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domingo, 13 de abril de 2025

Maggie Cullen, de 25 años, el fenómeno viral de una joven folclórica argentina: «Lo hago todo para Jesús, todo lo hace Él a través nuestro; mientras uno se mantenga muy firme en la oración, Él nos va guiando»


"Cuando la gente te da las gracias, eso es un gesto de Jesús abrazándote de otra forma", confiesa Maggie Cullen

* «Yo no esperaba nada de esto. Todo fue muy guiado por mi diálogo con Jesús respecto a mi carrera. 'Vos me trajiste hasta acá, ahora estoy a Tu servicio, pero Vos haz lo tuyo'. Lo más importante para mí es confiar mucho y mantenerse fiel en la oración, ahí es donde Jesús va hablando al corazón y nos va mostrando por dónde… Yo le pregunto muy seguido a Jesús… Él nos va dando la fuerza y nos va mostrando el camino a su tiempo… Hay que confiar y poner los dones al servicio, sin cansarse, mirándolo siempre a Él» 

Camino Católico.- La voz espectacular de una joven folclórica argentina se ha colado estos días en los reels de muchas redes sociales (hasta 600.000 visitas tiene alguno). Se llama Maggie Cullen, nació en Buenos Aires en el año 2000 y se dio a conocer en 2021, en el programa La Voz Argentina, donde alcanzó las semifinales

Compañera en el escenario, entre otros, del reconocido artista Abel Pintos, Maggie ganó en 2023 el premio Gardel a Mejor Canción de Folclore con "Yo canto versos". Reconocida católica, la artista acaba de ser entrevistada por Radio María Argentina y Juan Cadarso lo sintetiza en Religión en Libertad.

Él nos va guiando

"Mis papás no se dedican a la música, pero sí que nos lo inculcaron desde siempre. Desde muy chica empecé con clase de guitarra y eso me formó. Me encantaba guitarrear, me podía pasar horas entre músicos, escuchando, aprendiendo", comienza diciendo Magdalena ("Maggie") sobre sus inicios.

Aunque, para la joven música, si hay una brújula en su vida esa es Dios. "Lo hago todo para Jesús, por ahí pasa toda la cuestión. Son años de mucho discernimiento, de ir viendo dónde quiere Jesús que me dé, que comparta lo que tengo. Han sido años de vaivenes, pero Jesús, muy pacientemente, me fue mostrando por dónde iba la cosa. A veces uno se cree que es por uno mismo, no, en verdad, es todo un regalo, y todo lo hace Él a través nuestro. Mientras uno se mantenga muy firme en la oración, Él nos va guiando", relata la joven. 


"Son años de mucho discernimiento, de ir viendo dónde quiere Jesús que me dé, que comparta lo que tengo", reconoce  Maggie Cullen / Foto: Instagram - @maggie.cullen

En una entrevista al periódico Clarín, en el año 2021, Maggi confesaba: "Soy católica, soy creyente, hago un voluntariado, formo parte de un grupo misionero parroquial y he viajado a diferentes partes del país para compartir con otra gente".


"Hace poquito me tomé vacaciones y me fui a un voluntariado a la Colonia Bajo Hondo Chico, en Chaco. Fui con muchos amigos, a hacer un acompañamiento a la gente, ver qué necesidades más concretas tienen y sobre todo a poner el corazón(...). Hay una peregrinación de enfermos en Luján. Se organiza con el fin de un festejo, para gente que está sola y necesita recibir afecto. Ahí también estoy yo", añadía.



  Maggie Cullen en una actuación / Foto: Instagram - @maggie.cullen


De gira en estos momentos por muchas partes de Argentina y del resto de Hispanoamérica, Maggie nunca se imaginó el éxito que alcanzaría su voz. "Yo no esperaba nada de esto. Todo fue muy guiado por mi diálogo con Jesús respecto a mi carrera. 'Vos me trajiste hasta acá, ahora estoy a Tu servicio, pero Vos haz lo tuyo'. Lo más importante para mí es confiar mucho y mantenerse fiel en la oración, ahí es donde Jesús va hablando al corazón y nos va mostrando por dónde caminar", dice.


"Yo le pregunto muy seguido a Jesús. A mí la exposición me cuesta mucho, no es algo que elija, que me sienta cómoda, soy más bien tímida, como para adentro. Todo esto para mí es un desafío pero, a la vez, sé que se puede hacer mucho bien. Nuestro país anda necesitando esperanza, siendo el año del Jubileo de la Esperanza. La gente necesita salir de sus casas, y los conciertos siempre vienen a alegrar el corazón", añade.



  Maggie Cullen cantando en la naturaleza / Foto: Instagram - @maggie.cullen


"Jesús nos va dando la fuerza y nos va mostrando el camino a su tiempo. De a poco, va enseñando por dónde va la cosa, y a cuánta gente tenemos que llegar. Por ahí serán 20 o 500.000 a los que les hagas mucho bien y les cambies la vida. Él sabe por qué lo hace y para qué trae a cada uno. Hay que confiar y poner los dones al servicio, sin cansarse, mirándolo siempre a Él", explica.


En agosto de 2023, Maggie publicó su disco de debut, Canciones del viento, un álbum de 12 canciones en el que participaron como invitados Nadia Larcher, León Gieco y el grupo Dos Más Uno. El disco ganó el Premios Gardel 2024 en la categoría de Mejor Álbum Artista de Folklore. 


Sobre compartir la fe en un ecosistema tan alejado de Dios como el de la música, Maggie defiende que es posible. "No compartimos, no te digo ya la fe, ni siquiera valores o formas de ver el mundo. Pero, hablar con gente tan distinta, y trabajar a la par, y entendernos, en eso también está Dios (...). Cuando estás de gira y la gente te da las gracias, eso es un mimo al corazón y es un gesto de Jesús abrazándote de otra forma, creo yo", comenta.  


"Me siento bendecida, no quería dejar de decir que hay algo muy de Dios en toda mi carrera, yo estoy en sus manos y, simplemente, pongo lo que tengo y Él hace el resto", concluye la joven folclórica y católica argentina.


La entrevista-testimonio en vídeo


Pablo García Martel, de 26 años: «Me arrodillé y le dije a Dios: ‘Hágase tu voluntad’ y me voy a bautizar»


Pablo García Martel, un joven de 26 años, culminará un camino de conversión al recibir el sacramento del bautismo durante la Vigilia Pascual en Getafe

Camino Católico.- Este próximo Sábado Santo, Pablo García Martel, un joven de 26 años, culminará un camino de conversión al recibir el sacramento del bautismo durante la Vigilia Pascual en Getafe.  Pablo, como ha contado en la Linterna de la Iglesia, estuvo 24 años alejado de Dios, pero todo cambió en su etapa universitaria, donde su amigo Andrés Diáz, jugó un papel fundamental.

 

Vídeo de 13 TV en el que Pablo García Martel, cuenta su testimonio

Aunque inicialmente esta realidad era ajena para Pablo, la forma en la que Andrés vivía, con una "absoluta paz" y "tranquilidad", alejado del "ruido" que percibía en la sociedad, despertó su admiración e inquietud. Pablo describe cómo Andrés prefería escuchar y le mostraba con su ejemplo su fe, marcando el inicio de un largo camino.

Un momento crucial en su conversión ocurrió una noche en su habitación cuando, por primera vez, se arrodilló ante Dios y le hizo una petición: "Hágase tu voluntad". “En ese momento, experimenté la sensación de no estar solo.* Fue entonces cuando se dio cuenta de que "había encontrado la fe".

Pablo, cuyo nombre evoca al apóstol San Pablo y su conversión, reflexiona sobre cómo antes se consideraba una especie de  "mini Dios", un "individualista exacerbado" donde él era el principio y límite de todo. Este individualismo le llevaba a "vivir sujeto a los impulsos, sin una trascendencia mayor".

Para Pablo, el bautismo no representa el final de un proceso, sino el comienzo de una "vida nueva entregada a Cristo". Comparte este camino con otros jóvenes, aunque reconoce que cada historia y proceso son únicos, con "diferentes acontecimientos que moldean su acercamiento al Señor".

Antonio, 18 años, será bautizado: «He descubierto a Dios, que nos tiene un amor inimaginable, que nunca nos deja de lado pase lo que pase y que quiere lo mejor para nosotros, que es rico en perdón y lento a la ira»


Antonio será bautizado en la Vigilia Pascual / Foto. Cortesía de Antonio

* «Dios no juzga a los demás sino que nos abraza, y quiere que nos hagamos a su imagen y semejanza para gozar de la vida aun en nuestras espinas, y que transmitamos esa alegría y amor a los demás siguiendo sus enseñanzas, no quitándonos libertad, sino dándola y en plenitud, dándonos la salvación para estar a su lado en el cielo» 

Camino Católico.- En España, el temario de la asignatura de Religión para 4º de Educación Secundaria Obligatoria incluye los sacramentos. Por eso, aquel día en clase hablaban sobre el bautismo. El profesor, Jesús, preguntó: “¿Alguno de aquí falta por bautizarse?”. Antonio levantó la mano. “Oye, pues te invito a bautizarte y a que recibas los sacramentos, y a recibir catequesis en tu parroquia para ello”. 

El chico asintió sin pensárselo dos veces. Ahora, después de dos años de catecumenado, explica por qué esa respuesta tan rápida: “Estaba abierto a conocer más sobre Cristo, me llamaba mucho la atención por su mensaje y enseñanzas”, recuerda a Patricia Navas en Aleteia

A este estudiante de Alcorcón también le atraían los milagros eucarísticos, la tilma de Guadalupe, la Sábana Santa y otros “milagros documentados”. 

2 años de preparación

En el tiempo de preparación para el bautismo, la Primera Comunión y la Confirmación, Antonio Borrego ha conocido la Iglesia católica.

Ha participado en las catequesis y en peregrinaciones de jóvenes, acolitó en la catedral de la Almudena, hizo el retiro Effetá,…

Y se ha integrado en la parroquia de La Saleta, donde ayuda como monaguillo en las Misas y acompaña a los niños como monitor en los campamentos de verano. 

“Mi proceso para recibir los sacramentos ha tenido un poco de todo -reconoce-, pero me atrevo a decir que ha habido más gozos que espinas porque las dificultades siempre las he acabado pasando con Dios a mi lado”.

Como dificultades, destaca el contraste con la parte de su entorno que no tiene fe, y “tentaciones y vicios”, como dedicar demasiado tiempo a distraerse con videos cortos y videojuegos. “Ha sido un camino muy bonito y enriquecedor, lleno de la compañía, generosidad y misericordia de Dios”, subraya.

Y resume con ilusión lo que ha descubierto en este tiempo de preparación:

“He descubierto que hay un ser superior, Dios, que nos tiene un amor inimaginable, que nunca nos deja de lado pase lo que pase y que quiere lo mejor para nosotros, que es rico en perdón y lento a la ira, que no juzga a los demás sino que nos abraza, y que quiere que nos hagamos a su imagen y semejanza para gozar de la vida aun en nuestras espinas, y que transmitamos esa alegría y amor a los demás siguiendo sus enseñanzas, no quitándonos libertad, sino dándola y en plenitud, dándonos la salvación para estar a su lado en el cielo”.

Cambios

Así, con 18 años recién cumplidos, recibirá los sacramentos de la iniciación cristiana el próximo 19 de abril de 2025, junto con algunos de los cerca de 30 catecúmenos de la diócesis de Getafe.

En ella, dado el elevado número de adultos que entrarán en la Iglesia este año, habrá dos celebraciones con bautismos en la vigilia pascual, una en la catedral y otra en el Cerro de los Ángeles.

Allí estará Antonio con las personas que le han acompañado en el proceso de convertirse en cristiano. 

También con su familia, que respeta su decisión y a veces le acompaña a la iglesia, aunque la única practicante es su abuela.

Sobre su futuro, Antonio reflexiona: “Si mi vida ya ha cambiado a mejor abriéndome a Cristo y siendo catecúmeno, ¿quién me dice a mí que no habrá más cambios?”. 

“Me resulta difícil prever por dónde podría llevarme Dios después de recibir los sacramentos, pero poniendo mi vida y confianza en Él, yo sé que estará todo en buenas manos”, afirma. 

“Sé que todo mejorará aún más, que me hará estar más cerca de la salvación, de Él, que seguirá habiendo gozos y espinas en el camino, que me llevará a ser mejor ejemplo -concluye-, pero no sabría decir hacia dónde con exactitud...”

Papa Francisco en homilía leída por el cardenal Sandri, 13-4-2025: «La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, levantamos al que está caído, abrazamos al que está desconsolado»


El Papa Francisco saludando al cardenal Sandri, al final de la Misa del Domingo de Ramos que ha presidido por delegación del Pontífice 


* «Si recordamos lo que hizo Simón por Jesús, recordemos también lo que hizo Jesús por Simón —como lo hizo por mí, por ti, por cada uno de nosotros—: redimió al mundo. La cruz de madera, que el Cireneo sostiene, es la de Cristo, que carga con el pecado de todos los hombres. La lleva por amor a nosotros, en obediencia al Padre, sufriendo con nosotros y por nosotros. Este es precisamente el modo, inesperado y desconcertante, en el que el Cireneo se ve involucrado en la historia de la salvación, donde ninguno es extranjero, ninguno es ajeno»   

 

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa Francisco, leída por el cardenal Sandri

* «Jesús sale al encuentro de todos, en cualquier situación. Cuando vemos la multitud de hombres y mujeres que manifiestan odio y violencia en el camino del Calvario, recordemos que Dios transforma este camino en lugar de redención, porque lo recorrió dando su vida por nosotros. ¡Cuántos cireneos llevan la cruz de Cristo! ¿Los reconocemos? ¿Vemos al Señor en sus rostros, desgarrados por la guerra y la miseria? Frente a la atroz injusticia del mal, llevar la cruz nunca es en vano, más aún, es la manera más concreta de compartir su amor salvífico… Preparémonos a la Pascua del Señor convirtiéndonos en cireneos los unos para los otros» 

13 de abril 2025.- (Camino Católico) La Semana Santa comenzó en el Vaticano con una invitación clara del Papa Francisco: convertirse en cireneos de los demás, cargando no solo con nuestras propias cruces, sino también con las de quienes sufren cerca o incluso cargando con la de aquella persona desconocida que “una casualidad” hizo que encontráramos. Su homilía durante la Santa Misa en la Plaza de San Pedro fue leída por el cardenal Leonardo Sandri, prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales, quien presidió la Eucaristía.

«¡Feliz Domingo de Ramos y feliz Semana Santa!». Estas han sido las palabras que el Papa Francisco ha pronunciado hoy, 13 de abril, desde la parvis de la Plaza de San Pedro al final de la Misa del Domingo de Ramos, cuando ha salido por la puerta de la Basílica Vaticana. El Papa habló desde la parvis y luego permaneció en la plaza durante unos diez minutos, saludando a los 40.000 fieles presentes. Una sorpresa más del Pontífice convaleciente, acogido por la multitud que lo aclamaba. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Santo Padre leída por el cardenal Sandri, traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

CELEBRACIÓN DEL DOMINGO DE RAMOS 

Y DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO 

LEÍDA POR EL CARDENAL LEONARDO SANDRI

Plaza de San Pedro

Domingo, 13 de abril de 2025

«¡Bendito sea el Rey que viene en nombre del Señor!» (Lc 19,38). De este modo la multitud aclama a Jesús al entrar en Jerusalén. El Mesías atraviesa la puerta de la ciudad santa, abierta de par en par para recibir a Aquel que, pocos días después, saldrá de allí proscrito y condenado, cargado con la cruz.

Hoy también nosotros hemos seguido a Jesús, primero acompañándolo festivamente y después en una vía dolorosa, inaugurando la Semana Santa que nos prepara a celebrar la pasión, muerte y resurrección del Señor.

Mientras contemplamos, entre la multitud, los rostros de los soldados y las lágrimas de las mujeres, llama nuestra atención un desconocido, cuyo nombre entra en el Evangelio de improviso: Simón de Cirene. Este hombre fue detenido por los soldados, que «lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús» (Lc 23,26). Él regresaba en ese momento del campo, pasaba por ahí, y se vio envuelto en una situación inquietante, como el pesado madero cargado sobre sus espaldas.

De camino hacia el Calvario, reflexionemos un momento sobre el gesto de Simón, busquemos su corazón, sigamos sus pasos junto a Jesús.

En primer lugar, su gesto, que tiene un doble significado. Por un lado, en efecto, el Cireneo es forzado a llevar la cruz; no ayuda a Jesús por convicción sino por obligación. Por otro lado, se encuentra en primera persona participando en la pasión del Señor. La cruz de Jesús se convierte en la cruz de Simón. Pero no de aquel Simón llamado Pedro que había prometido seguir siempre al Maestro. Ese Simón había desaparecido en la noche de la traición, después de haber afirmado: «Señor […], estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte» (Lc 22,33). Detrás de Jesús no camina ya el discípulo, sino este cireneo. Sin embargo, el Maestro había enseñado claramente: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga» (Lc 9,23). Simón de Galilea dice, pero no hace. Simón de Cirene hace, pero no dice; entre él y Jesús no hay ningún diálogo, no se pronuncia ninguna palabra. Entre él y Jesús sólo está el madero de la cruz.

Para saber si el Cireneo socorrió o detestó al exhausto Jesús, con el que debía compartir la pena; para entender si llevó o soportó la cruz, debemos mirar su corazón. Mientras el corazón de Dios está a punto de abrirse, traspasado por un dolor que revela su misericordia, el corazón del hombre permanece cerrado. No sabemos qué hay en el corazón del Cireneo. Pongámonos en su lugar: ¿sentiríamos rabia o piedad, tristeza o fastidio? Si recordamos lo que hizo Simón por Jesús, recordemos también lo que hizo Jesús por Simón —como lo hizo por mí, por ti, por cada uno de nosotros—: redimió al mundo. La cruz de madera, que el Cireneo sostiene, es la de Cristo, que carga con el pecado de todos los hombres. La lleva por amor a nosotros, en obediencia al Padre (cf. Lc 22,42), sufriendo con nosotros y por nosotros. Este es precisamente el modo, inesperado y desconcertante, en el que el Cireneo se ve involucrado en la historia de la salvación, donde ninguno es extranjero, ninguno es ajeno.

Sigamos ahora los pasos de Simón, porque nos enseña que Jesús sale al encuentro de todos, en cualquier situación. Cuando vemos la multitud de hombres y mujeres que manifiestan odio y violencia en el camino del Calvario, recordemos que Dios transforma este camino en lugar de redención, porque lo recorrió dando su vida por nosotros. ¡Cuántos cireneos llevan la cruz de Cristo! ¿Los reconocemos? ¿Vemos al Señor en sus rostros, desgarrados por la guerra y la miseria? Frente a la atroz injusticia del mal, llevar la cruz nunca es en vano, más aún, es la manera más concreta de compartir su amor salvífico.

La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado. Hermanos, hermanas, para experimentar este gran milagro de la misericordia, decidamos durante la Semana Santa cómo llevar la cruz; no al cuello, sino en el corazón. No sólo la nuestra, sino también la de aquellos que sufren a nuestro alrededor; quizá la de aquella persona desconocida que una casualidad —pero, ¿es justo una casualidad?— hizo que encontráramos. Preparémonos a la Pascua del Señor convirtiéndonos en cireneos los unos para los otros.

Francisco



Fotos: Vatican Media, 13-4-2025

Papa Francisco en el Ángelus, 13-4-2025: «Ante los dolores físicos o morales, no ceder a la desesperación, sino afrontarlos sintiéndonos arropados, como Jesús, por el abrazo providencial y misericordioso del Padre»


El Santo Padre Francisco ha salido hoy a la plaza de San Pedro  a saludar a los fieles, al final de la Misa del Domingo de Ramos, y les ha deseado una feliz Semana Santa / Foto: Vatican Media, 13-4-2025



* «Os agradezco mucho por vuestras oraciones. En este momento de debilidad física me ayudan a sentir aún más la cercanía, la compasión y la ternura de Dios. Yo también rezo por vosotros y os pido que encomendéis conmigo al Señor a todos los que sufren, especialmente a los afectados por la guerra, por la pobreza o por los desastres naturales. En particular, que Dios acoja en su paz a las víctimas del derrumbe de un local en Santo Domingo, y sostenga a sus familiares»     


El Papa Francisco saludando a los cardenales al final de la Misa de hoy, domingo de Ramos / Foto: Vatican Media


13 de abril de 2025.- (Camino Católico)  El Evangelio del Domingo de Ramos narra a Jesús caminando hacia la cruz, «con sentimientos y corazón de niño», frágil como hombre, fuerte en el abandono al Padre: son los sentimientos que los creyentes deben hacer suyos. En el Ángelus del domingo que abre la Semana Santa, Francisco, en el texto preparado y difundido como en las últimas semanas, invita a los fieles a que, ante los «dolores físicos y morales», sea la fe la que ayude a «no ceder a la desesperación, a no encerrarse en la amargura, sino a afrontarlos sintiéndose envueltos, como Jesús, por el abrazo providencial y misericordioso del Padre».

Además, el Santo Padre agradece a los fieles sus oraciones por su salud y pide oraciones por las víctimas de las guerras, de la pobreza y de las catástrofes naturales, con el pensamiento puesto también en los que perdieron la vida en el accidente de Santo Domingo. Hace un llamamiento para que Sudán «ponga fin a la violencia» y «emprenda vías de diálogo y no falten ayudas esenciales a la población». El texto completo escrito por el Papa Francisco es el siguiente:

El Papa Francisco saludando a los 40.000 fieles que han asistido a la Misa del Domingo de Ramos, en la plaza de San Pedro/ Foto: Vatican Media

PAPA FRANCISCO

ÁNGELUS

Texto preparado por el Santo Padre

Domingo de Ramos, 13 de abril de 2025

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy, Domingo de Ramos, en el Evangelio hemos escuchado el relato de la Pasión del Señor según san Lucas (cf. Lc 22,14-23,56). Hemos escuchado a Jesús dirigirse varias veces al Padre: «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (22,42); «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (23,34); «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (23,46). Indefenso y humillado, lo hemos visto caminar hacia la cruz con los sentimientos y el corazón de un niño agarrado al cuello de su padre, frágil en la carne, pero fuerte en el abandono confiado, hasta a dormirse, en la muerte, entre sus brazos.

Son sentimientos que la liturgia nos llama a contemplar y a hacer nuestros. Todos tenemos dolores, físicos o morales, y la fe nos ayuda a no ceder a la desesperación, a no cerrarnos en la amargura, sino a afrontarlos sintiéndonos arropados, como Jesús, por el abrazo providencial y misericordioso del Padre.

Hermanas y hermanos, os agradezco mucho por vuestras oraciones. En este momento de debilidad física me ayudan a sentir aún más la cercanía, la compasión y la ternura de Dios. Yo también rezo por vosotros y os pido que encomendéis conmigo al Señor a todos los que sufren, especialmente a los afectados por la guerra, por la pobreza o por los desastres naturales. En particular, que Dios acoja en su paz a las víctimas del derrumbe de un local en Santo Domingo, y sostenga a sus familiares.

El 15 de abril será el segundo triste aniversario del inicio del conflicto en Sudán, con miles de muertos y millones de familias forzadas a abandonar sus casas. El sufrimiento de los niños, de las mujeres y de las personas vulnerables grita al cielo y nos implora que actuemos. Renuevo mi llamamiento a las partes implicadas para que pongan fin a la violencia y emprendan caminos de diálogo y a la Comunidad internacional, para que a la población no le falten las ayudas esenciales.

Y recordemos también al Líbano, donde hace cincuenta años comenzó una trágica guerra civil: que con la ayuda de Dios pueda vivir en paz y prosperidad.

Que llegue por fin la paz a la martirizada Ucrania, a Palestina, Israel, la República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán del Sur. Que María, Madre, Virgen de los Dolores, nos conceda esta gracia y nos ayude a vivir con fe la Semana Santa.

Francisco