Un día, sin embargo, escuchó por azar en la radio una canción sobre el amor de Dios, que cambió su vida:"Cuando tuve esa experiencia me enamoré de un Dios que se deja encontrar, que pone en nuestro corazón el deseo de buscarlo y amarlo. Mi refugio estuvo en las Sagradas Escrituras: Dios prepara mi corazón para cualquier problema", dijo, y citó Isaías 49, 15 como expresión de ese amor divino:"¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré". Su madre padecía convulsiones, no podía andar, no creía en Dios. La llevó a un encuentro de sanación, y volvió caminando. Su existencia dio un giro, como la de su hija.
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*COMENTARIO:* Padre, ¿no hay palabras de más consuelo para esa pregunta de
la tristeza?
*RESPUESTA MÍA:* La respuesta es que Dios es la alegría y la f...
Hace 2 meses
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