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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Papa Francisco en la Audiencia, 20-11-2024: «Cada uno tiene su carisma, don del Espíritu Santo, para el ‘servicio’ de la comunidad; todos los carismas, son ‘míos’ al igual que ‘mis’ carismas son para el bien de todos»


* «Dos elementos ayudan a definir lo que es el carisma. En  primer lugar, el carisma es el don concedido “para el bien común" (1 Co 12:7). En otras palabras, no está  destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al “servicio" de la comunidad  (1 Pe 4:10). En segundo lugar, el carisma es el don concedido “a uno", o “a algunos" en particular, no a  todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que en cambio son iguales y comunes a todos. El carisma es a una persona o a una comunidad especial, es un don que Dios te da»

  

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

 * Al final de la audiencia general Francisco ha anunciado que Carlo Acutis será proclamado santo durante el Jubileo de los Adolescentes, que tendrá lugar en Roma del 25 al 27 de abril de 2025. En un comunicado posterior, el Arzobispo de la diócesis de Asís Mons. Domenico Sorrentino, especificó que la canonización de Acutis está prevista para el domingo 27 de abril a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro. Asimismo, ha informado que Pier Giorgio Frassati será elevado a los altares durante el Jubileo de los Jóvenes, entre el 28 de julio y el 3 de agosto del año que viene

 20 de noviembre de 2024.- (Camino Católico)  La acción carismática del Espíritu Santo ha sido el argumento de la catequesis del Papa Francisco pronunciada esta mañana durante su tradicional Audiencia General en la Plaza de San Pedro. Francisco, citando un famoso texto del Concilio Vaticano II, asegura que el Espíritu Santo no sólo santifica, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición y, por ende, “todos tenemos dones personales”: “Cada uno tiene su carisma, don del Espíritu Santo, para el ‘servicio’ de la comunidad; todos los carismas, son ‘míos’ al igual que ‘mis’ carismas son para el bien de todos”.

Al final de la audiencia general Francisco ha anunciado que Carlo Acutis será proclamado santo durante el Jubileo de los Adolescentes, que tendrá lugar en Roma del 25 al 27 de abril de 2025. En un comunicado posterior, el Arzobispo de la diócesis de Asís Mons. Domenico Sorrentino, especificó que la canonización de Acutis está prevista para el domingo 27 de abril a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro.

Asimismo, ha informado que Pier Giorgio Frassati será elevado a los altares durante el Jubileo de los Jóvenes, entre el 28 de julio y el 3 de agosto del año que viene.

Además el Santo Padre ha anunciado que el próximo 3 de febrero se celebrará en el Vaticano el Encuentro Mundial de los Derechos de los Niños titulado “Amémoslos y Protejámoslos”. En vista a esta jornada, el Santo Padre también ha instituido el Comité Pontificio para la Jornada Mundial de los Niños.

La guerra en Ucrania es una vergüenza, diálogo en lugar de armas

El Papa también ha recordado los mil días de conflicto en Ucrania y ha hecho un llamamiento para que la confrontación deje paso al encuentro. Después ha leído la carta de un universitario ucraniano que escribe: «Me hubiera gustado huir y volver a ser un niño abrazado a mi madre. Cuando recuerde nuestro país, recuerde no sólo el sufrimiento, sino también el amor». 

«Cuando hable de nuestro dolor, cuando recuerde los mil días de sufrimiento, recuerde también los mil días de amor, porque sólo el amor, la fe y la esperanza dan verdadero sentido a las heridas».

Francisco ha dicho que los mil días transcurridos desde el inicio del conflicto en Ucrania es un «aniversario trágico por las víctimas y la destrucción que ha causado». «Pero al mismo tiempo una vergüenza para toda la humanidad», añade, con la voz casi rota por la emoción.

Esto, sin embargo, no debe disuadirnos de estar al lado del martirizado pueblo ucraniano, ni de implorar la paz y trabajar para que las armas dejen paso al diálogo, y la confrontación al encuentro.

«Por favor, no hable sólo de nuestros sufrimientos», escribe el universitario, en una carta que Francisco lee a una plaza de San Pedro cubierta por los paraguas a causa de la ligera lluvia que empieza a caer. «Sean testigos también de nuestra fe», pide el chico, “aunque imperfecta no disminuye su valor”, pintando “con pinceladas dolorosas el cuadro de Cristo resucitado”.

La guerra ha supuesto, para el chico, «demasiadas muertes» y mil días vividos «en una ciudad donde un misil mata y hiere a decenas de civiles».

Ser testigo de las «muchas lágrimas» sembradas por sus compatriotas llevó al estudiante a querer huir de su país, representado por la primera dama, Olena Zelenska, presente en la audiencia general.

«Me hubiera gustado volver a ser un niño abrazado por mi madre, sinceramente hubiera querido estar en el silencio y en el amor».

El Papa saluda a la primera dama ucraniana Olena Zelenska

Sin embargo, en la oscuridad del dolor, el estudiante encuentra la fuerza para dar gracias a Dios, porque en el sufrimiento «aprendo a amar más». «No es sólo un camino hacia la ira y la desesperación": el dolor, “si se basa en la fe, es un buen maestro del amor”.

La carta concluye con un renovado llamamiento a recordar los «mil días de amor» vividos, aunque con dolor, por el pueblo ucraniano. Porque, escribe el estudiante, «sólo el amor, la fe y la esperanza dan verdadero sentido a las heridas». 

Cristo Rey y la Presentación de la Santísima Virgen María

El Papa ha recordado la solemnidad de Cristo Rey del Universo, que se celebrará el próximo domingo. «Invito a cada uno a reconocer la presencia del Señor en la propia vida - ha pedido Francisco- para participar en la construcción de su Reino de amor y de paz.» 

Mañana, con ocasión de la memoria litúrgica de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María, se celebrará la Jornada pro Orantibus. «A las hermanas de clausura llamadas por el Señor a la vida contemplativa, les aseguramos nuestra cercanía», dice el Papa, esperando «el necesario apoyo espiritual y material de la comunidad eclesial» a los monasterios de clausura. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:


PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro

Miércoles, 20 de noviembre de 2024


Catequesis. El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza

14. La acción carismática del Espíritu Santo

En las últimas tres catequesis hemos hablado de la obra santificadora del Espíritu Santo, que se  realiza en los sacramentos, en la oración y siguiendo el ejemplo de la Madre de Dios. Pero escuchemos lo  que dice un famoso texto del Concilio Vaticano II: “Además, el mismo Espíritu Santo no sólo santifica y  dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los misterios y le adorna con virtudes, sino que  también distribuye gracias especiales entre los fieles, distribuyendo a cada uno  según quiere (1 Co 12,11) sus dones” (Lumen gentium, 12). 

También nosotros tenemos dones personales que el mismo Espíritu da a cada uno de nosotros. Llegó, entonces, el momento de hablar también de este segundo modo en que el Espíritu Santo  obra en la Iglesia, que es la acción carismática, una palabra un poco difícil. La explicaré: Dos elementos ayudan a definir lo que es el carisma. En  primer lugar, el carisma es el don concedido “para el bien común" (1 Co 12:7). En otras palabras, no está  destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al “servicio" de la comunidad  (1 Pe 4:10). En segundo lugar, el carisma es el don concedido “a uno", o “a algunos" en particular, no a  todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que en cambio son iguales y comunes a todos. El carisma es a una persona o a una comunidad especial, es un don que Dios te da. 

El Concilio también nos lo explica. El Espíritu Santo -dice - “Con esos dones  les hace que estén aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean útiles para la  renovación y la mayor edificación de la Iglesia, según aquellas palabras: A cada uno… se le otorga la  manifestación del Espíritu para común utilidad" (1 Cor 12,7).  

Los carismas son las “joyas”, u ornamentos, que el Espíritu Santo distribuye para embellecer a la Esposa de Cristo. Se comprende así por qué el texto conciliar termina con la siguiente exhortación. “Estos carismas, tanto los extraordinarios como los más comunes y difundidos, deben ser recibidos con gratitud  y consuelo, porque son muy adecuados y útiles a las necesidades de la persona y de la Iglesia”. (LG, 12).

Benedicto XVI afirmó que “mirando a la historia de la época, se puede reconocer la  dinámica de la verdadera renovación, que frecuentemente ha adquirido formas inesperadas en momentos  llenos de vida y que hace casi tangible la inagotable vivacidad de la Iglesia”, esto es el carisma, un grupo de gente y el carisma de la persona. 

Debemos recuperar los carismas, porque esto hace que la promoción del laicado y de las mujeres en particular se entienda no sólo como un hecho institucional y sociológico, sino en su dimensión bíblica  y espiritual. Los laicos no son los últimos, no, los laicos no son una especie de colaboradores externos o tropas auxiliares del  clero, no, sino que tienen sus propios carismas y dones con los que contribuir a la misión de la Iglesia.

Añadamos una cosa más: al hablar de carismas, hay que disipar de inmediato un malentendido: el  de identificarlos con dones y capacidades espectaculares y extraordinarios; se trata, en cambio, de dones  ordinarios, cada uno de nosotros tiene su propio carisma, que adquieren un valor extraordinario cuando son inspirados por el Espíritu Santo y  encarnados en las situaciones de la vida con amor. 

Esta interpretación del carisma es importante, porque muchos cristianos, al oír hablar de carismas, experimentan tristeza y desilusión, ya que están convencidos  de no poseer ninguno y se sienten excluidos o cristianos de serie “B” No hay cristianos de serie “B”. Cada uno tiene su propio carisma, personal y también comunitario. 

En su época, San Agustín  respondió a estos con una comparación muy elocuente: “Si amas – dijo a su pueblo– tienes algo, ya que, si amas la unidad, para ti tiene también algo quienquiera que lo tenga en ella. … En el cuerpo ve el ojo  solo; pero ¿acaso el ojo ve para sí mismo sólo? Ve también para la mano, ve también para el pie, ve  también para los demás miembros”.

Aquí se desvela el secreto por el que la caridad es definida por el Apóstol como “el camino más excelente” (1 Cor 12, 31): me hace amar a la Iglesia, me hace amar a la comunidad en la que vivo y, en la unidad,  todos los carismas, no sólo algunos, son “míos” al igual que “mis” carismas, aunque parezcan poca cosa,  son de todos y para el bien de todos. La caridad multiplica los carismas, hace que el carisma de uno sea el carisma de todos.

Francisco


Fotos: Vatican Media, 20-11-2024

Zachary King, ex satanista que vendió su alma al diablo a los 13 años, se convirtió en un encuentro con la Virgen María que le dijo «tu trabajo es ayudarme a poner fin al aborto»


Zachary King

* «¡Y en ese instante María apareció! Me cogió de la mano, me sonrió tiernamente y me dio la vuelta. ¡Jesús estaba de pie detrás de mí! En ese instante supe que todo lo que es católico es verdad. Supe que mi satanismo y mi brujería eran falsos, y tenía que pararlos. Supe que Jesús es mi Señor y Salvador»

Vídeo de H.M. Televisión en el que Zachary King cuenta su testimonio de conversión

* «No puedes vender tu alma. Dios murió por ti. Jesús pagó el precio por tu alma. No puedes venderla, prestarla, darla… Lo que puedes hacer es dar tu voluntad al demonio. Y el demonio te mentirá porque, ¡oh, sorpresa!, es un mentiroso. La Biblia nos lo dice. Satanás afirmará que tiene tu alma. Pero tú solo tienes que confesarte para recuperarla otra vez. Tienes que devolver tu voluntad a Dios»

Camino Católico.-   «Con trece años firmé un documento que decía: “La Sangre de Jesús lava todo pecado. Pero el mío no. Jesús murió por todos, pero por mí no”. En la página final, vendía mi alma al diablo». A los catorce años le consideraron preparado para participar en un maleficio de alto nivel. La «ofrenda» que se hacía al diablo a cambio de lo que se deseaba conseguir fue un aborto. Una mujer del grupo satánico había quedado embarazada voluntariamente con este fin, tras tener relaciones sexuales con menores del grupo.

Zachary King se convirtió tras un encuentro con la Virgen. María le dijo: «Tu trabajo es ayudarme a poner fin al aborto» y «ahora voy viajando por el mundo dando este mensaje y diciendo a la gente que Satanás es un idiota». Explica su testimonio en dos capítulos del programa “Cambio de agujas” de H.M. Televisión. Este es su historia sintetizada en primera persona:


«Me hicieron saber: Tu meta es el cielo y la mejor manera de conseguirlo es acercándote a Dios. Me quedó claro que debía dejar todo lo referente a la New Age (Nueva Era), el Reiki y a lo claramente satánico. Con la Madre bendita nada me detiene»

A los 11 años conocí el ocultismo y entré en un grupo de chicos de mi edad, era un aquelarre en Estados Unidos, y en ese grupo había una estancia con dulces, chocolates, videos, cigarros, alcohol, droga y demás. Podías comer a todas horas y tomar alcohol hasta quedar ebrio, cosas que en mi casa no me permitían. Sentí que ese era mi lugar. Podía ejercitar el sexo y, además, lo grababan.

Yo hacía de mago, de hechicero; me encantaba porque funcionaba. Me dijeron que ahora tenía que estar presente en un aborto. Yo no sabía lo que era, estuve presente, y luego me tocó hacer uno.

A los 13 me explicaron que si yo entregaba mi alma al demonio debía estar dispuesto a hacer de todo, pero también tenía que hacer ciertos trabajos, como viajar para hacer adeptos entre músicos de Rock, artistas, políticos de alto nivel… Mi vida tendría una duración de noventa o noventa y cinco años con todo lo deseado por mí. Pensé: “Tengo trece años, mucho por delante para hacer mi voluntad y conseguir todo lo que quiera”. No sabía siquiera si el infierno era real. Eso me convenció, así que firmé un documento que decía: “La Sangre de Jesús lava todo pecado, pero el mío no. Jesús murió por los pecados de todos, pero no por mí”. En la página final vendía mi alma al diablo. Firmé.

Algunas personas que firman este documento, al paso de los años, acaban suicidándose pues quieren huir de lo que han hecho.

Transgredí los Diez Mandamientos. Como era de religión bautista, me tocaba desestabilizar iglesias bautistas metiendo cizaña a través de la murmuración.

Con el tiempo, mi posición llegó a ser la de un Brujo de alto nivel (High Wizard), de los que no hay más de ocho en el mundo. En mi aquelarre particular yo había formado parte de la Iglesia Mundial de Satanás, y en ese aquelarre yo era el Brujo de más alto nivel. Un Brujo de ese nivel visita Hollywood, Los Ángeles, y lugares donde hay personas que quieren ser famosos, y les pregunta: “¿Qué estás dispuesto a hacer para ser famoso?”. La mayor parte contesta: “Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa”. Satanás quiere una disponibilidad total para arrastrar a sus víctimas por el lodo; te odia, no es tu amigo; te cobra los favores.

Yo me apunté porque lo quería todo: poder, conocimiento, coches, chicas… Quería pecar lo más que una persona fuera capaz de pecar. Pensé que pecar era equivalente a la diversión. Quería la cantidad más grande de dinero que pudiera tener, la casa más grande, el coche más lujoso, quería hacer lo que me diera la gana. Y Satanás parecía dispuesto a darme todo eso. El demonio era mi amo. Estaba logrando lo que él quiere, esclavizar sin que te des cuenta. Iba a los mercados y maldecía toda la comida que había allí.

Después de 6 ó 7 años piensas: “Ya no quiero hacer esto, pero ya me comprometí. No puedo parar. La única manera de salir es morir. Tendrás que suicidarte o que te mate alguien o morir de edad avanzada”.

Quiero decir, de paso, que es imposible vender tu alma al demonio, porque las almas las compró Jesús a precio de Sangre.

Un día planeé mi escapada, conduje fuera de la ciudad hasta que no tuve gasolina. Vendí mi coche y me dirigí a Canadá, pero me rechazaron en la frontera. Me casé y empecé a trabajar en una joyería en un centro comercial. Y tres meses después de casarme, en enero de 2008, en la joyería se me acercó una señora que quería comprar unos aretes, se los mostré, pero la cliente sacó un disco pequeño dorado. Yo no sabía qué era (era una medalla de la Virgen). Y luego dijo una cosa extraña: “La Madre bendita te llama a su ejército”. Pensé: “¿Quién será la Madre bendita?”. Le dije: “Me da igual lo que me des; no me puede hacer nada. Esta medalla milagrosa no le va a hacer nada al brujo de más alto nivel”.

Aprieto la medalla en mi puño. Me encuentro ante la Mujer, somos ella y yo, me cuenta mi vida, me dice que he destrozado más de cien iglesias, y esto procede del demonio; me dice varias cosas más y en todas repite “y esto procede del demonio”. 

Yo estoy aterrorizado, no sé qué hacer. Me gustaría correr, estoy flotando en el vacío, no estoy tocando el suelo. Quiero dejar caer la medalla. Estoy pensando que la mujer está haciendo magia y yo no tengo este poder. Y la cliente dice de nuevo: “La Madre bendita te llama a su ejército”. Y supe instantáneamente que se refería a las Madre de Dios. Una revelación extraña para un exbautista. 

¡Y en ese instante María apareció! Me cogió de la mano, me sonrió tiernamente y me dio la vuelta. ¡Jesús estaba de pie detrás de mí! En ese instante supe que todo lo que es católico es verdad. Supe que mi satanismo y mi brujería eran falsos, y tenía que pararlos. Supe que Jesús es mi Señor y Salvador, y que no había vendido mi alma al diablo a los 13 años. La Señora me dijo: “Tu trabajo es ayudarme a poner fin al aborto. Saca tu rosario y dale una patada a aquél, pero no le dejes cogerte; no te dejes engañar por sus juegos y sus trampas”. Luego supe que el aborto es la ofrenda más poderosa que se puede dar a Satanás.

Si eres católico sabes que debes dejar al demonio y correr hacia Dios, pero yo no lo sabía. Me hicieron saber: Tu meta es el cielo y la mejor manera de conseguirlo es acercándote a Dios. Me quedó claro que debía dejar todo lo referente a la New Age (Nueva Era), el Reiki y a lo claramente satánico. Con la Madre bendita nada me detiene.

Zachary King

Gabriel Hernán, seminarista: «Crecí entre maras y pandillas, algunos de estos jóvenes me veían cercano a la Iglesia y se acercaban a conversar conmigo y Dios me pide ser sacerdote para acompañar a estos jóvenes»


Gabriel Hernán Méndez es seminarista de Honduras que quiere ayudar a los jóvenes de su país cuando sea sacerdote a salir de las pandillas y la violencia

* «Cuando un joven entra en una pandilla no le dejan salir. Por eso es importante la creación de estos centros donde acoger a niños antes de que entren en estas organizaciones, enseñarles oficios que ocupen su mente… Lo primero que debemos tener claro los sacerdotes es el mensaje del Evangelio y cómo transmitirlo, anunciando a Jesucristo sin dejarse influenciar por ideologías que atacan a la sociedad. Al contrario, debe actuar como un pastor y buscar a las ovejas perdidas, que muchas veces no tienen a alguien que les muestre el camino. Con el auge de las redes sociales, existe el riesgo de que Cristo quede relegado y el predicador se ponga en el centro. Por ello, es fundamental que el sacerdote se prepare intelectualmente para dar razón de nuestra fe, no solo con oraciones, sino también con elocuencia en su enseñanza, tanto de palabra como de obra» 

Vídeo de la Fundación CARF en el que Gabriel Hernán Méndez cuenta sintetizado su testimonio

Camino Católico.-   Gabriel Hernán Méndez (Honduras, 1994) es un seminarista de 30 años, originario de san Pedro Sula, Honduras, que pertenece a la diócesis de Santa María de las Gracias y sueña con ayudar a los jóvenes de Honduras para que abandonen la violencia de las pandillas. Actualmente cursa el tercer año de Teología en la Universidad de Navarra y reside en el Seminario Internacional Bidasoa. Cuenta su testimonio de conversión y vocación en el portal de la Fundación CARF.

De la duda a la fe: el despertar espiritual

Aunque su familia no era religiosa, la influencia de su abuela, que le enseñó a rezar, fue decisiva. Sin embargo, en la adolescencia se alejó de la fe y dejó de asistir a la Misa, ya que los constantes cambios de domicilio y los intereses juveniles lo apartaron de la Iglesia. A pesar de ello, en su interior sentía una atracción por la fe que nunca llegó a desaparecer.

«En mi adolescencia, me alejé completamente de la Iglesia y de todo lo relacionado con la religión. Esto se debió fundamentalmente a los compromisos laborales de mis padres, que nos obligaban a mudarnos con frecuencia, lo que me impedía tener un lugar fijo donde asistir a Misa. Además, por mi edad, había otras cosas que captaban mi interés. Sin embargo, en el fondo, siempre me sentí atraído por las cosas de la Iglesia», cuenta Gabriel.

Años después, una religiosa lo invitó a una catequesis para recibir la Confirmación. Gabriel accedió, inicialmente motivado por la presencia de una compañera de clase que le gustaba, pero con el tiempo comenzó a involucrarse en actividades de la Iglesia. Al recibir el sacramento, el obispo le preguntó cómo iba a servir a una Iglesia pobre como la de Honduras, palabras que resonaron profundamente en él.


Gabriel Hernán Méndez entró en el seminario, luego salió, pero la llamada de Dios persistió y ahora desea ser ordenado presbitero

El proceso de discernimiento y de formación en el seminario de Honduras

Un seminarista, ahora sacerdote, lo invitó a encuentros de discernimiento vocacional dirigidos a jóvenes que graduados del Bachillerato y que desearan descubrir su vocación. A finales de 2013, Gabriel recibió la aceptación para ingresar en el seminario mayor Nuestra Señora de Suyapa en Tegucigalpa, donde inició su formación en 2014 con 19 años, aunque sin el apoyo de su familia.

«Fue una experiencia nueva para mí, ya que me fui sin el apoyo de mi familia, quienes, al no practicar la fe, no entendían mi decisión de ingresar en el seminario», señala. 

Una pausa en su formación presbiteral

Después de terminar Filosofía (2017) diversas circunstancias le llevaron a poner una pausa en su formación presbiteral y regresar a casa. Comenzó a trabajar en un grupo de empresas dedicadas al comercio, lo cual representó un nuevo reto para él, ya que tuvo que adaptarse a otro estilo de vida y al ambiente laboral. 

«Aquí debo mencionar a una persona que Dios puso en mi camino: Magdalena Méndez, la dueña del grupo de empresas. Ella confió en mí y me dio el empleo a pesar de no tener experiencia alguna», apunta Gabriel.

Una llamada a la vocación como sacerdote que persiste

Con el tiempo, fue ascendiendo en la empresa y un día le propusieron ser Gerente General y representante legal de la empresa. Laboral y financieramente le iba muy bien; había logrado muchas cosas que nunca imaginó. Sin embargo, a pesar de todo, siempre seguía resonando en su cabeza la idea de ser sacerdote: «había como un vacío en mi interior», confiesa este joven de Honduras. 

En todo este tiempo mantuvo comunicación con su director espiritual. Posteriormente, él fue nombrado obispo de una nueva diócesis en Honduras y le invitó a una experiencia en una parroquia de su diócesis para ayudarle en su proceso de discernimiento. 


«En enero de 2023, renuncié a mi trabajo y me trasladé al santuario san Matías Apóstol, en La Campa, Lempira (Honduras) -en la imagen superior- donde me acompañó el padre Rubén Gómez. Estando allí, surgió la oportunidad de venir a España a un seminario internacional, el de Bidasoa. El obispo me hizo la propuesta, la cual acepté, y en agosto de 2023 llegué a Pamplona, donde retomé mi formación y estudios con miras a la ordenación presbiteral».

Una misión: ayudar a los jóvenes atrapados en la violencia de pandillas

En todo este tiempo Gabriel no dejó nunca de rezar ni de pedir a Dios qué quería para su vida. «Yo crecí entre maras y pandillas. Honduras es un país con mucha violencia donde los chicos jóvenes se unen a pandillas violentas. Algunos de estos jóvenes me veían cercano a la Iglesia y se acercaban a conversar conmigo. Para acompañar a estos jóvenes pensé: creo que Dios me pide ser sacerdote. Desde mi ejemplo de vida quizás pueda arrastrar a estos jóvenes a otra forma de vida y que descubran que no solo la mara o la pandilla es la única salida», relata con emoción. 

Se entristece cuando piensa que algunos de sus compañeros no han finalizado el Bachillerato, porque se han introducido en el violento mundo de las pandillas. «Mi ciudad, san Pedro Sula, está marcada por las pandillas y las maras, y muchos jóvenes no ven otra salida que meterse allí porque ven el grupo como una familia, la que no han encontrado en sus casas. Sufren de carencias afectivas y vacíos familiares», se lamenta. 

Su deseo: ser un sacerdote que ayude a estos jóvenes 

Gabriel aspira a ser un sacerdote comprometido, en primer lugar, en el terreno espiritual, evangelizando, y transmitiendo el amor que Dios les tiene a todos estos jóvenes. Y, en segundo lugar, apoyando la creación de centros de rehabilitación: «Cuando un joven entra en una pandilla no le dejan salir. Por eso es importante la creación de estos centros donde acoger a niños antes de que entren en estas organizaciones, enseñarles oficios que ocupen su mente». 

En esta misión, Gabriel agradece la labor de la Iglesia que cuenta con centros y congregaciones religiosas dedicadas a trabajar con jóvenes en riesgo social. Sin embargo, el trabajo se complica porque, para muchos de estos jóvenes, las pandillas representan la única salida viable. Además, el Gobierno muestra un gran desinterés por abordar este problema. 


Gabriel Hernán Méndez tiene claro que el sacerdote debe predicar tanto de palabra como de obra para que su testimonio sea coherente

El problema de las sectas y la falta de sacerdotes 

Otro de los problemas que vive Honduras es la influencia de las sectas: «hoy en día los católicos ya no somos mayoría en un país que tradicionalmente ha sido católico. Los jóvenes se sienten más atraídos por estas sectas, ya que en los barrios hay una en cada calle, mientras que las iglesias católicas son escasas, con solo una por barrio. Además, el sacerdote muchas veces no puede llegar ni una vez al mes, ya que tiene que atender 50 templos más», se lamenta. 

Con este gran desafío que tiene Gabriel pide oraciones a todos para llegar a ser un buen sacerdote: «lo primero que debemos tener claro los sacerdotes es el mensaje del Evangelio y cómo transmitirlo, anunciando a Jesucristo sin dejarse influenciar por ideologías que atacan a la sociedad. Al contrario, debe actuar como un pastor y buscar a las ovejas perdidas, que muchas veces no tienen a alguien que les muestre el camino». 

«Se predica a Cristo, no a uno mismo» 

Además, para Gabriel, un sacerdote del siglo XXI debe recordar que se predica a Cristo y no a uno mismo. «Con el auge de las redes sociales, existe el riesgo de que Cristo quede relegado y el predicador se ponga en el centro. Por ello, es fundamental que el sacerdote se prepare intelectualmente para dar razón de nuestra fe, no solo con oraciones, sino también con elocuencia en su enseñanza, tanto de palabra como de obra». 

En toda esta tarea, agradece a la Fundación CARF el apoyo que recibe para formarse más y mejor. «Hacen falta sacerdotes bien formados porque en este mundo, con tanta ideología, tenemos que dar razones de nuestra fe, para asentar las bases de una nueva evangelización y así contribuir al nuevo resurgimiento de la Iglesia».