El padre Flavio Matías explicó que todos los jueves dice misa a las 6.15 horas de la mañana a los jóvenes miembros de una tribu. Ellos y él tienen que recorrer kilómetros por la selva para acudir, de ahí que no pueda ser más frecuente. Pero es"un pueblo sencillo y humilde que por la falta de sacerdotes tienen que luchar para mantener la fe". Es una"Iglesia que sufre": "Y siento que estoy en el sitio correcto, por la presencia del sacerdote, la presencia eucarística y la presencia de la Palabra. Dios me toca a través de las cosas simples, y eso ha aumentado mi deseo de servir más a la Iglesia. Al ayudarles a crecer en la fe, crezco yo también".
Y concluyó con una frase muy de Francisco y su predicación del olor a oveja: "No hay otra forma de ser pastor que estar con las ovejas. No basta con indicarles el camino, hay que hacerlo con ellas".