2 de diciembre de 2020.- (Camino Católico) Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 1ª semana de Adviento, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Mateo 15, 29-37:
En aquel tiempo, Jesús se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies, y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».
Los discípulos le dijeron:
«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».
Jesús les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete y algunos peces».
Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.
* «Apareció mi tía por el hospital con un matrimonio amigo suyo y me invitaron a una convivencia de inicio de curso para catequistas, un sitio —pensaba yo— que no me correspondía, pero mi tía estaba empeñada en que fuera con aquel matrimonio a escuchar, y allí que fui. El sitio en concreto estaba en Castellón, un seminario a 250 kilómetros de mi casa. Y allí el Señor empezó a hablarme personalmente: aquellas catequesis y la palabra de Dios no eran «historietas», empezaba a ver mi vida en todo aquello, era Cristo que me hablaba a mí personalmente. Yo estaba conmocionado y no me venían más que ganas de llorar, pero era feliz, estaba listo para que el Señor comenzara a cambiar mi vida —una vida vacía— y descubrirme el secreto de la VIDA, la vida que te hacer salir del profundo egoísmo y que te hace ver al otro»
Vídeo del testimonio de Ricasrdo Pareja transmitido en directo por el Camino Neocatecumenal Internacional el 23 de noviembre de 2020
Camino Católico.- Ricardo Pareja Meseguer vive su fe en el Camino Neocatecumenal, evangelizador en las redes sociales y en la web Imágenes Religiosas, donde da testimonio de su conversión al Señor en primera persona, actualmente está felizmente casado y es padre de nueve hijos, entre ellos su hija mayor, Miriam Pareja Álvarez, que también ha contado su conversión. Sin embargo, Ricardo, en los años 80, era un «punky» drogadicto, que no quería saber nada de Dios. Su tía rezaba por él y Ricardo continuaba entregado a su vida desenfrenada. Un día, unos neonazis lo apalearon brutalmente y Dios lo atrajo hacia sí estando en el hospital sirviéndose de su tía que le propuso ir a una convivencia y decidió asistir. Ahí en es encuentro es donde el Señor le estaba esperando para iniciar su transformación.
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El Pontífice explica que “El corazón de la misión de la Iglesia es la oración… Cada vez que leemos un pequeño pasaje del Evangelio escuchamos a Jesús que nos habla. Conversamos con Jesús. Escuchamos a Jesús y respondemos. Y esto es la oración. Orando cambiamos la realidad. Y cambiamos nuestros corazones”. El texto completo de las palabras de Francisco en “el Video del Papa” es el siguiente:
El corazón de la misión de la Iglesia es la oración.
La oración es la llave para que podamos entrar en un diálogo con el Padre.
Cada vez que leemos un pequeño pasaje del Evangelio escuchamos a Jesús que nos habla. Conversamos con Jesús. Escuchamos a Jesús y respondemos. Y esto es la oración.
Orando cambiamos la realidad. Y cambiamos nuestros corazones. Nuestro corazón cambia cuando ora. Podemos hacer muchas cosas, pero sin oración no funciona.
Recemos para que nuestra relación con Jesucristo se alimente de la Palabra de Dios y de una vida de oración.
En silencio, todos, cada uno reza con su corazón.
Francisco
Evangelio: San Lucas 10, 21-24:
En aquella hora Jesús se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me lo ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».
* «Las estratificaciones de nuestra sociedad sólo se hicieron más evidentes a medida que la pandemia progresaba. Si son los más vulnerables quienes sufren -y lo son- nos vemos obligados a enfrentarnos a nuestros fallos para proteger»
Evangelio: San Mateo 4, 18-22:
En aquel tiempo, pasando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Camino Católico.- La meditación la realiza Arturo López Martos, laico casado y padre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, quien medita sobre para poner por obra el evangelio es esencial basar la propia vida en amar a Dios sobre todas la cosas, para manteniendo el corazón abierto acoger su amor, sentirse amado por Él y poder amar a los demás como el Señor nos ama.
Debemos construir la vida sobre el fundamento del amor que es Dios mismo. Dios nos da nuevas fuerzas cada día si le abrimos el corazón y nos regala todo: cuanto tenemos, somos y pensamos. Si amamos como Dios nos ama crecemos en el amor. Seremos sanados por Dios, sí gastamos la vida amando a los demás. Arturo López también participa de las reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta enseñanza, el lunes 7 de octubre de 2013.