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martes, 13 de diciembre de 2022

lunes, 26 de septiembre de 2022

Morgan Holliger era agnóstica; la belleza de una misa la llevó a la fe, y la Teología del Cuerpo la enamoró del todo: «Me sentí guiada por Juan Pablo II para conocer quién es Cristo»

 


* «Era muy ajeno a mí concebir que yo no era el árbitro de la verdad, que la Iglesia tenía autoridad. Cuando decidí ser católica pensé: podría ser católica de cafetería, elegir lo que creo y lo que no, pero Cristo estableció una Iglesia y le dio autoridad, la Iglesia es su voz, y eso tiene sentido»

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miércoles, 3 de febrero de 2021

Papa Francisco en la Audiencia, 3-2-2021: «La liturgia es una acción de la Iglesia, encuentro con Cristo, presente con la fuerza del Espíritu Santo, para comunicarnos su gracia»

 


 «La Misa no puede ser solo “escuchada”: no es una expresión justa, “yo voy a escuchar Misa”. La Misa no puede ser solo escuchada, como si nosotros fuéramos solo espectadores de algo que se desliza sin involucrarnos. La Misa siempre es celebrada, y no solo por el sacerdote que la preside, sino por todos los cristianos que la viven. ¡Y el centro es Cristo! Todos nosotros, en la diversidad de los dones y de los ministerios, todos nos unimos a su acción, porque es Él, Cristo, el Protagonista de la liturgia… La vida está llamada a convertirse en culto a Dios, pero esto no puede suceder sin la oración, especialmente la oración litúrgica. Que este pensamiento nos ayude cuando se vaya a Misa: voy a rezar en comunidad, voy a rezar con Cristo que está presente. Cuando vamos a la celebración de un Bautismo, por ejemplo, Cristo está ahí, presente, que bautiza. “Pero, Padre, esta es una idea, una forma de hablar”: no, no es una forma de hablar. Cristo está presente y en la liturgia tú rezas con Cristo que está junto a ti»

Video completo de la transmisión en directo realizada por 13 TV de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

* «Mañana se celebrará la Primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana, que estableció recientemente una Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta iniciativa también tiene en cuenta el encuentro del 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi, cuando el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, y yo firmamos el Documento sobre la Fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia común. Me complace mucho que las naciones de todo el mundo se unan a esta celebración, destinada a promover el diálogo interreligioso e intercultural. Por ello, mañana por la tarde participaré en un encuentro virtual con el Gran Imán de Al-Azhar, con el Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. António Guterres, y con otras personalidades»

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sábado, 15 de agosto de 2020

«¿Es válido el Bautismo con la fórmula ‘Nosotros te bautizamos…’?» / Responde la Congregación para la Doctrina de la Fe con la aprobación del Papa Francisco

* «El Concilio Vaticano II declara que: “cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza”.[La afirmación de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia Sacrosancum Concilium, inspirada en un texto de San Agustín, quiere reconducir la celebración sacramental a la presencia de Cristo, no solo en el sentido de que él le infunde su virtus para darle eficacia, sino sobre todo para indicar que el Señor es el protagonista del evento que se celebra. en el caso específico del Sacramento del Bautismo, el ministro no solo carece de autoridad para disponer a su gusto de la fórmula sacramental, por los motivos de naturaleza cristológica y eclesiológica más arriba expuestos, sino que tampoco puede declarar que actúa en nombre de los padres, los padrinos, los familiares o los amigos, y ni siquiera en nombre de la misma asamblea reunida para la celebración, porque el ministro actúa en cuanto signo-presencia de la acción misma de Cristo, que se realiza en el gesto ritual de la Iglesia. Cuando el ministro dice «Yo te bautizo…», no habla como un funcionario que ejerce un papel que se le ha asignado, sino que opera ministerialmente como signo-presencia de Cristo, que actúa en su Cuerpo, donando su gracia y haciendo de aquella concreta asamblea litúrgica una manifestación de “la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia, en cuanto “las acciones litúrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que es “sacramento de unidad”, es decir, pueblo santo congregado y ordenado bajo la dirección de los obispos”»

miércoles, 19 de mayo de 2010

Nicola Bux Bux, experto en liturgia: “Hemos puesto al hombre en el centro, en vez de al Señor”

19 de mayo de 2010.- Aprovechando su reciente vieja a Madrid para asistir al I Congreso de Liturgia "Summorum Pontíficum", promovido por el Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote, hemos entrevistado a Don Nicola Bux. Bux, sacerdote de la archidiócesis de Bari, ha estudiado y enseñado en Jerusalén y Roma y es docente de Liturgia Oriental y de Teología de los Sacramentos en la Facultad Teológica Pugliese, y ha sido perito en el sínodo de obispos sobre la Eucaristía. Es consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y para la Causa de los Santos y consejero de la revista teológica internacional Communio. Recientemente ha sido nombrado consultor de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice. Leer más...

sábado, 7 de junio de 2008

Ángeles "volantes" de la Jornada Mundial de la Juventud / Autora: Catherine Smibert



Un párroco organiza un escuadrón de aviones para ayuda a peregrinos de Timor Oriental
SYDNEY, (
ZENIT.org).- Cuando los ángeles de la tierra se ocupan, pueden hacer cosas asombrosas.

Tomemos por ejemplo al sacerdote y piloto padre John Fowles, que ha dedicado el mes pasado a liderar un escuadrón de "ángeles volantes" por toda Australia en un "maratón volante" para recaudar fondos con los que enviar a diez peregrinos de Timor Oriental a la Jornada Mundial de la Juventud 2008 en Sydney.

El sacerdote preside la "Fly Away to Heaven Initiative" , fundada para ayudar a financiar proyectos de ayuda en Timor Este. El padre Fowles circunnavegó Australia en un avión Jabiru J400, llamado "Alas de Ángel" que construyó él mismo. Su escuadrón está formado por ocho aeroplanos y todos ellos hicieron parada en las mayores ciudades y pueblos de toda Australia entre el 1 de mayo y el 3 de junio.Los colegas pilotos del sacerdote, en este viaje de 7.500 kilómetros, tienen variedad de antecedentes y no todos son católicos.

"Estos pilotos lo están haciendo por algo que vale la pena y que les atrae", dijo el padre John, sacerdote de la parroquia del Inmaculado Corazón de María de Thurgoona, Nueva Gales del Sur. Y aunque no se conoce el recuento final de la colecta, y falta mucho por llegar, se espera que el "maratón volante" llegue a cerca de 500.000 dólares entre donativos y venta de un CD titulado "
Earth Angels Care".

El cantante de música country Korey Livy ha acompañado al grupo en diversas paradas para cantar "
Earth Angels Care", una canción especialmente compuesta para el "maratón volante".

"Para estos timoreses, la posibilidad de compartir ese día con jóvenes de todo el mundo es sólo un sueño --dijo el padre Fowles--. ‘Fly Away to Heaven' espera hacer realidad ese sueño".

El resto de los donativos irán a otros proyectos del país, siendo una prioridad los orfanatos.Pero el padre Fowles dice que la parte más importante del proyecto "Fly Away to Heaven" ha sido la oportunidad de hacer crecer la conciencia sobre la situación del pueblo timorés del Este.
"Estamos completamente contentos en este país. No nos falta de nada. Siempre tuve un celo misionero por hacer algo por aquellos menos afortunados que nosotros -dijo--. Nuestro vuelo de ‘buena voluntad' inspirará a otros a asumir el compromiso por los pobres y necesitados".

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Traducido del inglés por Nieves San Martín

Preparaciones litúrgicas de la JMJ

sábado, 17 de mayo de 2008

La parroquia, entre la renovación y la acusación / Autora: Miriam Díez i Bosch

Según el catedrático de teología Eloy Bueno de la Fuente
BURGOS, (ZENIT.org).- Se puede hablar de una «revancha de la parroquia, pues «ha sobrevivido a todos los ataques y a todas las profecías de desaparición».

Así lo defiende Eloy Bueno de la Fuente, catedrático de la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos), institución que cumple 40 años estos días y de la que este teólogo ha sido decano.

Aunque el pensamiento moderno la consideraba una «institución obsoleta» y la sensibilidad postmoderna se inclinaría por una «red de comunidades», la parroquia sigue teniendo su lugar y su sentido.

Lo argumenta en su disertación «Movimientos de renovación parroquial en los últimos 40 años», publicada dentro del libro «A vueltas con la parroquia: balance y perspectivas», de la editorial Verbo Divino.

La ponencia fue pronunciada en la XVIII Semana de Teología Pastoral del Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca.

«La parroquia constituye el rostro más visible de la Iglesia» y «sigue atravesada por una tensión», pero «tal vez el milagro de la parroquia consiste en su ambivalencia, en el propio dinamismo que la constituye en cuanto cuerpo de la Iglesia en la carne y en la sangre de los hombres reales», afirma.

«No resulta ni exagerado ni aventurado decir que la parroquia se ha convertido en el escenario en el que se han planteado enormes disputas y tensiones, proyectos y alternativas», constata el autor.

Eloy Bueno de la Fuente explica que «la concepción de la parroquia vigente desde el Concilio de Trento hasta el Código de Derecho Canónico de 1917 se ve como «inviable» cuando llegan los movimientos de renovación del siglo XX».

Uno de ellos fue el «Movimiento litúrgico», que redescubre el significado de la asamblea litúrgica y su protagonismo. La centralidad de la eucaristía comunitaria y la participación en la oración de la Iglesia pretenden superar «las tentaciones de individualismo» y «las posibles desviaciones de las devociones particulares».

Otro fue el «Movimiento misionero», que constituyó un «factor decisivo en los proyectos de renovación». La parroquia «debía» recuperar «la lógica de la misión». Se habla de «militante» y «comprometido» como figuras cristianas «privilegiadas» de frente a la figura del «practicante» y «burgués».

Por otra parte -prosigue el catedrático-- surgió el «Movimiento comunitario» para el cual «sólo podía ser misionera una parroquia que viviera como comunidad». Se denunciaba así una parroquia como conglomerado carente de relaciones interpersonales. En este sentido los movimientos juveniles, especialmente en Alemania, jugaron un gran papel.

En este contexto la parroquia adquiere un «mayor rango teológico al ser vista en la analogía del dinamismo de la Iglesia local». Se va tematizando la triple dimensión que constituye la vida parroquial (Palabra, liturgia, servicio).

El Concilio no trató expresamente el tema parroquial, recuerda este teólogo: «La parroquia no formó parte de las grandes preocupaciones del Concilio. De hecho, algunas alusiones en los textos fueron desapareciendo a lo largo del itinerario conciliar».

En este sentido cabe recordar la Sacrosanctum Concilium, que en el número 42 alude a la parroquia con fuerte contenido teológico. Se destaca allí la importancia de la comunidad, su carácter local y su referencia a la diócesis.

En la Lumen Gentium (26 y 28) se hablará de comunidad de personas radicadas en un lugar en el seno de la Iglesia local.

Los movimientos de renovación de la parroquia se inspirarán en la eclesiología conciliar, pero «la recepción no fue pacífica ni sosegada», confiesa el teólogo español.

«La parroquia debió cargar con las acusaciones más radicales, hasta decretar su muerte, porque representaba un pasado del que había que salir», explica dando voz a algunas posiciones.

La parroquia, entonces, vive una «tensión» entre diversos modelos: el de comunidad misionera y el de agencia de servicios religiosos.

El autor concluye considerando que «hay que aceptar y articular el hecho de que en la parroquia existen aquellos que asumen como vocación la lógica que localiza a la Iglesia y la abre a la situación misionera», mientras que otros «simplemente participan en los acontecimientos más importantes». Por último están quienes «simplemente se acercan, se sitúan en el umbral y se sienten de paso».

miércoles, 14 de mayo de 2008

Sabios consejos a los jóvenes / Autor: José Ignacio Munilla, obispo de Palencia

Publicamos la carta que ha escrito monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia, con el título "Sabios consejos a los jóvenes".

* * *
El pasado 19 de abril, tercer aniversario del inicio de su pontificado, el Papa mantenía un caluroso encuentro con los jóvenes y seminaristas de la ciudad de Nueva York. Escuchando su discurso y viendo las imágenes del encuentro, me acordé de aquel refrán irónico y sugerente: "¡Si los jóvenes supieran y los viejos pudiesen!". Afortunadamente, la fluidez de la comunicación del Papa anciano con aquellos jóvenes deseosos de recibir su sabiduría de pastor, despejaba el pesimismo del proverbio y nos llenaba de confianza y esperanza hacia las nuevas generaciones. La Iglesia, ciertamente, necesita del dinamismo y de la fuerza de los jóvenes, al mismo tiempo que los jóvenes necesitan de la experiencia y de la sabiduría de la Madre Iglesia.

El mensaje de Benedicto XVI invitaba a los jóvenes a fijar su mirada en la vida de los santos. Frente a quienes perciben el cristianismo como un cúmulo de mandatos y prohibiciones, los cristianos somos los grandes admiradores de la belleza y de la bondad de Dios. Gracias a esa capacidad de admiración, propia de la sensibilidad que brota de la fe, el joven cristiano está llamado a disfrutar del don de la vida con una intensidad especial. Para ello, el Papa ayudaba a reflexionar a los jóvenes sobre dos riesgos de los que pueden ser víctimas, y les dirigía a continuación cuatro consejos concretos:

Tinieblas del corazón y tinieblas del espíritu

El Papa hacía esta distinción, verdaderamente original e inédita, e introducía a los jóvenes en una reflexión crítica sobre los influjos negativos de la cultura en la que estamos inmersos. ¿A qué quería referirse con esa distinción entre "corazón" y "espíritu"?

Las "tinieblas del corazón" se refieren a la vaciedad de tantos sucedáneos con los que pretendemos suplir la ausencia de auténtico amor en nuestra vida. Lo cierto es que, cuando el hombre no ama, mendiga afectividad de forma errónea. Es como si tuviese que reconocer amargamente: "la droga, el sexo, la diversión desenfrenada... no me hacen feliz, pero son lo único que me compensa de no serlo". Por el contrario, todas estas esclavitudes sumergen al hombre en un drama de insensibilidad para el amor.

Pero Benedicto XVI advertía a los jóvenes de que todavía hay otras tinieblas más densas y opacas, que además de tener la particularidad de no percibirse con facilidad, son, sin embargo, más nocivas: las "tinieblas del espíritu". En efecto, la manipulación de la verdad puede llegar a distorsionar nuestra percepción de la realidad, de modo que confundamos bien con mal, o verdad con mentira. El Papa pone un ejemplo concreto: "¿Habéis notado que, con frecuencia, se reivindica la libertad sin hacer jamás referencia a la verdad de la persona humana?". ¡Así es...! El dogma supremo de nuestra cultura actual parece resumirse en un pretendido "derecho a elegir" absoluto, sin ninguna referencia a la verdad que debe orientar nuestra libertad. ¿Cómo no recordar aquellas palabras de Cristo: "La verdad os hará libres" (Jn 8, 32)? En pocas palabras: si las tinieblas del corazón se caracterizan por frustrar nuestra vocación al amor, las tinieblas del espíritu impiden realizar nuestra vocación a la verdad.

Cuatro consejos para el camino

1º.- El primer consejo es el silencio que nos abre a la comunicación con Dios en un "tú a tú". El Papa anima a los jóvenes a perder el miedo al silencio. Posiblemente, el sobreexceso de ruido en el que estamos inmersos, esconde el temor del hombre a la soledad y al silencio. Y, sin embargo, el silencio no es signo de incomunicación, sino todo lo contrario: la sal de la palabra es el silencio. Frente a una tendencia a reducir nuestra vida espiritual a una relación esporádica con Cristo, Benedicto XVI propone a los jóvenes el ideal de una amistad íntima, fiel y perseverante.

2º.- En segundo lugar, el Papa recomienda a los jóvenes la vivencia intensa de la liturgia. Frente al tópico generalizado de que la liturgia es un lenguaje ininteligible para los jóvenes, les invita a adentrarse en ese misterio de unión entre el cielo y la tierra. Es importantísimo educar a los jóvenes en el lenguaje litúrgico, de modo que puedan llegar a percibir que "cada vez que los sacramentos son celebrados, Jesús interviene de nuevo en nuestra historia".

3º.- El tercer consejo es la práctica de la caridad. En efecto, no nos poseemos en propiedad, y nuestra vida carece de sentido si no es para ejercitarse en actos de amor concretos y eficaces. Por ello, el Papa invita a los jóvenes a estar atentos a las nuevas formas de pobreza que están surgiendo... Lo cierto es que nuestra felicidad pasa, necesariamente, por hacer felices a los demás.

4º.- Y, finalmente, Benedicto XVI invitaba a los jóvenes a estar abiertos a la vocación. Fue una gozada comprobar la confianza y la libertad sin complejos con que se dirigió a los jóvenes para decirles: "Si no lo habéis hecho, planteaos seriamente si el Señor os pide seguirle de un modo radical en el ministerio sacerdotal o en la vida consagrada". Con esa misma confianza, se despedía de ellos invitándoles a participar este verano en la Jornada Mundial de la Juventud... Pero de eso hablaremos otro día.

+ José Ignacio, Obispo de Palencia

lunes, 14 de enero de 2008

Celebremos el Tiempo Ordinario / Autor: P. Antonio Rivero, L.C.

Ordinario no significa de poca importancia, anodino, insulso, incoloro. Sencillamente, con este nombre se le quiere distinguir de los “tiempos fuertes”, que son el ciclo de Pascua y el de Navidad con su preparación y su prolongación.

Es el tiempo más antiguo de la organización del año cristiano. Y además, ocupa la mayor parte del año: 33 ó 34 semanas, de las 52 que hay.

El Tiempo Ordinario tiene su gracia particular que hay que pedir a Dios y buscarla con toda la ilusión de nuestra vida: así como en este Tiempo Ordinario vemos a un Cristo ya maduro, responsable ante la misión que le encomendó su Padre, le vemos crecer en edad, sabiduría y gracia delante de Dios su Padre y de los hombres, le vemos ir y venir, desvivirse por cumplir la Voluntad de su Padre, brindarse a los hombres…así también nosotros en el Tiempo Ordinario debemos buscar crecer y madurar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor, y sobre todo, cumplir con gozo la Voluntad Santísima de Dios. Esta es la gracia que debemos buscar e implorar de Dios durante estas 33 semanas del Tiempo Ordinario.

Crecer. Crecer. Crecer. El que no crece, se estanca, se enferma y muere. Debemos crecer en nuestras tareas ordinarias: matrimonio, en la vida espiritual, en la vida profesional, en el trabajo, en el estudio, en las relaciones humanas. Debemos crecer también en medio de nuestros sufrimientos, éxitos, fracasos. ¡Cuántas virtudes podemos ejercitar en todo esto! El Tiempo Ordinario se convierte así en un gimnasio auténtico para encontrar a Dios en los acontecimientos diarios, ejercitarnos en virtudes, crecer en santidad…y todo se convierte en tiempo de salvación, en tiempo de gracia de Dios. ¡Todo es gracia para quien está atento y tiene fe y amor!

El espíritu del Tiempo Ordinario queda bien descrito en el prefacio VI dominical de la misa: “En ti vivimos, nos movemos y existimos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda la vida futura, pues esperamos gozar de la Pascua eterna, porque tenemos las primicias del Espíritu por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos”.

Este Tiempo Ordinario se divide como en dos “tandas”. Una primera, desde después de la Epifanía y el bautismo del Señor hasta el comienzo de la Cuaresma. Y la segunda, desde después de Pentecostés hasta el Adviento.

Les invito a aprovechar este Tiempo Ordinario con gran fervor, con esperanza, creciendo en las virtudes teologales. Es tiempo de gracia y salvación. Encontraremos a Dios en cada rincón de nuestro día. Basta tener ojos de fe para descubrirlo, no vivir miopes y encerrados en nuestro egoísmo y problemas. Dios va a pasar por nuestro camino. Y durante este tiempo miremos a ese Cristo apóstol, que desde temprano ora a su Padre, y después durante el día se desvive llevando la salvación a todos, terminando el día rendido a los pies de su Padre, que le consuela y le llena de su infinito amor, de ese amor que al día siguiente nos comunicará a raudales. Si no nos entusiasmamos con el Cristo apóstol, lleno de fuerza, de amor y vigor…¿con quién nos entusiasmaremos?

Cristo, déjanos acompañarte durante este Tiempo Ordinario, para que aprendamos de ti a cómo comportarnos con tu Padre, con los demás, con los acontecimientos prósperos o adversos de la vida. Vamos contigo, ¿a quién temeremos? Queremos ser santos para santificar y elevar a nuestro mundo.

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Fuente: Catholic.net