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domingo, 16 de marzo de 2025

Estebane, 35 años, es gendarme y recibirá el bautismo: «El amor que me viene de Cristo es mi misión para testimoniarlo y compartirlo; la fe ha cambiado mi alma, dejando aún más espacio para amar y compartir»


Estebane, de 35 años, es gendarme y se bautizará la próxima Pascua / Foto: Cortesía de  Estebane

* «En los momentos cruciales de una investigación, cuando anunciamos la muerte de alguien a su familia, cuando acompañamos a menores que han sido violados, a mujeres maltratadas pero también a acusados, rezo e intento ser ese guardián, esa persona que aporta un poco de luz. Desde que entré en el catecumenado, es como si mi corazón se hubiera abierto completamente. Amo algo más que a mi familia y a mis amigos íntimos»

Camino Católico.-  Escuchar a Estebane relatar su itinerario de fe es un poco como recuperar el aliento después de haber corrido demasiado para subir a un autobús. Su vida, sus elecciones, su compromiso profesional y su camino espiritual se entrelazan con la sensación de que ahora todo está en su sitio, cuando tenía que estar. Estebane, de 35 años, gendarme y padre del pequeño Augustin, vive con su novia Aurore cerca de Chambéry. En Pascua recibirá el bautismo y se convertirá en hijo de Dios.

"Es difícil explicar lo que siento, pero al mismo tiempo parece muy sencillo", dice rápidamente, con las palabras revolviéndose en su boca. "Es un poco como escalar al aire libre", intenta explicar este aficionado al deporte. "Escalo la pared y cuando algunos pasos parecen infranqueables me preocupo menos porque sé que estoy a salvo con Jesús, aunque no pueda ver la cuerda", explica a  Agnès Pinard Legry en Aleteia.

Cuando le trasladaron a Chambéry hace dos años, Estebane fue a comprar una Biblia. "Recuerdo que el librero me dijo entonces: 'Cuando llevas a Jesús contigo, siempre viajas en primera clase'", cuenta. "Y es verdad: mi vida ha adquirido una dimensión totalmente nueva. Es increíble cómo, en tan poco tiempo, la fe ha cambiado mi alma, dejando aún más espacio para amar y compartir".

Aunque no cayó en ello de niño, Estebane oyó hablar de la fe y de Dios desde muy pequeño. Su padre procedía de una familia comunista y anarquista que huyó de España durante la guerra, pero su madre creció en una familia católica. "Recuerdo tener una Biblia ilustrada cuando tenía 8 años", recuerda. "Mi madre no quería dejarnos a la intemperie".

Estebane confiesa que siempre ha tenido "esa lucecita", y creció viendo a sus amigos bautizarse, hacer la Primera Comunión, etcétera. Iba a misa de vez en cuando e incluso llegó a organizar una peregrinación cuando estaba en la escuela de gendarmería. "Es como una semilla plantada que necesitaba crecer un poco, florecer. Sentía que estaba en el buen camino, pero aún no estaba preparado para pedir el bautismo”.

Al hacer balance de su carrera, admite que la elección de su profesión, gendarme, no fue de poca importancia: "Siempre he querido defender a los más pequeños, a los más vulnerables", resume. También recuerda una misión en el Jura al principio de su carrera, cuando buscaba a un enfermo de Alzheimer de 80 años. "Era como buscar una aguja en un pajar", recuerda.

"Cuando llegué a un pueblo tras varias horas de búsqueda, vi una estatua de la Virgen María e instintivamente puse la mano sobre ella, pidiéndole que me ayudara". Treinta segundos después, Estebane entró en una casa y encontró al nonagenario. "Simplemente estalló, no se puede explicar", admite. "Tuve la sensación de que alguien me apoyaba". Unos años después, en 2017, el gendarme fue desplegado en las Antillas, en San Martín, tras el paso del huracán Irma. Allí fue movilizado a un poblado chabolista que había quedado completamente destruido. "Recuerdo la Misa de Navidad allí… Fue increíble. A esa gente no le quedaba nada, pero lo dieron todo. Me llegó al corazón".

Cuando empezó su catecumenado, asegura Estebane, recibió "un puñetazo de amor". "Volví a casa de puntillas. Me sentía un poco culpable por haber tardado tanto en pedir el bautismo, no me sentía legítimo. Pero conocí a gente increíble que no me juzgó y que simplemente me acogió". Desde entonces, "todo tiene más sentido".

Especializado en investigaciones sobre menores y violencia contra las mujeres, entra regularmente en contacto con el sufrimiento y la oscuridad. Una misión que también cobra mayor sentido hoy, a pocas semanas de su bautismo. "Cada uno es el guardián de su hermano. Tanto para las víctimas como para los acusados, me esfuerzo por serlo aún más", resume con sobriedad.

"En los momentos cruciales de una investigación, cuando anunciamos la muerte de alguien a su familia, cuando acompañamos a menores que han sido violados, a mujeres maltratadas pero también a acusados, rezo e intento ser ese guardián, esa persona que aporta un poco de luz".

Estebane va aún más lejos: "Desde que entré en el catecumenado, es como si mi corazón se hubiera abierto completamente. Amo algo más que a mi familia y a mis amigos íntimos. El amor que me viene de Cristo es mi misión para testimoniarlo y compartirlo". A todos.

María Jorgelina Vezzoni curada milagrosamente por intercesión del santo Cura Brochero de muerte súbita y haber estado 15 minutos sin pulso: «Durante el tiempo que estuve ‘muerta’ sentí la presencia de Dios»


Con la estatuilla del cura. María Jorgelina Vezzoni asegura que su recuperación fue por un milagro del santo transerrano Gabriel Brochero

* «No tengo dudas de que fue Brochero el que me salvó la vida. A cada momento sé que el Curita me está cuidando. No tengo muchas palabras para explicarlo, pero lo siento así»

Camino Católico.-  Cada 16 de marzo la Iglesia Católica celebra al Rev. P. José Gabriel del Rosario Brochero, conocido popularmente como el Santo ‘Cura Brochero’ o el ‘Cura gaucho’. El 3 de diciembre de 2014, María Jorgelina Vezzoni, "Coqui" para su familia y amigos, estaba sentada en un pasillo del sanatorio Allende del Cerro de las Rosas (ciudad de Córdoba) en compañía de su cuñado. 

Coqui esperaba poder ver a su hijita, de 1 año de edad, que estaba internada en la terapia intensiva con un severo cuadro de deshidratación. Preocupada por su bebé, comenzó a sentirse mal. Y para sorpresa y alarma del cuñado que la acompañaba y de otras personas que estaban en el mismo pasillo del sanatorio, se desplomó. Cayó al suelo y no reaccionó más. 

La historia clínica y los testimonios recogidos son categóricos. Algunos a los gritos y otros con menos enjundia, todos los presentes comenzaron a pedir auxilio. Las primeras enfermeras que la asistieron allí mismo, en el piso, comprobaron que no respiraba ni tenía pulso. Y de inmediato comenzaron a hacerle maniobras de resucitación. En el informe médico se lee: "Paro cardiorrespiratorio reanimado".                    

Fue como una "muerte súbita", recordó con dolor Silvina, la hermana de Coqui que habló con La Voz. Y mostró de nuevo la documentación médica: "De manera súbita y sin mediar síntomas ni pródromos comenzó con estado de rigidez, con paro cardiorrespiratorio".

Recién tras 15 minutos de reanimación, el cuerpo de Coqui tuvo pulso. Pero sin ningún otro signo vital y sólo por tres minutos. Retomaron las maniobras y tras media hora volvió el pulso.

"Se puede decir que estuve muerta durante todo ese tiempo",  dice Coqui.

¿Muda?

El 10 de diciembre le hicieron una traqueotomía y le quitaron el respirador. Ese día le informaron a los familiares que, si había una recuperación, posiblemente Coqui despertaría muda, sin poder hablar o con una disfonía crónica porque al entubarla le habían dañado la cuerda vocal derecha.

Sin embargo, para sorpresa de todos, el 15 de diciembre hubo una reacción y hasta esbozó unas palabras. El 18 de diciembre, ante el asombro de médicos y enfermeras, Coqui salió caminando de la terapia intensiva para pasar a una sala común.

"El 24 de diciembre, cuando todos se preparaban para celebrar la Navidad, la recibimos en casa, y el primer día de este año regresó a la suya. ¿Un milagro, no?", dice Silvina.

Por sugerencia de un conocido, la familia pidió un informe médico de lo que había ocurrido, algo así como una copia de la historia clínica. Enriquecieron eso con un relato pormenorizado de lo que habían vivido internamente, y enviaron todo a monseñor Santiago Olivera, obispo de Cruz del Eje, uno de los promotores de la causa de canonización de Brochero.

Hoy, en la casa de calle Boyle, que le alquilan al famoso brocheriano Carlos Di Fulvio, Coqui y su hijita Florencia llevan una vida completamente normal. "No tengo dudas de que fue Brochero el que me salvó la vida. Durante el tiempo que estuve 'muerta' y en todos esos días que pasé inconsciente, yo sentí la presencia de Dios, de Brochero y de mi mamá fallecida. A cada momento sé que el Curita me está cuidando. No tengo muchas palabras para explicarlo, pero lo siento así", dice Coqui.

Como hacía antes de que le ocurriera esta prueba, cada vez que sale de su hogar rumbo al trabajo, Coqui mira la imagen del beato cordobés que atesora en un altarcito casero, y con mucha fe le pide: "Brocherito: cuidanos durante todo el día para que podamos ser buenos".

Tom Hickey y Maureen Kane, pareja de casi 99 años que celebra 75 años de matrimonio: «Recen siempre los unos por los otros, manténganse cerca de Dios y de su familia, sean siempre fieles, honestos, amables y cariñosos»


* «Dios me ha acompañado a lo largo de 98 años de vida y 75 años de matrimonio. No sabría a quién recurrir en los momentos difíciles de la vida si no fuera por el Todopoderoso. Él nos ha bendecido con una familia maravillosa, con buena salud y con muchos años de un matrimonio maravilloso», dice la esposa Maureen Kane

Camino Católico.-  Tom Hickey y Maureen Kane, quienes cumplirán 99 años este mismo año, crecieron a cien metros de distancia el uno del otro, en Richmond Hill, Queens, Nueva York (EE.UU), y llevan 75 años casados. National Catholic Register ha contado su larguísima historia. 

Los dos se llevaban un curso de diferencia en la escuela Holy Child Jesus, y sus familias eran feligreses de Holy Child. Cuando eran adolescentes, Tom y Maureen solían asistir a los mismos eventos y fiestas escolares.

Tom recuerda que a los ocho años pasó por la casa de Maureen, después de que le extirparan el apéndice. El pequeño le llevó un pequeño "regalo": una libreta de direcciones. Hoy todavía bromean diciendo que fue algo que se encontró en el cajón de su madre, que ya tenía direcciones escritas.

La fe, siempre fundamental

Maureen y Tom celebraron hace un mes una misa de aniversario con toda su familia en la parroquia de Santa Catalina de Siena, en Franklin Square, Nueva York (EE.UU). Para la pareja, la fe y la familia han sido siempre fundamentales. 

Tom fue uno de los nueve hijos de su familia y recuerda las tareas que hacía antes de ir a jugar con sus amigos. "Mi hermana mayor, Margaret, se hizo monja josefina en la época en que nació mi hermano Joe, en 1929", relata. Cuando se hizo mayor, Tom trabajó en una farmacia y repartía los pedidos en bicicleta.

Por su parte, Maureen, era la mayor de las tres hijas de sus padres, y recuerda cómo la longevidad y la fidelidad al matrimonio ya le viene de familia. "Mis padres formaron una gran pareja y tuvieron un matrimonio basado en el amor durante 66 años", comenta. 

La vida de Tom ha sido apasionante. En 1943, poco después de graduarse de la escuela secundaria, se unió a la Marina. Sirvió en el Pacífico a bordo del Vincennes durante tres años, atravesando el Canal de Panamá hasta Pearl Harbor, en Hawái.

"Cuando terminó el entrenamiento en Boston, se fue a casa de permiso. Salimos juntos la noche del 12 de abril de 1944 a la taberna The Boulevard, en Queens, y fue el comienzo de nuestro romance. Nos escribimos por correo postal durante toda la guerra, hasta que lo licenciaron el 10 de enero de 1946, aún no había cumplido los 21 años", recuerda su mujer.

Ese mismo otoño, Maureen ingresó a un programa de enfermería de tres años de duración. "Los planes de casarse tuvieron que posponerse porque la escuela no permitía estudiantes casados", explica. Hasta que, por fin, se casaron el 18 de febrero de 1950, en su parroquia natal de Holy Child.

"Nos escribimos por carta durante toda la guerra", recuerda Maureen Kan, que aparece en la imagen junto a su esposo  Tom Hickey el día de su boda  / Foto: National Catholic Register    

Después de su luna de miel, en la que fueron a Florida en tren, los recién casados se establecieron en Long Island. Maureen trabajaba como enfermera y Tom comenzaba una carrera de 39 años en AT&T y New York Telephone. Compraron su primera casa por 10.000 dólares, donde crecerían sus siete hijos y vivirían su fe en la parroquia de Santa Catalina. 

Maureen se mantenía ocupada organizando fiestas de cumpleaños para los niños, actividades escolares, viajes familiares y eventos de la iglesia, y le gustaba jugar a las cartas con un grupo de amigas. "Hemos sobrevivido a todos nuestros amigos", dijo la matriarca, recordando con cariño a sus amistades.

Mientras que Tom también recordó a sus amigos de la Marina y a sus compañeros de golf. "He tenido muchos amigos, pero ninguno como mi esposa, Maureen, con la que llevo casado 75 años. Ella es mi mejor amiga", confiesa.

Una vida al servicio

La pareja, como católica devota que es, recuerda sus viajes a la misa celebrada por el Papa San Pablo VI en el Yankee Stadium de Nueva York en 1964, y a la misa ofrecida por el Papa San Juan Pablo II en el Aqueduct Race Track en 1995.

Tom y Maureen han sido feligreses devotos en su parroquia durante más de 70 años. Además de asistir a misa como familia, Maureen ha participado en las Madres Cristianas durante más de 30 años, organizando su retiro anual; ha servido en el ministerio de consolación durante 10 años; y ha sido ministro extraordinaria de la Comunión en las misas.

Por su parte, Tom participó en la Sociedad del Santo Nombre, incluso como presidente; ha sido lector; comenzó la Sociedad de Adoración Nocturna de la parroquia en 1951, y también dio su tiempo como ministro extraordinario.

En la misa del 75 aniversario de matrimonio participaron la mayoría de sus 17 nietos y 14 bisnietos. Monseñor Figliozzi comenzó su homilía citando al Papa San Pablo VI: "La Iglesia enseña que el matrimonio entre el hombre y la mujer es imagen del matrimonio de Cristo con su Iglesia y también debe ser un reflejo del amor mismo de Dios, que siempre es fiel. Tom y Maureen han sido testigos y maestros de lo que Jesús y su Iglesia esperan que sea el matrimonio".

Sobre la receta para estar tantos años juntos, los Hickeys lo tienen claro. "Manténganse cerca de Dios y de su familia. Sean siempre fieles a ustedes mismos, honestos, amables y cariñosos", dijo Maureen, y agrega: "Cada día es un regalo; vívanlo al máximo".

Tom Hickey y Maureen Kan sirvieron como ministros extraordinarios en su parroquia / Foto: National Catholic Register

"Siempre estuve agradecida a que mis padres pensaran que era importante darnos una educación católica", recuerda Maureen. "Gracias a mis padres y a las monjas en la escuela, nos dimos cuenta de lo importante que es la fe. Dios me ha acompañado a lo largo de 98 años de vida y 75 años de matrimonio. No sabría a quién recurrir en los momentos difíciles de la vida si no fuera por el Todopoderoso. Él nos ha bendecido con una familia maravillosa, con buena salud y con muchos años de un matrimonio maravilloso".

Mientras que Tom, propone: "Manténganse cerca de sus padres. Recen unos por otros; ayúdense mutuamente".

Mensaje del Papa Francisco desde el hospital para el Ángelus, 16-3-2025: «Me uno a los enfermos: frágiles, como yo; nada puede impedirnos amar, rezar, entregarnos, estar los unos para los otros, en la fe»


 Este domingo, 16 de marzo, niños han ido a rezar por la salud del Papa Francisco al Hospital Gemelli de roma donde está ingresado / Foto: Vatican Media


* «Os agradezco a todos por vuestras oraciones y agradezco a quienes me asisten con tanta dedicación. Sé que rezan por mí muchos niños; algunos de ellos han venido hoy aquí al “Gemelli” en señal de cercanía. ¡Gracias, queridos niños! El Papa os quiere y espera siempre encontraros» 

  Este domingo, 16 de marzo, niños rezando por la salud del Papa Francisco en el Hospital Gemelli de roma donde está ingresado / Foto: Vatican Media

* «Sigamos rezando por la paz, especialmente en los países heridos por la guerra: en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, República Democrática del Congo» 

16 de marzo de 2025.- (Camino Católico)   Es la luz que transforma, que deslumbra, que se hace caricia en el dolor la que guía el pensamiento del Papa en el Ángelus que él preparó, en este segundo domingo de Cuaresma. Es la luz de la Transfiguración de Jesús que hace visible una de las verdades más grandes a los discípulos que le siguen en el monte: «detrás de los gestos -destaca Francisco- que Él realiza en medio de ellos», está «la luz de su amor infinito».

Un amor que el Papa siente «mientras afronto -escribe- un tiempo de prueba, y me uno a tantos hermanos y hermanas enfermos: frágiles, en este momento, como yo. Nuestro físico es débil pero, aun así, nada puede impedirnos amar, rezar, donarnos, ser los unos para los otros en la fe, signos luminosos de esperanza». El texto completo del mensaje escrito por el Papa Francisco es el siguiente:


Este domingo, 16 de marzo, tres niños rezan por la salud del Papa Francisco ante la estatua de Juan Pablo II en el Hospital Gemelli de roma donde está ingresado / Foto: Vatican Media

PAPA FRANCISCO

ÁNGELUS

Texto preparado por el Santo Padre en el hospital Gemelli

II Domingo de Cuaresma, 16 de marzo de 2025

Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!


Hoy, segundo domingo de Cuaresma, el Evangelio nos habla de la Transfiguración de Jesús (Lc 9,28-36). Después de subir a la cima de un monte con Pedro, Santiago y Juan, Jesús se sumerge en la oración y se vuelve radiante de luz. Así muestra a los discípulos lo que se oculta tras los gestos que Él hace en medio de ellos: la luz de su amor infinito.


Comparto con vosotros estos pensamientos mientras estoy atravesando un momento de prueba, y me uno a los tantos hermanos y hermanas enfermos: frágiles, en este momento, como yo. Nuestro físico está débil, pero, incluso así, nada puede impedirnos amar, rezar, entregarnos, estar los unos para los otros, en la fe, señales luminosas de esperanza. ¡Cuánta luz brilla, en este sentido, en los hospitales y en los centros de asistencia! ¡Cuánta atención amorosa ilumina las habitaciones, los pasillos, los ambulatorios, los lugares donde se prestan los servicios más humildes! Por eso, quisiera invitaros hoy a uniros a mí en las alabanzas al Señor, que nunca nos abandona y que en los momentos de dolor nos pone al lado a personas que reflejan un rayo de su amor.


Os agradezco a todos por vuestras oraciones y agradezco a quienes me asisten con tanta dedicación. Sé que rezan por mí muchos niños; algunos de ellos han venido hoy aquí al “Gemelli” en señal de cercanía. ¡Gracias, queridos niños! El Papa os quiere y espera siempre encontraros.


Sigamos rezando por la paz, especialmente en los países heridos por la guerra: en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, República Democrática del Congo.


Y recemos por la Iglesia, llamada a traducir en decisiones concretas el discernimiento que se ha hecho en la reciente Asamblea Sinodal. Agradezco a la Secretaría General del Sínodo, que en los próximos tres años acompañará a las Iglesias locales en este compromiso.


Que la Virgen María nos guarde y nos ayude a ser, como Ella, portadores de la luz y de la paz de Cristo.


Francisco

Chris Pratt, actor católico: «Hice un trato con Dios. Dije: ‘Si salvas a mi hijo, te daré todo. Te entregaré mi vida, mi plataforma, y no tendré vergüenza de hablar de Ti'»


Chris Pratt / Foto: Flickr Dick Thomas Johnson

* «Dios realmente salvó a mi hijo y desde entonces he intentado mantener mi palabra. y ese fue el momento en que mi fe se consolidó. Mi corazón se ablandó y mi fe se endureció»

Camino Católico.-  El actor Chris Pratt, conocido por sus papeles en Jurassic World y Guardianes de la Galaxia, es católico y no teme hablar abiertamente sobre su fe. Sin embargo, no siempre fue así. Recientemente contó el evento que logró un cambio radical en su relación con Dios.  En una entrevista con Fox News, Pratt explica que fue “bautizado como católico, pero no éramos una familia que asistiera mucho a la iglesia”.

“Hubo varios momentos a lo largo de mi vida en los que realmente sentí el llamado de Dios y entregué mi corazón a Jesús. Pero el momento más impactante fue cuando nació mi hijo”.  

Una noche de agosto, la actriz Anna Faris, conocida por protagonizar la saga de películas sarcásticas Scary Movie, rompió aguas de manera prematura. Está embarazada de siete meses de su primer hijo con el también actor Chris Pratt, Jack. Era 2012 y el pequeño nació con un peso de tan solo un kilo y medio (3 libras y 10 onzas). Pasó un mes en la UCI de neonatales antes de que sus padres pudieran llevarlo a casa.

Entonces, atravesaba un momento de duda. Según él mismo ha contado, cuando «tenía todos esos problemas» optó por la oración. “Le recé mucho a Dios. Hice un trato con Él. Dije algo como: ‘Si salvas a mi hijo, te daré todo. Te entregaré mi vida, mi plataforma, y no tendré vergüenza de hablar de Ti’”, ha contado en una reciente entrevista con Christian Post

“Él realmente salvó a mi hijo y desde entonces he intentado mantener mi palabra. y ese fue el momento en que mi fe se consolidó. Mi corazón se ablandó y mi fe se endureció”, confiesa.  

Pratt nunca ha dudado de la existencia del Creador, aunque 2012 supuso un punto de inflexión en su fe. “La primera vez que me acerqué al altar de la iglesia, me arrodillé y lloré, era un niño”, continúa. La siguiente vez tenía 19 y a los 30 volvió a hacerse preguntas sobre su fe. “Hacía promesas, pero no las cumplía. Dije: 'Dios, sálvame en este momento y te daré mi vida'. Y luego lo hizo, y me libré del peso de mi vergüenza, mi culpa y mi pecado”, cuenta.

Chris Pratt y su mujer, Katherine Schwarzenegger en Los Angeles en 2022 

“Me importa lo suficiente Jesús como para tomar una postura, incluso si eso me cuesta. Podría costarme todo, pero no me importa. Vale la pena para mí porque es mi llamado, es donde está mi corazón”, confiesa sobre poner su fe en el centro de su vida en el ambiente de Hollywood, donde impera la ideología woke.

Tras separarse de su primera mujer, Anna Faris, Pratt conoció en la parroquia a Katherine Schwarzenegger, hija del famoso político y actor, con quien comparte otros tres hijos. A todos ellos, el también embajador de la aplicación de oración Hallow intenta enseñarles el camino de la fe. “Quiero criarlos con la comprensión de que su padre no se avergonzaba de su relación con Jesús y con una comprensión profunda del poder de la oración, la gracia, el amor y la alegría que pueden surgir de una relación con Jesús”.

Homilía de Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, y lecturas de la Misa de hoy, II Domingo de Cuaresma, 16-3-2025

16 de marzo de 2025.-  (Camino Católico) Homilía de  Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, y lecturas de la Misa de hoy, II Domingo de Cuaresma, emitida por 13 TV desde la Catedral de Córdoba.

Santa Misa de hoy, II Domingo de Cuaresma, en la catedral de Córdoba, 16-3-2025

16 de marzo de 2025.-  (Camino Católico)  Celebración de la Santa Misa de hoy, II Domingo de Cuaresma, presidida por Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, emitida por 13 TV desde la Catedral de Córdoba.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 16-3-2025

16 de marzo de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, domingo, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.