23 de agosto de 2021.- (Camino Católico) Homilía del P. Heliodoro Mira y lecturas de la Santa Misa de hoy, lunes de la 21ª semana de Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Evangelio: San Mateo 23, 13-22:
En aquel tiempo, Jesús dijo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos!
Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno de la “gehenna” el doble que vosotros!
¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: “Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga”! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro?
O también: “Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga” ¡Ciegos! ¿Qué es más , la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar, jura por él y por quien habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de dios y también por el que está sentado en él».
* «En mi equipo saben que tengo fe, que soy creyente y católica, y me respetan. Eso no quiere decir que ellas lo vivan. Con las compañeras hemos tenido charlas sobre la existencia de Dios. Hasta el día de hoy intento ver cómo incidir ahí y que puedan ver a Dios de alguna forma. De pronto viene una y me pregunta si rezo el rosario todos los días. Te descolocan. Otras me preguntan sobre la creación del mundo. Algunas van a colegios católicos, pero no practican. Tienen presente que soy una mujer de fe. Para mí es importante que a ellas les muevan esos cuestionamientos. No pierdo las esperanzas de que alguna se convierta. Rezo antes de un partido. A la Santísima Trinidad y a la Virgen María»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «Ante el prodigioso gesto de Jesús que alimenta a miles de personas con cinco panes y dos peces, todos lo aclaman y quieren llevarlo en triunfo, hacerlo rey. Pero cuando Él mismo explica que ese gesto es signo de su sacrificio, es decir, del don de su vida, de su carne y de su sangre, y que quien quiera seguirlo debe asimilarlo a Él, debe asimilar su humanidad entregada por Dios y por los demás, entonces no gusta, este Jesús nos pone en crisis… Que María Santísima, que llevó en su carne al Hijo Jesús y se unió a su sacrificio, nos ayude a dar siempre testimonio de nuestra fe con la vida concreta»
Evangelio: San Juan 6, 60-69:
En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús, dijeron:
«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
«¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen».
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.
Y dijo:
«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
«¿También vosotros queréis marcharos?».
Simón Pedro le contestó:
«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».
La llegada de Benedicto XVI al Hospital Fundación Instituto San José
Ángel Alberto García conoció a San Juan Pablo II en 1995 en Roma y en 2011 a Benedicto XVI en Madrid: “Fue un momento especial en el que vivimos intensamente la visita de alguien que era más de una persona, era una figura que trasciende lo político e incluso lo religioso”.
Evangelio: San Mateo 23, 1-12:
En aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbi”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbi”, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».