viernes, 17 de agosto de 2007
La visión de los niños y oración por ellos / Enviada por Ana García
La visión de los niños
# Cuando el adulto mira flores silvestres, ve un montón de maleza que va a crecer en el jardín.
Los niños ven flores para mamá.
# Cuando el adulto ve un borracho, ve una persona mal oliente, sucia que probablemente quiere dinero y mira para otro lado.
Los niños ven a alguien sonriéndoles y ellos también le sonríen.
# Cuando el adulto escucha música que le gusta, piensa en el hecho que no se entona bien o no tiene ritmo, entonces escucha callado.
Los niños escuchan la música, comienzan a moverse, cantan las palabras de la canción. Si no se la saben, se la inventan.
# Cuando el adulto siente viento en su cara, lo siente despeinando su cabello e inmediatamente se arregla el pelo mientras camina.
Los niños cierran sus ojos, abren sus brazos y vuelan hasta que caen en el piso riendo.
# Cuando el adulto ve un charco, camina alrededor. Ve zapatos, ropa y carpeta sucia.
Los niños se sientan en el charco. Ellos ven ríos para cruzar y mares para nadar.
# Cuando el adulto ora, dice "Padre celestial, te pido esto y lo otro".
Los niños dicen: "Hola Dios, gracias por mis juguetes y mis amigos. No quiero tener malos sueños esta noche. Perdóname, pero todavía no quiero irme al cielo. Extrañaría a papá y a mamá".
Me pregunto si Dios nos ha dado los niños para que les enseñemos o para que aprendamos de ellos...?
Oración
Quiero pedir por los niños que dejan sus dedos llenos de chocolate en todo lo que tocan, que saltan en los charcos y arruinan sus pantalones nuevos, que comen golosinas antes de la comida y que nunca encuentran sus zapatillas en la mañana.
Quiero pedir también por los niños que miran a los fotógrafos desde atrás de los alambres de púas, que nunca han caminado por la calle con un par de zapatillas nuevas, que nunca han jugado "encantados" y que han nacido en lugares a donde nosotros jamás nos acercaríamos, que es donde probablemente morirán.
Quiero pedir por los niños que nos dan besos pegoteados de caramelo y ramos de flores, que duermen con su perro y quieren enterrar a sus pescaditos; que nos abrazan muy fuerte y que olvidan su dinero para la merienda; que desparraman la pasta de dientes por todo el baño, que observan con ojos asombrados a su padre cuando se afeita y a su madre mientras se maquilla, o que hacen ruido cuando toman la sopa.
Y también quiero pedir por los niños que nunca han comido postre, que no tienen cobija favorita que llevar a todos lados, que ven a sus padres sufrir, que se acercan a nuestros coches en cada calle pidiendo con sus ojos, que no tienen baños para asearse, y cuyas fotos aparecen en las Comisarías y no en las oficinas de sus padres.
Quiero pedir por los niños cuyas pesadillas suceden a plena luz del día, que comen lo que encuentran, que duermen bajo el cielo abrigados por periódicos, que nunca han ido al dentista, que no reciben mimos de nadie, que van a dormir hambrientos y despiertan hambrientos, que no tienen dirección.
Quiero pedir por los niños a quienes les gusta que los hagan upa y por aquellos que "tienen que ser llevados upa", por los que se dan por vencidos y por los que siguen luchando, por los que no encuentran manos que tomar.
Por todos esos niños, quiero pedir el día de hoy, porque todos son valiosos, dan una nueva forma de amor a nuestras vidas y una razón para vivir, porque ellos nos hacen sentir la necesidad de comprometernos a construir un mundo más justo.
Y pido por nuestros hijos, los que nacieron y los que nacerán, porque son la mejor esperanza para nuestro mundo, la compensación de nuestro trabajo, la realización de nuestros sueños incompletos, la garantía de nuestra inmortalidad, y la muestra de que Dios no ha perdido la esperanza en los hombres.
Este día pido por mis hijos, por nuestros hijos, por todos los hijos del mundo, para que Dios los bendiga con amor y alegría.
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