3 de febrero de 2022.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, jueves de la 4ª semana de Tiempo Ordinario, San Blas, obispo y mártir, presidida por el P. Heliodoro Mira, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Marcos 6, 7-13:
En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y decía:
«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
* «Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder»
Evangelio: San Lucas 2, 22-32:
Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
1 de febrero de 2022.- (Camino Católico) “Recemos por las mujeres religiosas y consagradas, agradeciéndoles su misión y valentía, para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos del tiempo actual”, pide el Santo Padre en el “Video del Papa” del mes de febrero de 2022.
El Pontífice explica que “Animo a todas las consagradas a discernir y a elegir lo que conviene para su misión frente a los desafíos del mundo que estamos viviendo. Las exhorto a seguir trabajando y hacer incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados por los traficantes; especialmente les pido que hagan incidencia en esto”. El texto completo de las palabras de Francisco en “el Video del Papa” es el siguiente:
Este mes, rezaremos de manera especial por las mujeres religiosas, las mujeres consagradas.
¿Qué sería la Iglesia sin las religiosas y laicas consagradas? No se puede entender la Iglesia sin ellas.
Animo a todas las consagradas a discernir y a elegir lo que conviene para su misión frente a los desafíos del mundo que estamos viviendo.
Las exhorto a seguir trabajando y hacer incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados por los traficantes; especialmente les pido que hagan incidencia en esto.
Y recemos para que puedan ellas mostrar la belleza del amor y la compasión de Dios como catequistas, teólogas, acompañantes espirituales.
Las invito a luchar cuando, en algunos casos, son injustamente tratadas, incluso dentro de la Iglesia; cuando su servicio que es tan grande se lo reduce a servidumbre. Y a veces por hombres de la Iglesia.
No se desanimen. Sigan dando a conocer la bondad de Dios a través de las obras apostólicas que hacen. Pero sobre todo a través del testimonio de consagración.
Recemos por las mujeres religiosas y consagradas, agradeciéndoles su misión y valentía, para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos del tiempo actual.
Gracias por lo que son, por lo que hacen y por cómo lo hacen.
Francisco
Evangelio: San Marcos 5, 21-43:
En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al mar.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».
Se fue con él, y loo seguía mucha gente que lo apretujaba.
Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: «Con sólo tocarle el vestido curaré».
Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:
«¿Quién me ha tocado el manto?».
Los discípulos le contestaban:
«Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”».
Él seguía mirando alrededor, para ver quién había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad.
Él le dice:
«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
«No temas; basta que tengas fe».
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
«¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).
La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.
Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.