* «Entonces -podríamos pensar- ¿no se puede desear ser ricos? Por supuesto que se puede, es más, es justo desearlo, es bueno hacerse rico, ¡pero rico según Dios! Dios es el más rico de todos: es rico en compasión, en misericordia. Su riqueza no empobrece a nadie, no crea peleas ni divisiones. Es una riqueza que ama dar, distribuir, compartir. Acumular bienes materiales no es suficiente para vivir bien. Entonces, nos preguntamos: ¿cómo quiero enriquecerme? ¿quiero enriquecerme según Dios o según mi codicia? Y volviendo al tema de la herencia, ¿qué herencia quiero dejar? ¿Dinero en el banco, cosas materiales, o gente feliz a mi alrededor, buenas obras que no se olvidan, personas a las que he ayudado a crecer y madurar?»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «Durante el viaje a Canadá no dejé de rezar por el pueblo ucraniano, agredido y martirizado, pidiendo a Dios que lo libere del flagelo de la guerra. Si se mira la realidad con objetividad, teniendo en cuenta el daño que cada día de guerra supone para esa población pero también para el mundo entero, lo único razonable sería parar y negociar. Que la sabiduría inspire pasos concretos de paz»