Camino Católico.- La meditación la realiza Ángela Coffey, laica casada y madre de 4 hijos.
“Ni yo te condeno, vete y no peques más” Juan 8:11. Unas palabras pronunciadas por Jesús dieron ánimo e infundieron misericordia a María Magdalena, la prostituta a quien estaban a punto de condenar a muerte. La misericordia De Dios no tiene fin y su deseo para nuestra felicidad es grande.
A pesar de tantos versículos bíblicos mostrando esa gran misericordia, nuestra humanidad nos hace ciegos a esta misericordia cuando estamos en plena caída. Nuestra soberbia o la gran culpabilidad que sentimos hacen que dejemos al diablo entrar en nuestros pensamientos.
“A mí me ha pasado muchas veces. Pero poco a poco y por gracia De Dios, voy aprendiendo como combatir estos pensamientos y no alejarme De Dios a pesar de mis pecados”, asegura Ángela Coffey, que lo explica en esta enseñanza testimonial.