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martes, 17 de junio de 2025

Palabra de Vida 17/6/2025: «Si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis?» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 17 de junio de 2025, martes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 5, 43-48:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 17-6-2025

17 de junio de 2025.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Imitemos a Cristo que perdona setenta veces siete y mucho más... Ama y perdona, serás hijo de Dios / Por P. Carlos García Malo

 


lunes, 16 de junio de 2025

Shelby y Travis Cannon y sus hijos se han bautizado pero se encontraron con Cristo mientras su hijo de 5 meses luchaba por su vida: «Sentíamos que Dios estaba ahí, muy cerca, en los momentos tan difíciles de atravesar»


Shelby y Travis Cannon y sus tres hijos se han bautizado católicos esta Pascua

* «Vimos a nuestra comunidad unirse, orando por nosotros de maneras que nunca imaginamos… Cuando lees la Biblia, todo se aclara. Te dice con claridad cómo adorar a Dios y cómo vivir. Y así es como funcionamos. Es simple, directa y tiene sentido» 

Camino Católico.-  El domingo 20 de abril de este año 2025, día de Pascua, Shelby y Travis Cannon, junto con sus tres hijos, fueron bautizados y recibidos en la Iglesia Católica. Esta familia de Kansas (Estados Unidos) ha recorrido un largo camino. Su camino hacia la fe fue doloroso, marcado por una tragedia familiar.

Shelby, de 32 años, y Travis, de 36, crecieron en hogares donde el cristianismo estaba presente pero no se practicaba. Después de varios años como pareja, inicialmente intentaron encontrar una iglesia donde pudieran sentirse como en casa, sin éxito. “Entonces la vida simplemente tomó el control”, le dice Shelby a Christine Rousselle en Aleteia. Poco a poco, la fe y la asistencia a los lugares de culto fueron relegadas a un segundo plano. Pero todo cambió el día que ocurrió la tragedia.

Cuando su hijo más pequeño, Benny, de cinco meses, sufrió una lesión cerebral grave por falta de oxígeno, tras quedar sin supervisión en la guardería, el mundo se derrumbó para la familia Cannon. Los médicos fueron pesimistas sobre sus posibilidades de supervivencia; pero Benny desafió todos los pronósticos: ahora, con 14 meses, respira de forma independiente, aunque todavía requiere cuidados médicos complejos. "Al principio nos dijeron que nuestro hijo no sobreviviría", asegura Shelby. "Y, si por algún milagro lograba sobrevivir, nunca podría respirar por sí solo."

Mientras el pequeño Benny luchaba por su vida en el hospital, algo cambió en la casa de la familia Cannon. Su visión de Dios se transformó, adquiriendo una dimensión que nunca habían conocido. Travis comenzó a leer la Biblia desde el principio, como un llamado a comprender, a acercarse a algo más grande.

Alrededor de ellos, la comunidad se movilizó. Las oraciones, el apoyo y los gestos de solidaridad llegaban de forma inesperada y abrumadora. "Vimos a nuestra comunidad unirse, orando por nosotros de maneras que nunca imaginamos", dice Shelby. “Sentíamos que Dios estaba ahí, muy cerca, en cada uno de esos momentos tan difíciles de atravesar”.

Creciendo juntos en la fe

Un día, la pareja sintió un llamado interior: decidieron acudir a la escuela católica local para inscribir a su hija mayor. Shelby envió un correo electrónico simple, haciendo preguntas sobre el registro... y cómo unirse a la Iglesia. ¿Casualidad o providencia? Las clases de catecumenado para adultos comenzaban a la semana siguiente, así que, inmediatamente, se inscribieron. Para Travis, las enseñanzas católicas resuenan como algo evidente. "Cuando lees la Biblia, todo se aclara. Te dice con claridad cómo adorar a Dios y cómo vivir. Y así es como funcionamos. Es simple, directa y tiene sentido", explica.

Este año, en Pascua, Shelby y Travis han recibido los tres sacramentos de la iniciación cristiana: el bautismo, la confirmación y la Eucaristía. Sus tres hijos también están bautizados. Al comenzar el año escolar, los dos mayores empezarán el preescolar y el jardín de infancia en la escuela católica de su nueva parroquia. "Vamos a crecer en la fe con ellos, vamos a descubrir todo juntos", se alegra Shelby. Este camino hacia la Iglesia está acompañado de una cálida acogida. “Nos sentimos bienvenidos y apoyados. Ahora, cada domingo, tenemos algo que celebrar juntos”.

Homilía del P. Carlos Martínez y lecturas de la Misa de hoy, lunes, Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, 16-6-2025

16 de junio de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. Carlos Martínez Oliveras y lecturas de la Santa Misa de hoy, lunes, Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, lunes, Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, 16-6-2025

16 de junio de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, presidida por el P. Carlos Martínez Oliveras, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gozosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 16-6-2025

16 de junio de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, lunes, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 16/6/2025: «Yo os digo que no hagáis frente al que os agravia» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 16 de junio de 2025, lunes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 5, 38-42:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 16-6-2025

16 de junio de 2025.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Nos santiguamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para expresar la creencia en la Santísima Trinidad y la crucifixión de Jesucristo / Por P. Carlos García Malo

 

domingo, 15 de junio de 2025

Papa León XIV en homilía, 15-6-2025: «El deporte puede ayudarnos a encontrar a Dios Trinidad porque requiere un movimiento del yo hacia el otro, exterior, pero sobre todo interior, reflejo del amor de Dios»

* «El binomio Trinidad-deporte no es precisamente habitual, sin embargo, la asociación no es absurda. De hecho, toda buena actividad humana lleva consigo un reflejo de la belleza de Dios, y sin duda el deporte es una de ellas. Después de todo, Dios no es estático, no está cerrado en sí mismo. Es comunión, relación viva entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se abre a la humanidad y al mundo. La teología llama a esta realidad pericoresis, es decir, “danza”: una danza de amor recíproco» 

    

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa León XIV  

* «En la vida de muchos santos de nuestro tiempo, el deporte haya tenido un papel significativo, tanto como práctica personal que como vía de evangelización. Pensemos en el beato Pier Giorgio Frassati, patrono de los deportistas, que será proclamado santo el próximo 7 de septiembre. Su vida, sencilla y luminosa, nos recuerda que, así como nadie nace campeón, tampoco nadie nace santo. Es el entrenamiento diario del amor lo que nos acerca a la victoria definitiva (cf. Rm 5,3-5) y nos hace capaces de trabajar en la construcción de un mundo nuevo» 

15 de junio de 2025.- (Camino Católico) El valor de la colaboración, la concreción de estar juntos y la experiencia de la derrota que nos recuerda nuestra fragilidad y nos abre a la esperanza hacen del deporte un medio valioso para la formación humana y cristiana. El Papa León XIV lo subraya, ante 6.500 fieles y peregrinos, en la homilía de la Misa presidida esta mañana en la Basílica de San Pedro, en la que reflexiona sobre el binomio Trinidad-deporte en el día en que se celebra la solemnidad de Dios Trino y el Jubileo del Deporte, una combinación “poco habitual pero no absurda” porque de hecho “toda buena actividad humana lleva consigo un reflejo de la belleza de Dios, y sin duda el deporte es una de ellas… El deporte puede ayudarnos a encontrar a Dios Trinidad porque requiere un movimiento del yo hacia el otro, exterior, pero sobre todo interior, reflejo del amor de Dios”.


El Pontífice ha recordado "la vida sencilla y luminosa" de Pier Giorgio Frassati, patrono de los deportistas, que será santo el 7 de septiembre, y las palabras de Pablo VI sobre la contribución del deporte a la restauración de la paz. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Papa, cuyo texto íntegro es el siguiente:



SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

JUBILEO DEL DEPORTE


HOMILÍA DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

Basílica de San Pedro

Domingo, 15 de junio de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

En la primera Lectura hemos escuchado estas palabras: «Así habla la Sabiduría de Dios: “El Señor me creó como primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre. […] Cuando él afianzaba el cielo, yo estaba allí; […] yo estaba a su lado como un hijo querido y lo deleitaba día tras día, recreándome delante de él en todo tiempo, recreándome sobre la faz de la tierra, y mi delicia era estar con los hijos de los hombres» (Pr 8,22.27.30-31). Para san Agustín, la Trinidad y la sabiduría están íntimamente relacionadas. La sabiduría divina se revela en la Santísima Trinidad, y la sabiduría nos lleva siempre a la verdad.

Y hoy, mientras celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, estamos viviendo el Jubileo del Deporte. El binomio Trinidad-deporte no es precisamente habitual, sin embargo, la asociación no es absurda. De hecho, toda buena actividad humana lleva consigo un reflejo de la belleza de Dios, y sin duda el deporte es una de ellas. Después de todo, Dios no es estático, no está cerrado en sí mismo. Es comunión, relación viva entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se abre a la humanidad y al mundo. La teología llama a esta realidad pericoresis, es decir, “danza”: una danza de amor recíproco.

Es de este dinamismo divino de donde brota la vida. Hemos sido creados por un Dios que se complace y se regocija en dar la existencia a sus criaturas, que “juega”, como nos ha recordado la primera lectura (cf. Pr 8,30-31). Algunos Padres de la Iglesia hablan incluso, con audacia, de un Deus ludens, de un Dios que se divierte (cf. S. Salonio de Ginebra, in Expositio Mystica in Parabolas Salomonis et Ecclesiasten; S. Gregorio Nacianceno, Carmina, I, 2, 589). Es por eso que el deporte puede ayudarnos a encontrar a Dios Trinidad: porque requiere un movimiento del yo hacia el otro, ciertamente exterior, pero también y sobre todo interior. Sin esto, se reduce a una estéril competencia de egoísmos.

Pensemos en una expresión que, en italiano, se utiliza habitualmente para animar a los atletas durante las competiciones: los espectadores gritan: “Dai!” [en español “¡Dale!”]. Quizás no nos damos cuenta, pero es un imperativo precioso; es el imperativo del verbo “dar”. Y esto nos puede hacer reflexionar: no se trata solo de dar una prestación física, quizá extraordinaria, sino de darse uno mismo, de «jugársela». Se trata de entregarse por los demás —por el propio crecimiento, por los aficionados, por los seres queridos, por los entrenadores, por los colaboradores, por el público, incluso por los adversarios— y, si se es verdaderamente deportista, esto vale independientemente del resultado. San Juan Pablo II —un deportista, como sabemos— hablaba así de ello: “El deporte es alegría de vivir, juego, fiesta, y como tal debe valorarse […] mediante la recuperación de su gratuidad, de su capacidad para estrechar lazos de amistad, para favorecer el diálogo y la apertura de unos hacia otros, […] por encima de las duras leyes de la producción y el consumo y de cualquier otra consideración puramente utilitaria y hedonista de la vida” (cf. Homilía para el Jubileo de los Deportistas, 12 abril 1984).

Desde este punto de vista, mencionamos en particular tres aspectos que hacen del deporte, hoy en día, un medio valioso para la formación humana y cristiana.

En primer lugar, en una sociedad marcada por la soledad, en la que el individualismo exagerado ha desplazado el centro de gravedad del “nosotros” al “yo”, terminando por ignorar al otro, el deporte
— especialmente cuando se practica en equipo — enseña el valor de la colaboración, de caminar juntos, de ese compartir que, como hemos dicho, está en el corazón mismo de la vida de Dios (cf. Jn 16, 14-15). De este modo, puede convertirse en un importante instrumento de recomposición y encuentro, entre los pueblos, en las comunidades, en los entornos escolares y laborales, en las familias.

En segundo lugar, en una sociedad cada vez más digital, en la que las tecnologías, aunque acercan a personas lejanas, a menudo alejan a quienes están cerca, el deporte valora la concreción de estar juntos, el sentido del cuerpo, del espacio, del esfuerzo, del tiempo real. Así, frente a la tentación de huir a mundos virtuales, ayuda a mantener un contacto saludable con la naturaleza y con la vida concreta, único lugar en el que se ejerce el amor (cf. 1 Jn 3,18).

En tercer lugar, en una sociedad competitiva, donde parece que sólo los fuertes y los ganadores merecen vivir, el deporte también enseña a perder, poniendo a prueba al hombre, en el arte de la derrota, con una de las verdades más profundas de su condición: la fragilidad, el límite, la imperfección. Esto es importante, porque es a partir de la experiencia de esta fragilidad que nos abrimos a la esperanza. El atleta que nunca se equivoca, que no pierde jamás, no existe. Los campeones no son máquinas infalibles, sino hombres y mujeres que, incluso cuando caen, encuentran el valor para levantarse. Recordemos una vez más, a este respecto, las palabras de san Juan Pablo II, quien decía que Jesús es “el verdadero atleta de Dios”, porque venció al mundo no con la fuerza, sino con la fidelidad del amor (cf. Homilía en la Misa por el Jubileo de los deportistas, 29 octubre 2000).

No es casualidad que, en la vida de muchos santos de nuestro tiempo, el deporte haya tenido un papel significativo, tanto como práctica personal que como vía de evangelización. Pensemos en el beato Pier Giorgio Frassati, patrono de los deportistas, que será proclamado santo el próximo 7 de septiembre. Su vida, sencilla y luminosa, nos recuerda que, así como nadie nace campeón, tampoco nadie nace santo. Es el entrenamiento diario del amor lo que nos acerca a la victoria definitiva (cf. Rm 5,3-5) y nos hace capaces de trabajar en la construcción de un mundo nuevo. Así lo afirmaba también san Pablo VI, veinte años después del final de la Segunda Guerra Mundial, recordando a los miembros de una asociación deportiva católica lo mucho que el deporte había contribuido a devolver la paz y la esperanza a una sociedad devastada por las consecuencias de la guerra (cf. Discurso a los miembros del C.S.I., 20 marzo 1965). Decía, “es la formación de una sociedad nueva a la que se dirigen vuestros esfuerzos: […] conscientes de que el deporte, en los sanos elementos formativos que valora, puede ser un instrumento muy útil para la elevación espiritual de la persona humana, condición primera e indispensable de una sociedad ordenada, serena y constructiva” (cf. ibíd).

Queridos deportistas, la Iglesia les confía una misión maravillosa: ser, en las actividades que realizan, reflejo del amor de Dios Trinidad para bien de ustedes y sus hermanos. Comprométanse con entusiasmo en esta misión: como atletas, como formadores, como sociedad, como grupos, como familias. El Papa Francisco solía subrayar que María, en el Evangelio, se nos presenta activa, en movimiento, incluso “corriendo” (cf. Lc 1,39), dispuesta, como saben hacer las madres, ponerse en movimiento ante la señal de Dios, para socorrer a sus hijos (cf. Discurso a los voluntarios de la JMJ, 6 agosto 2023). Le pedimos que acompañe nuestros esfuerzos y nuestros impulsos, y que los oriente siempre hacia lo mejor, hasta la victoria más grande: la de la eternidad, el «campo infinito» donde el juego no tendrá fin y la alegría será plena (cf. 1 Co 9,24-25; 2 Tim 4,7-8).

PAPA LEÓN XIV









Fotos: Vatican Media, 15-6-2025