17 de septiembre de 2020.- (Camino Católico) Homilía del P. Heliodoro Mira y lecturas de la Santa Misa de hoy, jueves de la 24ª semana de Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Lucas 7, 36-50:
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de sus cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:
«Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer el la que lo está tocando, pues es una pecadora».
Jesús respondió y le dijo:
«Simón, tengo algo que decirte».
Él respondió:
«Dímelo, maestro».
Jesús le dijo:
«Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?».
Respondió Simón y dijo:
«Supongo que aquel a quien le perdonó más».
Le dijo Jesús:
«Has juzgado rectamente».
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
«¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».
Y a ella le dijo:
« Han quedado perdonados tus pecados».
Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:
«¿Quién es este, que hasta perdona pecados?».
Pero él dijo a la mujer:
«Tu fe te ha salvado, vete en paz».
* «En el momento de la comunión, el abrazo que sentí durante la confesión, ¡Dios mío, se había triplicado! No lo podía creer, tanta felicidad … ¡quizás todos la teníamos! Seguramente lo sentiremos en el cielo, pero desearía que todos pudiéramos probar esta experiencia que trae este regalo porque es maravillosa… ¡maravillosa! Estaba demasiado feliz, saliendo de la iglesia me encontré con mi padre en la calle… Me fui exclamando a Dios: “¡Tú existes! Te di la espalda durante 20 años pero ahora te quiero todos los días, no quiero dejarte, he encontrado el mayor tesoro… ”. Dios reconstruyó nuestro matrimonio desde cero. Ahora tenemos 4 hijos, rezamos el Rosario todos los días con nuestros hijos en la familia y cada vez que Nuestra Señora nos llama a Medjugorje siempre respondemos SÍ»
Video completo de la transmisión en directo realizada por 13 TV de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «Sin contemplación es fácil caer en un antropocentrismo desviado y soberbio, el “yo” en el centro de todo, que sobredimensiona nuestro papel de seres humanos y nos posiciona como dominadores absolutos de todas las criaturas. Una interpretación distorsionada de los textos bíblicos sobre la creación ha contribuido a esta visión equivocada, que lleva a explotar la tierra hasta el punto de asfixiarla. Explotar la creación: ese es el pecado. Creemos que estamos en el centro, pretendiendo que ocupamos el lugar de Dios; y así arruinamos la armonía del diseño de Dios. Nos convertimos en depredadores, olvidando nuestra vocación de custodios de la vida. Naturalmente, podemos y debemos trabajar la tierra para vivir y desarrollarnos. Pero el trabajo no es sinónimo de explotación, y siempre va acompañado de cuidados: arar y proteger, trabajar y cuidar… Esta es nuestra misión (cf. Gn 2,15). No podemos esperar seguir creciendo a nivel material, sin cuidar la casa común que nos acoge. Nuestros hermanos y hermanas más pobres y nuestra madre tierra gimen por el daño y la injusticia que hemos causado y reclaman otro rumbo. Reclaman de nosotros una conversión, un cambio de ruta: cuidar también de la tierra, de la creación»
Evangelio: San Lucas 7, 31-35:
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación? ¿A quién son semejantes?
Se asemejan a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros aquello de:
“Hemos tocado la flauta y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones y no habéis llorado”.
Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís: “Tiene un demonio”; vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: “Mirad qué hombre más comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Sin embargo, todos los hijos de la sabiduría le han dado la razón».
Evangelio: San Juan 19, 25-27:
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que tanto amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo»
Luego, dijo al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Evangelio: San Juan 3, 13-17:
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».
Camino Católico.- Rafael M. López es un malagueño que ha sido marcado hasta tal punto por su experiencia misionera en Bolivia, la cual empezó yendo los veranos, que cambió totalmente su vida e incluso su futuro laboral. Como miembro del grupo misionero “Proyecto Bolivia” de los Hermanos Maristas, ha viajado al país andino en numerosas ocasiones. Y cada experiencia misionera le marcó cada vez más. Y ahora en España decidió dejar su trabajo y formarse para poder seguir sirviendo a los demás, pues también en el país hay una gran necesidad de personas que se pongan al servicio.Ha sido una transformación total para él que lo resume así: “Dios, ya no es que me iba a zarandear, sino que me propinó un guantazo de amor tan grande y a mano abierta que hizo que mi vida cambiase de rumbo 180º”. En el vídeo de Misiones Málaga se visualiza y escucha su testimonio en primera persona que también publica por escrito Obras Misionales Pontificias:
El vídeo puede verse con los subtitulos en español entrando en la ruedecita de la derecha de configuración, luego en subtitulos, después en traducir automáticamente y eligiendo el español