “en contra. Pero no soy nadie para poder criticar a una persona que de repente se encuentra ante un problema en el que yo, a Dios gracias, no me he encontrado. Son posturas muy complicadas, pero yo creo que es jugar con una vida humana. Que una malformación o una enfermedad congénita justifiquen un aborto… yo no lo veo, no lo entiendo”. Les dejamos porque comienza la partida, y es por una muy buena causa…

Nunca habría abortado

Hablamos también con Maribel López-Ayllón, presidenta de la Fundación Numen, que asegura que jamás se habría planteado abortar a un hijo con alguna discapacidad. Y sabe de lo que habla. Maribel López-Ayllón, madre de uno de estos niños con parálisis cerebral, trabaja desde hace 18 años para darles una vida lo más digna posible en todos los aspectos; una educación, la atención que merecen.

“Hasta hace dos años solo atendíamos a niños, porque contábamos con un colegio. Pero ahora hemos conseguido abrir un centro de día, y así, cuando van pasando la edad del colegio, los pasamos al centro”, explica. Numen surgió gracias al esfuerzo de varios padres afectados. “Necesitábamos un colegio que se atuviera a las necesidades de nuestros hijos”, cuenta Maribel, que reconoce que todos los recursos son pocos, de ahí la importancia de actividaddes benéficas como el Torneo .

Y usted, que trata todos los días con niños ‘diferentes’ ¿qué piensa de la posibilidad de abortar a los niños que sufran alguna discapacidad? “Yo puedo hablar de mi opinión personal, como madre, y jamás me habría planteado abortar un hijo con cualquier tipo de problema”.
Según un estudio de la Complutense para la Fundación 'Crecer jugando'
Una familia unida y numerosa, garantía de felicidad para los niños españoles
Ven la separación -y no la muerte de un familiar- como la disolución de la familia
Los niños sitúan su felicidad en el 8'5 en una escala de 0 a 10
16 de junio de 2009.-Los niños españoles se sienten felices con su vida. En una escala del 1 al 10, su felicidad la sitúan en el 8′5. Los datos proceden de un estudio realizado por un equipo de pedagogos de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, en colaboración con la Fundación ‘Crecer Jugando’, que ha tomado como muestra las respuestas de 817 niños de enseñanza Primaria, de entre 6 y 13 años.

(Sonsoles Calavera / Alba) El punto de partida es un reciente informe de ‘UNICEF-Innocenty’ sobre las condiciones de vida de los niños en las naciones económicamente avanzadas. ”Los niños españoles son de los más felices dentro de los países industrializados, por detrás sólo de los países Bajos. Pero se ve también que para tener esa felicidad no necesitan tener muchas cosas, porque están por debajo de la media en cuanto a bienes materiales”, explica el catedrático de Historia de la Educación de la Complutense Gonzalo Jover.

Según ha podido constatar esta encuesta, la razón de esa felicidad la encuentran en la familia. “Los niños identifican la felicidad con una vida familiar plena. Para que un acontecimiento especial sea vivido con carácter festivo, necesitan compartir esa experiencia con más gente. La felicidad es para ellos una experiencia comunitaria. Les gustan las multitudes: que vaya toda la familia a su cumpleaños, a su Comunión. Les gusta la familia extensa, ‘el mogollón’“, apuntó Bianca Thoilliez, doctoranda de la Complutense que ha hecho el trabajo de campo. Los niños recuerdan como momentos de gran felicidad fiestas y acontecimientos familiares especiales de carácter multitudinario. Cabe destacar que para muchos niños consultados, la Primera Comunión ha sido el día más feliz de su vida. Rodrigo, de 9 años asegura: “Que mi familia esté siempre muy unida y yo estaré muy contento”. “Para mí la familia es lo más importante”, dice Cristiano, otro de los encuestados, de 10 años. “Daría todo lo que fuera por estar con ellos”, aseguraba Demetrio, 11 años. Francisco, de 8 años decía ser feliz porque está con su familia: ”Y es lo que más quiero en todo el mundo”, añadía al responder a la encuesta.

Lo más importante: estar juntos

Muestran la necesidad de sentirse queridos y reconocidos, y destacan, cuando se les pregunta por su felicidad, numerosos momentos que tienen relación con una familia unida. “El día más feliz de mi vida fue el que nació mi hermano que era muy guapo y chiquitín” afirma Lourdes de 9 años. Incluso hay quienes señalan que el mejor día de su vida fue el de su nacimiento: “El día más feliz de mi vida fue cuando nací, porque estaba toda mi familia en el nacimiento”, dice Juanjo, de 10 años. El hecho de nacer es en sí mismo un acontecimiento de felicidad para su familia y, por tanto, para ellos, aunque ni siquiera lo puedan recordar. También el ver pasar el tiempo a través de la familia, la experiencia de su dinámica más habitual, es signo de felicidad y ésta puede conseguirse simplemente viendo crecer a un hermano. La idea de felicidad de Bibí, de 8 años, es simplemente ver que su hermano “se haga mayor”.

Entre las actividades para su tiempo libre que les hacen más felices destacan jugar con los amigos y estar con su familia. Para ellos, estar con la familia, aunque sea en actividades cotidianas y sencillas, como ver juntos la televisión, supone estar acompañados y protegidos y les aporta un momento de felicidad que valoran porque, según afirman, no son muchas las ocasiones en las que se pueden reunir, por falta de tiempo o exceso de ocupaciones. Agradecen mucho también la compañía familiar en los juegos: “Me gusta jugar con mi padre o con mi madre, se me enciende la sonrisa”, asegura Roberto Carlos, de 10 años. Charo, de 10 años, explica por qué estar con la familia es lo que más feliz le hace: ’Porque me lo paso bien: si no es viendo la tele todos juntos, es durmiendo, si no comiendo, cenando, desayunando, en realidad me gusta estar con mis padres, con mis hermanos, con el resto de familiares”.

Rupturas y conflictos familiares, lo más traumático

Las experiencias negativas ligadas a la familia son la mayor causa de infelicidad.”Las discusiones, separaciones, o la muerte de un familiar son los hechos que los niños viven de manera más traumática. Esos días quedan marcados como los más tristes”, explicó Bianca Thoilliez. ”Mi padre se fue de casa, se enfadaron y decidió marcharse”, recuerda Rebeca, de 10 años, como su momento más doloroso. Roberto Carlos, 10 años, no olvida su día más triste: “Fue el día que se separaron mis padres, ese día no podía con mi alma, estaba muerto”. La separación, a diferencia de la muerte de un familiar, es vista como la disolución de la familia y no sólo como un acontecimiento triste e inevitable. Así lo expresa esta misma niña al contar cómo fue su día más alegre: “El día que estaba mi padre, que éramos una familia”.

Conforme los niños van adentrándose en la preadolescencia, la relación con los padres va dando paso a la creciente importancia de las relaciones con los amigos o hermanos. En esta etapa, muchos expresan su preocupación por no ser aceptados en su entorno más cercano.

Y, sorprendentemente, el colegio no les quita el sueño: no hay muchos niños que sitúen su felicidad, inmediata o futura, en el éxito o el fracaso escolar.

Cómo se ven en el futuro

Sobre sus aspiraciones de cara al futuro, un 34% de los niños consultados tienden a ver en su futuro laboral una garantía de felicidad y opinan que ser un adulto feliz consiste, básicamente, en tener un trabajo y sobre todo, que les guste. La emancipación, que asocian a la idea de libertad, es el aspecto que más desean a medio plazo, (un 42%); y un 24% de los niños no quieren que su vida cambie, prefieren que el mundo siga siendo lo que es.

Al preguntarles si serán felices cuando sean mayores, muchos están preoocupados por la crisis. Para Isabel, de 11 años “depende de la crisis”; Adolfo, de 10 años, tiene claro que “no porque habrá crisis”.

Esta preocupación lleva a algunos niños a pedir, entre sus deseos, que la crisis se acabe: “Que todo el mundo tenga paz y que se acabe la crisis”, desea Evelin, de 11 años. Pero además, los niños españoles tienen inquietudes solidarias: entre las cosas que les preocupan, mencionan “ver a pobres o a animales abandonados”, señala Andrés, de 9 años; o “los niños que tienen que ir a las guerras”, apunta Mar, de 9 años. Y las aspiraciones formuladas por un 8% de los niños, como imprescindibles para su felicidad, tienen relación con los valores, como “ser buena persona”, “paz para el mundo” o que “la gente no contamine tanto”.

sábado, 13 de junio de 2009

Carmen Dominguez: «Al menos cuatro personas con tendencias suicidas cambiaron de idea tras leer a Olga Bejano»
«ALAS ROTAS», LA OBRA PÓSTUMA DE LA PENTAPLÉJICA MÁS FAMOSA DE ESPAÑA, SE PRESENTÓ EN MADRID
13 de junio de 2009.-No podía ver, hablar, moverse ni respirar sin asistencia. Necesitaba ayuda para todo, y así pudo escribir, con mucha paciencia, cuatro libros, haciendo unos leves garabatos con su mano derecha que los interpretaba su enfermera.

(Luis del Real Espanyol / Réligión en Libertad / Alba) Olga Bejano, la pentapléjica más famosa de España; Medalla de Oro de la Comunidad de La Rioja; la mujer que se carteaba con Ramón Sanpedro dándole ánimos para que no cruzará la frontera del desánimo, murió el pasado mes de diciembre dejando listo su cuarto volumen: «Alas rotas» (LibrosLibres), su testamento vital, que el martes se presentó en Madrid.

«Al menos cuatro personas con idea de suicidarse no dieron ese paso tras leer los libros de Olga Bejano». Quien lo afirma es Mari Carmen Domínguez, su madre y su ángel de la guarda en esos 23 años que estuvo de «arresto domiciliario» como le gustaba recordar con cierta sorna a Olga. «Tras escribir ‘Voz de Papel’ y ‘Alma de color salmón’ –cuenta Mari Carmen–, empezaron a llegar decenas de cartas al principio, cientos pasados unos meses, y miles con los años. No importaba que la dirección postal estuviera incorrecta. Correos nos traía esas cartas aunque sólo figurase el nombre de Olga. Y entre esas cartas habían por lo menos cuatro que contenían una experiencia vital estremecedora: habían pensado en quitarse la vida y tras leer los libros de Olga manifestaban que habían cogido gusto por la existencia». «Sólo por esas personas valió la pena que Olga escribiera los libros», dice emocionada la madre de la autora de «Alas rotas».

En el libro habla por primera vez de su renuncia al amor con su novio por su enfermedad
La experiencia de Olga Bejano fue un canto a la vida. “Se puede defender la vida de muchas maneras, pero la mejor es saber vivirla”, apuntó su madre. Recordó que su hija tenía un carácter “de empuje, arrojo, tenacidad, y una espiritualidad crecida y renovada”. Y explicó, conmovida, que este es el primer libro en el que la autora habla de una experiencia especialmente dolorosa: la renuncia a su amor por la enfermedad: “Es el primer libro en el que habla de su amor y escribe: ‘Estando enamorada hasta las trancas, le dije: ‘Haz tu vida, que no sé lo que me va a ser de mí. Y le convencí’. Eran cuatro años de relación estable. Y ese sufrimiento, el de los sentimientos, no lo quita la morfina”.

«Nunca nos sentimos abandonadas»

«Aunque las administraciones nos abandonaron –dice con un punto de rabia Mari Carmen– Dios nunca nos dejó solas. Olga le pedía constantemente: ‘Envíame a tal persona que necesito hacer este proyecto…’, y Dios nos llevaba a nuestra casa la persona necesaria para cada cometido. Él nos acompañaba». «En cierta ocasión, estando en un hospital –rememora con emoción esta riojana de tanta personalidad– sentí con tal fuerza la presencia de Dios que bajé por las escaleras 16 plantas para llegar a la capilla y decirle a Dios: ‘Ya lo sé, sé que estás conmigo’».
Subrayó que Olga luchó por los derechos de los enfermos dependientes con “un empeño de titanes“. “Olga o un enfermo terminal es un bulto que supone gasto, en el que a la Sanidad no le interesa invertir -aseguró-. Y no le dan un hachazo porque estaría mal visto. Antes, si necesitabas, por ejemplo, una sonda de aspiración de secreciones, no te la daban con receta, por ser material hospitalario. Hoy todo enfermo que está en domicilio tiene el material hospitalario que necesite porque Olga lo ha conseguido. Ella ha ido abriendo camino y ha conseguido cosas siempre en plural. Ese es el orgullo que yo tengo, que ha luchado por los derechos y sintiendo las penas de los demás, haciéndolas suyas“.

La madre de la pentapléjica que ha conmovido a España contó que Olga aceptó el sufrimiento de su enfermedad por amor. “¿Quería seguir viviendo? Os aseguro que no. A mí me ha enseñado que no hay que tener miedo a la muerte -señaló-. Ella vivió la experiencia del túnel y decía: ¡Ay mamá, con lo bien que se estaba allí! Volvió por amor, porque oía la voz de su hermano que la llamaba y le daba mucha pena. No tenía ningún miedo a la muerte, pedía incluso a su confesor que no pronunciara esa palabra: ‘Se llama la otra orilla, el otro lado, el viaje, el más allá, porque no la muerte no existe’, decía”.

Su madre sabe ahora que Olga sigue estando con ella, aunque no la vea: “Me siento muy orgullosa de mi hija y muy feliz porque haya terminado de sufrir. Que mi hija está descansando, lo tengo clarísimo. ¿La echo de menos? No. Tengo su silencio y sé que no está, pero no estoy triste en ningún momento. Después de marcharse mi hija me he sentido aprobada ella. Y la sé y la siento feliz y por eso no me siento sola”.

Mª Carmen citó a Alberto Cortez para describir la actitud de su hija ante la vida: “Ella eligió ser lluvia en vez de ver llover”, apuntó. Y leyó unas líneas de ‘Alas Rotas’ que recogen bien el espíritu generoso y valiente con el que Olga afrontó, abandonándose en manos de Dios, todos los retos que encontró en su camino: “Vivir siempre merece la pena, hasta el final, hasta que el maestro de nuestra acuarela decide que está terminada a su gusto y sólo le queda poner la fecha y la firma”.

«La misión de Olga: acercar a la gente a Dios»

«¿Cuál ha sido la misión de Olga en esta vida?», se pregunta Mari Carmen Domínguez: «Acercar a la gente a Dios». «No tengo dudas de que Dios la eligió para esa misión y los frutos que dio son innumerables». «En cierta ocasión le escribió una persona que tenía muchas dudas de fe. La correspondencia duró varios meses y Olga no paraba de sostenerla, de darle ánimos, de mostrarle el camino para que encontrara la paz en el Señor». También cuenta la historia de un joven cuyos padres estaban completamente desesperados con él. Ya no sabían que hacer. Se había metido en una banda de rap, fumaba porros, sus notas se habían desplomado y no obedecía a nada que tuviera que ver con la familia. «Un día se presentó en casa junto con su madre. El chico se quedó tan impactado de vera a Olga con los tubos, en esa UVI doméstica, que le dijo: ‘Ostras, Olga, te prometo que un día llegaré a ser médico e intentaré curarte». Hoy, ese joven está a punto de terminar Medicina con las mejores notas de su promoción.

Más de ciento cincuenta personas

En un ambiente de gran emoción, más de ciento cincuenta personas se reunieron en la parroquia de San Gabriel, de los padres pasionistas, en Madrid, para escuchar con gran atención y lágrimas en los ojos el testimonio de Mari Carmen Domínguez, que en muchos momentos no podía contener su tristeza al recordar historias y anécdotas de los 23 años de enfermedad de Olga. Intervinieron también Pepe Fernández del Cacho, sacerdote pasionista, escritor y poeta, que lleva a gala la distinción que en su momento le otorgó Olga como «mi hermano adoptivo»; el cantautor José Luis Pardo que cantó dos canciones compuestas para Olga; el catequista Juan Pedro Alcaráz; la subdirectora de la revista Alba, Sonsoles Calavera, Marysia Szumlakowska y Pilar Ángel, amigas de Olga y, por último, cerró el acto el editor de LibrosLibres, Álex Rosal.
“Olga Bejano ha dado sentido a la vida de muchas personas”
13 de junio de 2009.-“Quiero que sea Dios quien decida cuándo ha llegado mi día y mi hora”,
decía a ALBA en marzo de 2007. Y lo decidió. Una parada cardiorrespiratoria en la madrugada del 5 de diciembre puso fin a más de 20 años de una enfermedad neuromuscular que paralizó el cuerpo de Olga. Pero la fuerza de su alma ha hecho Historia.

(Sonsoles Calavera / Alba) Llevaba 22 años de inmóvil actividad. Metida en la cama, o sentada en la silla, sin salir de su habitación, removió el alma de todos los que la conocimos. Durante más de dos décadas no pudo hablar, ni ver, respiraba artificialmente y se alimentaba a través de una sonda. Ha sido la persona del mundo que más tiempo ha pasado alimentándose y respirando de manera artificial.

Padeció casi 200 neumonías y varias decenas de intervenciones quirúrgicas. Y aunque, sin ayuda, no podía ni levantar un párpado, desde su ‘arresto domiciliario’, como ella lo llamaba con heroico sentido del humor, en este tiempo de sufrimiento sacó fuerza y ánimo para ayudar a muchas personas. Entre tratamiento y tratamiento, escribió cuatro libros. ‘Voz de papel’, ‘Alma de color salmón’ y ‘Los garabatos de Dios’ son los tres primeros.

Moviendo ligeramente la cadera, con un cuaderno en las piernas y un rotulador entre los dedos, escribía unos garabatos ilegibles en los que su enfermera iba descifrando las letras. Olga murió con los deberes hechos. Tres días antes de morir, estuvo cinco horas trabajando con su enfermera, Livia Dancea, en su último libro: ‘Alas rotas’. No podía mover un músculo, pero su habitación tenía más actividad que el despacho de un ministro. Además de la asistencia médica y los cuidados que requería su enfermedad, dedicaba tiempo a escribir, llamar por teléfono, leer… y, sobre todo, recibir visitas. “Soy un vegetal muy activo”, decía.
Tenía siempre las puertas abiertas

Por su casa han pasado desde altas personalidades de la política hasta estrellas del deporte o de la canción. Pero, sobre todo, muchos amigos. Su puerta siempre estaba abierta. Así llegó a conocerla, por ejemplo, José Fernández del Cacho, sacerdote pasionista, que fue a visitarla después de leer su libro. “Esta mujer intentó animar a vivir a Ramón Sampedro. Yo soy testigo de que hubo gente que no encontraba una salida y ella les dio una tonelada de ilusión para vivir. Ha dado sentido a la vida de muchas personas. Empezando por mí, porque cuando estaba un poquillo flojo, me ponía a su lado y te transmitía paz, serenidad, ánimo”, recuerda. Cuenta incluso que el testimonio de vida de Olga salvó del suicidio a dos personas.”Es como santa Teresita de Lisieux, patrona de las misiones desde un monasterio. Pues ésta, desde el dolor, es increíble que haya movido a tanta gente. Olga ha hecho una gran labor silenciosa, ha sido un foco de Dios”.

Igual que José, llegó Manuela Álamo, una joven informática madrileña, a la vida de Olga: llamando a su puerta, después de leer sus libros. “El día que la conocí,me emocioné y ella en respuesta me pegó una patada y le escribió a su enfermera con sus garabatos: ‘¡Manoli, no llores que yo no lloro!’. Así era Olga.Valiente, cariñosa, comprensiva, solidaria, con un fino sentido del humor y sobre todo con una confianza en Dios, como no he visto en nadie. Es difícil de entender la razón de tanto sufrimiento, sólo esa confianza en Dios puede darle sentido. Su testimonio ha ayudado a muchas personas a acercarse más a Él y a no dejarse abatir ante las dificultades, porque ella tenía más que nadie. Seguro que al llegar al cielo, le han puesto la alfombra roja y que si su vida fue muy fértil en la tierra, con las incapacidades que tenía, ahora en la otra vida, con todos los deberes cumplidos, va a ser la caña”.

Lidia González la conoció por motivos de trabajo: “Yo ayudaba a Álex Rosal en los inicios de la editorial Libros Libres. Pocos días antes de Navidad llamó su enfermera, para saber cómo iba la edición del libro Alma de color salmón. Como todos los autores, Olga tenía mucha prisa en la edición.Me contó que le quedaba poco tiempo y que en cuanto se lo editásemos Dios la llamaría a emprender el vuelo a otra vida. Con la inquietud que me había dejado, llamé a Álex para contarle lo sucedido y le pedí permiso para llevarme el texto y leerlo en Navidades. Olga nos estaba confiando su mensaje, con la esperanza de que lo publicásemos y lo difundiéramos a los cuatro vientos. Ella me enseñó a confiar en Dios y llegué a experimentar que en las situaciones más dolorosas la Virgen siempre está muy cerca”.

Livia Dancea, su enfermera en los últimos meses, cuenta que éste ha sido el año más bonito y más lleno de su vida profesional. “He aprendido muchísimas cosas con Olga. Era admirable, sabía lo que es un sacrificio. Era una luchadora y me ha enseñado a luchar amí también. En mis momentos malos, en cuanto la veía, seme olvidaba todo.Te daba fuerza, un empujón hacia adelante sin decir nada, sólo al ver cómo luchaba”. Livia, que la atendió ya sin vida, cuenta que “cuando murió, estaba como una muñeca de porcelana, parecía que estaba viva, dormida”.

La muerte como luz, paz y amor infinito En el funeral, al que asistieron multitud de familiares y amigos, el sacerdote apuntó que “en la vida estamos llamados a ser imagen de Dios y Olga fue la imagen de Cristo en la Cruz”. Como ella había pedido, se leyeron fragmentos de sus libros, como éste de Alma de color salmón:

“Descubrí que la muerte no existe: no es otra cosa que nacer a la vida. La muerte es luz, paz, descanso, bienestar y un amor infinito que en esta vida no existe y no se puede explicar”. “Te recordamos inquieta, terca, incluso revolucionaria; desde tu cama has llegado más lejos que mucha gente con movilidad total”, dijeron sus amigas. Su madre se dirigió también a sus seres queridos: “Necesitamos mucho de vuestro cariño y vuestro amor para llenar el vacío tan grande que deja esta mujer, mi hija, en nuestras vidas”, dijo. Como Olga no quería ver tristes a los suyos pidió que terminara con música. Y así fue, a ritmo del Dúo Dinámico, con su canción Resistiré, y de la canción de Natalia, de La Quinta Estación.
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Reportaje publicado en el núm. 207 del semanario ALBA, diciembre de 2008

Lena: De la droga, los robos, el mal y el ateísmo a "intuir las necesidades de los demás y dejarme transformar por Dios"
*"En el momento más oscuro de mi pasado, cuando sentía la soledad más intensa, el mayor vacío y lo absurdo de mi existencia, Dios vino a mi encuentro a través de la Comunidad Cenáculo y me ha salvado, dándome las ganas de vivir."
*"La dificultad más grande fue comenzar a creer en Dios y rezar. Provengo de una tierra donde a causa de la historia política, el pueblo se olvidó de Dios. En mi familia nadie iba a la Iglesia. Mis padres me habían dado mucho afecto pero tenía necesidad de un amor más profundo, que ni siquiera ellos conocían."
13 de junio de 2009.- (Lena / Comunidad Cenáculo) Si algunos años atrás alguien me hubiera dicho que leería la Biblia y que hubiera encontrado la felicidad en Dios, no lo hubiera creído. ¡En cambio hoy, mi alegría está justo allí, en Jesucristo!
Me llamo Lena y estoy extra-feliz de haber descubierto que ¡mi vida es un don precioso y que vale más que cualquier otra cosa en el mundo!
En el momento más oscuro de mi pasado, cuando sentía la soledad más intensa, el mayor vacío y lo absurdo de mi existencia, Dios vino a mi encuentro a través de la Comunidad Cenáculo y me ha salvado, dándome las ganas de vivir.
Hoy tengo la gracia de estar en esta casa de Dios y agradezco a la Comunidad Cenáculo por haberme acogido vacía, así como era, sin pedirme nada.
Entré a los veintiún años después de vivir en la tóxico- dependencia, enojada conmigo misma, con mis padres, con la sociedad. Me sentía cansada y muerta por dentro por todo el mal que había hecho. No había terminado la escuela, estaba enojada, vivía en la falsedad y robaba. Delante de los demás aparentaba ser fuerte, impulsiva y decidida, mientras en el corazón sentía lo contrario: inseguridad, miedos y tantos porqués a los que no les encontraba la respuesta.

Las amistades que construía no eran duraderas porque no se basaban en el amor verdadero sino en el interés. En la droga me parecía que había encontrado la seguridad y la novedad de la vida. En cambio, fue sólo la ilusión de la libertad y me tomó por esclava.
En esta vida equivocada hería a quien me quería, especialmente a mis padres. En mi corazón no había ninguna confianza, sólo duda, frialdad. No creía más ni en mí misma y no esperaba que algún día la vida fuera diferente.
Por esto los primeros meses de Comunidad fueron durísimos; muchas veces quería dejar todo y escapar. Era difícil creer que otros me querían, era muy orgullosa y me justificaba siempre porque temía no ser aceptada por las otras chicas, el miedo a la verdad me paralizaba.
Pero aún en medio de estas dificultades comenzaba a percibir la paciencia y la confianza que la Comunidad tenía conmigo: sentí el amor verdadero que me dio la fuerza para seguir adelante y confiar.
La dificultad más grande fue comenzar a creer en Dios y rezar. Provengo de una tierra donde a causa de la historia política, el pueblo se olvidó de Dios. En mi familia nadie iba a la Iglesia. Mis padres me habían dado mucho afecto pero tenía necesidad de un amor más profundo, que ni siquiera ellos conocían.
En Comunidad me encontré con muchas chicas, de distintas partes del mundo, de diferentes edades, con pasados muy dolorosos… pero que unidas rezaban delante del Santísimo. Aunque no creía, estos momentos me conmovían, ayudaban a “derretir” mi corazón. Después de la oración percibía en las chicas un cambio: estaban más serenas, sonreían más.
La Santa Misa y los momentos compartidos poco a poco fueron acercando la Palabra de Dios a mi historia y en mí se encendió una pequeña luz de esperanza que me hizo abrazarme a Jesús, con toda mi fragilidad. El amor de Dios me hizo experimentar que sólo Él conoce y sana todo lo que tengo en el corazón. Rezando he visto que en el pasado no fui capaz de administrar bien mi libertad, buscando la alegría y el sentido de la vida sin la fe, muchas veces dije “sí” al mal.
Un valor precioso que he recibido en la Comunidad es el de compartir un diálogo profundo y verdadero. En mi casa siempre hablábamos sobre las cosas materiales, sobre lo que faltaba, sobre el dinero que no alcanzaba nunca… y así poco a poco, nos fuimos alejando y las cosas del mundo nos dividieron. Éramos incapaces de mirarnos a los ojos y preguntarnos. “¿Cómo estás hoy?”
Nos juzgábamos y pretendíamos uno del otro, nadie cambiaba y yo escapé a la droga. Hoy el diálogo se ha vuelto una necesidad cotidiana que me ayuda a estar bien y a vivir en paz conmigo misma y con los demás.
Cuando mi mamá hizo una experiencia conmigo pude conocerla mejor, bajo una nueva luz, la de la oración, que me hizo descubrir muchos gestos positivos y muchas cosas buenas que antes no veía en ella. Lo que me ha dado más alegría fue vernos de rodillas, juntas en nuestra capilla, mientras rezábamos: “Ave, o María…”, agradeciendo de corazón a la Virgen porque a pesar que éramos una pequeña familia perdida en el mundo, hoy vamos al encuentro de la misericordia de Dios, Padre de todos.
¡Hoy estoy segura de que el bien existe, que el perdón existe!
¡Gracias a la Comunidad he “tocado” el amor verdadero que es la vida de Jesús entregada gratuitamente y para siempre por nosotros!
Estoy forjando amistades de verdad, mis jornadas son muy ricas de vida, de situaciones que me hacen crecer y madurar y de trabajo amado y bendito, porque me reconstruye y me hace dar más de cuanto hubiera imaginado. Aprender a coser, a tocar la guitarra, a cocinar… para mí es una gran alegría.
¡Intuir las necesidades de los demás y dejarme transformar por Dios me está dilatando el corazón y no quiero perder más ni un minuto de mi vida!
¡Con Dios en el corazón cada día es una novedad, porque Él da sabor a todo!
¡Y yo quiero seguirlo!
Las madres de familia, mujeres ‘invisibles’ para los hombres, llamadas a edificar una obra de amor para Dios
Esta madre de familia, como muchas otras, se siente a veces ‘la mujer invisible’. Pero ha descubierto para Quién trabaja y ya no le importa el aplauso del ‘gran público’.

miércoles, 10 de junio de 2009

P. Kevin P. Kelly, CO: "Atraeremos a la fe a los que amamos cuando irradiamos la alegría que es Cristo"
*"Los que tienen seres queridos alejados de la fe lo mejor que pueden hacer es continuar siendo buenos testigos de Cristo (la mejor forma de que continúen en contacto con Cristo), seguir dando testimonio de su amor en todo. Denles la mejor razón para volver: que han visto el amor de Dios obrando en su vida y desean tener el mismo sentido de gozo, compasión y esperanza. Recuerden las palabras de Sta. Teresa de Ávila: “Un triste santo es un mal santo”. Atraeremos a la fe a los que amamos cuando irradiamos la alegría que es Cristo."
*«Todo lo que pinto es una extensión de mi fe, una participación en la obra creativa de Dios»
10 de junio de 2009.-El Padre Kevin P. Kelly, C.O., se alejó de la fe en su adolescencia. Tras completar sus estudios en el «School of Visual Arts» de Nueva York, se ganó la vida como artista callejero en esa ciudad. También grabó discos e hizo giras en EE.UU. y Europa como miembro de una banda de punk rock. Hoy en día intenta «ver vida radiante en lo que suele parecer bastante mundano. Todo lo que pinto es una extensión de mi fe, una participación en la obra creativa de Dios». Tras volver a la Iglesia y después de un tiempo de discernimiento con trapenses, se unió en 1997 a una comunidad que sería el Oratorio de S. Felipe Neri de New Brunswick (EE.UU).

(M. Lourdes Quinn / InfoCatolica) El padre Kelly ha viajado a Tanzanía y a Kenia y vuelve este mes a El Salvador para su misión anual en la parroquia de Calvario en San Miguel, que incluye dos templos y 12 comunidades en áreas rurales. “Las comunidades son muy pobres pero vibrantes, el centro del amor de la gente, y me han acogido con los brazos abiertos”. Concedió esta entrevista antes de partir:

- ¿Cómo fue su experiencia con la fe católica en su juventud?

“Estaba muy interesado en la música, el arte y en estar de fiesta todo el tiempo con mis amigos. No comprendía que una vida de fe es una comunión vivida con Dios y la Iglesia me parecía un conjunto de reglas arbitrarias. O sea que cuando tenía 12 o 13 años dejé de ir a la iglesia. Estoy seguro que fue un momento difícil para mis padres, pero tampoco querían forzarme la fe. Me educaron lo mejor que pudieron en el contexto de la fe, pero no podían forzarme a creer.”

- ¿Qué influencia tuvieron sus años universitarios en su vida espiritual?

Tenía un sentido de la justicia social por los pobres que me inculcaron desde niño mis padres, que son muy devotos, por su ejemplo… La preocupación por los pobres finalmente abrió mis ojos a la persona de Cristo. Curiosamente, la escena del “punk rock” también ayudó a formar mi fe. En esos tiempos, era muy contracultural y prestaba atención al marginado.

Ahora me interesan los inmigrantes por mi fe, porque deseo conocer y vivir una comunión con más hermanos de la fe (por el punto de vista de Cristo y no de la política). No es sólo cuestión de ver a Cristo en otros, sino cuestión de reconocer que somos de hecho uno como Cristo es uno.

- ¿Qué hizo tras completar sus estudios universitarios?

Trabajando como artista callejero conocí a un carpintero que me contrató para pintar muebles a mano. En ese empleo conocí a Pablo Morera (de Costa Rica), que por el testimonio de su vida me mostró el rostro de Cristo como no lo había conocido antes. Me abrió la puerta a la verdadera fe viva y fue instrumento para cambiar el rumbo de mi vida.

- ¿Qué diría a los que se han alejado de la fe?

Como a mí de joven, la Iglesia les puede parecer con frecuencia aburrida, sin sentido, sin creatividad o alegría. Pero, quizás entonces podemos despertarnos y ver a Cristo de una nueva forma, ver que nos ha dejado la Iglesia y podemos estar con Él en una constante y vigorizante comunión.

Les pediría que pensaran sobre por qué se alejaron, sobre quién es la persona de Cristo y lo que su existencia significa para la raza humana. Les pediría que intentaran reconocer a Cristo por quien es: el Salvador del mundo, la fuente de toda vida y verdad, la fuente de toda compasión y esperanza. Ha venido para alterar radicalmente nuestra relación con Dios, para ofrecernos vida divina. Todo lo que la persona humana busca para ser fundamentalmente feliz se encuentra en Él. Les pediría que consideraran esta verdad, que se mantuvieran abiertos a tener todas sus percepciones y malentendidos hechos pedazos. Les preguntaría si de verdad quieren vivir... ahora y en la eternidad.

- ¿Qué recomienda a los que tienen seres queridos alejados de la fe?

Lo mejor que pueden hacer es continuar siendo buenos testigos de Cristo (la mejor forma de que continúen en contacto con Cristo), seguir dando testimonio de su amor en todo. Denles la mejor razón para volver: que han visto el amor de Dios obrando en su vida y desean tener el mismo sentido de gozo, compasión y esperanza. Recuerden las palabras de Sta. Teresa de Ávila: “Un triste santo es un mal santo”. Atraeremos a la fe a los que amamos cuando irradiamos la alegría que es Cristo.

- ¿Cómo discernió su vocación al Oratorio de S. Felipe Neri?

Una vez que se despertó la persona de Cristo en mi vida a los 27 años, comencé poco a poco a vivir sólo por Él, a sentir una llamada a vivir este amor, esta relación con Cristo, en comunidad porque nuestra fe es comunitaria (Jesús reunía a gente a su alrededor). [...] Mientras estaba con los trapenses, todas mis oraciones volvían al Oratorio. Era un tirón espiritual gravitatorio.

Me relacionaba con S. Felipe porque es el patrono de la alegría, un ingrediente esencial en la vida espiritual. Necesitamos rechazar el estereotipo de los cristianos severos y sin vida y ser gente de verdadera alegría. Cristo vino para darnos vida divina... no una vida monótona y pesada. S. Felipe lo entendió del todo. Era un hombre de alegría, de compasión, de intensa esperanza en el Señor. También amaba el arte y la música porque comprendía que eran medios para profundizar nuestra experiencia religiosa y senderos hacia Dios. Es un santo para nuestros tiempos.

- ¿Cómo discernió su vocación sacerdotal?

No tenía intención de ser sacerdote, pero me sentí llamado tras servir más de 10 años como Ministro Extraordinario de la Comunión en el hospital, un año como capellán en Oncología Pediátrica. Los enfermos me mostraron un sentido más profundo de la faz de Cristo. Llegué a comprender la naturaleza de su sufrimiento en conexión a nuestra humanidad y, de una manera palpable, que Cristo vino para entrar en todos los aspectos de la condición humana sin restricción. Su cruz no es teórica. Es una realidad viva en la cual el sufrimiento y la muerte son vencidos al final.

- ¿Qué es lo que más le ha impresionado de sus viajes?

La mayoría de los amigos que he conocido son materialmente pobres, pero profundamente ricos en fe, alegría, amor y comunión. No se puede comprar y vender la fe, la esperanza y la caridad. No idealizo a los pobres. Hay muchas dificultades y obstáculos. Hay mucha crisis. Pero, hay una fuerza impulsora de fe que irradia con mayor claridad y fuerza entre los pobres.

- ¿Cómo inició su contacto con El Salvador?

Mi mejor amigo en el seminario (EE.UU.), era un refugiado salvadoreño que huyó una masacre en la que la armada salvadoreña mató a muchos miembros de su familia. Cuando fui a El Salvador por primera vez, conocí al P. Nelson (entonces diácono como yo) en una Misa del 80 aniversario del nacimiento del Arzobispo Óscar Romero. En mi adolescencia había seguido la guerra civil en El Salvador con mucho interés, sin conocer a nadie de allí. Por Divina Providencia, ahora considero ese país mi segundo hogar.

- ¿Quiénes en El Salvador han tenido mayor impacto en su vida?

P. Nelson Santos (llamado por muchos “el sacerdote de los pobres”) por su deseo de santidad y el amor que tiene por su gente. En medio de miles de dificultades y preocupaciones, irradia gozo, una señal exterior de su confianza en Dios. Lo primero que oigo cada mañana en Calvario es al P. Nelson cantando en su habitación mientras se prepara para el día a las 5h.

Nelson Alirio Cruz, un seminarista que conocí en mi primer viaje, ha sido una constante fuente de bondad y uno de los más humildes siervos del Señor que he conocido. Está dispuesto a hacer absolutamente cualquier cosa por cualquiera si les va a ayudar a conocer el amor de Dios con mayor claridad en sus vidas.

Francisco Águila (sacristán en Jocuatique de 33 años, casado y con 3 hijos), es la persona más humilde y santa que he conocido, un hombre de profunda fe y confianza en la Providencia de Dios. Vive en gran pobreza en las montañas. Quedó huérfano a los 8 años cuando toda su familia fue matada por la armada salvadoreña. Pero, como muchos que encontramos en las Escrituras con Jesús: “Su fe le ha salvado”.

- ¿Cómo es la vida en el Oratorio?

Es maravillosa porque la persona de S. Felipe continúa a llenarme de un sentido de alegría y me recuerda que lo lleve a quienes sirvo, que no me tome muy en serio. En el Oratorio puede haber mucha creatividad y grandes cosas porque se anima el uso de dones para beneficiar a todos. Como diría S. Felipe: “Todos en la comunidad deberían ser una cara familiar”. Pero, también es un grupo diverso porque S. Felipe recibía a la gente sin esperar que todos fueran iguales. Esto presenta los desafíos de toda familia. Algunos días son fáciles, otros más difíciles y agotadores. Es vida cristiana.

- ¿Desearía añadir algo?

El sacerdocio ha sido absolutamente el mayor y más entusiasmante don en mi vida. Si hay algún joven discerniendo el sacerdocio y se pregunta cómo sería, usaría estas palabras: sorprendente, constantemente impactante, lleno de gozo, conmovedor, difícil, profundo, radical, misterioso, y que completamente da vida... cuando damos nuestras vidas por completo como Cristo dió su vida por nosotros.

Mi mayor pregunta ahora es si conocemos íntimamente a Cristo. Conocerle es verle en todo y darle radicalmente nuestra conformidad, respondiéndole con total generosidad. Es un cambio en la fe de una obligación a un deseo místico en nuestra vida cotidiana. Espero comprenderlo cada vez mejor y luego compartirlo con el Cuerpo de Cristo.

Muchas gracias por su tiempo y por todo lo que hace por la Iglesia.
Vídeo-testimonio de seminaristas de Buenos Aires: "No podemos callar lo que hemos visto y oido"