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martes, 26 de marzo de 2024

Isaac García se volcó en la música, tuvo una crisis existencial y enfermó: «Pasé de no creer en Dios a saber que existe y me cambió el corazón en menos de un segundo»

“Era todo un Babel enorme… Y entonces empecé a sufrir unos episodios de fiebre muy alta que nadie sabía por qué me daban, y acabe ingresado en el hospital. Me hicieron pruebas de muchas cosas, y no había manera de sacar lo que tenía... Me empezó a entrar miedo, porque decía a lo mejor tengo algo grave… Y, de repente, yo dije: «Bueno, lo único que me queda es rezar… Entonces recé, casi por instinto, sin pensar mucho por qué lo estaba haciendo, pero recé. Como si mi alma supiera lo que tenía que hacer sin que yo lo entendiera. Y en ese momento yo me convertí. Pasé de no creer en Dios, o de olvidarme de Dios, o cuestionarme a Dios. En un segundo, en menos de un segundo saber que Dios existe, que me ha tocado, que ha hecho algo en mí. Me cambió el corazón, me lo transformó en menos de un segundo. Y yo me hice creyente ahí”


lunes, 25 de marzo de 2024

Meditación del Lunes Santo: “Adquirir el pensamiento de Dios”, 25-3-2024 / Por Mons. Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid


25 de marzo de 2024.- (
Camino Católico) Iniciamos la semana que nos conducirá hasta la Pascua del Señor. Es una Semana Santa y, por eso, el obispo auxiliar de Madrid, D. Jesús Vidal, nos invita en esta primera ‘Meditación de Semana Santa’,  emitida por 13 TV, a «pararnos un momento para reconocer el camino que estamos haciendo junto al Señor». Por eso nos invita a “adquirir el pensamiento de Dios, haciendo el recorrido de seguir a Jesús en el camino de la Cruz. ¿Verdaderamente quiero seguirte?”.

Hoy, Lunes Santo, será el primer día donde nos pararemos en los 3 anuncios con los que Jesús preparó a sus discípulos a vivir aquel acontecimiento tan grande. Fiel al Evangelio D. Jesús Vidal ha elegido los tres anuncios de la pasión, muerte y resurrección, tal y como vienen recogidos en el texto de San Marcos.

Tal y como nos propone el obispo auxiliar de Madrid, tras la confesión de Pedro en Galilea de Filipo, «Jesús empieza a instruirles sobre cuál será el camino de cumplimiento de la misión del Mesías, del Ungido enviado por Dios. Al iniciar la semana también nosotros nos hacemos discípulos reconociendo que no lo sabemos todo». Es decir, independientemente de lo que vayamos a hacer estos días, Vidal señala una pregunta central para el día de hoy y que todos debemos hacernos: «¿Qué me va a enseñar el Señor estos días? ¿Ya lo sé todo o estoy abierto a que el Señor me enseñe algo nuevo sobre la fe o sobre mi vida en el seguimiento de Jesús?»

Dentro de este primer anuncio que hoy nos ocupa en estas Meditaciones de Semana Santa, el Señor es bastante claro: El Hijo del Hombre tiene que padecer, ser reprobado por el sanedrín, ser ejecutado y resucitar al tercer día. Como nos dice el obispo auxiliar de Madrid, «Jesús no oculta nada. (..) Sufrirá en su cuerpo y en su alma, será rechazado por aquellos que primero debían reconocerlo y acogerlo, los líderes religiosos del Pueblo; que, además, lo condenarán y le quitarán la vida. Y al tercer día resucitará.»

En estos días, como nos cuenta D. Jesús Vidal, es posible que nos reconozcamos en el comportamiento de Pedro ante este anuncio: «No será así». Y esto, no es otra cosa que «el rechazo de la Cruz». «No pensemos que estas palabras son solo para Pedro, son para todos aquellos que queremos acompañarle estos días. Lo hace con palabras duras: ¡Aléjate de mí, Satanás!», nos comenta el obispo auxiliar de Madrid.

Las palabras de Pedro son reflejo del pensamiento del hombre, herido por el pecado, que cree que debe salvarse a sí mismo. «¿Cómo piensas tú?», nos pregunta Vidal, «¿Cómo pienso yo, como los hombres o como Dios?».

Y la única manera de adquirir ese «pensamiento de Dios», como nos cuenta D. Jesús Vidal en esta meditación de Lunes Santo es «hacer el recorrido de seguirle en el camino de la Cruz. ¿Verdaderamente quiero seguirte?».

Para finalizar, el obispo auxiliar de Madrid nos pide abrir «nuestro corazón a la escucha del Maestro (…) Sigamos estos días a Jesús». 

Homilía del P. Carlos Martínez y lecturas de la Misa de hoy, Lunes Santo, 25-3-2024


25 de marzo de 2024.- (
Camino Católico) Homilía del P. Carlos Martínez Oliveras y lecturas de la Santa Misa de hoy, Lunes Santoemitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.


Santa Misa de hoy, Lunes Santo, 25-3-2024

 


25 de marzo de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, Lunes Santo, presidida por el P. Carlos Martínez Oliveras, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid. 


Palabra de Vida 25/3/2024: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura» / Por P. Jesús Higueras

 


Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 25 de marzo 2024, Lunes Santo, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Juan 12, 1-11:

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:

«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».

Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.

Jesús dijo:

– «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».

Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.

Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Adoración Eucarística con el P. Carlos Martínez en la Basílica de la Concepción de Madrid, 25-3-2024

 


25 de marzo de 2024.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. Carlos Martínez Oliveras, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.


Pasión, muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo, historia de redención, historia de un gran Amor, tu historia / Por P. Carlos García Malo

 


Begoña Rosado había abortado: «Estaba lejos de Dios y mi amiga me dice que tiene una posesión diabólica muy fuerte; conocí al Señor y me llenó la vida»

* «Tuve un encuentro con Cristo, maravilloso, me enamoré de Él. Me siento tan feliz… encontré ese amor lleno, que crece»

Testimonio de Begoña Rosado en el programa Cambio de Agujas de Euk Mamie.

Camino Católico.- Begoña Rosado es la pequeña de ocho hermanos. Desde la juventud se zambulló en el mundo buscando el amor en discotecas, en amigos y en el matrimonio, pero nada consiguió llenarla. Buscaba un amor más grande. Con diecinueve años se quedó embarazada, y pensando solo en sí misma, toma la decisión de abortar.  Ella se convirtió cuando retomó el contacto con una amiga de la adolescencia después de veinte años sin tratarse. Su amiga le dijo algo asombroso: estaba poseída. Cuando Begoña consiguió visitarla, ya no lo pudo dudar:  «Tuve un encuentro con Cristo, maravilloso, me enamoré de Él. Me siento tan feliz… encontré ese amor lleno, que crece» Ha contado su testimonio de fe en HM Televisiónen el veterano programa Cambio de Agujas de Euk Mamie.

Esther Sáez iba en un tren de los atentados del 11-M, le daban 24 horas de vida y se aferró a la cruz de Cristo: «Vivo feliz porque cada cosa tiene sentido a los ojos del Señor»


 * «Experimenté una conversión brutal a Nuestro Señor en la unidad de críticos… Ahí sentí que Cristo llenaba todos mis espacios, que estaba dándome sentido a mi posible muerte. Era como: ‘qué lástima, Esther, que hayas tenido que pasar una cosa así para que te des cuenta de Quién soy yo’. Fue brutal. Fue impresionante. Nunca he sentido nada parecido. Fue brutal. Como: ‘Esther, te has tenido que despojar de un montonazo de cosas que estabas poniendo entre tú y Yo’. A pesar de que yo me consideraba muy creyente, me di cuenta de que era una católica convencional, de una fe heredada, gracias a Dios y a mis padres, con su trabajo y ejemplo, pero que no me había molestado en ahonda»

Testimonio de Esther Sáez en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. televisión en enero de 2019

Camino Católico.- Esther Sáez trabajaba en proyectos de investigación contra el cáncer, estaba casada y tenía dos hijos todavía pequeños. La mañana del 11 de marzo de 2004, se dirigía hacia su trabajo cuando una bomba estalló en el vagón del tren en el que viajaba. Se trataba del tristemente célebre atentado terrorista de los cuatro trenes de Atocha, en Madrid (España), también llamado «el 11M», en el que fallecieron 193 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas. Su tren fue en el que hubo mayor número de víctimas mortales. Solo ella y otra persona sobrevivieron, a pesar de que el primer pronóstico apenas le daba 24 horas de vida. En medio de ese terrible dolor físico, espiritual y psicológico, Esther se aferró a la cruz de Cristo.

Así vive agradecida a Dios 20 años después

Al cumplirse 20 años de los atentados, Esther asegura que «mi vida es muy distinta a la que tenía antes y hoy pienso que mi único objetivo es entregarme. La vida es para darla, nunca tenemos la certeza de cuánto tiempo vamos a pasar aquí. Así que nuestra donación ha de ser día a día, porque mañana igual no existe. Tengo cada vez más claro que somos perecederos, que cada día es un regalo del Señor y puede ser el último, ¡pero no pasa nada!», dice riendo a Alfa y Omega.

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domingo, 24 de marzo de 2024

Papa Francisco en el Ángelus, 24-3-2024: «Sólo Jesús puede librarnos de la enemistad, del odio y de la violencia, porque Él es la misericordia y el perdón de los pecados» 


 * «Aseguro mis oraciones por las víctimas del cobarde atentado terrorista perpetrado la pasada noche en Moscú. Que el Señor las acoja en su paz y consuele a sus familias. Que convierta los corazones de quienes planean, organizan y llevan a cabo estas acciones inhumanas, que ofenden a Dios, que ordenó: ‘No matarás’ (Ex 20,13)»

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Recemos por todos nuestros hermanos y hermanas que sufren a causa de la guerra; de modo especial pienso en la atormentada Ucrania, donde tantas personas se encuentran sin electricidad a causa de los intensos ataques contra las infraestructuras, que, además de causar muerte y sufrimiento, conllevan el riesgo de una catástrofe humanitaria aún mayor. Por favor, no olvidemos a la martirizada Ucrania y pensemos en Gaza, que tanto está sufriendo, y en tantos otros lugares de guerra» 

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Santa Misa de hoy, presidida por el Papa Francisco,  Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, 24-3-2024


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4 de marzo de 2024.-  (Camino Católico El Papa Francisco ha presidido en la plaza de San Pedro del Vaticano la Santa Misa de hoy, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. La celebración se ha iniciado con la procesión por toda la plaza hacia el altar, en el transcurso de la cual el Santo Padre ha bendecido los ramos. En la eucaristía se ha leído la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos y tras ella se ha guardado silencio y Francisco no ha pronunciado homilía.  Antes de impartir la bendición final de la Eucaristía  el Papa Francisco ha rezado la oración del Ángelus y en su alocución previa ha afirmado: “Jesús entró en Jerusalén como un Rey humilde y pacífico: ¡abrámosle nuestro corazón! Sólo Él puede librarnos de la enemistad, del odio y de la violencia, porque Él es la misericordia y el perdón de los pecados. Recemos por todos nuestros hermanos y hermanas que sufren a causa de la guerra”. En el vídeo de 13 TV  se visualiza y escucha toda la celebración.


Homilía del P. Javier Martín y lecturas de la Misa de hoy, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, 24-3-2024

 


24 de marzo de 2024.-  (Camino Católico).- Homilía del P. Javier Martín FM y lecturas de la Santa Misa de hoy, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, emitida por Magníficat TV.


Santa Misa de hoy, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, 24-3-2024

 


24 de marzo de 2024.-  (Camino Católico).- Celebración de la Santa Misa de hoy, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor,  presidida por el P. Javier Martín FM, emitida por Magníficat TV.


Palabra de Vida 24/3/2024: «Bendito el que viene en nombre del Señor» / Por P. Jesús Higueras

 


Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 24 de marzo 2024, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Marcos 14, 1 – 15, 47:

 Faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matarle. Pues decían: «Durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo».

Estando Él en Betania, en casa de Simón el leproso, recostado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, de mucho precio; quebró el frasco y lo derramó sobre su cabeza. Había algunos que se decían entre sí indignados: «¿Para qué este despilfarro de perfume? Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos denarios y habérselo dado a los pobres». Y refunfuñaban contra ella. Mas Jesús dijo: «Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Ha hecho una obra buena en mí. Porque pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles bien cuando queráis; pero a mí no me tendréis siempre. Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo os aseguro: dondequiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya».

Entonces, Judas Iscariote, uno de los Doce, se fue donde los sumos sacerdotes para entregárselo. Al oírlo ellos, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él andaba buscando cómo le entregaría en momento oportuno.

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?». Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle y allí donde entre, decid al dueño de la casa: ‘El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?’. Él os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros». Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.

Y al atardecer, llega Él con los Doce. Y mientras comían recostados, Jesús dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará, el que come conmigo». Ellos empezaron a entristecerse y a decirle uno tras otro: «¿Acaso soy yo?». Él les dijo: «Uno de los Doce que moja conmigo en el mismo plato. Porque el Hijo del hombre se va, como está escrito de Él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!».

Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo». Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos. Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios». Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.

Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: ‘Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas’. Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea». Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no». Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres». Pero él insistía: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré». Lo mismo decían también todos.

Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo hago oración». Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia. Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad». Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de Él aquella hora. Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú». Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar? Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil». Y alejándose de nuevo, oró diciendo las mismas palabras. Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados; ellos no sabían qué contestarle. Viene por tercera vez y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos! ¡vámonos! Mirad, el que me va a entregar está cerca».

Todavía estaba hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos. El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es, prendedle y llevadle con cautela». Nada más llegar, se acerca a Él y le dice: «Rabbí», y le dio un beso. Ellos le echaron mano y le prendieron. Uno de los presentes, sacando la espada, hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le llevó la oreja. Y tomando la palabra Jesús, les dijo: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el Templo, y no me detuvisteis. Pero es para que se cumplan las Escrituras». Y abandonándole huyeron todos. Un joven le seguía cubierto sólo de un lienzo; y le detienen. Pero él, dejando el lienzo, se escapó desnudo.

Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y se reúnen todos los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas. También Pedro le siguió de lejos, hasta dentro del palacio del Sumo Sacerdote, y estaba sentado con los criados, calentándose al fuego. Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte; pero no lo encontraban. Pues muchos daban falso testimonio contra Él, pero los testimonios no coincidían. Algunos, levantándose, dieron contra Él este falso testimonio: «Nosotros le oímos decir: ‘Yo destruiré este Santuario hecho por hombres y en tres días edificaré otro no hecho por hombres’». Y tampoco en este caso coincidía su testimonio. Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y poniéndose en medio, preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos atestiguan contra ti?». Pero Él seguía callado y no respondía nada. El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?». Y dijo Jesús: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo». El Sumo Sacerdote se rasga las túnicas y dice: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?». Todos juzgaron que era reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, le cubrían la cara y le daban bofetadas, mientras le decían: «Adivina», y los criados le recibieron a golpes.

Estando Pedro abajo en el patio, llega una de las criadas del Sumo Sacerdote y al ver a Pedro calentándose, le mira atentamente y le dice: «También tú estabas con Jesús de Nazaret». Pero él lo negó: «Ni sé ni entiendo qué dices», y salió afuera, al portal, y cantó un gallo. Le vio la criada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí: «Éste es uno de ellos». Pero él lo negaba de nuevo. Poco después, los que estaban allí volvieron a decir a Pedro: «Ciertamente eres de ellos pues además eres galileo». Pero él, se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis!». Inmediatamente cantó un gallo por segunda vez. Y Pedro recordó lo que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres». Y rompió a llorar.

Pronto, al amanecer, prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín y, después de haber atado a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato. Pilato le preguntaba: «¿Eres tú el Rey de los judíos?». El le respondió: «Sí, tú lo dices». Los sumos sacerdotes le acusaban de muchas cosas. Pilato volvió a preguntarle: «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan». Pero Jesús no respondió ya nada, de suerte que Pilato estaba sorprendido.

Cada Fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato. Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder. Pilato les contestó: «¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?». Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás. Pero Pilato les decía otra vez: «Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los judíos?». La gente volvió a gritar: «¡Crucifícale!». Pilato les decía: «Pero, ¿qué mal ha hecho?». Pero ellos gritaron con más fuerza: «¡Crucifícale!». Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado.

Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte. Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen. Y se pusieron a saludarle: «¡Salve, Rey de los judíos!». Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante Él. Cuando se hubieron burlado de Él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle.

Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario. Le daban vino con mirra, pero Él no lo tomó. Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno. Era la hora tercia cuando le crucificaron. Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: «El Rey de los judíos». Con Él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda. Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días, ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!». Igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. ¡El Cristo, el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos». También le injuriaban los que con Él estaban crucificados.

Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: «Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní?», que quiere decir «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?». Al oír esto algunos de los presentes decían: «Mira, llama a Elías». Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: «Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle». Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró.

Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo. Al ver el centurión, que estaba frente a Él, que había expirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios». Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas, María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé, que le seguían y le servían cuando estaba en Galilea, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.

Y ya al atardecer, como era la Preparación, es decir, la víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro respetable del Consejo, que esperaba también el Reino de Dios, y tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús. Se extraño Pilato de que ya estuviese muerto y, llamando al centurión, le preguntó si había muerto hacía tiempo. Informado por el centurión, concedió el cuerpo a José, quien, comprando una sábana, lo descolgó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca; luego, hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro. María Magdalena y María la de José se fijaban dónde era puesto.

Homilía del Evangelio del Domingo: El poder de la confianza en la misericordia de Cristo / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.


* «Vivir la Pascua significa vivir una experiencia personal de la misericordia de Dios en Cristo. Una vez un niño, al que se le había relatado la historia de Judas, dijo con el candor y la sabiduría de los niños: «Judas se equivocó de árbol para ahorcarse: eligió una higuera». «¿Y qué debería haber elegido?», le preguntó sorprendida la catequista. «¡Debía colgarse del cuello de Jesús!». Tenía razón: si se hubiera colgado del cuello de Jesús, para pedirle perdón, hoy sería honrado como lo es San Pedro. Conocemos el antiguo «precepto» de la Iglesia: «Confesarse una vez al año y comulgar al menos en Pascua». Más que una obligación, es un don, un ofrecimiento: es ahí donde se nos ofrece la ocasión de «colgarnos del cuello» de Jesús»

Homilía del Evangelio del Domingo: Jesús, al vencer con su pasión, muerte y resurrección sobre las fuerzas del mal, ha devuelto a la existencia humana la libertad y la paz / Por P. José María Prats


* "Oremos para que al celebrar con fe y devoción durante esta Semana Santa el misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor, participemos también de su victoria sobre el poder del mal, nuestro corazón se llene de paz y nuestra vida se colme, como la palmera, de frutos de vida eterna”

¡Oh, Señor, sálvanos! Domingo de Ramos, aclamamos a Cristo como Salvador y Señor, como Mesías y Dios / Por P. Carlos García Malo

 


Fausto Marín, diácono, recuerda a su hermano fallecido en los atentados del 11M: «Me doy cuenta que la presencia del Señor ha sido muy importante en nuestras vidas»

 


* «Poniéndolo todo en las manos de Cristo, hemos podido vivir nuestra vida como una familia normal, es decir, como personas que se enfrentan a un dolor tan grande como es la pérdida de un hermano, de un hijo… Es muy traumático. La paz que nos da Dios para poder llevar esto nos hace que esté presente en nuestra vida. Somos seres humanos, y no es que te cree dudas de fe, sino que puedes tener sentimientos de rabia, de impotencia al ver que te falta un ser querido. Pero creo que Dios nunca te abandona, sino que te acompaña»

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