lunes, 15 de septiembre de 2025
domingo, 14 de septiembre de 2025
Papa León XIV en homilía, 14-9-2025: «Los mártires de la fe del siglo XXI siguen difundiendo el Evangelio en un mundo de odio, violencia y guerra; su testimonio permanece como profecía de la victoria del bien sobre el mal»
* «Muchos hermanos y hermanas, también hoy, a causa de su testimonio de fe en situaciones difíciles y contextos hostiles, cargan con la misma cruz del Señor. Al igual que Él son perseguidos, condenados, asesinados. De ellos dice Jesús: ‘Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí’ (Mt 5,10-11). Son mujeres y hombres, religiosas y religiosos, laicos y sacerdotes, que pagan con la vida la fidelidad al Evangelio, el compromiso con la justicia, la lucha por la libertad religiosa allí donde todavía es transgredida, la solidaridad con los más pobres»
Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa León XIV
* «Sí, la suya es una esperanza desarmada. Han testimoniado la fe sin usar jamás las armas de la fuerza ni de la violencia, sino abrazando la débil y mansa fuerza del Evangelio, según las palabras del apóstol Pablo: ‘Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. […] Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte’ (2 Co 12,9-10)»
14 de septiembre de 2025.- (Camino Católico) Hoy, 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Papa León ofrece una profunda y sentida reflexión en la Conmemoración de los nuevos mártires y testigos de la fe del siglo XXI, junto con representantes de las demás Iglesias y comuniones cristianas, en la Basílica de San Pablo Extramuros, en presencia de unos 4.000 fieles.
La esperanza llena de inmortalidad se entrelaza con la esperanza jubilar, se convierte en profecía y, subrayó el Papa en su homilía, en "esperanza desarmada": “Su martirio sigue difundiendo el Evangelio en un mundo marcado por el odio, la violencia y la guerra; es una esperanza llena de inmortalidad, porque aunque los mataron en el cuerpo, nadie podrá apagar su voz ni borrar el amor que dieron; es una esperanza llena de inmortalidad, porque su testimonio permanece como profecía de la victoria del bien sobre el mal. Sí, la suya es una esperanza desarmada. Dieron testimonio de la fe sin usar nunca las armas de la fuerza y la violencia, sino abrazando el poder débil y manso del Evangelio”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Papa, cuyo texto íntegro es el siguiente:
CONMEMORACIÓN DE LOS MÁRTIRES Y TESTIGOS DE LA FE DEL SIGLO XXI
HOMILÍA DEL SANTO PADRE LEÓN XIV
Basílica de San Pablo Extramuros
XXIV Domingo del Tiempo Ordinario, 14 de septiembre de 2025
Hermanos y hermanas:
«Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Ga 6,14). Las palabras del apóstol Pablo, junto a cuya tumba estamos reunidos, nos introducen en la conmemoración de los mártires y testigos de la fe del siglo XXI, en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
A los pies de la cruz de Cristo, nuestra salvación, descrita como la “esperanza de los cristianos” y la “gloria de los mártires” (cf. Vísperas de la Liturgia bizantina en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz), saludo a los representantes de las Iglesias Ortodoxas, de las Antiguas Iglesias Orientales, de las Comuniones cristianas y de las Organizaciones ecuménicas, a quienes agradezco haber aceptado mi invitación a esta celebración. A todos ustedes aquí presentes les dirijo mi abrazo de paz.
Estamos convencidos de que el martyria hasta la muerte es «la comunión más auténtica que existe con Cristo, que derrama su sangre y, en este sacrificio, acerca a quienes un tiempo estaban lejanos (cf. Ef 2,13)» (Cart. enc. Ut unum sint, 84). Aún hoy podemos afirmar con Juan Pablo II que, allí donde el odio parecía impregnar cada aspecto de la vida, estos audaces servidores del Evangelio y mártires de la fe demostraron evidentemente que «el amor es más fuerte que la muerte» (Conmemoración Ecuménica de los Testigos de la fe del siglo XX, 7 mayo 2000).
Recordamos a estos hermanos y hermanas nuestros con la mirada dirigida al Crucificado. Con su cruz Jesús nos ha manifestado el verdadero rostro de Dios, su infinita compasión por la humanidad; cargó sobre sí el odio y la violencia del mundo, para compartir la suerte de todos los que son humillados y oprimidos: «Él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias» (Is 53,4).
Muchos hermanos y hermanas, también hoy, a causa de su testimonio de fe en situaciones difíciles y contextos hostiles, cargan con la misma cruz del Señor. Al igual que Él son perseguidos, condenados, asesinados. De ellos dice Jesús: «Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí» (Mt 5,10-11). Son mujeres y hombres, religiosas y religiosos, laicos y sacerdotes, que pagan con la vida la fidelidad al Evangelio, el compromiso con la justicia, la lucha por la libertad religiosa allí donde todavía es transgredida, la solidaridad con los más pobres. Según los criterios del mundo han sido “derrotados”. En realidad, como nos dice el libro de la Sabiduría: «A los ojos de los hombres, ellos fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad» (Sb 3,4).
Hermanos y hermanas, a lo largo del Año jubilar, celebramos la esperanza de estos valientes testigos de la fe. Es una esperanza llena de inmortalidad, porque su martirio sigue difundiendo el Evangelio en un mundo marcado por el odio, la violencia y la guerra; es una esperanza llena de inmortalidad, porque, aunque fueron asesinados en el cuerpo, nadie podrá apagar su voz ni borrar el amor que donaron; es una esperanza llena de inmortalidad, porque su testimonio permanece como profecía de la victoria del bien sobre el mal.
Sí, la suya es una esperanza desarmada. Han testimoniado la fe sin usar jamás las armas de la fuerza ni de la violencia, sino abrazando la débil y mansa fuerza del Evangelio, según las palabras del apóstol Pablo: «Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. […] Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co 12,9-10).
Pienso en la fuerza evangélica de la Hermana Dorothy Stang, comprometida con los “sin tierra” en la Amazonía. A quienes se disponían a matarla y le pedían un arma, ella les mostró la Biblia respondiendo: “He aquí mi única arma”. Pienso en el Padre Ragheed Ganni, sacerdote caldeo de Mosul en Irak, que renunció a combatir para testimoniar cómo se comporta un verdadero cristiano. Pienso en el hermano Francis Tofi, anglicano y miembro de la Melanesian Brotherood, que dio la vida por la paz en las Islas Salomón. Los ejemplos serían muchos, porque lamentablemente, a pesar del fin de las grandes dictaduras del siglo XX, todavía hoy no ha terminado la persecución de los cristianos, es más, en algunas partes del mundo ha aumentado.
Estos audaces servidores del Evangelio y mártires de la fe, «son como un gran cuadro de la humanidad cristiana […]. Un mural del Evangelio de las Bienaventuranzas, vivido hasta el derramamiento de la sangre» (S. Juan Pablo II, Conmemoración Ecuménica de los Testigos de la fe del siglo XX, 7 mayo 2000).
Queridos hermanos y hermanas, no podemos, no queremos olvidar. Queremos recordar. Lo hacemos seguros de que, como en los primeros siglos, también en el tercer milenio la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos (cf. Tertuliano, Apol. 50, 13). Queremos preservar la memoria junto a nuestros hermanos y hermanas de las demás Iglesias y Comuniones cristianas. Deseo, por tanto, reafirmar el compromiso de la Iglesia Católica de custodiar la memoria de los testigos de la fe de todas las tradiciones cristianas. La Comisión para los Nuevos Mártires, en el Dicasterio para las Causas de los Santos, cumple esta tarea, colaborando con el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Como reconocíamos durante el reciente Sínodo, el ecumenismo de la sangre une a los «cristianos de distintas tradiciones que juntos dan su vida por la fe en Jesucristo. El testimonio de su martirio es más elocuente que cualquier palabra: la unidad viene de la Cruz del Señor» (XVI Asamblea sinodal, Documento final, n.23). ¡Que la sangre de tantos testigos adelante el feliz día en el que beberemos del mismo cáliz de salvación!
Queridos amigos, un niño pakistaní, Abish Masih, asesinado en un atentado contra la Iglesia católica, había escrito en su cuaderno: «Making the world a better place», «Hacer del mundo un lugar mejor». Que el sueño de este niño nos impulse a testimoniar con valentía nuestra fe, para ser juntos levadura de una humanidad pacífica y fraterna.
PAPA LEÓN XIV
Fotos: Vatican Media, 14-9-2025
Papa León XIV en el Ángelus, 14-9-2025: «Celebramos la ‘exaltación’ de la Santa Cruz por el amor inmenso con que Dios, abrazándola para nuestra salvación, la transformó en instrumento de vida»
* «Dios nos salvó mostrándose a nosotros, ofreciéndose como nuestro compañero, maestro, médico, amigo, hasta hacerse por nosotros Pan partido en la Eucaristía. Y para cumplir esta obra se sirvió de uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado: la cruz. Pidamos ahora, por la intercesión de María, la Madre presente en el Calvario junto a su Hijo, que también en nosotros se arraigue y crezca su amor que salva, y que también nosotros sepamos donarnos los unos a los otros, como Él se ha donado enteramente a todos»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «Queridos hermanos y hermanas —creo que lo saben—, hoy cumplo setenta años. Doy gracias al Señor y a mis padres, y agradezco a cuantos me han tenido presente en la oración. Muchas gracias a todos»
14 de septiembre de 2025.- (Vatican News / Camino Católico) Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que se recuerda el hallazgo del leño de la cruz por parte de santa Elena, en Jerusalén, en el siglo IV, y la restitución de la preciosa reliquia a la Ciudad Santa, por obra del Emperador Heraclio. Pero “¿qué quiere decir para nosotros celebrar hoy esta fiesta?” ha interrogado el Papa esta mañana ante miles de fieles que se congregaban en la Plaza de San Pedro este mediodía para escuchar su reflexión dominical antes de rezar a la madre del Cielo.
El Papa ha recordado que la Cruz – denominada por el Papa como “uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado” – fue transformada por Cristo en el mayor signo del amor de Dios. En ella no hay derrota, sino victoria: la vida surge de la muerte y la salvación del sacrificio: “Por esto hoy nosotros celebramos su “exaltación”, lo hacemos por el amor inmenso con el que Dios, abrazándola para nuestra salvación, la transformó de medio de muerte a instrumento de vida, enseñándonos que nada puede separarnos de Él y que su caridad es más grande que nuestro mismo pecado”.
Desde primera hora de la mañana, la Plaza de San Pedro se fue llenando de peregrinos que portaban pancartas, carteles de felicitación y banderas, preparados para celebrar el 70 aniversario del Pontífice: “Parece que lo sabéis: hoy cumplo 70 años”, ha dicho el Pontífice con una sonrisa, antes de despedirse. “Doy gracias al Señor y a mis padres, y a todos los que han tenido un recuerdo en la oración”, ha añadido. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:
PAPA LEÓN XIV
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Domingo, 14 de septiembre de 2025
Queridos hermanos y hermanas, feliz domingo.
Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que recuerda el hallazgo del leño de la cruz por parte de santa Elena, en Jerusalén, en el siglo IV, y la restitución de la preciosa reliquia a la Ciudad Santa, por obra del Emperador Heraclio.
¿Pero qué quiere decir para nosotros celebrar hoy esta fiesta? Nos ayuda a comprenderlo el Evangelio que la liturgia nos propone (cf. Jn 3,13-17). La escena se desarrolla de noche, Nicodemo, uno de los jefes de los judíos, persona recta y de mente abierta (cf. Jn 7,50-51), va a encontrar a Jesús. Tiene necesidad de luz, de guía, busca a Dios y pide ayuda al Maestro de Nazaret, porque en Él reconoce un profeta, un hombre que cumple signos extraordinarios.
El Señor lo acoge, lo escucha, y al final le revela que el Hijo del hombre debe ser ensalzado, «para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna» (Jn 3,15), y añade: «Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna» (v. 16). Nicodemo, que quizás en ese momento no comprende plenamente el sentido de estas palabras, podrá de seguro hacerlo cuando, después de la crucifixión, ayudará a sepultar el cuerpo del Salvador (cf. Jn 19,39). Comprenderá entonces que Dios, para redimir a los hombres, se hizo hombre y murió en la cruz.
Jesús habla de esto con Nicodemo, evocando un episodio del Antiguo Testamento (cf. Nm 21,4-9), cuando en el desierto los israelitas, atacados por serpientes venenosas, se salvan mirando la serpiente de bronce que Moisés, obedeciendo al mandato de Dios, había fabricado y colocado sobre un asta. Dios nos salvó mostrándose a nosotros, ofreciéndose como nuestro compañero, maestro, médico, amigo, hasta hacerse por nosotros Pan partido en la Eucaristía. Y para cumplir esta obra se sirvió de uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado: la cruz.
Por esto hoy nosotros celebramos su “exaltación”, lo hacemos por el amor inmenso con el que Dios, abrazándola para nuestra salvación, la transformó de medio de muerte a instrumento de vida, enseñándonos que nada puede separarnos de Él (cf. Rm 8,35-39) y que su caridad es más grande que nuestro mismo pecado (cf. Francisco, Catequesis, 30 marzo 2016).
Pidamos ahora, por la intercesión de María, la Madre presente en el Calvario junto a su Hijo, que también en nosotros se arraigue y crezca su amor que salva, y que también nosotros sepamos donarnos los unos a los otros, como Él se ha donado enteramente a todos.
Oración del Ángelus:
Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.
Et concépit de Spíritu Sancto.
Ave Maria…
Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave Maria…
Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Ave Maria…
Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.
Orémus.
Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,
méntibus nostris infunde;
ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.
Amen.
Gloria Patri… (ter)
Requiem aeternam…
Benedictio Apostolica seu Papalis
Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.
Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,
Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.
Amen.
Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:
Queridos hermanos y hermanas:
Mañana celebramos el 60 aniversario de la instauración del Sínodo de los Obispos, una institución profética de san Pablo VI, para que los obispos pudiesen ejercitar más y mejor la comunión con el Sucesor de Pedro. Deseo que esta celebración renueve el compromiso por la unidad, por la sinodalidad y la misión de la Iglesia.
Saludo con afecto a todos ustedes, fieles de Roma y peregrinos de Italia y de varios países, en particular los de Villa Alemana y Valparaiso, de Chile; los de la Archidiócesis de Mwanza, de Tanzania y los de Humpolec, de la República Checa; a los peruanos de la Asociación religiosa Jesús Nazareno Cautivo, de Roma. Quiero saludar también a los fieles de Chiaiamari, Anitrella, Uboldo, Faeto, Lesmo, Trani, Faenza, Pistoia, San Martino, de Sergnano, Guardia di Acireale, San Martino delle Scale, de Palermo, y Alghero.
Mi saludo también para las bandas musicales de Borno y de Sonico, de Val Camonica, para la cooperativa “La Nuova Famiglia” de Monza, para el comité regional Pro Loco del Lacio, para la Unión del Apostolado Católico, para los jóvenes del Don Bosco Youth-Net y para la comunidad de Comunión y Liberación de Roma; así como también para la asociación Arti e Mestieri, de Sant’Agata di Militello, para los motociclistas llegados de Ravena y para los ciclistas de Rovigo.
Queridos hermanos y hermanas —creo que lo saben—, hoy cumplo setenta años. Doy gracias al Señor y a mis padres, y agradezco a cuantos me han tenido presente en la oración. Muchas gracias a todos. Gracias. Feliz domingo.
Papa León XIV
Fotos: Vatican Media, 14-9-2025
Celebración de oración del Papa León XIV en la conmemoración de los mártires y testigos de la fe del siglo XXI, 14-9-2025
Foto: Vatican Media, 14-9-2025
14 de septiembre de 2025.- (Camino Católico) El Papa León XIV ha presidido la tarde de este domingo 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la “Conmemoración de los mártires y testigos de la fe del siglo XXI” en la Basílica de San Pablo Extramuros, en Roma, ante 4.000 fieles. En el encuentro ecuménico han estado presentes también representantes de Iglesias Ortodoxas, Iglesias Orientales, diversas comunidades cristianas, así como instituciones ecuménicas y autoridades de dicasterios del Vaticano. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.
La esperanza llena de inmortalidad se entrelaza con la esperanza jubilar, se convierte en profecía y, subrayó el Papa en su homilía, en "esperanza desarmada": “Su martirio sigue difundiendo el Evangelio en un mundo marcado por el odio, la violencia y la guerra; es una esperanza llena de inmortalidad, porque aunque los mataron en el cuerpo, nadie podrá apagar su voz ni borrar el amor que dieron; es una esperanza llena de inmortalidad, porque su testimonio permanece como profecía de la victoria del bien sobre el mal. Sí, la suya es una esperanza desarmada. Dieron testimonio de la fe sin usar nunca las armas de la fuerza y la violencia, sino abrazando el poder débil y manso del Evangelio”.
Homilía de Mons. José Manuel Lorca, obispo de Cartagena, y lecturas de la Misa de hoy, domingo, Fiesta de la Virgen de la Fuensanta, 14-9-2025
14 de septiembre de 2025.- (Camino Católico) Homilía de Mons. José Manuel Lorca, obispo de Cartagena, y lecturas de la Misa de hoy, domingo, Fiesta de la Virgen de la Fuensanta, emitida por 13 TV, desde la Catedral de Murcia.
Santa Misa de hoy, domingo, Fiesta de la Virgen de la Fuensanta, en la Catedral de Murcia, 14-9-2025
14 de septiembre de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, domingo, Fiesta de la Virgen de la Fuensanta, presidida por Mons. José Manuel Lorca, obispo de Cartagena, emitida por 13 TV desde la Catedral de Murcia.

























