Camino Católico

Mi foto
Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida poniendo en el centro a Jesucristo.

Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

jueves, 27 de noviembre de 2025

Oraciones a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa: para consagrarse, pedirle un milagro, interceder por los demás, obtener una gracia, por la conversión de un pecador, la curación de un enfermo y una de San Juan Pablo II

Camino Católico.- Cada 27 de noviembre los fieles católicos celebran el día de la Virgen de la Medalla Milagrosa, advocación mariana originaria de Francia, cuya devoción se ha extendido por todo el mundo.

Los devotos de la Medalla Milagrosa se unen ese día en espíritu de oración en recuerdo de aquel 27 de noviembre de 1830 en el que la Madre de Dios se le apareció a Santa Catalina Labouré.

Ese día la Virgen le ordenó a la joven religiosa: "Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza".

Santa Catalina Labouré

Catalina Labouré fue una religiosa francesa perteneciente a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Era una mujer de oración penetrante, poseedora de un alma mística. Según la descripción de la santa, María se le apareció de la siguiente manera:

“Estaba vestida con una túnica blanca y un velo del mismo color que la cubría desde la cabeza hasta los pies. Su rostro era bellísimo. Los pies aparecían apoyados encima de una esfera o globo, mientras pisaban a una serpiente. Sus manos, a la altura del corazón, sostenían una pequeña esfera de oro, coronada con una cruz. Los dedos de las manos estaban adornados con anillos con piedras preciosas, desde las que salían destellos de luz”.

La Medalla Milagrosa

La Virgen le dijo a Catalina: “Este globo que ves (a mis pies) representa al mundo entero, especialmente a Francia, y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no las piden”.

En ese momento, la esfera o globo de oro que tenía la Virgen en las manos -prosigue el relato- se desvaneció, y sus brazos se extendieron, abiertos, mientras los rayos de luz continuaban cayendo sobre el globo blanco a sus pies.

De pronto apareció una forma ovalada en torno a la figura de la Virgen, con una inscripción en el borde interior que decía: "María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a Ti".

Estas palabras formaban un semicírculo que empezaba a la altura de la mano derecha de la Virgen, pasaba por encima de su cabeza y terminaba a la altura de la mano izquierda. María, mostrándose de esa manera, le pide a Catalina que acuñe una medalla según la imagen que estaba contemplando.

Entonces, la imagen de la Virgen giró y Catalina pudo ver el reverso. En este estaba inscrita la letra “M”, con una cruz que se alzaba desde la mitad. Por debajo de la inscripción estaban el Corazón de Jesús, circundado con una corona de espinas, y el Corazón de María, traspasado por una espada. Alrededor, formando un contorno, aparecían doce estrellas.

La Inmaculada Concepción

Esta manifestación se repitió a finales del mes siguiente, en diciembre de 1830, y en los primeros días de enero de 1831.

En un principio, los devotos de la medalla la llamaron “Medalla de la Inmaculada Concepción”, pero con la difusión de la devoción -fortalecida e impulsada por las numerosísimas gracias y milagros- los fieles empezaron a llamarla “La Medalla Milagrosa”, tal y como se hace en nuestros días.

Invoquemos a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa con las siguientes oraciones:

Oración de Consagración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

Postrado ante vuestro acatamiento, ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin mancha, os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y Protectora ante la majestad de Dios. Yo os prometo, virgen purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor. Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte. Amén. 

 __________

 Oración para pedirle un milagro

Oh Virgen de los Milagros, tierna Madre del Señor,

hoy acudimos ante ti con todo nuestro fervor,

escucha de tus hijos su mas sentido clamor

y dirige hacia nosotros la mirada de tus amorosos ojos,

no nos dejes sin tu auxilio en las desolaciones y llantos

ilumínanos en las penas y tristezas con tu amor,

danos esperanza y alivio cuando nos invada la aflicción.

Santa María de los Milagros, Madre del Redentor,

Excelsa Señora depositaria de los dones del Señor,

en estos momentos aciagos precisamos tu comprensión,

ampáranos y con tus manos bondadosa concédenos favor,

alivia los problemas y dificultades que nos causan desazón.

Tú que tantos milagros derramas a los que van a ti con devoción

haz en nuestras vidas un milagro y danos solución

para este grave circunstancia que nos duele y rompe el corazón:

(pedir con gran esperanza lo que se quiere conseguir)

Nuestra Señora de los Milagros, Reina de misericordia,

asístenos con tu poderosa intercesión

y nuestros males, preocupaciones y necesidades remedia

ayúdanos en la lucha, danos fortaleza y valor,

guía nuestros pasos y alumbra nuestros caminos

¡ruega por tus hijos ante Dios!

extiende sobre nosotros el celeste manto de tu protección

libéranos de enemigos y peligros

danos salud, trabajo, prosperidad y amor,

llena nuestros hogares de justicia, fe, esperanza y caridad,

y uno a uno danos refugio y tu bendición de paz.

¡Virgen de los Milagros, Madre compasiva, 

no nos desampares ni en la muerte ni en la vida!

Amén.

Rezar la Salve y tres Avemarías.

 __________

Oración para interceder por los demás


Oh Virgen Inmaculada, sabemos que siempre y en todas partes estás dispuesta a escuchar las oraciones de tus hijos desterrados en este valle de lágrimas.

Haz, oh Madre, que esta hora que te recuerda la dulce conmoción de Tu Corazón, que te movió a venirnos a visitar y a traernos el remedio de tantos males, haz que esta hora sea también nuestra hora, la hora de nuestra sincera conversión, y la hora en que sean escuchados plenamente nuestros votos Haz que tu Medalla derrame sobre nosotros y sobre todos nuestros seres queridos tus benéficos rayos: cure a nuestros enfermos, dé la paz a nuestras familias, nos libre de todo peligro.

Lleve tu Medalla alivio al que sufre, consuelo al que llora, luz y fuerza a todos. Especialmente te pedimos por la conversión de los pecadores, particularmente de aquéllos que nos son más queridos.

Recuerda que por ellos has sufrido, has rogado y has llorado. Sálvanos, oh Refugio de los pecadores, a fin de que después de haberte todos amado, invocado y servido en la tierra, podamos ir a agradecerte y alabarte eternamente en el Cielo.

_________

Oración para obtener una gracia especial

¡Oh María, consuelo de cuantos os invocan!. Escuchad benigna la confiada oración que en mi necesidad elevo al trono de vuestra misericordia. ¿A quién podré recurrir mejor que a Vos, Virgen bendita, que sólo respiráis dignidad y clemencia, que dueña de todos los bienes de Dios, sólo pensáis en difundirlos en torno vuestro? Sed pues mi amparo, mi esperanza en esta ocasión; y ya que devotamente pende de mi cuello la Medalla Milagrosa, prenda inestimable de vuestro amor, concededme, Madre Inmaculada, concededme la gracia que con tanta insistencia os pido.

 _________

Oración para obtener la conversión de un pecador

¡Oh Virgen Inmaculada, verdadera escala por donde pueden los pecadores llegar al reino de Dios! Mostraos tal en la conversión de este infeliz que eficazmente encomendamos a vuestro patrocinio; iluminad su inteligencia con los rayos de luz divina que proyecta vuestra Medalla, para que conozca la vida peligrosa que arrastra, la inmensa desventura en que vive alejado de Dios y el terrible castigo que le espera; y, sobre todo, dejad sentir vuestra influencia sobre su corazón para que llore la ingratitud con que mira a Dios, su Padre amoroso, y a Vos, su tierna y cariñosa Madre. Tendedle vuestra mano ¡oh Virgen Purísima! arrancadle del cautiverio del pecado, sacadle de las tinieblas en que yace y conducidle al reino de la luz, de la paz y de la divina gracia.

 _________

Oración para obtener la curación de un enfermo 

¡Oh María, sin pecado concebida, cuya inmensa bondad y tierna misericordia no excluye el alivio de este amargo fruto de la culpa que se llama enfermedad de la cual es con frecuencia víctima nuestro miserable cuerpo! ¡Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos! Aquí me tenéis implorando vuestro favor. 

Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra de vuestro Hijo Jesús, obténgalo este querido enfermo, que os recomiendo, mediante la aplicación de vuestra Medalla. Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más: para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor vuestro, podamos exclamar agradecidos: La Medalla Milagrosa le ha curado.

_________

Oración para dar gracias por un favor recibido

¡Oh dulce y gloriosísima Virgen María! He dirigido mis humildes súplicas a vuestro trono, y he conocido por experiencia que nunca se os invoca en vano; que vuestros ojos miran complacidos a quien en vuestra presencia se postra; que vuestros oídos están atentos a nuestras plegarias; que vuestras manos vierten bendiciones a torrentes sobre el mundo entero, y en particular sobre los que llevan con confianza la Medalla Milagrosa.

¿Cómo pagaros, Madre Inmaculada, tanto favor? De ningún modo mejor que proclamando vuestra bondad y difundiendo por todas partes vuestra bendita Medalla, como me propongo hacerlo desde este día en testimonio de mi agradecimiento y de mi amor. Dadme gracia, Madre mía, para llevarlo a cabo.

_________

Oración de San Juan Pablo II


Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.

Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos. Ésta es la oración que tú inspiraste, oh María, a santa Catalina Labouré, y esta invocación, grabada en la medalla la llevan y pronuncian ahora muchos fieles por el mundo entero. ¡Bendita tú entre todas las mujeres! ¡Bienaventurada tú que has creído! ¡El Poderoso ha hecho maravillas en ti! ¡La maravilla de tu maternidad divina! Y con vistas a ésta, ¡la maravilla de tu Inmaculada Concepción! ¡La maravilla de tu fiat! ¡Has sido asociada tan íntimamente a toda la obra de nuestra redención, has sido asociada a la cruz de nuestro Salvador!

Tu corazón fue traspasado junto con su Corazón. Y ahora, en la gloria de tu Hijo, no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores. Velas sobre la Iglesia de la que eres Madre. Velas sobre cada uno de tus hijos. Obtienes de Dios para nosotros todas esas gracias que simbolizan los rayos de luz que irradian de tus manos abiertas. Con la única condición de que nos atrevemos a pedírtelas, de que nos acerquemos a ti con la confianza, osadía y sencillez de un niño. Y precisamente así nos encaminas sin cesar a tu Divino Hijo.

Te consagramos nuestras fuerzas y disponibilidad para estar al servicio del designio de salvación actuado por tu Hijo. Te pedimos que por medio del Espíritu Santo la fe se arraigue y consolide en todo el pueblo cristiano, que la comunión supere todos los gérmenes de división que la esperanza cobre nueva vida en los que están desalentados. Te pedimos por los que padecen pruebas particulares, físicas o morales, por los que están tentados de infidelidad, por los que son zarandeados por la duda de un clima de incredulidad, y también por los que padecen persecución a causa de su fe.

Te confiamos el apostolado de los laicos, el ministerio de los sacerdotes, el testimonio de las religiosas.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

La Medalla Milagrosa es un signo de la ternura de Dios manifestado en la Virgen María / Por P. Carlos García Malo

 


miércoles, 26 de noviembre de 2025

Papa León XIV en la Audiencia General, 26-11-2025: «Dios se presenta como ‘el amante de la vida’, garante de ese don; confiando en Él nuestra existencia cobra sentido y los sufrimientos se afrontan con una perspectiva distinta»

* «Pidamos al Señor la fortaleza para poder corresponder a la vida que se nos ha dado gratuitamente con una existencia entregada a su servicio. Abandonémonos a su amor para no temer las dificultades y afrontar los retos, dándonos generosamente a los demás. Recibamos la vida y a Dios que en ella se nos manifiesta: en los hijos que generemos, en las personas de las que nos hacemos responsables y en la sociedad que estamos llamados a construir»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa León XIV ha hecho en nuestro idioma

* «Mañana viajaré a Turquía y luego al Líbano para visitar a los queridos pueblos de esos países, ricos en historia y espiritualidad. Será también una oportunidad para conmemorar el 1700 aniversario del primer Concilio Ecuménico celebrado en Nicea y para reunirme con la comunidad católica, nuestros hermanos y hermanas cristianos y con los de otras religiones. Les pido que me acompañen con sus oraciones»

26 de noviembre de 2025.- (Camino Católico).- “Dios se nos presenta como ‘el amante de la vida’, como el garante de ese don. Si confiamos en Él nuestra existencia cobra sentido, y los sufrimientos, los trabajos y los conflictos se afrontan con una perspectiva distinta”, ha dicho el Papa León XIV, hablando en español al resumir su catequesis en la que ha ofrecido una reflexión sobre el valor de la vida humana, la crisis contemporánea de esperanza y el papel central de la Pascua en la comprensión cristiana de la existencia. Ante decenas de miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice advierte sobre una “enfermedad difundida” en el mundo moderno: la creciente falta de confianza en la vida.

El Pontífice repasa también diversos momentos del Evangelio en los que Jesús muestra su cercanía con los enfermos, los excluidos y los desesperados. “Cristo es la vida y ha generado vida sin reservarse nada”, afirma. Este ejemplo, según explica, invita a los creyentes a un compromiso activo con la promoción de la vida en todas sus formas. León XIV señala que esta misión no se limita a la maternidad y la paternidad, sino que implica trabajar por una economía solidaria, promover el bien común, proteger la creación y ofrecer consuelo a quienes sufren. Generar vida, aseguró, es una tarea amplia que exige presencia, escucha y acciones concretas. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

LEÓN XIV

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro

Miércoles, 26 de noviembre de 2025


Ciclo de catequesis - Jubileo 2025. Jesucristo, nuestra esperanza. IV. La Resurrección de Cristo y los desafíos del mundo actual 6. Esperar en la vida para generar vida

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos!

La Pascua de Cristo ilumina el misterio de la vida y nos permite mirarlo con esperanza. Esto no es siempre fácil o se da por descontado. Muchas vidas, en todas las partes del mundo, aparecen como fatigadas, dolorosas, llenas de problemas y de obstáculos por superar. Sin embargo, el ser humano recibe la vida como un don: no la pide, no la elige, la experimenta en su misterio desde el primer día hasta el último. La vida tiene su especificidad extraordinaria: nos es ofrecida, no podemos dárnoslas nosotros mismos, y tiene que ser alimentada constantemente: es necesario un cuidado que la mantenga, la haga dinámica, la custodie, la relance.

Se puede decir que la pregunta sobre la vida es una de las cuestiones abismales del corazón humano. Hemos entrado en la existencia sin haber hecho nada para decidirlo. Da esta evidencia brotan como un rio en crecida las preguntas de todo tiempo: ¿quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Cuál es el sentido final de todo este viaje?

En efecto, vivir invoca un sentido, una dirección, una esperanza. Y la esperanza actúa como el impulso profundo que nos hace caminar en las dificultades, que no nos hace rendirnos ante las fatigas del viaje, que nos asegura que el peregrinaje de la existencia nos conduce a casa. Sin esperanza la vida corre peligro de aparecer como un paréntesis entre dos noches eternas, una breve pausa entre el antes y el después de nuestro paso por la tierra. Esperar en la vida significa en cambio saborear la meta, creer como seguro aquello que no vemos, todavía no vemos ni tocamos, fiarse y confiarse en el amor de un Padre que nos ha creado porque nos ha querido con amor y nos quiere felices.

Queridos, en el mundo hay una enfermedad difundida: la falta de confianza en la vida. Como si nos hubiésemos resignado a una fatalidad negativa, de renuncia. La vida corre el riesgo de no representar más una posibilidad recibida como don, sino una incógnita, casi una amenaza de la cual preservarse para no desilusionarnos. Por esto, el valor de vivir y de generar vida, de testimoniar que Dios es por excelencia «El amante de la vida», como afirma el Libro de la Sabiduría (11,26), es hoy más que nunca un llamado urgente.

En el Evangelio Jesús confirma constantemente su premura por curar a los enfermos, resanar cuerpos y espíritus heridos, volver a dar vida a los muertos. De esta manera, el Hijo encarnado revela al Padre: restituye dignidad a los pecadores, acuerda el perdón de los pecados e incluye a todos, especialmente a los desesperados, a los excluidos, a los alejados de su promesa de salvación.

Generado del Padre, Cristo es la vida y ha generado vida sin ahorrarse hasta donarnos la suya, y nos invita a donar nuestra vida. Generar quiere decir poner vida en otro. El universo de los vivientes se ha extendido a través de esta ley, que en la sinfonía de las criaturas conoce un admirable “crescendo” culminante en el dueto del hombre y de la mujer: Dios los ha creado según su propia imagen y a ellos ha confiado la misión de generar también a su imagen, ósea por amor y en el amor.

Desde el inicio la Sagrada Escritura nos revela que la vida justamente en su forma más elevada, aquella humana, recibe el don de la libertad y se convierte en un drama. Así las relaciones humanas están también marcadas por la contradicción, hasta el fratricidio. Caín percibe al hermano Abel como una competencia, una amenaza, y en su frustración no se siente capaz de amarlo y de estimarlo. He aquí los celos, la envidia, la sangre (Gen 4,1-16). La lógica de Dios, en cambio, es otra. Dios permanece fiel por siempre a su diseño de amor y de vida; no se cansa de sostener a la humanidad también, cuando tras los rastros de Caín, obedece al instinto ciego de la violencia en las guerras, en las discriminaciones, en el racismo, en las múltiples formas de esclavitud. 

Generar significa entonces confiarse en el Dios de la vida y promover lo humano en todas sus expresiones: ante todo en la maravillosa aventura de la maternidad y de la paternidad, también en contextos sociales en los que las familias fatigan en el sostener lo oneroso del cotidiano, siendo a menudo truncadas en sus proyectos y en sus sueños. En esta misma lógica, generar es comprometerse con una economía solidaria, buscar el bien común igualmente usufructuado por todos, respetar y cuidar a la creación, ofrecer consuelo con la escucha, la presencia, la ayuda concreta y desinteresada.

Hermanas y hermanos, la Resurrección de Jesucristo es la fuerza que nos sostiene en este desafío, también allí donde las tinieblas del mal oscurecen el corazón y la mente. Cuando la vida parece haberse apagado, bloqueado, he aquí que el Señor Resucitado pasa de nuevo, hasta el fin de los tiempos, y camina con nosotros y por nosotros. Él es nuestra esperanza.

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy reflexionamos sobre un desafío muy actual, casi una enfermedad: la falta de confianza en la vida, que aparece ante muchos como una incógnita o incluso una amenaza. Esta dificultad se funda en la falta de esperanza, en no comprender la vida como un don que estamos llamados a comunicar. Ante esto Dios se nos presenta como “el amante de la vida”, como el garante de ese don. Si confiamos en Él nuestra existencia cobra sentido, y los sufrimientos, los trabajos y los conflictos se afrontan con una perspectiva distinta.

La creación es la primera manifestación de ese don inefable, que culmina en el hombre llamado a generar, a dar vida, por amor y en el amor. Si en el pecado el hombre rompe con este mandato, Cristo, generado por el Padre, es la Vida. En su encarnación nos la ofreció, no sólo llevando consuelo y cuidado a cada hombre, sino entregándola en la cruz para que nosotros la tuviésemos en abundancia. Su ejemplo nos invita a hacer nosotros lo mismo.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor la fortaleza para poder corresponder a la vida que se nos ha dado gratuitamente con una existencia entregada a su servicio. Abandonémonos a su amor para no temer las dificultades y afrontar los retos, dándonos generosamente a los demás. Recibamos la vida y a Dios que en ella se nos manifiesta: en los hijos que generemos, en las personas de las que nos hacemos responsables y en la sociedad que estamos llamados a construir. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.

Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho: 

Mañana viajaré a Turquía y luego al Líbano para visitar a los queridos pueblos de esos países, ricos en historia y espiritualidad. Será también una oportunidad para conmemorar el 1700 aniversario del primer Concilio Ecuménico celebrado en Nicea y para reunirme con la comunidad católica, nuestros hermanos y hermanas cristianos y con los de otras religiones. Les pido que me acompañen con sus oraciones.

Finalmente, saludo a los enfermos, a los recién casados ​​y a los jóvenes, especialmente a los estudiantes de San Giovanni Rotondo y a los de Triggiano. El próximo domingo, la Iglesia reanudará el nuevo ciclo de la celebración de los misterios cristianos con el primer domingo de Adviento. Este tiempo del año nos prepara para la Navidad, despertando en todos el deseo de encontrarnos con el Dios que viene. 

¡Mi bendición para todos!

Papa León XIV










Fotos: Vatican Media, 26-11-2025

Papa León XIV pide rezar en diciembre «para que los cristianos que viven en contextos de guerra o conflicto, especialmente en Medio Oriente, sean semillas de paz, reconciliación y esperanza»


Foto: Vatican Media, 26-11-2025


* «Dios de la paz, que por la sangre de Tu Hijo has reconciliado al mundo contigo, te pedimos hoy por los cristianos que viven en medio de guerras y violencias.  Que, aún rodeados de dolor, no dejen de sentir Tu presencia bondadosa y la oración de sus hermanos y hermanas en la fe»


26 de noviembre de 2025.- (Camino Católico) ”Oremos para que los cristianos que viven en contextos de guerra o conflicto, especialmente en Medio Oriente, sean semillas de paz, reconciliación y esperanza”, pide el Papa León XIV en el  “Video del Papa” para el mes de diciembre de 2025. El texto completo del Video del Papa es el siguiente:

Oremos para que los cristianos que viven en contextos de guerra o conflicto, especialmente en Medio Oriente, sean semillas de paz, reconciliación y esperanza.

Dios de la paz,

que por la sangre de Tu Hijo

has reconciliado al mundo contigo,

te pedimos hoy por los cristianos

que viven en medio de guerras y violencias.


Que, aún rodeados de dolor,

no dejen de sentir Tu presencia bondadosa

y la oración de sus hermanos y hermanas en la fe.


Pues sólo desde Ti, y ayudados por lazos fraternos,

podrán ser semillas de reconciliación,

constructores de esperanza en lo pequeño y en lo grande,

capaces de perdonar y seguir adelante,

de tender puentes donde hay división,

y de buscar justicia con misericordia.


Señor Jesús, que llamaste bienaventurados

a los que trabajan por la paz,

haz de nosotros tus instrumentos

también allí donde parece imposible la armonía.


Espíritu Santo,

fuente de esperanza en los tiempos más oscuros,

sostén la fe de los que sufren, fortalece su esperanza.

No nos dejes caer en la indiferencia

y haz de nosotros constructores de la unidad, como Jesús.

León XIV

Homilía del P. José Aumente y lecturas de la Misa de hoy, miércoles de la 34ª semana del Tiempo Ordinario, 26-11-2025

26 de noviembre de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. José Aumente y lecturas de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 34ª semana del Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, miércoles de la 34ª semana del Tiempo Ordinario, 26-11-2025

26 de noviembre de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, miércoles de la 34ª semana del Tiempo Ordinario, presidida por el P. José Aumente, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario, desde el Santuario de Lourdes, 26-11-2025

26 de noviembre de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, miércoles, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 26/11/2025: «No tenéis que preparar vuestra defensa» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 26 de noviembre de 2025, miércoles de la 34ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Lucas 21, 12-19:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.

Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 26-11-2025

26 de noviembre de 2025.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

La amistad es un don de Dios porque nace del mismo amor con que Él nos mira / Por P. Carlos García Malo