27 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, viernes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario, San Vicente de Paúl, presbítero, presidida por el P. Heliodoro Mira, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
viernes, 27 de septiembre de 2024
Palabra de Vida 27/9/2024: «Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho» / Por P. Jesús Higueras
Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 27 de septiembre de 2024, viernes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Lucas 9, 18-22:
Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:
«¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Pedro respondió:
«El Mesías de Dios».
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. porque decía:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 27-9-2024
27 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Oración a San Vicente de Paúl para pedir la gracia de la bondad y la transformación del corazón para ir al encuentro de los pobres y heridos
Camino Católico.- Cada 27 de septiembre la Iglesia celebra a San Vicente de Paúl, sacerdote francés.
Es una de las figuras más representativas del catolicismo en la Francia del siglo XVII. Fue fundador de la Congregación de la Misión, también llamada de Misioneros Paúles, Lazaristas o Vicentinos (1625) y, junto a Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad (1633). Fue nombrado Limosnero Real por Luis XIII, función en la cual abogó por mejoras en las condiciones de los campesinos y aldeanos.
Realizó una labor caritativa notable, sobre todo durante la guerra de la Fronda, una de cuyas consecuencias fue el incremento de menesterosos en su país. Pidamos al Señor por intercesión de San Vicente de Paúl la gracia de la bondad y la transformación del corazón para ir al encuentro de los pobres y heridos:
Haz que mi persona inspire confianza a los que sufren y se lamentan, a los que buscan la luz lejos de Ti, a quien quisiera recomenzar pero no sabe cómo, a quien quiere confiar pero no puede.
San Vicente de Paúl ayúdame a no pasar junto a los necesitados con mirada indiferente, corazón cerrado y el paso apurado.
Ayúdame a darme cuenta enseguida de los que están preocupados y desorientados, de los que sufren en silencio, de los que están solos sin quererlo.
Señor, dame esa sensibilidad y esa bondad que tenía San Vicente de Paúl en su corazón para ir al encuentro de los pobres y heridos amándolos con tu amor.
Señor, haz que te pueda escuchar, Te pueda seguir, te pueda amar, Te pueda servir en cada hermano, que hoy me hagas encontrar.
Amén.
¡San Vicente de Paul, ruega por nosotros!
jueves, 26 de septiembre de 2024
Papa Francisco en Luxemburgo, 26-9-2024: «Con la ayuda de la Virgen, consolar y servir, dos aspectos del amor que Jesús nos confió como misión y nos mostró como el único camino hacia la alegría plena»
* «Por eso, dentro de unos momentos, en la oración de apertura del Año mariano, pediremos a la Madre de Dios que nos ayude a ser ‘misioneros, dispuestos a dar testimonio de la alegría del Evangelio’, conformando nuestro corazón al suyo ‘para ponernos al servicio de nuestros hermanos’»
Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la alocución del Papa
* «Lo que nos impulsa hacia la misión no es la necesidad de “contar con números”, de hacer “proselitismo”, sino el deseo de dar a conocer a la mayor cantidad posible de hermanas y hermanos la alegría del encuentro con Cristo. Más allá de cualquier dificultad, este es el dinamismo vivo del Espíritu Santo que actúa en nosotros. El amor nos apremia a anunciar el Evangelio abriéndonos a los demás, y el desafío del anuncio nos hace crecer como comunidad, ayudándonos a vencer el miedo de emprender nuevos caminos, empujándonos a acoger con agradecimiento la aportación de los demás»
26 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) El Año Mariano, inaugurado por el Papa, hoy, en Luxemburgo, recuerda cuatro siglos de devoción a María, Consuelo de los afligidos, patrona del país. Servir, tema del jubileo mariano, consolar y la alegría de testimoniar el amor de Dios, centraron el discurso del Pontífice a la comunidad católica reunida en la Catedral de Notre-Dame: “Con la ayuda de la Virgen, consolar y servir, dos aspectos del amor que Jesús nos confió como misión y nos mostró como el único camino hacia la alegría plena”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la alocución del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:
Viaje apostólico a Luxemburgo
Encuentro con la comunidad católica en la catedral de «Notre-Dame» de Luxemburgo
DISCURSO DEL SANTO PADRE
Jueves, 26 de septiembre de 2024
Alteza Real, señor cardenal y hermanos obispos, queridos hermanos y hermanas: Me siento muy contento de estar aquí con ustedes, en esta magnífica catedral. Agradezco al Gran Duque y a su familia por su presencia; y doy las gracias al Cardenal Jean-Claude Hollerich por sus amables palabras, así como también a Diogo, Christine y sor María Perpetua por sus testimonios.
Nuestro encuentro se realiza en concomitancia con un importante Jubileo Mariano, con el que la Iglesia de Luxemburgo recuerda cuatro siglos de devoción a María, Consuelo de los afligidos, Patrona del país. Ese título sintoniza bien con el tema que han elegido para esta visita: “Para servir”. Consolar y servir, en efecto, son dos aspectos fundamentales del amor que Jesús nos dio, que nos confió como misión (cf. Jn 13,13-17) y que nos mostró como el único camino hacia la alegría plena (cf. Hch 20,35). Por eso, dentro de unos momentos, en la oración de apertura del Año mariano, pediremos a la Madre de Dios que nos ayude a ser “misioneros, dispuestos a dar testimonio de la alegría del Evangelio”, conformando nuestro corazón al suyo “para ponernos al servicio de nuestros hermanos”. Podemos entonces detenernos a reflexionar precisamente sobre estas tres palabras: servicio, misión y alegría.
En primer lugar, el servicio. Hace un momento se dijo que la Iglesia de Luxemburgo quiere ser “la Iglesia de Jesucristo, que no vino para ser servido, sino para servir” (cf. Mt 20,28; Mc 10,45). También se recordó la imagen de san Francisco abrazando al leproso y curando sus heridas. Yo, desde el servicio, quisiera encomendarles un aspecto que hoy es muy urgente: el de la acogida. Lo hago aquí, entre ustedes, de modo especial, porque vuestro país tiene y mantiene viva, en este campo, una tradición secular, como nos ha recordado sor María Perpetua, y como ha aflorado varias veces, también en los otros testimonios, en el grito “¡todos, todos, todos!”, repetido en varias ocasiones. Sí, el espíritu del Evangelio es espíritu de acogida, de apertura a todos, y no admite ningún tipo de exclusión (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 47). Los animo, por tanto, a permanecer fieles a esta herencia y a seguir haciendo de vuestro país una casa acogedora para todo el que llame a vuestra puerta pidiendo ayuda y hospitalidad.
Es un deber de justicia, aún antes que de caridad, como ya dijo san Juan Pablo II cuando recordaba las raíces cristianas de la cultura europea. Él animó a los jóvenes luxemburgueses a trazar el camino de «una Europa no sólo de bienes y mercancías, sino de valores, de hombres y de corazones», en la que el Evangelio fuera compartido «en la palabra del anuncio y en los signos del amor» (Discurso a los jóvenes del Gran Ducado de Luxemburgo, 16 mayo 1985, 4). Insisto porque es importante: una Europa y un mundo en los que el Evangelio se comparta en la palabra del anuncio unida a los signos del amor.
Y esto nos lleva al segundo tema: la misión. Antes, el cardenal Arzobispo habló de una “evolución de la Iglesia luxemburguesa en una sociedad secularizada”. Me gustó esta expresión: la Iglesia, en una sociedad secularizada, progresa, madura, crece. No se repliega en sí misma, triste, resignada, resentida; sino que acepta el desafío, en fidelidad a los valores de siempre, de redescubrir y revalorizar de manera nueva los caminos de evangelización, pasando cada vez más de una simple propuesta de atención pastoral a una propuesta de anuncio misionero. Y a fin de realizarlo está preparada para avanzar, por ejemplo —como nos ha recordado Christine—, en el compartir responsabilidades y ministerios, caminando juntos como comunidad que anuncia y hace de la sinodalidad “un modo duradero de relacionarse” entre sus miembros.
Y del valor de este crecimiento nos han dado una imagen muy bella los jóvenes amigos que, hace poco, interpretaron algunas escenas del musical Laudato si’. ¡Magníficos! ¡Gracias por el regalo que nos han dado! Vuestro trabajo, fruto de un esfuerzo comunitario que ha involucrado a muchos en la Arquidiócesis, es para nosotros un signo doblemente profético. En primer lugar, nos recuerda nuestra responsabilidad en relación a la “casa común”, de la que somos custodios y no dueños absolutos. Y también nos hace reflexionar sobre cómo esa misión, compartida con todos, es en sí misma un maravilloso instrumento coral para anunciar a los demás la belleza del Evangelio. Y para nosotros, esto es importante. Porque lo que nos impulsa hacia la misión no es la necesidad de “contar con números”, de hacer “proselitismo”, sino el deseo de dar a conocer a la mayor cantidad posible de hermanas y hermanos la alegría del encuentro con Cristo.
Más allá de cualquier dificultad, este es el dinamismo vivo del Espíritu Santo que actúa en nosotros. El amor nos apremia a anunciar el Evangelio abriéndonos a los demás, y el desafío del anuncio nos hace crecer como comunidad, ayudándonos a vencer el miedo de emprender nuevos caminos, empujándonos a acoger con agradecimiento la aportación de los demás. Es una dinámica bella, sana y gozosa, que nos hará bien cultivar en nosotros y a nuestro alrededor.
Llegamos así a la tercera palabra: la alegría. Diogo, hablando de su experiencia en la Jornada Mundial de la Juventud, recordaba la felicidad que experimentó en la vigilia de la fiesta, esperando, con sus coetáneos provenientes de muchas naciones, el momento de encontrarnos; así como también la emoción de despertarse, la mañana siguiente, rodeado de tantos amigos y, además, el entusiasmo experimentado durante la preparación que hicieron juntos en Portugal. Y la alegría, un año después, al reunirse junto con los demás aquí en Luxemburgo. ¿Lo ven? Nuestra fe es así. Es alegre, “danzante”, porque nos manifiesta que somos hijos de un Dios amigo del hombre, que nos quiere contentos y unidos, que nada lo hace más feliz que nuestra salvación (cf. Lc 15,4-32; S. Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios, 34,3).
Al respecto, quisiera finalizar recordando otra hermosa tradición de vuestro país, de la que nos han hablado: la procesión de primavera —Springprozession—, que se lleva a cabo en Pentecostés en Echternach, recordando la infatigable obra misionera de san Willibrord, evangelizador de estas tierras. Toda la ciudad sale a bailar por las calles y las plazas, junto con muchos peregrinos y visitantes que llegan, y la procesión se convierte en una grandísima y única danza. Grandes y pequeños, todos van bailando juntos hacia la catedral —supe que este año, incluso bajo la lluvia—, dando testimonio con entusiasmo, en recuerdo del santo Pastor, de cuán bello es caminar juntos y encontrarnos como hermanos en torno a la mesa de nuestro Señor.
Queridas hermanas, queridos hermanos, qué hermosa es la misión que el Señor nos confía; la misión de consolar y servir, con el ejemplo y la ayuda de María. Gracias por el trabajo que hacen, y también por la ayuda generosa que han querido compartir con los necesitados. Los bendigo y rezo por ustedes. Y también ustedes, por favor, recen por mí.
Francisco
Fotos: Vatican Media, 26-9-2024
Papa Francisco abre el jubileo mariano por los 400 años de la devoción a María, Consuelo de los afligidos, en Luxemburgo
26 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) Al término del discurso del Papa Francisco a la comunidad católica en la catedral de «Notre-Dame» de Luxemburgo, se ha llevado a cabo la apertura del jubileo por 400 años de devoción a María, Consuelo de los afligidos, advocación patrona de Luxemburgo, que se visualiza y escucha el vídeo de Vatican News.
El Arzobispo de Luxemburgo, Cardenal Jean-Claude Hollerich ha orado a la Virgen María para abrir el jubileo. Además, el Pontífice donó una rosa de oro que fue colocada frente a la imagen mariana, “en concordancia con una antigua práctica con la cual los Papas muestran su devoción a la Santísima Virgen María”, informó el Vaticano.
Foto: Vatican Media, 26-9-2024
Angelina Gómez Casana, profesora de Religión: «En las prácticas de la carrera confirmé que el Señor me hacía un instrumento para acercar a los niños a Él, y los niños reflejaban la voluntad de Dios en mí»
* «Con el tiempo mi fe, al igual que mi vocación, creció y se hizo más fuerte. Dios pasó a ser mi razón de ser y mi inspiración. Los tiempos de Dios son perfectos. Uno de mis momentos preferidos del día es cuando entro al colegio antes de la hora y me siento sola en la capilla. Es mi lugar de paz»
Camino Católico.- Angelina Gómez Casana es profesora de Religión en el colegio La Salle de Córdoba y asegura que “los tiempos de Dios son perfectos. En el período de prácticas de la carrera, pude confirmar que mi vocación era real y se intensificaba con el tiempo. El Señor me hacía un instrumento para acercar a los niños a Él, y los niños reflejaban la voluntad de Dios en mí.” Lo cuenta en primera persona en su testimonio de fe y vocación que ha escrito en el portal de Diócesis de Córdoba. Esta es su historia:
«Soy feliz con mi vocación. Orgullosa de vivir unida a la oración y poder mantenerla cada día. ¡Hay que vivir agradeciendo!»
Desde mi niñez, he sentido una profunda vocación que surgió a través de mi contacto con los más pequeños, una vocación que se ha fortalecido con el tiempo.
Siempre he disfrutado sumando experiencias mediante el trato con niños, organizando animaciones, siendo monitora de campamentos o realizando voluntariados. Nunca olvidaré una frase que me dijo el sacerdote que organizaba estos campamentos y voluntariados: "El que te elige es el de arriba".
Gracias a la dedicación y pasión por los más pequeños, y al período de prácticas de la carrera, pude confirmar que mi vocación era real y se intensificaba con el tiempo. El Señor me hacía un instrumento para acercar a los niños a Él, y los niños reflejaban la voluntad de Dios en mí.
Recuerdo que, en mi primera entrevista de trabajo, la penúltima pregunta fue: ¿quién es Dios para ti? No me la esperaba y no la llevaba preparada, pero rápidamente respondí: Dios, para mí, es el camino del bien. En aquel momento, mi fe era una fe corriente, mundana; pero con el tiempo, al igual que mi vocación, creció y se hizo más fuerte. Dios pasó a ser mi razón de ser y mi inspiración. Los tiempos de Dios son perfectos”.
Desde mi punto de vista, la fe es algo que se trabaja, y evangelizar es el punto más fuerte de un maestro. No considero que sea necesario hacer grandes esfuerzos para evangelizar, sino hacerlo desde el amor.
Me gustaría destacar que uno de mis momentos preferidos del día es cuando entro al colegio antes de la hora y me siento sola en la capilla. Es mi lugar de paz. Otra de las cosas que más me gusta es la reflexión de la mañana con los alumnos, donde todos orientamos nuestro día.
No podría decidir cuál es mi mejor recuerdo en el colegio, ya que son muchos. Sin embargo, nada es comparable a la alegría de que antiguos alumnos vengan a saludarte y a contarte anécdotas de clases en las que tú eras la profesora, a pedirte consejo, a decirte que quieren que seas su madrina de confirmación o cuentan contigo para formar parte del equipo pastoral. No sabría describir con palabras las situaciones que el Señor me ha regalado.
Sin embargo, no todo es color de rosa, y existen muchos momentos en los que no se ve la luz y surge la incertidumbre debido a las adversidades de la vida. He aprendido que en esos momentos es cuando más debes aferrarte al Señor; el sufrimiento es para un bien mayor y nos hace más humanos.
La fe nos enseña a ver la vida como un regalo, a apreciar cada pequeño gesto, sonrisa o achuchón. A diferenciar lo urgente de lo importante. Me siento muy afortunada de poder decir que soy feliz con mi vocación. Agradecida de ir cada día con una sonrisa al lugar donde paso más horas. Orgullosa de vivir unida a la oración y poder mantenerla cada día. ¡Hay que vivir agradeciendo!
"Tanto usaré de las cosas cuanto me ayuden para ir a mi fin”.
Angelina Gómez Casana
Paula Umaña, tenista que quedó parapléjica después de tener a sus cinco hijos y camina por su relación con Dios y la Virgen: «El sufrimiento no tiene ningún valor si no lo usamos de manera sabia y con el Señor»
La tenista Paula Umaña ha superado con su relación con Dios y la Virgen su camino vital de sufrimiento / Foto: Cortesía de Paula Umaña
* «Cuestioné a Dios: "¿Por qué me pasa esto? ¿Cómo me vas a dejar paralizada teniendo cinco niños, incluyendo a un bebé recién nacido? ¡Yo siempre he estado cerca de Ti!. Voy a orar; no porque yo quiera, pues no estoy muy contenta con lo que estás haciendo, sino porque se supone que uno tiene que ir a Ti cuando tiene pruebas. Mi cuerpo empezó a reaccionar poquito a poco, y le doy la mayoría del crédito a la intercesión de la Virgen María, porque cada vez que una función regresó a mi cuerpo, tuvo que ver con peregrinaciones»
Camino Católico.- Paula Umaña Hidalgo nació en San José, Costa Rica, aunque vive en Atlanta, Georgia. Fue la menor de siete hijos en una familia católica practicante. Paula se volvió tenista a partir del día en que su padre llegó a casa con una raqueta de tenis. "Empecé a jugar y rendí muy bien en el deporte, hasta convertirme en campeona nacional de Costa Rica durante nueve años consecutivos", explica a Jesús V. Picón en Aleteia.
Tenía 15 años cuando se fue a vivir a Miami para convertirse en tenista profesional. "Quería ser la número uno del mundo; pero mi mejor ranking fue ser la número doscientos ochenta del mundo en dobles, y en Centroamérica fui la número uno durante casi diez años".
Paula tenía 26 años cuando conoció al que actualmente es su esposo, Sergio Sautre. "Es un quiropráctico francés, y es un hombre católico".
"Después de ser jugadora profesional me convertí en empresaria. Tengo una empresa de 20 años, aquí, en Atlanta, donde ofrezco programas de tenis para niños".
La tenista Paula Umaña con niños a quienes enseña a jugar al tenis / Foto: Cortesía de Paula Umaña
La kriptonita de Paula
Sergio y Paula, en total, procrearon cinco hijos.
"Un día le dije a mi esposo: 'Me gustaría quedar embarazada en marzo para tener un bebé en diciembre y luego volver a trabajar en la cancha de tenis en enero o febrero'.
"Quedé embarazada en marzo de 2014, y tuve un bebé en diciembre; pero en febrero, así como, con la kriptonita, Superman se iba poniendo más débil, me pasó algo similar hasta quedar completamente paralizada".
Confinada en una cama, "lo único que yo podía hacer era hablar. Me tenían que sentar, bañar, dar de comer, pues mi cuerpo no respondía".
Tras algunos meses, los médicos pudieron darle un diagnóstico: polineuropatía crónica inflamatoria desmielinizante, la cual va dañando los nervios periféricos.
Oraciones con fruto
Paula cuestionó a Dios: "¿Por qué me pasa esto? ¿Cómo me vas a dejar paralizada teniendo cinco niños, incluyendo a un bebé recién nacido? ¡Yo siempre he estado cerca de Ti!"
También le dijo: "Voy a orar; no porque yo quiera, pues no estoy muy contenta con lo que estás haciendo, sino porque se supone que uno tiene que ir a Ti cuando tiene pruebas".
Gracias a la Virgen
"Mi cuerpo empezó a reaccionar poquito a poco, y le doy la mayoría del crédito a la intercesión de la Virgen María, porque cada vez que una función regresó a mi cuerpo, tuvo que ver con peregrinaciones".
Explica: "El 2 de agosto de 2016 muchísimas personas fueron por mí, en Costa Rica, a una peregrinación, y entonces logré sentarme por primera vez. La primera vez que me pude poner de pie fue el 11 de febrero de 2017, día de la Virgen de Lourdes".
Paula aceptó la condición de ser una mujer en silla de ruedas, pues solo podía caminar un pocos pasos y la ayuda de unas férulas o una andadera.
Paula Umaña con su familia / Foto: Cortesía de Paula Umaña
"El 15 de julio de 2018 mi hija, que fue de misión a España, visitó Lourdes, Francia. Estaba rezando ese día por mí en el Santuario de la Virgen y yo estaba en Atlanta en auto, con mi esposo y mis otros hijos, porque íbamos al supermercado. Yo no me quería bajar, pero mi esposo insistió en que diera algunos pasos con la andadera. Lo hice y, estando adentro del supermercado, una mujer que yo no conocía me vio y me dijo: 'Perdona que te hable, pero yo no caminé por doce años, y ahora utilizo esto', y me mostró lo que tenía en sus piernas".
"Es un invento de un muchacho que hacía piernas para los veteranos de la guerra. Y ése fue el inicio para que, en septiembre de 2018, yo regresara a casa caminando con estos dispositivos que uso hasta el día de hoy. Con ellos puedo caminar y ser una persona muy independiente".
"El sufrimiento no tiene ningún valor si no lo usamos de manera sabia y con el Señor"
Paula esta muy agradecida con Dios, que la ha convertido en una conferencista católica. Además, publicó el libro Cuarenta regalos de esperanza. Son cuarenta historias; "catorce son mías, y el resto son de personas alrededor del mundo, con diferentes historias de sufrimiento por enfermedad, depresión, accidentes..., y nos cuentan qué hicieron y cómo manejaron su fe".
"El sufrimiento no tiene ningún valor si no lo usamos de manera sabia y con el Señor; en cambio, un sufrimiento bien manejado es un tesoro enorme, es una gran bendición", concluye.
Homilía del P. Heliodoro Mira y lecturas de la Misa de hoy, jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario, 26-9-2024
26 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) Homilía del P. Heliodoro Mira y lecturas de la Santa Misa de hoy, jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.