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miércoles, 9 de octubre de 2024

Papa Francisco en la Audiencia, 9-10-2024: «La unidad de Pentecostés, la que hace posible el Espíritu Santo, se realiza poniendo en el centro a Cristo y no a nosotros mismos»

* «San Agustín explica la unidad realizada por el Espíritu Santo con una imagen que se ha convertido en clásica: ‘Lo que es el alma respecto al cuerpo del hombre, eso mismo es el Espíritu Santo respecto al cuerpo de Cristo que es la Iglesia’. Esta imagen nos ayuda a comprender una cosa importante. El Espíritu Santo no obra la unidad de la Iglesia desde el exterior, no se limita a ordenarnos que estemos unidos. Él mismo es el ‘vínculo de la unidad’. Él es quien realiza la unidad en la Iglesia»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

 * «Que el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario, constituya una preciosa oportunidad para valorizar esta tradicional oración mariana. Os exhorto a todos a rezar el Rosario todos los días, abandonándose confiadamente en las manos de María. A ella, madre solidaria, encomendamos el sufrimiento y el deseo de paz de las poblaciones que sufren la locura de la guerra, en particular de las martirizadas Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, Sudán»

9 de octubre de 2024.- (Camino Católico) La octava catequesis del Papa Francisco sobre su ciclo dedicado al “Espíritu Santo y la Iglesia” sirve para aclarar que el Espíritu trabaja por la unidad de la Iglesia:  “La unidad de Pentecostés, la que hace posible el Espíritu Santo, se realiza poniendo en el centro a Cristo y no a nosotros mismos…Por un lado, empuja a la Iglesia hacia el exterior, para que pueda acoger más y más personas y pueblos; por otro, la reúne en su interior para consolidar la unidad alcanzada. Le enseña a extenderse en la universalidad y a recogerse en la unidad” ha asegurado esta mañana Francisco, frente a más de 25.000 fieles presentes en la plaza de San Pedro, según la Gendarmería Vaticana. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro

Miércoles, 9 de octubre de 2024

Catequesis. El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza 8. «Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo» El Espíritu Santo en los Hechos de los Apóstoles


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


En nuestro itinerario de catequesis sobre el Espíritu Santo y la Iglesia, hoy nos referimos al libro de los Hechos de los Apóstoles.


El relato del descenso del Espíritu Santo en Pentecostés empieza con la descripción de algunos signos preparatorios - el viento impetuoso y las lenguas de fuego –, y encuentra su conclusión en la afirmación: «Y todos quedaron llenos de Espíritu Santo» (Hch 2,4). San Lucas – que escribió los Hechos de los Apóstoles – subraya que el Espíritu Santo es quien asegura la universalidad y la unidad de la Iglesia. El efecto inmediato del estar “llenos de Espíritu Santo” fue que los Apóstoles «empezaron a hablar en otras lenguas» y salieron del Cenáculo para anunciar a Jesucristo a la multitud (cf. Hch 2,4ss).



De este modo, Lucas quiso destacar la misión universal de la Iglesia como signo de una nueva unidad entre todos los pueblos. De dos maneras vemos que el Espíritu trabaja por la unidad: por un lado, empuja la Iglesia hacia el exterior, para que pueda acoger a cada vez más personas y pueblos; por otro, la reúne en su interior para consolidar la unidad alcanzada. Le enseña a extenderse en la universalidad y a recogerse en la unidad. Universal y una: este es el misterio de la Iglesia.


El primero de los dos movimientos -la universalidad- lo vemos en acto en el capítulo 10 de los Hechos de los Apóstoles, en el episodio de la conversión de Cornelio. El día de Pentecostés, los Apóstoles habían anunciado a Cristo a todos los judíos y a los observantes de la ley mosaica, cualquiera que fuera el pueblo al que pertenecieran. Fue necesario otro «Pentecostés», muy similar al primero, el de la casa del centurión Cornelio, para inducir a los Apóstoles a ampliar el horizonte y derribar la última barrera, la que separaba a judíos y paganos (cfr. Hch 10-11).


A esta expansión étnica se añade la geográfica. Pablo -leemos de nuevo en los Hechos de los Apóstoles (cfr. 16,6-10)- quiso proclamar el Evangelio en una nueva región de Asia Menor; pero, está escrito, «el Espíritu Santo se lo impidió»; quiso pasar a Bitinia «pero el Espíritu Santo no se lo permitió». Se descubre a continuación la razón de estas sorprendentes prohibiciones del Espíritu: la noche siguiente, el Apóstol recibe en sueños la orden de ir a Macedonia. El Evangelio salía así de su región natal, Asia, y entraba en Europa.


El segundo movimiento del Espíritu Santo -el que crea la unidad- lo vemos en acto en el capítulo 15 de los Hechos, en el desarrollo del llamado Concilio de Jerusalén. El problema planteado es cómo conseguir que la universalidad alcanzada no comprometa la unidad de la Iglesia. El Espíritu Santo no siempre obra la unidad de repente, con intervenciones milagrosas y decisivas, como en Pentecostés. También lo hace -en la mayoría de los casos- con un trabajo discreto, que respeta los tiempos y las diferencias humanas, pasando a través de las personas y las instituciones, la oración y la confrontación. De una forma, diríamos hoy, sinodal. Esto es lo que ocurrió, de hecho, en el Concilio de Jerusalén, para la cuestión de las obligaciones de la ley mosaica que debían imponerse a los conversos del paganismo. Su solución fue anunciada a toda la Iglesia con las palabras que conocen bien: «Fue el parecer del Espíritu Santo y el nuestro...» (Hch 15,28).


San Agustín explica la unidad realizada por el Espíritu Santo con una imagen que se ha convertido en clásica: «Lo que es el alma respecto al cuerpo del hombre, eso mismo es el Espíritu Santo respecto al cuerpo de Cristo que es la Iglesia»[1].



Esta imagen nos ayuda a comprender una cosa importante. El Espíritu Santo no obra la unidad de la Iglesia desde el exterior, no se limita a ordenarnos que estemos unidos. Él mismo es el «vínculo de la unidad». Él es quien realiza la unidad en la Iglesia.


Como siempre, concluimos con una idea que nos ayuda a pasar de la Iglesia en su conjunto a cada uno de nosotros. La unidad de la Iglesia es la unidad entre las personas, y no se consigue estableciendo un plan, sino en la vida. Se realiza en la vida. Todos queremos la unidad, todos la deseamos desde lo más profundo de nuestro corazón; sin embargo, es tan difícil de conseguir que, incluso dentro del matrimonio y de la familia, la unidad y la concordia son de las cosas más difíciles de alcanzar y aún más de mantener.


La razón es que cada uno quiere, sí, que se realice la unidad, pero en torno a su propio punto de vista, sin pensar que la otra persona que tiene enfrente piensa exactamente lo mismo sobre «su» punto de vista. Por este camino, la unidad no hace más que alejarse. La unidad de Pentecostés, según el Espíritu, se consigue si nos esforzamos por poner a Dios, y no a nosotros mismos, en el centro. La unidad de los cristianos también se construye así: no esperando que los demás se unan a nosotros allí donde estamos, sino avanzando juntos hacia Cristo.


Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a ser instrumentos de unidad y de paz.



Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:


En esta catequesis reflexionamos sobre el Espíritu Santo y la Iglesia en el libro de los Hechos de los Apóstoles. El autor de ese libro sagrado —que es el evangelista Lucas— destaca la misión universal de la Iglesia como signo de una nueva unidad entre todos los pueblos. Por tanto, se dan dos movimientos: la universalidad y la unidad. Por una parte, el Espíritu Santo impulsa a la Iglesia a abrir las puertas y salir para anunciar el Evangelio a todos, a todos sin distinción —es la universalidad— y, por otra parte, reúne a la comunidad íntimamente en torno a Cristo; es el “vínculo de unidad”.     


Sin embargo, sabemos que alcanzar y mantener la unidad en la Iglesia no es fácil, como sucede también en otros ámbitos. Si bien todos queremos la unidad de la Iglesia, es difícil de obtener, incluso a veces es difícil de mantener en una familia. Un punto de examen para ver por qué nos cuesta tanto es ver a quién ponemos en el centro. No olvidemos que la unidad de Pentecostés, es decir, la que hace posible el Espíritu Santo, se realiza poniendo en el centro a Cristo y no a nosotros mismos. Cuando en una familia cada uno de nosotros se pone al centro no funciona.


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. En este mes dedicado a las misiones —veo banderas uruguayas, argentinas, colombianas, ecuatorianas, mexicanas, a todos los saludo—, pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a renovar nuestro compromiso bautismal, y que sea Cristo la piedra angular de nuestras vidas, para ofrecer un testimonio alegre de la unidad y de la paz que Él nos da. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.


En otras lenguas el Santo Padre ha manifestado:

Por último, mi pensamiento se dirige a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. Que el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario, constituya una preciosa oportunidad para valorizar esta tradicional oración mariana. Os exhorto a todos a rezar el Rosario todos los días, abandonándose confiadamente en las manos de María. A ella, madre solidaria, encomendamos el sufrimiento y el deseo de paz de las poblaciones que sufren la locura de la guerra, en particular de las martirizadas Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, Sudán. ¡Mi bendición para todos!

Francisco

[1] Discursos, 267, 4.

Fotos: Vatican Media, 9-10-2024

Misterios Gloriosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 9-10-2024

9 de octubre de 2024.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy miércoles, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Homilía del P. Xabier Gómez García y lecturas de la Misa de hoy, miércoles de la 27ª semana de Tiempo Ordinario, 9-10-2024

9 de octubre de 2024.- (Camino Católico) Homilía del P. Xabier Gómez García, obispo electo de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat, y lecturas de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 27ª semana de Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, miércoles de la 27ª semana de Tiempo Ordinario, 9-10-2024

9 de octubre de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 27ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. Xabier Gómez García, obispo electo de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Palabra de Vida 9/10/2024: «Señor, enséñanos a orar» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 9 de octubre de 2024, miércoles de la 27ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Lucas 11, 1-4:

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo:

«Cuando oréis decid: ‘Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación’».

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 9-10-2024

9 de octubre de 2024.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Oración de San John Henry Newman para irradiar a Cristo y otra para pedirle por la conversión de los alejados de Dios

Camino Católico.- Cada 9 de octubre la Iglesia Católica celebra a San John Henry Newman (1801-1890), figura prominente del catolicismo británico, brillante teólogo y uno de los más celebrados conversos al catolicismo de los últimos siglos.

Nacido en Londres (Reino Unido) el 21 de febrero de 1801, fue primero presbítero de la Iglesia anglicana, hasta su conversión al catolicismo en 1845. Su amor y apertura a la verdad, así como la docilidad con la que se dejó conducir por el Espíritu Santo, lo impulsaron a dar tan grande paso. 


Como católico profundizó y contribuyó a la enseñanza de la Iglesia, gracias a su amplio conocimiento de la teología y a su mirada aguda sobre los tiempos modernos, mirada cimentada en el Evangelio. Fue elevado a la dignidad cardenalicia por decisión del Papa León XIII.

En su juventud estuvo vinculado al denominado Movimiento de Oxford, llegando a ser una de sus figuras más importantes. Dicho movimiento -integrado por destacados intelectuales vinculados a la no menos prestigiosa universidad- aspiraba a que la Iglesia de Inglaterra volviera a sus raíces, lo que derivó en posiciones teológicas cada vez más cercanas al catolicismo y en el consiguiente deseo de sus miembros de incorporarse a la Iglesia Católica.

Después de concluir sus estudios en el Trinity College de la Universidad de Oxford, Newman fue ordenado presbítero de la Iglesia anglicana el 29 de mayo de 1825. Fueron dos décadas las que estuvo al servicio de dicha Iglesia hasta que se produjo su conversión definitiva al catolicismo en el año 1845. Dos años más tarde recibiría la sagrada orden sacerdotal en la Iglesia Católica, el 30 de mayo de 1847.

Newman fue el fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra y desarrolló una prolífica obra: fue autor de 40 libros y 21 mil cartas.

Al ser creado cardenal en 1879 por León XIII, Newman tomó como lema “Cor ad cor loquitur” (El corazón habla al corazón) como expresión de su experiencia de conversión, que es una “vuelta a casa”, un viaje de retorno hacia lo más íntimo del corazón, allí donde reside Dios.  

El Cardenal Newman falleció en Edgbaston (Inglaterra), en 1890. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2010, gracias a la curación milagrosa del diácono Jack Sullivan, de Braintree, Massachusetts (EE.UU.), quien se recuperó de una dolencia en la columna vertebral que le impedía caminar.

El Papa Francisco lo canonizó el 13 de octubre de 2019, en virtud de la curación inmediata y definitiva de una mujer embarazada que sufrió de una profusa hemorragia interna. La hemorragia no pudo ser controlada por los médicos, pero se detuvo cuando la madre pidió la intercesión del santo -ella había visto recientemente el documental sobre la vida de John Henry Newman a través de EWTN-.

El bebé nació completamente sano y la madre quedó totalmente restablecida. 

San John Henry Newman es el patrono del Ordinario Personal de Nuestra Señora de Walsingham, y del Oratorio de Birmingham, Inglaterra, que es considerado su santuario. Sus restos reposan en el pequeño cementerio católico de Rednal, en la misma localidad (Birmingham).

El postulador de la causa de canonización del Cardenal Newman, P. Ignatius Harrison, señaló en el año 2019: “Newman fue una figura central dentro del Movimiento de Oxford en la Iglesia de Inglaterra, y esto lo ayudó a hacer su contribución teológica y espiritual única al catolicismo después de su conversión en 1845”.

Harrison añadió que el “largo peregrinaje espiritual de Newman ‘de las sombras y las imágenes a la verdad’ alienta a todos los cristianos a perseverar en su búsqueda de Dios por encima de todo… Su conversión al catolicismo es un claro ejemplo de cómo Dios usa todas las circunstancias de nuestras vidas para atraernos a sí mismo, a su propio buen tiempo y de muchas maneras diferentes”.

Invoquemos a San John Henry Newman con estas dos oraciones, una para irradiar a Cristo y otra para pedirle por la conversión de los alejados de Dios:

Oración de San John Henry Newman para irradiar a Cristo


Jesús mío: ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya;

inunda mi alma con tu espíritu y tu vida;
llena todo mi ser y toma de él posesión
de tal manera que mi vida no sea en adelante
sino una irradiación de la tuya.

Quédate en mi corazón en una unión tan íntima
que quienes tengan contacto conmigo
puedan sentir en mí tu presencia;
y que al mirarme olviden que yo existo
y no piensen sino en Ti.

Quédate conmigo.
Así podré convertirme en luz para los otros.
Esa luz, oh Jesús, vendrá toda de Ti;
ni uno solo de sus rayos será mío.

Te serviré apenas de instrumento
para que Tú ilumines a las almas a través de mí.

Déjame alabarte en la forma que te es más agradable:
llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras
en el camino de otras almas.

Déjame predicar tu nombre sin palabras…
Con mi ejemplo, con mi fuerza de atracción
con la sobrenatural influencia de mis obras,
con la fuerza evidente del amor que mi corazón siente por Ti.

San John Henry Newman



Oración a San John Henry Newman por la conversión de los alejados de Dios


Oh San John Henry Newman, ferviente buscador de la verdad divina e ilustre defensor de la fe, te invocamos con humildad en esta oración, llena de esperanza y devoción, por la conversión de todos los alejados de Dios y de su Iglesia santa.

Te pedimos, San John Henry Newman, que dirijas tu mirada compasiva hacia todos aquellos que han perdido su fe en Dios, especialmente por los ateos que transitan por la oscuridad de la incredulidad. Ruega ante el Creador para que la luz de la verdad pueda iluminar sus corazones y guiarlos de regreso al camino de la fe.

Intercede también, San John Henry Newman, por aquellos que han abandonado su creencia en Dios, aquellos cuyos corazones han sido endurecidos por el escepticismo y la indiferencia. Implora ante Dios para que, a través de Su gracia y amor misericordioso, puedan encontrar el camino de vuelta a Su abrazo amoroso.

Te pedimos que protejas y fortalezcas a la Santa Iglesia, que a menudo enfrenta ataques y desafíos en un mundo lleno de incredulidad y hostilidad. Que tu intercesión inspire a los fieles a defender su fe con valentía y amor, como lo hiciste tú mismo tras tu conversión.

Finalmente, te rogamos que, mediante tu poderosa intercesión, Dios conceda la conversión de aquellos que perpetúan el mal en el mundo, que sus corazones sean tocados por la gracia divina y se alejen de la senda del pecado para abrazar la justicia y la bondad.

San John Henry Newman, guíanos con tu ejemplo y ruega por nosotros ante Dios Todopoderoso. Que tu intercesión nos lleve a todos hacia la verdad, la fe y el amor divinos. Amén.



«Mis palabras no pasarán», dijo Jesús. Y es que es Palabra de Dios y es eterna / Por P. Carlos García Malo

 


martes, 8 de octubre de 2024

Gregory Czerwicki: «En la cárcel, un ateo me recomendó leer la Sagrada Escritura y empezó mi camino de conversión, descubrí la vida de Jesús de Nazaret, quien me mostró que yo valía algo»


Gregory Czerwicki inició su relación con Dios en una celda de la cárcel con 17 compañeros. Actualmente visita los centros penitenciarios para ayudar a los detenidos y a la vez persevera en la fe e invita a los otros a leer la Palabra de Dios

* «A menudo me cuestionaba varias cosas sobre las que había leído en las Escrituras. Además, mis 17 compañeros de celda no ayudaban. Al contrario, refutaban todo esto, decían que era un mito. Este proceso duró cuatro años. Más tarde me armé de valor para arrodillarme junto a la cama y orar. El proceso de conversión me mostró que puedo ser más valiente, porque alguien me acompaña en todo esto, no estoy solo. Ese alguien era, por supuesto, Jesús… Soy un exconvicto que cambió completamente su vida gracias a su conversión y hoy viajo a penitenciarías y centros de detención juvenil para compartir mi testimonio y dar esperanza a quienes se sienten derrotados»

Camino Católico.- Gregory Czerwicki pasó 12 años en prisión. Sin embargo, decidió cambiar su vida y ayudar a los demás. Hoy, este feliz esposo y padre se reúne con presos y jóvenes escolares, dando testimonio de que se puede cambiar de vida, mostrando como ejemplo sus propias experiencias muy difíciles. 

Gregory Czerwicki es autor del libro "No estás condenado", que, como él mismo dice, es "la historia de un ex presidiario que primero lo perdió todo: su familia, su libertad, casi pierde la vida, fue puesto tras las rejas durante 12 años, y luego, después de salir de la cárcel… lo ganó todo”. Entrevistado en el portal polaco Misyjne, habla de cuán importante ha sido encontrar a Cristo en la Sagrada Escritura para su resurrección personal. 

Gregory Czerwicki y su libro "No estás condenado"

- Su historia es una prueba de que la conversión es un proceso que puede tener éxito incluso cuando requiere mucho esfuerzo y tiempo. ¿Pero es la conversión un proceso que termina algún día?

– La conversión es un proceso, un camino que dura hasta la muerte. En mi caso, este proceso lleva 14 años y ahí. El proceso de conversión ocurre todos los días, tiene lugar en mi corazón, en mi cabeza, pero en realidad todo se basa en construir relaciones. Mi conversión comenzó por un impulso, este impulso fue la Sagrada Escritura. El proceso de conversión tampoco es uniforme. Hay momentos mejores y a veces más difíciles, pero cada día es un proceso de transformación.

- ¿Así que no puedes señalar un momento en el que entraste en el camino de la conversión?

– Es difícil señalar un momento concreto, pero entrar conscientemente en el proceso de conversión estuvo ciertamente relacionado con la lectura de la Sagrada Escritura, descubrir la vida de Jesús de Nazaret, quien me mostró que yo valía algo. Me mostró el camino que poco a poco empezaba a recorrer y que empezaba a conocer.

- ¿Había más alegría y fascinación por esta nueva etapa de la vida o más miedos y ansiedades?

- A veces pensaba que era imposible, que no funcionaría. En esos momentos me gustaba volver al fragmento del Evangelio donde el paralítico es llevado a Jesús por sus amigos. Su conversión comenzó gracias a otro hombre, gracias a la ayuda de sus amigos. Fueron ellos quienes lo llevaron a Jesús y allí comenzó su relación con Cristo. Gracias a esto, llegó la curación. Pero antes de que llegara la curación, primero estaba el perdón de los pecados. A mí me pasó lo mismo. Conocí a un amigo, un ateo, que me recomendó las Sagradas Escrituras.

Gregory Czerwicki en prisión y después de salir de ella

- ¿Un ateo que recomienda las Sagradas Escrituras?

- Así fue. Estando en una celda con diecisiete personas él sabía que yo buscaba esperanza, amistad y amor en la vida. Un día, me recomendó un libro que pensó hablaba de lo que yo estaba buscando. Resultó que era la Sagrada Escritura. Fue él quien puso en marcha todo el proceso que condujo a la conversión.

A menudo me cuestionaba varias cosas sobre las que había leído en las Escrituras. Además, mis compañeros de celda no ayudaban. Al contrario, refutaban todo esto, decían que era un mito. Este proceso duró cuatro años. Más tarde me armé de valor para arrodillarme junto a la cama y orar. El proceso de conversión me mostró que puedo ser más valiente, porque alguien me acompaña en todo esto, no estoy solo. Ese alguien era, por supuesto, Jesús.

- ¿Era usted creyente antes de estar en la cárcel?

– No. Fui bautizado, hice mi Primera Comunión, pero recibí el sacramento de la confirmación sólo después de salir de prisión, sólo cuando conocí a Jesús.

Grzegory Czerwicki con su familia

- Hoy, que está libre y ha formado una familia, sigue acudiendo a las prisiones para acompañar a reclusos al encuentro con Dios. 

- Soy un exconvicto que cambió completamente su vida gracias a su conversión y hoy viajo a penitenciarías y centros de detención juvenil para compartir mi testimonio y dar esperanza a quienes se sienten derrotados.

- Respecto a perseverar en la lectura de la Sagrada Escritura siempre dice: 

- Si te acercas a la Biblia como un libro, la dejarás como un libro. Si te acercas a la Biblia como una Palabra Viva y construyes una relación con ella, existe la posibilidad de que tengas una relación con esta Palabra más a menudo. Sí, porque una persona puede llegar a la conclusión de que "Dios ya me está guiando", que "ya conozco el camino correcto" y entonces dejará de lado la Sagrada Escritura. Este es un desafío común para las personas que viven en la comunidad de la Iglesia desde hace mucho tiempo, que han entrado en una rutina y ya no sienten el impulso de su corazón al escuchar la Palabra de Dios.

Encuentro de Gregory con detenidos en una cárcel

Es como el matrimonio. Cuando la rutina entra en vigor, esa relación puede desmoronarse. Lo más importante es cuidar la relación, encontrar una relación viva en la Palabra de Dios. Dios te invita. Entonces el contacto con la Palabra de Dios será algo vivo, algo que querremos cultivar y cuidar. Jesús me invitó a la conversión a través de la Sagrada Escritura, pero luego esta Palabra me llevó al sacramento de la penitencia y la Eucaristía.

Y abrir la Sagrada Escritura significa construir relaciones. Gracias a la lectura conocemos a un hombre vivo: Jesús. Y Jesús nos muestra cómo vivir.

La resocialización funcionó para mí gracias a Dios, gracias a Su Palabra. Jesús, mi amigo, me dijo: "Gregory, nos prepararemos para salir". Y duró cuatro años la preparación. De la misma manera, ahora, cuando un preso empieza a trabajar conmigo porque quiere prepararse para su liberación, suelo decir que se necesita al menos un año para prepararse bien. 

Misterios Dolorosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 8-10-2024

8 de octubre de 2024.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Dolorosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy martes, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Misa de hoy, martes de la 27ª semana de Tiempo Ordinario, 8-10-2024

8 de octubre de 2024.- (Camino Católico) Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Santa Misa de hoy, martes de la 27ª semana de Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.