* «Dos elementos ayudan a definir lo que es el carisma. En primer lugar, el carisma es el don concedido “para el bien común" (1 Co 12:7). En otras palabras, no está destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al “servicio" de la comunidad (1 Pe 4:10). En segundo lugar, el carisma es el don concedido “a uno", o “a algunos" en particular, no a todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que en cambio son iguales y comunes a todos. El carisma es a una persona o a una comunidad especial, es un don que Dios te da»
Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* Al final de la audiencia general Francisco ha anunciado que Carlo Acutis será proclamado santo durante el Jubileo de los Adolescentes, que tendrá lugar en Roma del 25 al 27 de abril de 2025. En un comunicado posterior, el Arzobispo de la diócesis de Asís Mons. Domenico Sorrentino, especificó que la canonización de Acutis está prevista para el domingo 27 de abril a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro. Asimismo, ha informado que Pier Giorgio Frassati será elevado a los altares durante el Jubileo de los Jóvenes, entre el 28 de julio y el 3 de agosto del año que viene
20 de noviembre de 2024.- (Camino Católico) La acción carismática del Espíritu Santo ha sido el argumento de la catequesis del Papa Francisco pronunciada esta mañana durante su tradicional Audiencia General en la Plaza de San Pedro. Francisco, citando un famoso texto del Concilio Vaticano II, asegura que el Espíritu Santo no sólo santifica, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición y, por ende, “todos tenemos dones personales”: “Cada uno tiene su carisma, don del Espíritu Santo, para el ‘servicio’ de la comunidad; todos los carismas, son ‘míos’ al igual que ‘mis’ carismas son para el bien de todos”.
Al final de la audiencia general Francisco ha anunciado que Carlo Acutis será proclamado santo durante el Jubileo de los Adolescentes, que tendrá lugar en Roma del 25 al 27 de abril de 2025. En un comunicado posterior, el Arzobispo de la diócesis de Asís Mons. Domenico Sorrentino, especificó que la canonización de Acutis está prevista para el domingo 27 de abril a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro.
Asimismo, ha informado que Pier Giorgio Frassati será elevado a los altares durante el Jubileo de los Jóvenes, entre el 28 de julio y el 3 de agosto del año que viene.
Además el Santo Padre ha anunciado que el próximo 3 de febrero se celebrará en el Vaticano el Encuentro Mundial de los Derechos de los Niños titulado “Amémoslos y Protejámoslos”. En vista a esta jornada, el Santo Padre también ha instituido el Comité Pontificio para la Jornada Mundial de los Niños.
La guerra en Ucrania es una vergüenza, diálogo en lugar de armas
El Papa también ha recordado los mil días de conflicto en Ucrania y ha hecho un llamamiento para que la confrontación deje paso al encuentro. Después ha leído la carta de un universitario ucraniano que escribe: «Me hubiera gustado huir y volver a ser un niño abrazado a mi madre. Cuando recuerde nuestro país, recuerde no sólo el sufrimiento, sino también el amor».
«Cuando hable de nuestro dolor, cuando recuerde los mil días de sufrimiento, recuerde también los mil días de amor, porque sólo el amor, la fe y la esperanza dan verdadero sentido a las heridas».
Francisco ha dicho que los mil días transcurridos desde el inicio del conflicto en Ucrania es un «aniversario trágico por las víctimas y la destrucción que ha causado». «Pero al mismo tiempo una vergüenza para toda la humanidad», añade, con la voz casi rota por la emoción.
Esto, sin embargo, no debe disuadirnos de estar al lado del martirizado pueblo ucraniano, ni de implorar la paz y trabajar para que las armas dejen paso al diálogo, y la confrontación al encuentro.
«Por favor, no hable sólo de nuestros sufrimientos», escribe el universitario, en una carta que Francisco lee a una plaza de San Pedro cubierta por los paraguas a causa de la ligera lluvia que empieza a caer. «Sean testigos también de nuestra fe», pide el chico, “aunque imperfecta no disminuye su valor”, pintando “con pinceladas dolorosas el cuadro de Cristo resucitado”.
La guerra ha supuesto, para el chico, «demasiadas muertes» y mil días vividos «en una ciudad donde un misil mata y hiere a decenas de civiles».
Ser testigo de las «muchas lágrimas» sembradas por sus compatriotas llevó al estudiante a querer huir de su país, representado por la primera dama, Olena Zelenska, presente en la audiencia general.
«Me hubiera gustado volver a ser un niño abrazado por mi madre, sinceramente hubiera querido estar en el silencio y en el amor».
El Papa saluda a la primera dama ucraniana Olena Zelenska
Sin embargo, en la oscuridad del dolor, el estudiante encuentra la fuerza para dar gracias a Dios, porque en el sufrimiento «aprendo a amar más». «No es sólo un camino hacia la ira y la desesperación": el dolor, “si se basa en la fe, es un buen maestro del amor”.
La carta concluye con un renovado llamamiento a recordar los «mil días de amor» vividos, aunque con dolor, por el pueblo ucraniano. Porque, escribe el estudiante, «sólo el amor, la fe y la esperanza dan verdadero sentido a las heridas».
Cristo Rey y la Presentación de la Santísima Virgen María
El Papa ha recordado la solemnidad de Cristo Rey del Universo, que se celebrará el próximo domingo. «Invito a cada uno a reconocer la presencia del Señor en la propia vida - ha pedido Francisco- para participar en la construcción de su Reino de amor y de paz.»
Mañana, con ocasión de la memoria litúrgica de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María, se celebrará la Jornada pro Orantibus. «A las hermanas de clausura llamadas por el Señor a la vida contemplativa, les aseguramos nuestra cercanía», dice el Papa, esperando «el necesario apoyo espiritual y material de la comunidad eclesial» a los monasterios de clausura. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles, 20 de noviembre de 2024
Catequesis. El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza
14. La acción carismática del Espíritu Santo
En las últimas tres catequesis hemos hablado de la obra santificadora del Espíritu Santo, que se realiza en los sacramentos, en la oración y siguiendo el ejemplo de la Madre de Dios. Pero escuchemos lo que dice un famoso texto del Concilio Vaticano II: “Además, el mismo Espíritu Santo no sólo santifica y dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los misterios y le adorna con virtudes, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles, distribuyendo a cada uno según quiere (1 Co 12,11) sus dones” (Lumen gentium, 12).
También nosotros tenemos dones personales que el mismo Espíritu da a cada uno de nosotros. Llegó, entonces, el momento de hablar también de este segundo modo en que el Espíritu Santo obra en la Iglesia, que es la acción carismática, una palabra un poco difícil. La explicaré: Dos elementos ayudan a definir lo que es el carisma. En primer lugar, el carisma es el don concedido “para el bien común" (1 Co 12:7). En otras palabras, no está destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al “servicio" de la comunidad (1 Pe 4:10). En segundo lugar, el carisma es el don concedido “a uno", o “a algunos" en particular, no a todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que en cambio son iguales y comunes a todos. El carisma es a una persona o a una comunidad especial, es un don que Dios te da.
El Concilio también nos lo explica. El Espíritu Santo -dice - “Con esos dones les hace que estén aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia, según aquellas palabras: A cada uno… se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad" (1 Cor 12,7).
Los carismas son las “joyas”, u ornamentos, que el Espíritu Santo distribuye para embellecer a la Esposa de Cristo. Se comprende así por qué el texto conciliar termina con la siguiente exhortación. “Estos carismas, tanto los extraordinarios como los más comunes y difundidos, deben ser recibidos con gratitud y consuelo, porque son muy adecuados y útiles a las necesidades de la persona y de la Iglesia”. (LG, 12).
Benedicto XVI afirmó que “mirando a la historia de la época, se puede reconocer la dinámica de la verdadera renovación, que frecuentemente ha adquirido formas inesperadas en momentos llenos de vida y que hace casi tangible la inagotable vivacidad de la Iglesia”, esto es el carisma, un grupo de gente y el carisma de la persona.
Debemos recuperar los carismas, porque esto hace que la promoción del laicado y de las mujeres en particular se entienda no sólo como un hecho institucional y sociológico, sino en su dimensión bíblica y espiritual. Los laicos no son los últimos, no, los laicos no son una especie de colaboradores externos o tropas auxiliares del clero, no, sino que tienen sus propios carismas y dones con los que contribuir a la misión de la Iglesia.
Añadamos una cosa más: al hablar de carismas, hay que disipar de inmediato un malentendido: el de identificarlos con dones y capacidades espectaculares y extraordinarios; se trata, en cambio, de dones ordinarios, cada uno de nosotros tiene su propio carisma, que adquieren un valor extraordinario cuando son inspirados por el Espíritu Santo y encarnados en las situaciones de la vida con amor.
Esta interpretación del carisma es importante, porque muchos cristianos, al oír hablar de carismas, experimentan tristeza y desilusión, ya que están convencidos de no poseer ninguno y se sienten excluidos o cristianos de serie “B” No hay cristianos de serie “B”. Cada uno tiene su propio carisma, personal y también comunitario.
En su época, San Agustín respondió a estos con una comparación muy elocuente: “Si amas – dijo a su pueblo– tienes algo, ya que, si amas la unidad, para ti tiene también algo quienquiera que lo tenga en ella. … En el cuerpo ve el ojo solo; pero ¿acaso el ojo ve para sí mismo sólo? Ve también para la mano, ve también para el pie, ve también para los demás miembros”.
Aquí se desvela el secreto por el que la caridad es definida por el Apóstol como “el camino más excelente” (1 Cor 12, 31): me hace amar a la Iglesia, me hace amar a la comunidad en la que vivo y, en la unidad, todos los carismas, no sólo algunos, son “míos” al igual que “mis” carismas, aunque parezcan poca cosa, son de todos y para el bien de todos. La caridad multiplica los carismas, hace que el carisma de uno sea el carisma de todos.
Francisco
Fotos: Vatican Media, 20-11-2024