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miércoles, 20 de octubre de 2010

¡Nos casamos! / Por Mª Carmen González Rivas, psicóloga*

20 de octubre de 2010.- He tenido la oportunidad de asistir durante este verano a algunas bodas de familiares y amigos. La verdad es que muchos podrían decir hoy en día que esto de casarse ya no se lleva, sin embargo aún son muchas parejas las que deciden comprometerse y dar ese paso hacia el sacramento del matrimonio. “ Yo, …, te recibo a ti, …, como esposo/a y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”. Estas son las palabras que se encuentran en el centro de la liturgia del matrimonio, con las cuales los novios sellan su unión. Son ellos los ministros del sacramento pues, en este caso el sacerdote es el testigo oficial del ritual de la boda, que al mismo tiempo bendice el matrimonio y preside toda la liturgia del sacramento. También son testigos, en cierto sentido, todos los participantes en el rito de la boda, y en forma oficial algunos de ellos.

El matrimonio como sacramento es sagrado, un símbolo que en las religiones, cualquiera que sean, tiene importancia capital. Casarse en un momento de la vida, es arriesgarse, de ahí conectar con su valor sagrado y experimentarlo de esa forma, ambos. Casarse implica comenzar una nueva vida, no es un sencillo acto social. Es por eso que para los cristianos el matrimonio no es un contrato sino una alianza que recuerda la alianza de amor que Dios hizo con la humanidad.

¿Pero qué es lo que lleva a las persona a tender a este compromiso? Son ellos los que deciden casarse y nadie les obliga. (si esta condición se diera sería causa de nulidad matrimonial) Inscrito está en el corazón del hombre -como he comentado en otras ocasiones- vincularse, comprometerse con lo que uno desea, llámese un trabajo, una dedicación… o en el caso que nos ocupa una persona. El compromiso resulta de la firme intención de dedicarse a la otra persona, serle fiel y compartir con ella actividades y bienes personales sin limitación temporal. Leer más...

lunes, 22 de febrero de 2010

"Sigo llamándote a servir y a lavar los pies de tu hermano" / Por Arturo López

Meditación en vídeo grabada en directo

22 de febrero de 2010.- ¿Sirves a los demás como nos enseñó Jesús o te sirves de ellos para beneficio propio? ¿Te revistes de la autoridad del Espíritu Santo o usas tus habilidades y el poder del mundo para realizar cualquier cosa o relacionarte con alguien? Arturo López Martos, laico casado y padre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, profundiza en esta charla en la llamada que todos tenemos de testimoniar a Jesús siendo servidores de los demás en cada acto de nuestra vida. El Señor desea que nos lavemos los pies los unos a los otros y actuemos con humildad como Él lo hizo con sus apóstoles. ¿Por qué nos cuenta tanto ser fieles a esa actitud? De eso se habla en esta enseñanza. Arturo López también participa de la reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta meditación. Ver vídeo...

sábado, 12 de diciembre de 2009

¿Ya eres un siervo inútil? / Por Jordi Baig

Meditación en vídeo grabada en directo
12 de diciembre de 2009.-Ser un siervo inútil y fiel al Señor cada día de nuestra vida no es fácil sobre todo cuando hace tiempo que estamos dedicados a un ministerio en la iglesia. Esta enseñanza va dirigida especialmente a todas las personas que realizan cualquier servicio en la comunidad eclesial. Mientras se escucha esta charla se va interiorizando que realmente hacemos muchas cosas, pero muchas veces no como Dios quiere ni aquellas que Él desea que hagamos. El autor de la reflexión es Jordi Baig, laico casado y padre de tres hijas, que es miembro del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta meditación. Ver vídeo...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La sexualidad sin amor / Autor: Jokin de Irala

Puede dar lugar a la vulgarización y convertir al otro en instrumento de placer

La sexualidad sin amor auténtico es frecuentemente entre quienes inician relaciones sexuales prematuramente durante la juventud y tiene sus riesgos propios. Sin embargo, los efectos de la sexualidad sin amor también se pueden observar en adultos. Leer más...

miércoles, 27 de agosto de 2008

Ideas para acertar en el noviazgo... y en el matrimonio / Autora: Miriam Díez i Bosch

Entrevista con Rafael Hernández Urigüen, autor de un libro sobre el tema

(ZENIT.org).- Si se cultivan los pasos del noviazgo, el éxito del matrimonio, de algún modo, está garantizado por ese aprendizaje en el amor. Es la tesis que sostiene el sacerdote Rafael Hernández Urigüen en su nuevo libro: "Noviazgo: ¿Seguros? Ideas para acertar".

El volumen, que está prologado por el psiquiatra Enrique de Rojas, acaba de ser publicado por EIUNSA (Ediciones Internacionales Universitarias).
El autor trabaja desde 1996 como capellán y profesor en ISSA (Instituto Superior de Secretariado y Administración de la Universidad de Navarra en San Sebastián), y forma parte del equipo de Capellanía del Colegio mayor Ayete, también en la capital donostiarra. Leer más...

domingo, 15 de junio de 2008

Ante la crisis alimentaria: Reformas, compartir, austeridad / Autor: Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, (ZENIT.org-El Observador).- Publicamos el artículo que ha escrito monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, sobre la crisis alimentaria mundial que lleva por título "Reformas, compartir, austeridad".

* * *


VER

Las amas de casa, aún de las poblaciones más lejanas, están resintiendo el alza de precios en alimentos básicos. Los economistas avizoran que este panorama no tiene indicios de cambiar a corto plazo. Es un fenómeno típico de la globalización, que rebasa gobiernos e instituciones. La inestabilidad en los precios del petróleo, los subsidios de los países ricos a sus agricultores, el uso de alimentos para producir combustibles, la especulación financiera de las Bolsas, etc., intentan explicar en parte esta crisis.

¿Qué hacer? Se deben denunciar y atacar las raíces estructurales; pero, ¿qué nos toca a nosotros? Es un recurso fácil culpar de todos los males al gobierno en turno y al sistema neoliberal; pero reducirnos a lamentos y críticas no soluciona el problema. Quizá nos consuela aparecer como muy enterados del asunto y con muchas soluciones, pero el sistema no cambia sólo porque nosotros lo exigimos. Debemos buscar alternativas más cercanas y posibles.

JUZGAR

Jesucristo nos ordena preocuparnos por quienes no tienen con qué alimentarse. Cuando los corazones están dispuestos a compartir lo poco que tienen, se hace el milagro de la multiplicación; alcanza y sobra (cf Mc 6,35-44). Pero el egoísmo, que hace a unos enriquecerse y ser insensibles ante quienes no tienen qué comer (cf Lc 16,19-31), produce un infierno en la sociedad, por las desigualdades injustas, que hasta guerras pueden generar.

Dios da de comer hasta a los pájaros; pero no en el nido. Tienen que salir a buscar, para no morir de hambre. Si trabajan, nada les va a faltar. Quien no trabaja, no tiene derecho ni a comer (cf 2 Tes 3,10-12).
Hace poco, dijo el Papa Benedicto XVI a los participantes en una reunión de la FAO: "La creciente globalización de los mercados no siempre favorece la disponibilidad de alimentos, y los sistemas productivos con frecuencia se ven condicionados por límites estructurales, así como por políticas proteccionistas y fenómenos especulativos que dejan a poblaciones enteras al margen de los procesos de desarrollo. A la luz de esta situación, es necesario reafirmar con fuerza que el hambre y la desnutrición son inaceptables. El gran desafío de hoy consiste en globalizar no sólo los intereses económicos y comerciales, sino también las expectativas de solidaridad.

Os exhorto a continuar las reformas estructurales que son indispensables... La pobreza y la desnutrición no son una mera fatalidad. El derecho a la alimentación responde principalmente a una motivación ética: "dar de comer a los hambrientos" (cf. Mt 25, 35), que apremia a compartir los bienes materiales como muestra del amor que todos necesitamos y permite combatir la causa principal del hambre, es decir, la cerrazón del ser humano con respecto a sus semejantes que disuelve la solidaridad, justifica los modelos de vida consumistas y disgrega el tejido social, preservando, e incluso aumentando, la brecha de injustos equilibrios, y descuidando las exigencias más profundas del bien.

La Iglesia católica quiere unirse a este esfuerzo. Basándose en la antigua sabiduría, inspirada por el Evangelio, hace un llamamiento firme y apremiante, que sigue siendo de gran actualidad: "Da de comer al que está muriéndose de hambre, porque, si no le das de comer, lo matarás".

ACTUAR

Son necesarias reformas estructurales, sí; pero éstas nos rebasan a la mayoría. En cambio, la solidaridad, que es darse al que está solo, está al alcance de todos, incluso de los pobres. Hay que compartir con quien sufre más que nosotros, y abrir el corazón para estar cerca de quien más padece las consecuencias de la crisis alimentaria. Hay que evitar gastos innecesarios, lujos superfluos, modas transitorias, antojos momentáneos. En vez de consumir tanto refresco embotellado, hacer aguas frescas en casa; en vez de tanto uso de celular, moderación; en vez de gastar en caprichos personales, ahorrar; en vez de ir tanto a los centros comerciales, y gastar por gastar, reducirse a lo indispensable. Educar a los niños y jóvenes en la austeridad, asumiendo por convicción un estilo sobrio de vida.

sábado, 17 de mayo de 2008

La parroquia, entre la renovación y la acusación / Autora: Miriam Díez i Bosch

Según el catedrático de teología Eloy Bueno de la Fuente
BURGOS, (ZENIT.org).- Se puede hablar de una «revancha de la parroquia, pues «ha sobrevivido a todos los ataques y a todas las profecías de desaparición».

Así lo defiende Eloy Bueno de la Fuente, catedrático de la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos), institución que cumple 40 años estos días y de la que este teólogo ha sido decano.

Aunque el pensamiento moderno la consideraba una «institución obsoleta» y la sensibilidad postmoderna se inclinaría por una «red de comunidades», la parroquia sigue teniendo su lugar y su sentido.

Lo argumenta en su disertación «Movimientos de renovación parroquial en los últimos 40 años», publicada dentro del libro «A vueltas con la parroquia: balance y perspectivas», de la editorial Verbo Divino.

La ponencia fue pronunciada en la XVIII Semana de Teología Pastoral del Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca.

«La parroquia constituye el rostro más visible de la Iglesia» y «sigue atravesada por una tensión», pero «tal vez el milagro de la parroquia consiste en su ambivalencia, en el propio dinamismo que la constituye en cuanto cuerpo de la Iglesia en la carne y en la sangre de los hombres reales», afirma.

«No resulta ni exagerado ni aventurado decir que la parroquia se ha convertido en el escenario en el que se han planteado enormes disputas y tensiones, proyectos y alternativas», constata el autor.

Eloy Bueno de la Fuente explica que «la concepción de la parroquia vigente desde el Concilio de Trento hasta el Código de Derecho Canónico de 1917 se ve como «inviable» cuando llegan los movimientos de renovación del siglo XX».

Uno de ellos fue el «Movimiento litúrgico», que redescubre el significado de la asamblea litúrgica y su protagonismo. La centralidad de la eucaristía comunitaria y la participación en la oración de la Iglesia pretenden superar «las tentaciones de individualismo» y «las posibles desviaciones de las devociones particulares».

Otro fue el «Movimiento misionero», que constituyó un «factor decisivo en los proyectos de renovación». La parroquia «debía» recuperar «la lógica de la misión». Se habla de «militante» y «comprometido» como figuras cristianas «privilegiadas» de frente a la figura del «practicante» y «burgués».

Por otra parte -prosigue el catedrático-- surgió el «Movimiento comunitario» para el cual «sólo podía ser misionera una parroquia que viviera como comunidad». Se denunciaba así una parroquia como conglomerado carente de relaciones interpersonales. En este sentido los movimientos juveniles, especialmente en Alemania, jugaron un gran papel.

En este contexto la parroquia adquiere un «mayor rango teológico al ser vista en la analogía del dinamismo de la Iglesia local». Se va tematizando la triple dimensión que constituye la vida parroquial (Palabra, liturgia, servicio).

El Concilio no trató expresamente el tema parroquial, recuerda este teólogo: «La parroquia no formó parte de las grandes preocupaciones del Concilio. De hecho, algunas alusiones en los textos fueron desapareciendo a lo largo del itinerario conciliar».

En este sentido cabe recordar la Sacrosanctum Concilium, que en el número 42 alude a la parroquia con fuerte contenido teológico. Se destaca allí la importancia de la comunidad, su carácter local y su referencia a la diócesis.

En la Lumen Gentium (26 y 28) se hablará de comunidad de personas radicadas en un lugar en el seno de la Iglesia local.

Los movimientos de renovación de la parroquia se inspirarán en la eclesiología conciliar, pero «la recepción no fue pacífica ni sosegada», confiesa el teólogo español.

«La parroquia debió cargar con las acusaciones más radicales, hasta decretar su muerte, porque representaba un pasado del que había que salir», explica dando voz a algunas posiciones.

La parroquia, entonces, vive una «tensión» entre diversos modelos: el de comunidad misionera y el de agencia de servicios religiosos.

El autor concluye considerando que «hay que aceptar y articular el hecho de que en la parroquia existen aquellos que asumen como vocación la lógica que localiza a la Iglesia y la abre a la situación misionera», mientras que otros «simplemente participan en los acontecimientos más importantes». Por último están quienes «simplemente se acercan, se sitúan en el umbral y se sienten de paso».

miércoles, 7 de mayo de 2008

Uniformidad obscena / Autor: Francesc Torralba Roselló

Crear innúmeras posibilidades desorienta y, al final, quita libertad

El gran riesgo de la reunificación del género humano se encuentra en la uniformidad que la globalización ha auspiciado de forma obscena. Esta uniformidad es un supuesto de la mercantilización de la vida diaria y de su estandarización.

Para poder extender la forma de dominio global postmoderna es necesario estandarizar los individuos, las culturas y las tradiciones: por ello se ha utilizado a los medios de comunicación como controladores sociales del discurso narrativo e ideológico, consiguiendo llevar a los individuos hacia una interpretación de lo social como una pluralidad de discursos y de posibilidades en las que ellos son los que de manera supuesta eligen libremente.

Se identifica libertad con libertad de elección y, a continuación, se crea la ilusión de las distintas posibilidades realmente diferentes. La perversión de esta ilusión radica en el cierre del discurso real: al crear innúmeras posibilidades lo que se produce es desorientación y pérdida de realidad.

Esto se ha logrado mediante la desaparición gradual del lugar físico del mercado y la tendencia a la identificación de la mercancía con su imagen. Las fronteras entre mercancía e imagen quedan difuminadas y se pretende crear una imagen de mercado que unifica el producto, el medio y la empresa.

Ya no hay límites en la venta, el mercado se ha hecho omnipresente. Ahora los productos se difunden a través de los segmentos de entretenimiento de los media, como parte de su contenido, la confusión entre publicidad y discurso narrativo, entre mercado y sociedad, entre hombre y producto, ha llegado a su paroxismo.

Llegamos al súmmum del proceso uniformador cuando el proceso de consumo se consume a sí mismo. El individuo no consume productos, sino que consume consumo, llega a identificarse con el producto, la marca, la imagen, la historia y la realidad creada a su alrededor.

Este individuo ya no actúa como un ser humano, sino como un apéndice del proceso de mercantilización global. Los procesos narrativos de la postmodernidad se han convertido en mercancías. Las marcas publicitarias asocian a su producto una forma de vida y de ser.

Este proceso lleva hasta la fetichización máxima de la mercancía, que es la otorgación de vida al producto hasta el punto que las relaciones sociales se tornan relaciones entre mercancías.

El nuevo individuo consumidor es el hombre postmoderno, la condición básica de la creación de la sociedad postmoderna uniformada. El fin de todo este marasmo postmoderno es la creación del individuo aislado, un hombre sin sustancia, que ya no es lo que debe ser, sino que se somete al mismo proceso productivo que cualquier otro producto de consumo.

Como consecuencia de todo ello, el ciudadano es creado a imagen y semejanza de la sociedad de consumo, es estandarizado para consumir unos determinados productos. La era del consumo postmoderno desocializa los individuos para resocializarlos en la lógica de las necesidades de producción y marketing.

Los individuos son reprogramados para que cumplan con las características convenientes de docilidad, alto nivel de consumo y versatilidad en la adquisición de capacidades concretas para la mejor adaptación a los nuevos modelos de consumo.

Necesitamos urgentemente un nuevo discurso sobre la libertad. De la libertad como práctica de la elección entre dos o más productos de consumo, debemos recuperar la libertad como autenticidad, compromiso personal, respuesta singular a la vocación más profunda.


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Fuente: Forum Libertas

jueves, 10 de enero de 2008

La Caridad es TODO / Autora. Catalina de Jesús

Queridos amigos:

Os he hablado de la certeza en Dios y su existencia, de Su Realidad y su Ternura;del silencio y la oración...pero sobre todo de la llamada a la entrega total de la vida en la Iglesia, en el compromiso.Por Él merece la pena dejarlo TODO, y esto es lo que Él espera de tí, sea cual sea tu vocación:soltero, religioso, sacerdote ó casado.

Que no te engañe nadie diciéndote que el compromiso radical con Dios, los votos, las promesas,las reglas de vida, la consagración, son cosa de "monjas y curas", que eso no es para los que estamos en el "mundo".Él quiere que todos nos entreguemos totalmente a Él y eso siempre implica una renuncia total y radical a uno mismo, y un compromiso de fidelidad.FIDELIDAD.Con Él no hay medias tintas.Pero Él tampoco se da a medias...

Sólo una idea ha recorrido todas mis entradas:

Solo ÉL ES.
Sólo EL EXISTE.
Todo lo demás es nada.Somos nada.
¡Pero ÉL nos ama!
Y ante Él, ante su infinito amor, sólo podemos hacer una cosa:
¡ALABARLE!¡DARLE GLORIA!
Darle gracias sin cesar cada minuto de nuestra vida, cada segundo...
Con cada pensamiento, con cada palabra, con cada acción,
siempre, siempre, siempre...


Sin Caridad no hay nada, no está Dios. Todo es inutil , ESTERIL, si no hay aumento de la Caridad en tu corazón, si esa Caridad no te lanza a servir a los que tienes cerca, a amarles con verdadera entrega...esa es la principal consecuencia de DEJARSE AMAR POR DIOS, que te transformará el corazón en un pozo infinto de amor al hermano...


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