* «Siento que es un mandato que tengo; conocer la naturaleza, las enfermedades, la biología… Es la vocación que el Señor me ha dado y a la vez la forma de demostrarme que realmente existe. Cuanto más veo lo organizado que está todo, a medida que bajo a la pequeñez y analizo todo a vista de microscopio, me doy cuenta de que todo es perfecto, que es imposible que esté hecho por azar. Eso te confirma la existencia de un Creador… ’Señor, ayúdame’, suelo decir. Habitualmente ofrezco mi investigación de cada día para gloria de Dios»