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lunes, 9 de septiembre de 2024

A Erica María Castaño le disparó su novio, quedó parapléjica y ha ganado una medalla de oro en los Paralímpicos de París: «Puse mi vida en las manos de Dios al que amo y conozco. Sus planes son perfectos»


La deportista colombiana Erica María Castaño Salazar ha conquistado el podio olímpico al ganar la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de París 2024 / Foto: Comité Paralímpico Colombiano

* «Cuando aprendí a amarme, a aceptarme y a quererme, ya ningún hombre viene a mi vida a pisotearme. Uno no tiene por qué menospreciarse, no valorarse, no amarse. Cuando uno se acerca a Dios realmente, Dios te devuelve esa verdadera identidad y hace que tú te ames. El que conoce a Dios conoce el amor, porque Dios es amor. Entonces cómo no nos vamos a amar nosotros mismos si somos una creación de ese ser que es solo amor. Ahí es cuando uno realmente entiende y no permite que nadie lo pisotee, que nadie le toque un pelo, porque fuimos creados para cosas más lindas. Qué rico que las mujeres entendieran que hay que poner límites, que no hay que permitir que los hombres nos maltraten»

Camino Católico.- La deportista colombiana Erica María Castaño Salazar ha conquistado el podio olímpico al ganar la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de París 2024. Su historia de vida es un inspirador testimonio de perseverancia y nos muestra que “los planes de Dios son perfectos”.

Este 30 de agosto, Erica ganó la presea dorada en Para atletismo en lanzamiento de disco F55 Femenino, una categoría especial para atletas que tienen movimiento limitado en las piernas o ausencia de extremidades.

En una entrevista con el Comité Paralímpico Colombiano, Erica señala que este logro fue gracias a Dios, luego del doloroso resultado de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, donde, a pesar de ir decidida a ganar el oro, solo alcanzó el cuarto puesto.

“Primero darle la gloria, la honra a Dios, porque fue Él el que me permitió estar hoy acá. Tokio fue un resultado que me destrozó por completo, pero yo digo que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta en todo tiempo, y tenía que ser hoy, ahora, Él lo prometió y así lo está cumpliendo en mi vida, y estoy muy feliz por eso”.

Erica indica que estos tres años luego de la derrota en los anteriores paralímpicos han sido momentos de desafío, pero resaltó que los planes de Dios son perfectos.

“Fueron tres años en donde me tocó desafiarme a mí misma, a obligarme a veces a hacer cosas que no quería, pues a pedirle a Dios que me mostrara por qué tenía que vivir hace tres años lo que me tocó, pero yo creo que los planes de Dios son perfectos y muestra de ello es estar hoy aquí en París, con la medalla, alzarme con la medalla de oro y pues, es que no tengo palabras”.

Erica agradeció a su madre, Carmen, y a su esposo, Felipe, por su apoyo y su compañía en estos momentos de lucha.

“A mi mami Carmen, a mi esposo Felipe, decirles que son los dos más grandes amores de mi vida, definitivamente Dios es demasiado bueno conmigo al prestármelos a los dos todo el tiempo, si no es el uno, es el otro, que todo el tiempo están ahí: ‘hey hey hágale’, y yo creo que por ellos dos estoy, primero por Dios y por ellos dos, estoy hoy acá dando los resultados que di”.

Erica nació en Medellín, Colombia, el 9 de octubre de 1985. Creció en el barrio Alfonso López en compañía de sus dos hermanos, su mamá y su papá Carlos Augusto Castaño, quien falleció hace 16 años dejando una familia unida y llena de amor, preparada para superar las pruebas que la vida tendría para ellos más adelante.


Erica María Castaño Salazar, medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de París 2024 / Foto: Comité Paralímpico Colombiano

Un disparo que le cambió la vida y la sanación de Dios

A mediados del año 2008, Carlos Roosvelt, su hermano mayor, fue víctima de una bala perdida que lo dejó cuadripléjico. Tras su salida del hospital, fue ella quien se encargó de bañarlo, arreglarlo, cuidarlo y mimarlo, pues sus imponentes 186 centímetros de estatura le daban la posibilidad de moverlo con mayor facilidad y apoyarlo en este proceso. Todo esto sin imaginar que pocos meses después ella estaría en una situación similar. En ese momento Erica estudiaba Derecho en la Universidad Autónoma de Medellín, apoyaba a su mamá, Carmen Salazar, en las labores del hogar y su hermano mayor en la recuperación. 

Pero el 8 de diciembre de 2008, ocurrió un hecho del que ella poco ha hablado públicamente y que hoy quiere dar a conocer porque sabe que su mensaje puede ser la señal o el salvavidas que muchas mujeres están esperando; además, su corazón ya sanó y cuenta con mayor sabiduría para transmitir sus palabras.

Ese día estaba en casa de su novio y por razones que ya ni recuerda, empezaron a discutir, lo que se había vuelto muy frecuente porque la relación estaba en un punto en el que, hasta lo más mínimo, era motivo de pelea. Él coleccionaba armas y en medio de su enojo, tomó una de éstas y empezó a disparar, con tan mala suerte que uno de los proyectiles impactó en la espalda de Erica y se alojó en su médula causándole una paraplejia de miembros inferiores. Ella cayó al piso y de inmediato supo que no podría caminar, pues su hermano ya le había contado lo que se sentía en ese instante:

“Al principio esto me confrontaba mucho, entonces yo no hablaba de este asunto. En ese momento yo no conocía tanto de Dios y por eso decía que había sido una bala perdida, para que los curiosos no preguntaran mucho y así yo no entraba en una confrontación espiritual y emocional” explica en una entrevista con la Revista ImPARAbles.

Con el tiempo se acercó más a Dios y sin dudarlo dice que fue gracias a su fe que ha logrado salir adelante. Ahora conoce su propósito y confía en que está en el lugar indicado para cumplirlo: “Lo primero fue haber puesto mi vida en las manos de Dios, llegó un punto en el que yo pensé que me iba a enloquecer sin hacer nada y le dije ‘haz de mi vida lo que tú quieras’ y ahí llegué al Para atletismo. Ahora amo a Dios, conozco a Dios y me encanta hacer lo que él quiera que yo haga con mi vida”.

Erica tiene la convicción de que esta fe la llevó a la aceptación y la paz interna: “gracias a Dios ya superé esta situación y no siento rencor con la persona que hizo esto, aun así, me daba mucha pena tocar este tema, pero ahora lo hago para que las mujeres vean y se concienticen de que uno no puede permitir ese tipo de cosas ni esa falta de respeto”.


Erica María Castaño Salazar / Foto:@mindeportecol, Instagram

“El que conoce a Dios conoce el amor, porque Dios es amor”

Por situaciones como la de ella, ahora más que nunca, es necesario que mensajes como los de Erica lleguen a más personas:

“Yo creo que Dios me puso en esto porque soy yo la que debe llevar este mensaje. La gente cree en mí y me he esforzado por salir adelante en medio de mi discapacidad, sé que no soy la única y que hay muchas víctimas de este tipo de violencia, entonces esto es una voz de aliento que quiero darle a otras mujeres que han pasado por lo mismo o que están en la misma condición, porque conozco muchas mujeres que ahora tienen una discapacidad por situaciones similares.” Teniendo claro que dentro de su propósito es llevar este importante mensaje a más mujeres alrededor del mundo, estos son algunos mensajes claves que Erica Castaño desea compartir con el objetivo de evitar más casos como el de ella.

“El amor propio es fundamental. Yo buscaba en otra persona lo que yo no tenía en mi corazón, pero ese es el mensaje que puedo dejarle a muchas mujeres que ahora están viviendo el mismo maltrato y la misma violencia, el mismo desamor. Eso a veces también lo mata a uno. Cuando aprendí a amarme, a aceptarme y a quererme, ya ningún hombre viene a mi vida a pisotearme. Uno no tiene por qué menospreciarse, no valorarse, no amarse. Cuando uno se acerca a Dios realmente, Dios te devuelve esa verdadera identidad y hace que tú te ames”, asegura Erica.

Además pone al Señor en el centro: “El que conoce a Dios conoce el amor, porque Dios es amor. Entonces cómo no nos vamos a amar nosotros mismos si somos una creación de ese ser que es solo amor. Ahí es cuando uno realmente entiende y no permite que nadie lo pisotee, que nadie le toque un pelo, porque fuimos creados para cosas más lindas. Qué rico que las mujeres entendieran que hay que poner límites, que no hay que permitir que los hombres nos maltraten. Eso también lo deberían entender los hombres que son víctimas de mujeres agresivas. Si están siendo víctima de algún abuso o alguna violencia, apártense de ahí, porque si Dios no entra en el corazón de las dos personas ahí no va a pasar nada bueno. En el mejor de los casos terminan como yo. No se den mala vida”.

Actualmente Erica vive en Cali y cursa una especialización en Marketing Deportivo. Esta ciudad le ha dado todo a nivel deportivo; además, allí conoció al amor de su vida y ya lleva 5 años de matrimonio. Felipe Ortiz, su esposo, también es Para atleta y comparte con Erica la pasión por el lanzamiento, ahora construyen juntos una historia de vida en la que el respeto, el amor y el deporte son protagonistas.

A lo largo de su trayectoria deportiva, Erica ha logrado 4 medallas en campeonatos mundiales y ganó la medalla de oro en lanzamiento de jabalina en los Juegos Parapanamericanos de Santiago 2023.

Raquel Blaya, cayó en depresión, se medicó con homeopatía, consultó cartas astrales, los masajes energéticos… y constató que si el demonio existe, Dios también existe


* «Yo estaba metida en todo este ambiente de energías y a los cuarenta años yo no creía en Dios ni en el demonio. Un día una amiga que me había tratado en varias ocasiones me confesó que le estaban haciendo exorcismos porque estaba poseída. Esta revelación me dejó paralizada y en un momento de gracia, entendí que existía el demonio y que si existía el demonio también existía Dios. Entendí entonces que yo llevaba muchos años equivocada, ofendiendo gravemente a quien me había creado, a quien me amaba y sufría por mí. En ese mismo instante decidí que si había dos bandos, yo quería estar en el grupo de los buenos»

Camino Católico.- Raquel Blaya vivió durante 35 años alejada de Dios. Su vida no era cómo ella la había imaginado, por lo que cayó en una gran depresión que comenzó a tratar con medicina homeopática. Después llegó el consultar cartas astrales, los masajes energéticos…Un día descubrió que una de sus «maestras» estaba poseída por el demonio y que asistía a exorcismos para ser liberada. Raquel comprendió que, si el demonio existe, Dios también debía de existir. Raquel Blaya explica su testimonio de conversión en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. Televisión, que se visualiza y escucha en el video.

Raquel Blaya Andreu es profesora de latín en un instituto y desde 2011 es una entusiasta evangelizadora callejera con el grupo Kerygma, de la diócesis de Alcalá, y una de las promotoras de Arde Complutum, la escuela de evangelización veraniega de esta diócesis.

Pero durante muchos años Raquel estuvo muy alejada de la fe católica, decidió que Dios no existía y se enmarañó en el mundo de la Nueva Era, las «energías» y otras espiritualidades vaporosas… y de pago. Empezó a salir de allí por dos razones. Por un lado, reflexionó sobre la existencia del mal y lo preternatural. Por el otro, conoció la alegría de la alabanza al estilo carismático.

Familia de misa dominical

«En mi familia había una fe tradicional»,recuerda Raquel. «Íbamos los domingos a misa, pero en casa no se hablaba de Dios. Mi madre rezaba mucho por todos nosotros y especialmente por mí, cuando empecé mi adolescencia».

«Cuando yo tenía 15 años se murió Franco y entró la democracia en España. En ambientes estudiantiles hablábamos de Dios y de su existencia y casi siempre llegábamos a la conclusión de que Dios no existía. La religión católica era algo que se asociaba al régimen anterior y muchos jóvenes nos alejamos de la fe, porque no teníamos una fe muy firme», recuerda.

Aunque había recibido una educación religiosa y había ido a varios colegios de monjas, «en la adolescencia me volví rebelde y bastante soberbia».

Depresión y New Age

«Cumplidos los treinta, tuve una depresión que me duró varios años y cuando estaba saliendo de ella, encontré apoyo en las terapias alternativas, tipo New Age, pero allí nada era gratis. Pagabas cada consulta, cada curso y cada sesión terapéutica. Lo que yo buscaba era recuperar la salud, la paz, el control sobre mí misma. Unos te iban llevando a otros y unos eran más fiables que otros,pero siempre necesitabas una consulta más, un curso más, una sesión más. Nada te llenaba». 

¿Qué fallaba en este mundo New Age? «Hoy veo que todas esas terapias se centran en uno mismo. Te conviertes en el centro de tu vida: ejercicios, dietas, estética, imagen personal… y crees que no necesitas a Dios», avisa Raquel.

«Me están haciendo exorcismos», dijo una amiga

«Yo estaba metida en todo este ambiente de energías y a los cuarenta años yo no creía en Dios ni en el demonio. Un día una amiga que me había tratado en varias ocasiones me confesó que le estaban haciendo exorcismos porque estaba poseída. Esta revelación me dejó paralizada y en un momento de gracia, entendí que existía el demonio y que si existía el demonio también existía Dios. Entendí entonces que yo llevaba muchos años equivocada, ofendiendo gravemente a quien me había creado, a quien me amaba y sufría por mí. En ese mismo instante decidí que si había dos bandos, yo quería estar en el grupo de los buenos».

Aquel fue el momento clave en el que inició su vida de vuelta a la Iglesia. «Desde entonces sigo en ella, intentando servir a Dios, amándole y queriendo desagraviarlo por todas las ofensas, ultrajes y sacrilegios con que le ofendemos cada día».

Una confesión… y descubrir la alabanza 

En esa fase Raquel conoció a un sacerdote que le confesó y después la llevó a la Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica (www.rcc-es.org), el gran encuentro anual de oración, música y alabanza que se celebra cada verano en Madrid con miles de personas de toda España, abierto a todo el mundo.

A ella siempre le había gustado la música, y el estilo carismático, muy alegre y musical, le consolidó en la Iglesia. «Me encantó ese modo de orar, cantando, alabando a Dios con todo el cuerpo, por fuera y por dentro. La Renovación me ayudó mucho a acercarme a Dios y estuve en varios grupos carismáticos de la diócesis de Alcalá».

Con los años sentía que Dios trabajaba en sus sentimientos. «Me ha hecho experimentar su amor por mí y también por los demás, especialmente por los más pobres, por los que se han perdido y todavía no le han encontrado. Poco a poco he ido conociendo a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, a la Virgen María y a los Santos. Vivir como Dios quiere no es difícil ni complicado. Lo difícil es renunciar a uno mismo para poner a Dios en el centro».

Evangelizar en la calle…

En 2011, en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, conoció al grupo Kerygma de evangelización callejera. «Me caían bien, pero no quería ir con ellos porque sabía que salían a la calle a evangelizar y yo no quería salir a la calle de ninguna de las maneras. Pero empecé a ir a sus oraciones y después a las evangelizaciones. Un día me propusieron salir a la calle y acepté». 

¿Cómo fue esa primera experiencia de hablar de Dios a desconocidos en la calle?

«Fue en Madrid, en la iglesia de San Ildefonso, en pleno centro de Malasaña. Paramos a mucha gente, pero nadie nos hacía caso. Yo sabía que estaban equivocados, que Dios sí existía y que los amaba, que sufría porque se hubiesen alejado de Él. En un momento determinado, viendo a todas aquellas personas, entendí que el Señor me preguntaba si quería ayudarle, porque había mucho trabajo por hacer. Interiormente le dije que sí y desde entonces salgo a la calle cada vez que toca, consciente de mi pobreza y de mi torpeza, pero confiada en su Misericordia. Creo que se lo debo».

Después de años con el grupo Kerygma y unas cien experiencias de evangelización callejera aún sigue poniéndose nerviosa, y también sus compañeros, pero perseveran. «Muchas tentaciones nos sugieren quedarnos en casa, no insistir, que no sirve para mucho, que es mejor no molestar a la gente…» Saben, por otra parte, que la Virgen les ayuda. «Cuando hay una evangelización y se prevén lluvias, le pedimos a María que no llueva durante la evangelización y siempre nos lo ha concedido. Es uno de sus regalos», comenta.

Lo que se aprende saliendo a la calle 

En este tiempo ha aprendido 3 cosas: 

1) «Que Jesús está en la Eucaristía,  vivo,  y que actúa cuando alguien se presenta ante Él. En las evangelizaciones se nota mucho la presencia de Dios. Y le agrada lo que hacemos. Siempre nos regala su alegría».

2) «Que nosotros, los que salimos a la calle, somos solo unos instrumentos y que estos instrumentos mejoran cuanto más dóciles son al Espíritu Santo».

3) «Que evangelizar asiduamente te cambia la vida, porque Jesús necesita que seamos totalmente de Él. Cuando dejas una pequeña parte de tu vida cerrada a Cristo, el Enemigo aprovecha para entrar y tumbarte. Jesús nos fortalece purificándonos, permitiendo pruebas en nuestra vida para que dejemos que Él crezca y nosotros disminuyamos».

Y hay momentos de alegría desbordante.

«La experiencia más alegre es cuando ves la mano de Dios sobre una persona, que estaba alejada y que, frente a Jesús, se rompe, abre su corazón y empieza a llorar. Y la alegría ya se desborda cuando ves que se acerca al sacramento de la confesión y se reconcilia con Jesús. Por cada vez que esto ocurre, merecen la pena todas las evangelizaciones que hacemos».

Ella, que pasó tantos años lejos de Dios, tiene un mensaje para los que se están pensando si vale la pena explorar la fe. 

«A los que están lejos de la fe les digo que no les dé vergüenza volver, que Jesús está vivo, que les quiere mucho y que siempre les está esperando. Que yo perdí a todos los amigos que tenía antes de mi conversión, pero que he encontrado a mucho más. Que  vivir con Dios es vivir de verdad. Lo demás son imitaciones».

Homilía del P. Carlos Martínez y lecturas de la Misa de hoy, lunes, Santa María de la Cabeza, 9-9-2024


9 de septiembre de 2024.- (
Camino Católico) Homilía del P. Carlos Martínez Oliveras y lecturas de la Santa Misa de hoy, lunes de la 23ª semana de Tiempo Ordinario, Santa María de la Cabeza, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, lunes, Santa María de la Cabeza, 9-9-2024


9 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes de la 23ª semana de Tiempo Ordinario, Santa María de la Cabeza, presidida por el P. Carlos Martínez Oliveras, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Palabra de Vida 9/9/2024: «Estaban al acecho para ver si curaba en sábado» / Por P. Jesús Higueras


Camino Católico
.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 9 de septiembre de 2024, lunes de la 23ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Lucas 6, 6-11:

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar.

Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.

Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.

Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada:

«Levántate y ponte ahí en medio».

Y, levantándose, se quedó en pie.

Jesús les dijo:

«Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?».

Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo:

«Extiende tu mano».

Él lo hizo y su mano quedó restablecida.

Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 9-9-2024


9 de septiembre de 2024.- (
Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Acércate a la escuela de la Virgen María, la Madre del Amor Hermoso. Te llevará a la intimidad con el Espíritu Santo / P. Carlos García Malo

 


domingo, 8 de septiembre de 2024

Papa Francisco en homilía en Papúa Nueva Guinea, 8-9-2024: «Lo más importante: abrirse a Dios, a los hermanos, al Evangelio y hacer de él la brújula de nuestra vida»


* «Pudiera ocurrirnos que nos encontremos apartados de la comunión y de la amistad con Dios y con los hermanos cuando, más que los oídos y la lengua, sea el corazón el que esté obstruido. Existe una sordera interior y un mutismo del corazón que dependen de todo aquello que nos encierra en nosotros mismos, que nos cierra a Dios, nos cierra a los demás: el egoísmo, la indiferencia, el miedo a arriesgarse e involucrarse, el resentimiento, el odio»


      

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa 

* «Dios responde con lo puesto, con la cercanía de Jesús. En su Hijo, Dios nos quiere mostrar sobre todo esto: que Él es el Dios cercano, el Dios compasivo, que cuida nuestra vida, que supera toda distancia. Y en el pasaje del Evangelio, en efecto, vemos cómo Jesús se dirige a esos territorios de las periferias saliendo de Judea para encontrarse con los paganos» 


8 de septiembre de 2024.-
(Camino Católico)  En la multitudinaria y colorida Misa que ha celebrado este domingo en el Sir John Guise Stadium de Port Moresby, en Papúa Nueva Guinea con una gran cantidad de asistentes con vestimentas tradicionales papuanas, el Papa Francisco destacó: “Esto es lo más importante: abrirse a Dios, abrirse a los hermanos, abrirse al Evangelio y hacer de él la brújula de nuestra vida”. “Abrámonos a Dios y a su Palabra —continua el Santo Padre— abrámonos al Evangelio, abrámonos a la fe de la Iglesia y, de esta manera, seremos capaces de comunicarnos entre nosotros y edificar una sociedad distinta, también aquí, en Papúa Nueva Guinea”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

Viaje apostólico a Papúa Nueva Guinea

SANTA MISA


HOMILÍA DEL SANTO PADRE


Estadio “Sir John Guise” (Port Moresby)

Domingo, 8 de septiembre de 2024


Las primeras palabras que nos dirige hoy el Señor son: «¡Sean fuertes, no teman!» (Is 35,4). El profeta Isaías lo dice a todos aquellos que tienen el corazón quebrantado. De este modo, anima e invita a su pueblo para que, aún en medio de las dificultades y los sufrimientos, levante la mirada hacia un horizonte de esperanza y de futuro. Les dice que Dios viene a salvar, que Él vendrá y en aquel día «se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos» (Is 35,5). 


Esta profecía se realiza en Jesús. En el relato de san Marcos, particularmente, se ponen en evidencia dos cosas: la lejanía del sordomudo y la cercanía de Jesús.



La lejanía del sordomudo. Este hombre se encontraba en una zona geográfica que, en el lenguaje actual, llamaríamos “periferia”. El territorio de la Decápolis se situaba al otro lado del Jordán y lejos de Jerusalén, que era el centro religioso. Pero ese hombre sordomudo experimentaba además otro tipo de lejanía; se encontraba lejos de Dios, estaba lejos de los hombres porque no tenía la posibilidad de comunicarse. Era sordo y por eso no podía escuchar a los demás, era mudo y a causa de ello no podía hablar con nadie. Este hombre era un marginado del mundo, estaba aislado, era un prisionero de su sordera y de su mudez y, por lo tanto, no podía abrirse para comunicarse con los demás.


Ahora bien, podemos leer esta condición de sordomudez en otro sentido, pues pudiera ocurrirnos que nos encontremos apartados de la comunión y de la amistad con Dios y con los hermanos cuando, más que los oídos y la lengua, sea el corazón el que esté obstruido. Existe una sordera interior y un mutismo del corazón que dependen de todo aquello que nos encierra en nosotros mismos, que nos cierra a Dios, nos cierra a los demás: el egoísmo, la indiferencia, el miedo a arriesgarse e involucrarse, el resentimiento, el odio, y la lista podría continuar. Todo esto nos aleja de Dios, nos aleja de los hermanos y también de nosotros mismos; y nos aleja de la alegría de vivir.


Hermanos y hermanas, ante esta lejanía, Dios responde con lo puesto, con la cercanía de Jesús. En su Hijo, Dios nos quiere mostrar sobre todo esto: que Él es el Dios cercano, el Dios compasivo, que cuida nuestra vida, que supera toda distancia. Y en el pasaje del Evangelio, en efecto, vemos cómo Jesús se dirige a esos territorios de las periferias saliendo de Judea para encontrarse con los paganos (cf. Mc 7,31).



Con su cercanía, Jesús sana la sordera, sana la mudez del hombre; en efecto, cuando nos sentimos alejados, y decidimos distanciarnos —de Dios, de los hermanos y de quienes son diferentes a nosotros—, entonces nos encerramos, nos atrincheramos en nosotros mismos y terminamos girando sólo entorno a nuestro yo, nos hacemos sordos a la Palabra de Dios y al grito del prójimo y, por lo tanto, incapaces de dialogar con Dios y con el prójimo.


Y ustedes hermanos y hermanas, que habitan en esta tierra tan lejana, tal vez tienen la impresión de estar separados, separados del Señor, separados de los hombres, y esto no es así, no: ¡ustedes están unidos, unidos en el Espíritu Santo, unidos en el Señor! Y el Señor dice a cada uno de ustedes: “Ábrete”. Esto es lo más importante: abrirse a Dios, abrirse a los hermanos, abrirse al Evangelio y hacer de él la brújula de nuestra vida.



También a ustedes hoy les dice el Señor: “¡Ánimo, no temas, pueblo papú! ¡Ábrete! Ábrete a la alegría del Evangelio, ábrete al encuentro con Dios, ábrete al amor de los hermanos”. Que ninguno de ustedes permanezca sordo y mudo frente a esta invitación. En este camino los acompaña el beato Juan Mazzucconi que, entre tantos inconvenientes y hostilidades, trajo a Cristo en medio de ustedes, para que ninguno quedara sordo frente al alegre mensaje de salvación, y a todos se les pudiera soltar la lengua para cantar el amor de Dios. Que así sea, hoy, también para ustedes.


Francisco

Foto: Vatican Media, 8-9-2024